domingo, 25 de enero de 2015

Que no se pierda...


La crisis acaba golpeando incluso las campanas más duraderas para hacernos oír su sonido de alerta. Malos tiempos para la lírica. La Asociación Aragonesa de Escritores organizó ayer una edición especial del Ciclo Poesía para perdidos en estos momentos en los que el mítico local zaragozano, La campana de los Perdidos, está atravesando dificultades. No podía dejar de participar. Allí leí un poema por primera vez, antes de publicar mi primer libro.  Allí he escuchado a otros. En pocos sitios se cuida más la música, el sonido y el ambiente. Sería una tristeza más que todo esto se perdiera. 

La noche de ayer resultó perfecta. Por la compañía, por la causa, por volver a encontrarme con personas de las que los enredos de la vida cotidiana y mi pereza me separan más de lo que deberían. Y también por volver a leer algunos de mis poemas junto a los de otros en un lugar tan mágico. No tengo archivo sonoro de ayer, pero he recuperado otro grabado en la Campana hace un par de años. La voz en directo, las distorsiones, los nervios, las absurdas prisas... incluso los errores. Y sin embargo, a pesar de la curiosa exposición que supone leer tus propios poemas en público, a pesar de lo frío que resulta oírlo desde fuera y desde lejos... Wish you were here.