miércoles, 5 de octubre de 2016

¡Viva Sevilla!




Hace justo una semana que empecé a hacer la maleta para ir a Sevilla. La humildad del tiempo cotidiano engulle demasiado deprisa las excepciones. Colgar ahora una pequeña crónica visual de los cuatro días vividos por sus calles es convertirlos en pasado remoto de repente. Ahí estuvieron, aquí están. Confieso que a esta proletaria le gustaría vivir siempre así: de librería en librería, de calle en calle, de bar en bar y de tertulia perpetua. No olvidemos los desayunos de hotel, siempre haciendo los viajes tan agradables. La presentación de "Perros de noviembre", junto a Itziar Mínguez Arnáiz y su "Que viene el lobo", nos sorprendió a las dos. Sabíamos que contábamos con algún amigo en Sevilla, pero no con tantos. Conocerla por fin fue estupendo, igual que conocer a Martín Merino y su mujer, a Victoria León, a Jesús Beades y Macarena Mateos, a Ventura Salinas, a Vito Dominguez Calvo, a Concha Rodriguez... y volver a charlar con viejos amigos: el propio Javier Sánchez Menéndez, editor y ahora librero y vinatero, Julio Ariza, Pilar Fuertes Aguilar, Jesús Cotta, Teresa Merino y Antonio Rivero Taravillo, quien adelantó un poco la presentación de "Estación poesía" (sí, para nuestra desgracia, coincidió) para poder acudir al menos al final, cosa que le agradezco mucho. Entre el público, también el colectivo "Surcos", mi admirado Jesús Aguado y muchas personas que llenaron la librería obligándonos a emigrar de la preciosa salita de presentaciones para ganar en espacio lo que perdíamos de perfecta acústica. La librería Siltolá Libros&Vinos es un lugar verdaderamente especial, que destila en cada rincón esa iniciativa, esa capacidad de Javier Sánchez Menéndez para fundar islas como, cuando y donde menos se espera... y saber mantenerlas y hacerlas crecer. Así levantó Ediciones de la Isla de Siltolá hace ya ocho años y así sigue ampliando territorios cada día. Me enorgullece haber formado parte de ella desde el principio. Es mi casa poética. Creo que todos pasamos una tarde agradable. Nosotras nos dedicamos a conversar en público sobre nuestros libros, la poesía y todo aquello hacia lo que nos llevase el diálogo, más que a hacer una presentación al uso. Eso te expone un poco más e implica que no lo tengas todo controlado, pero creo que los habituales a este tipo de eventos agradecen el esfuerzo y el riesgo. Luego, tapeo y copitas hasta las tantas; el viernes entrevistas, cita con Javier Sánchez Menéndez, cena con Antonio Rivero Taravillo y Teresa Merino en los alrededores de la catedral. Me encantó la terraza del Doña María, tomar un mojito desde el tejado tocando casi la Giralda, que estaba guapísima. El sábado, encuentro con Víctor González, otro amigo al que estaba deseando conocer en persona, comida por Triana con Jesús Beades y Macarena Mateos y noche de tranquilos paseos y cucuruchos de adobo. El domingo, visita rápida al Museo de Bellas Artes con Victoria León. Después todo se aceleró. Última mirada a Sevilla desde la ventana del hotel, el tren en marcha, el camino de regreso. Gracias a todos, de verdad. Ex corde.

A la puerta de la librería, esperando...
Itxiar y yo, ya metidas en la conversación.
Mucho público, y muy atento.
Botella de vino sobre lecho de libros con fondo de lectores. Espléndida receta.


Una de las estanterías de Siltolá LIbros&Vinos
Vamos acabando, para no aburrir.

Javier Sánchez Menéndez iluminado, al fondo.  Jesús Aguado, desenfocado, en primer plano.  Y una pelirroja vigilando al fotógrafo. Momentos que me perdí.

Antonio Rivero Taravillo y Pilar Fuertes Aguilar, guapísimos.

Mucha firma y mucho diálogo

Una copita con Lorca.


 
Feliz al salir, se acaban los nervios y empiezan las tapas.


Javier Sánchez Menéndez y Antonio Rivero Taravillo
Itziar y yo, muy contentas.
Con Javier.
La Giralda de noche, tan guapa como siempre.

Un buen gazpacho en Triana, con Antuán,  Jesús Beades y Macarena Mateos.
En el Museo de Bellas Artes, con Victoria León.
Ya en el tren. El camino de regreso. 
Empezando a recordar.