miércoles, 26 de mayo de 2010

Los perros y la nada (It's a heartache)



Siempre está junto a mí ese precipicio,
la carencia absoluta de tu ser.
Juan Eduardo Cirlot
Por encima de mí, de las palabras
y aquella luz –madrastra,
bella sin corazón, triste poesía-,
la luz sin Dios que alcé para nosotros,
yo creé un monstruo que miró y mataba.
Ya no estoy en peligro, ya no puedo
crearlo ni creerlo, ya no creo
que al fondo estén tus ojos acunándome,
malditos ojos ciegos que nunca vieron nada.

Si esa nada es mi cruz,
la que nadie pondrá sobre mis hombros;
si es siempre nadie, no, si nunca es nunca,
si no hay remedio al reino de la ausencia,
devolveré la luz de las palabras,
se la echaré a los perros
que merodean como yo las calles
donde hace tiempo, casi en otra vida,
las puertas fueron casas.
Ahora están solos, libres, diminutos,
inmensas sombras bajo las farolas,
los dientes apretados.

La luna y yo, los perros y la nada,
y la vida cayendo
como una absurda lluvia incomprensible;
helado el corazón, hueco el espíritu,
el que soporta el peso
de la luz y la noche y sus verdades;
de pie bajo esa lluvia,
calada hasta los huesos la piel de la memoria.

Olga Bernad 

Hace un año:   Noche oscura      Hace dos años:  Todo

Nota: Me encuentro hoy esta reseña de  Andábata en El placer de la lecturaGracias a los administradores de la página por incluirla entre sus placeres.   Y, hablando de lecturas,  este fin de semana comienza en Zaragoza la feria del libro.  Estaré firmando ejemplares de Andábata y Caricias perplejas, a las siete de la tarde, en la caseta de la Asociación Aragonesa de Escritores (domingo 30), en la de Los portadores de sueños (lunes 31) y en la de La casa del libro (martes 1) .   Nos vemos en el Paseo de la Independencia.

martes, 18 de mayo de 2010

De parte de los sueños (dos años de "Caricias")

Llegué allí por la tarde, después de subir una cuesta muy larga; al final, de repente, una suave meseta iluminada, un curioso poblado que casi hacía arder la hora del crepúsculo, con sus calles y casas tan blancas y desiertas. La cal de las paredes lanzó toda la luz contra la oscuridad de mis pupilas, amigas íntimas del dolor de cabeza; la luz me acuchilló. No había nadie. Al doblar una esquina, una muchacha árabe me señaló hacia el norte (con esa indiferencia que tienen los fantasmas, su manera de acribillar mi frente con preguntas) y, mientras yo avanzaba, una bandada de papeles almagres voló sobre las casas y las calles. Los imaginé llenos de recados antiguos y románticos, los vi entregados al viento de poniente -aquella poderosa respiración azul que barrió el cielo- hasta irse bien lejos. El pueblo estaba muerto. Y la luz era hermosa, sí, pero imposible. Un perro negro, enorme, parecía esperarme acostado sobre la tumba blanca que cuidaba.

No le miré a los ojos ni me acerqué a la tumba, ya no caigo en las trampas de los sueños: sé que a veces escriben tu nombre sobre piedra para meterte dentro. Pensé, en voz muy baja, con la esperanza no muy convencida que ponemos en algún sortilegio, como si pronunciar los pensamientos pudiera convertirlos en conjuro: “Esclavo de la tumba, mi nombre se largó con los papeles, andará lejos ya, se habrá perdido y tú, tú no sabes leer”.

Crucé la rambla abierta. Me sentí a salvo y sola. ¿De qué sirve estar a salvo si estás sola? Allí no había nadie ni nada que esperar. Reconocí ese frío cargado de tristeza, lo respiré despacio. Pero no desperté, soñaría otras cosas esa noche y olvidé todo aquello.

Hube de recordarlo algún tiempo después. Entre las hojas de una gramática inglesa de Thompsom y Martinet encontré unas fotos viejas de un pueblo inmaculado en Lanzarote, los restos de un verano que tal vez me inventé. Un perro tumbado sobre una piedra blanca me miró fijamente desde el sueño. Por fortuna, la inscripción en la piedra es ilegible.

Olga Bernad

Hoy las "Caricias perplejas" cumplen dos años. Mi propósito era escribir y ser leída. Gracias por convertir ese deseo en realidad con cada una de las entradas. Y que el futuro, si está escrito, nos siga dejando algún espacio en blanco entre sus renglones para contar los sueños y las cosas.

Hace dos años: Ella y yo 

22 de mayo: José María Jurado deja en su Columna toscana, junto a una interesante reflexión, un poema para Andábata, que nunca se fió de mayo con sus flores.  Gracias por el detalle y esa jacarandosa alergia primaveral.

lunes, 10 de mayo de 2010

Andábata: recuerdos de la presentación en Zaragoza


He tenido que esperar a estas horas nocturnas en las que siempre me reúno con el blog, este lugar virtual en el que la cita con los amigos, con los lectores, vuelve especial –sobre todo en este caso- lo que pasa en la calle, para sentarme y contar (y por fin recordar con tranquilidad y ya casi nostalgia) la presentación del viernes. No olvido que Andábata, el libro que ahora tengo al lado mientras escribo, esta edición hermosa y sobria de Paréntesis, no se hubiera convertido en una realidad si aquel día de octubre de 2008 no se me hubiese ocurrido colgar por primera vez un trocito de uno de sus capítulos (luego vinieron seis más, todos recogidos bajo la etiqueta Andábata).  Por esa razón, dejar un recuerdo aquí significa para mí cerrar un ciclo.

Hablando de todo eso y de su manera de conocer el texto a través de las diferentes entradas, comenzó Antonio Rivero Taravillo – magnífico poeta, traductor, narrador y editor a cargo del sello Paréntesis- el acto de presentación del otro día, con una visión inteligente de lo que puede o no ser un blog, de lo que puede o no llegar a ser un libro, de las nuevas opciones del e-book y de la manera en que –veremos- conviven e interactúan unas con otras. Apasionante mundo al que esta Andábata ha saltado, como es su costumbre, a ciegas pero espada en mano.


Ignacio Escuín, el joven editor de la emergente Eclipsados, también excelente poeta, recién doctorado y haciéndonos un hueco entre sus muchísimos compromisos, se trajo al Salón de Actos del Instituto Aragonés de la Juventud su lectura hilarante, su apasionado y agudo encuentro con la obra, desgranando momentos y enfoques que sorprendieron incluso a la autora y que hacen, sin duda, mucho más rica la novela.


Yo hablé un poco de su intrahistoria, de esos momentos en los que lo único importante es escribir, cuando la única fidelidad es para el texto y los personajes y todo lo demás ni existe ni importa, de la verdad y la lucha de esta Andábata y de la técnica desplegada para intentar reflejarla, para volverla verdad en la mente de todo aquel que la lea.


Luego, tuvimos la oportunidad de tomar unas bebidas mientras firmaba ejemplares y charlaba con los numerosos amigos que por allí se acercaron. No puedo colgar el vídeo porque la calidad del sonido es ínfima, pero os dejo algunas instantáneas para compartir esa noche también con vosotros.


Quiero dar las gracias, además de a mis dos presentadores de lujo, al Instituto Aragonés de la Juventud por cedernos una hermosísima sala, a todos los asistentes que la llenaron y me hicieron sentir arropada en un momento tan bonito para mí, a los chicos de la estupenda Banda del Instituto que dirige Ricardo Chiavetta, cuyos tres fagotes dieron la bienvenida al público e hicieron una delicia de los momentos previos, mientras el escritor y periodista Antón Castro nos entrevistaba, con su proverbial entrega y seguimiento a los acontecimientos culturales, para Borradores de Aragón Televisión (espero poder colgar el archivo en una entrada nueva cuando el programa se emita, si mi torpeza con la tecnología no lo impide); a Javier Vázquez, de Aragón Radio, que me hizo una simpática entrevista para Escúchate unas horas antes de comenzar, (cuyo archivo incluiré mañana en este mismo post) y a Los portadores de sueños, la librería con el nombre más bonito del mundo, que estuvo con nosotros en todo este tinglado.



Cerramos la noche como Dios manda: con una tranquila cena y unas copas y, sobre todo, con una buena conversación entre amigos. Cuando llegué a casa leí los mensajes recibidos en el móvil y en el mail y me encontré con una preciosa reseña de Isabel del Río. No quería dormirme, la verdad. Hay días que quisieras alargar como fuese. Pero se acaban, ay.


Siempre me quedará esta entrada;-)

Para oír la entrevista con Javier Vázquez:  PINCHAR AQUÍ

sábado, 1 de mayo de 2010

Estocolmo

Algún suceso nos hirió una noche,
tal vez en un lugar irreparable.
Quizá fue una palabra o un disparo,
un no, un nada, un nunca en la mirada.
O un silencio de más, tan sólo eso.

No morir es un tránsito
plagado de episodios y misterios,
rencor, amor, distancias y obsesiones
-comunes burlas de un tiempo encantado-
un tiempo para acaso enamorarnos
de nuestro dolor íntimo, el salvaje
que jamás pactaría con el alba.

Te juro que se ha vuelto un insolente,
anuda miel y fiebre
en su lazo de venas y serpientes
de dientes de coñac o de coral, o muerde
con colmillos de fuerte viento triste
esa sonrisa que tuve guardada
por si un día volvíamos a vernos.
Duerme siempre conmigo
y sabe respirar con mis pulmones.

Yo acaricié su hiriente luz de mayo
un día compasivo de noviembre.
Fue como deslizar la mano abierta
por filos brillantísimos,
por una selva de sedientos sables
que beben del calor de las heridas,
un bisturí sobre el papel de seda
con que quisimos envolver la calma,
el frágil himen de nuestra cordura.

Desde entonces no sé de qué me acusa
pero su lengua sabe a lo insaciable.
Y yo utilizo siempre
esa voz dulce de las despedidas.
Comprende, sin embargo,
que no he de irme ya.
Él me ama y me ata nuevamente,
sella mis labios con su indiferencia
tan parecida a un beso o a una orden
que yo debo incumplir. No sé quién manda.

En tardes de violencia me ha mirado
con ojos de animal de compañía.

Olga Bernad
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Hace un año: Terco mayo
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TRES BUENAS NOTICIAS Y UN RECORDATORIO

1-Me escribe Javier Sánchez Menéndez y, con sorna gaditana, me dice que me nombran en El Cultural del periódico El Mundo. No soy la única;-) Y es un placer estar ahí, tan bien acompañada por otros nombres.

2-Me enteré ayer (¡qué tarde!) de que el día 20, en la web de La Casa del Libro, contaban que Andábata se había colado entre los más vendidos, tanto en los libros de autores aragoneses como en la lista general de la librería. Gracias a los administradores por su felicitación.

3-José María Pérez Collados publica en la página de la revista Yareah una interesantísima reseña de Andábata.  Mil gracias al autor y a la revista.

Y os recuerdo la cita:  el próximo viernes siete de mayo, a las ocho de la tarde, presentamos Andábata en el Salón de Actos del Instituto Aragonés de la Juventud.  Os espero. ¡Hasta la vuelta!

6 de mayo: En el blog de Marta Navarro ,  en Doberka literatura, en el desván de Mariano Ibeas, en la página de la Asociación Aragonesa de escritores , en la del Centro del libro de Aragón y en la del Heraldo se han hecho eco de nuestra presentación. ¡Gracias!   

Mañana, sobre las cuatro y media de la tarde, me entrevistan para el programa "Escúchate" de Javier Vázquez, en Aragón Radio.