Lo imaginé hablar de su país con una tristeza que me resultaba familiar. Quizá los países son distintos como lo son los hombres, pero las tristezas se parecen como una lágrima a otra. Patrias perdidas que crecen en los recuerdos y voces que se mezclan. Écoutez-le chanter, las playas parameras al rubio sol durmiendo avec la mer du Nord pour dernier terrain vague, y allí la voz dispuso que hablase tu silencio: quiso Dios con su poder jugar con fuego y rayos de sol. La vida con la historia, tan dulces al recuerdo.
Pero yo no sé cómo son tus recuerdos. Ay, señor, quién serás tú, dorada y reina en el interior, avec des cathédrales pour uniques montagnes. Yo puedo ver, cuando te miro… Y aunque no sé con qué sueñas, sé que quieres navegar.
Quisiera consolarte (quand les fils de novembre nous reviennent en mai) y, sin embargo, pensar tu nombre ahora envenena mis sueños.
Deudas: Dobles gracias a Emma Gunst: AQUÍ y AQUÍ; y gracias de nuevo a los chicos de Sopa de poetes. Tengo una Nostalgia muy afortunada.