lunes, 25 de mayo de 2009

Noche oscura

Ya casi se va mayo y el primer saludo del calor deja de estremecernos, le sentimos ahora en nuestra vida como oímos los pasos de un viejo conocido que vuelve a visitarnos tras un viaje. El verde de los trigos querrá amarillear dentro de poco y las espigas estiran (tan vivas, tan audaces) su cuello al son del tiempo y bambolean coronas doradas e inconscientes, sementeras que pronto pesarán demasiado.

Si mayo era el cortejo, junio será la boda y lo llenará todo de cerezas oscuras; boda de sangre roja, confusa ceremonia de la vida, pues la puesta en escena de cualquier primavera tiene como final la indiferente decapitación de todas las espigas, la recolección de esas cerezas, el mordisco sobre el fruto que apenas hace semanas nos sorprendió con una débil flor que venía del frío. Y nosotros quisimos leer en ella el despertar de un rumor que durmió todo el invierno. Pero junio es el sexo puro y duro tras el poético pálpito del corazón y el vientre.

No tengo nada en contra de la vida y sus costumbres; sin embargo, la vida sigue un orden brutal: nos envuelve en hambre, nos llena de deseo y con esa cadena nos amarra, nos marca a fuego y nos hace esclavos. El placer y el verano se convierten en una desesperada semilla que anticipa la muerte en lo más profundo de su orgasmo terrestre.

Junio es una hermosa, terrible, larga y oscura noche de San Juan.

Olga Bernad
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Hace un año:

Cuando llegue
Visita a la ciudad fantasma
Secretos provisionales
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59 comentarios:

Blackbird dijo...

In the beginning

Al principio siempre está la vida, y cada primavera la humanidad lo celebra, aunque cada principio tenga un fin, pero olvidémoslo por un rato.
Quedémonos pues con la vida que brota ahora, derrochemos pasiones, panes e ilusiones porque luego todo será atardecer.

Besos Olga.

Olga Bernad dijo...

Vale, pongánmosle nombre a cada cosa, in the beginnig... para acabar llamando por su nombre a cada asunto: noche oscura se llamará junio, pero que sea verdad no la hace menos hermosa, ni menos irresistible. Aunque tenga algo de condena... La verdad es que hablar de esto con la cabeza fría, a las dos de la tarde, es muy injusto;-)

Un beso, Black (qué extraño verte in the beginnig).

Gemma dijo...

"El placer y el verano se convierten en una desesperada semilla que anticipa la muerte en lo más profundo de su orgasmo terrestre"...

Yo también lo creo. Muerte y lascivia comparten, a menudo, una misma mueca burlona... Algunos ancianos también.

Un abrazo, Olga

Olga Bernad dijo...

Quizá el verano tenga algo de primavera envejecida, sin frescura; frente a la calidez, la delicadeza y la esperanza, una realidad abrasadora que gillotina sueños por pura necesidad. Los frutos están para cogerlos; las espigas, para hacer pan.
Y los campos, tan literales, primero maduran y luego se agostan.
Un abrazo, Mega.

Araceli Esteves dijo...

Jo, Olga, es que junio es mucho junio. Y nadie como tú para llenarlo de bella prosa.Y eso que ni ha empezado.
Si mayo era el cortejo, junio será la boda...¡¡¡precioso!!!!

Olga Bernad dijo...

Yo no sé qué me pasa, pero prefiero escribir de las cosas cuando las veo venir: escribí de agosto en julio, de mayo en abril y de junio en mayo. Debe ser la pre-ocupación, porque luego estoy muy ocupada chapoteando entre las circunstancias;-)
Y sí, junio es mucho junio.
Gracias por tus palabras, Araceli.

Manuel Arribas dijo...

"Junio es una hermosa, terrible, larga y oscura noche de San Juan."
-------*-
Junio es una hermosa, mágica, larga e iluminada noche de San Juan.

Es lo que a mí me evoca, por mis recuerdos, sobre todo de la niñez cuando disfrutaba en las "luminarias" u hogeras que se hacían en mi pueblo.

Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Sí, puede ser, es lo que a todos nos evoca. Con el tiempo, veo en el reverso de la magia de junio una seria y oscura condena. Quizá eso lo haga aún más sensual y un poco más terrible. Y eso nuevamente más extremo... la recolección es una fiesta y una tristeza, Manuel.
Pero tú disfruta de tu junio, lleno de hogueras y luz en tu recuerdo;-)
Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ah, cuánto deseo yo la llegada de esa larga y oscura noche de san Juan que es junio, con sus noches breves, sus magníficos crepúsculos y sus terrestres orgasmos. Tiempo vendrá en el otoño en que haremos penitencia y nos recojamos interiormente. Pero ahora dejemos que Dios nos abra los sentidos.

Olga Bernad dijo...

Pues sí, desde luego, no es que no le vea su parte buena, la verdad;-))))
La naturaleza, por cruel que sea, está muy bien pensada, las cosas como son. Pero como esa mirada es la habitual, he querido resaltar el lado oscuro de esta especie de orgasmo terrestre que es el verano. La siega brutal de todo lo que ha estado creciendo lentamente, el corto disfrute y los campos agostados. Y todo vuelve a empezar de igual manera mientras nosotros vamos cambiando sin remedio.
En fin, ataques melancólicos en medio de una primavera que siempre se va.

Angós dijo...

Es raro y es precioso. Es tu estación preferida y no te entiendo muy bien. No es lo que sueles dcir.
Parece el principio de una película de Ridley Scott.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Parece que has iniciado una serie poética sobre las hojas (en uno y otro sentido) del calendario. Hermosa la idea de la boda. Fíjate, si le das su espacio en la hora vespertina, con la estrella Véspero buscando el horizonte detrás del sol, la coloreas con tintes del epitalamio clásico. Besos en honor a Juno, la diosa protectora de la vida conyugal.

Olga Bernad dijo...

Angós, el comienzo de la película será por el campo de espigas que empiezan a dorarse;-) Pero sí, sí he dicho algo parecido, el año pasado por estas mismas fechas en el Semper Fidelis ya estaba un poco esta idea. Lo que ocurre con este tiempo es que me gusta tanto que me pone triste, supongo. ¿No le pasa a nadie eso? A mí me pasa mucho.
Bueno, al menos, aunque te parece raro, también te parece precioso;-)
Mil gracias, Angós, sé lo poco que te gustan los ordenadores y te lo agradezco mucho más.

Julio Castelló dijo...

Qué manera hermosa de morir (al menos tal como tú la cuentas...).

Olga Bernad dijo...

Antonio, qué bonito. Haré todo eso (aunque no sé muy bien cómo;-)
Tal vez el epitalamio clásico estaba coloreado con inmensos trigales a punto de ser cortados. El hombre (y la mujer) piensan siempre las mismas cosas, antes o después. Esa estrella vespertina ya era tan dulce y triste, seguro.
Besos en honor a Juno, vale;-)

Olga Bernad dijo...

El comentario de Antonio y una curiosa visita que hice ayer al blog de Rubén Darío (Sí) me han recordado su Epitalamio Bárbaro. No me resisto a copiarlo:

.El alba aun no aparece en su gloria de oro.
Canta el mar con la música de sus ninfas en coro
Y el aliento del campo se va cuajando en bruma.
Teje la náyade el encaje de su espuma
Y el bosque inicia el himno de sus flautas de pluma.
.
. . . .Es el momento en que el salvaje caballero
Se ve pasar. La tribu aulla y el ligero
Caballo es un relámpago, veloz como una idea.
Á su paso, asustada, se para la marea;
La náyade interrumpe la labor que ejecuta
Y el director del bosque detiene la batuta.
.
. . . .-« ¿Qué pasa? » desde el lecho pregunta Venus bella.
Y Apolo:
-« Es Sagitario que ha robado una estrella. »

Olga Bernad dijo...

Sí, Julio, yo también encuentro algo hermoso en esa manera de morir. Me alegro de haberlo transmitido así. Gracias.
Me gusta que me entiendas;-)

Isabel Barceló Chico dijo...

Brillas en la prosa poética, querida olga, tanto como en los poemas. Hay siempre un sentido trascendente que me admira por su versatididad, por la manera siempre novedosa que tienes de presentarlo en todos tus textos. Un abrazo enorme antes de que le corten la cabeza a las espigas.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Isabel. Casi antes de acostarme, tu manera de leer es el mejor regalo. Hasta el cansancio se me va un poco.
Un fuerte abrazo, sí, con esas pobres espigas todavía bamboleando sus coronas doradas por el mundo;-)

Miguel. dijo...

"Hemos hecho un trasvase de la piel, más fidedigno que el del corazón". Sorprendentemente, yo también me he anticipado al verano con un poema coincidente. Temiendo que sufriera algún cambio, aún no lo he colgado en el blog.
La lectura de tu poema ha sido maravillosa.Pena me da pasar la semana sin otra entrega tan excepcional.
Te felicito de corazón, porque el poema es bellísimo. Me ha dejado reconciliado y satisfecho con la poesía que busco. No sabes el consuelo que es para mí esta prosa espléndida,y cómo he disfrutado.
Muchas gracias tambien por el esfuerzo que haces de contestar a todos los que te seguimos, es admirable.
Salud, Olga.

Olga Bernad dijo...

Ay, Miguel. Gracias a ti por hacerte un habitual de estas caricias. Contestar es un esfuerzo muy placentero, ya que abrí el blog para estar con otros que buscasen más o menos lo mismo: compartir prosas, versos y comentarios. Así que esta es tu casa.
El ritmo de las entradas se ha ido marcando solo, porque no puedo hacer poemas como churros, porque no cuelgo todo, porque tengo que darme tiempo para contestar. Aun así, lo mismo tardo tres días que cinco o seis, no me he puesto reglas.
Me alegro un montón de disfrutar esto con gente como tú; lo que toque: mayo, junio, leones en el bosque;-)
Salud, Miguel.

enrique dijo...

Para mi desgracia soy bastante friolero, así que prefiero el verano para vivir, para sentir y quizá para morir o ir muriendo...
Y en mi caso, ya vendrá septiembre con sus bodas...

Olga Bernad dijo...

Sí, morir en verano en medio de un orgasmo terrestre tiene su punto... especialmente para los frioleros. A mí septiembre me encanta, lo que me mata de verdad es noviembre, me mata de frío y de invierno por delante:-)
Yo también prefiero el buen tiempo, pero me dan ataques melancólicos porque soy muy sensible al desbarajuste hormonal, vital o lo que sea, de cada primavera.
Qué le vamos a hacer:-)

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Me gusta junio porque naci en ese mes...pero odio el calor...y en cuanto a orgasmos los mismos que en invierno pero más pegajosos.
Una magnifica prosa....para deleitarse releyéndola.
Un besito.

Olga Bernad dijo...

Hija, te veo muy literal:-))))
Pues nada, a subir el aire acondicionado.
Me voy a informar sobre esos acontecimientos veraniegos (me refiero al cumple, of course.-)
Gracias, Tere, me encanta que te deleites...
Un besito, compa.

Iseo dijo...

Qué procesión de frases que suenan a verso, a pesar de ser prosa! Qué forma de describir la primavera, mayo, junio, la cosecha... ("indiferente decapitación de espigas"). Desde luego, como todo lo que escribes, no te deja indiferente. Me ha encantado. Besos

Olga Bernad dijo...

"Procesión de frases que suenan a verso", te veo sembrada;.-)
Desde luego, como lectora, por todo paso menos por la indiferencia, por aquello que no recuerdas ni aunque lo intentes. Sin embargo, esas veces en que alguna palabra se te clava, inclemente, si quieres, o con una amabilidad distinta... es un asunto muy sensual también, ¿no? Tiene que ver con la seducción.
(O es que estoy rara, rara; que también:-))))
Besos, Iseo, y muchas gracias, maja.

gbp dijo...

Cariño, da gusto volver y encontrarse con esta hermosa orgía de palabras.
Cinco mil años de solsticios de verano y junios, bailemos y celebremos para asegurarnos,como antiguamente, de que vuelve a renacer el sol y tú nos escribes otro de tus textos.

Mil besos and see you in June!!!

Amalia,Alma de mar dijo...

Tú también me has dejado K.O. técnico.
Junio no podía estar mejor loado que por tí, aunque yo, últimamente, prefiero el otoño: me inspira más.
La tierra no es tan insolente, se vuelve austera y guarda con prudencia su riqueza para volver en abril a sorprendernos con su cruel belleza.
Espero tu setiembre con placer.

Olga Bernad dijo...

Orgía de palabras aparte, hay que saludar al sol, la tristeza es una miseria ante el espectáculo del verano, lo sé, no es que quiera refocilarme en ella, es que me da un pinchazo en el estómago. Pero vale, viva la vida y todo eso("saluda al sol, araña, no seas rencorosa", etc.)
Kisses y mil gracias, sister.
Lo bueno de este junio es que por fin te trae:-)

Andrei Rublev dijo...

Y así ha de ser, Olga, todo tiene su contrapartida, la maravillosa confusión de la vida, su fragor, desemboca en el fruto y su caída. Aprendamos del dolor, lo mismo que del placer, que no somos nada, apenas el rumor de una brisa... Nos es dado vivir, morir... tal vez durar (mejor, nunca durar).
Besos.

Olga Bernad dijo...

Así ha de ser, Arsenio, la confusa y a la vez precisa ceremonia de la vida nos da la importancia que tenemos, sólo eslabones de un inmenso plan que, curiosamente, funciona año tras años con igual vehemencia, mientras nosotros vamos siendo un poco más espectadores. No dura ni el final, siempre renace:-)
Nosotros no.
Un beso.

Anónimo dijo...

Para mí junio siempre es el fin de un ciclo. No ya por mi profesión, sino por mi lugar de residencia: en julio la ciudad es otra, las playas ya no huelen a sal y a arena sino a cremas solares. Junio es un verano recogido e íntimo, hermoso y terrible, sí, pero no tan largo como quisiera.
La nostalgia de septiembre volverá a poner las cosas en su sitio. Ahor, a esperar la llegada de junio y a disfrutar.
Un placer leerte a mi regreso, Olga.

Olga Bernad dijo...

Un placer que vengas, Octavio. Fui por tu casa pero te habías ido a conquistar Roma y la Galia:-)))
Sé que te ha ido muy bien.
Para mí este período es también más corto de lo que me gustaría. Quisiera mantenerlo, me pone triste cómo se nos escapa, y no se puede hacer nada. La nostalgia de septiembre es otra, no me gusta que las cosas se pongan en su sitio. Para mí el invierno es interminable. Me afecta mucho el paso del tiempo, el clima, las estaciones y todo eso. De hecho, aparecen mucho en lo que escribo, ya ves;-)
Un abrazo, Octavio.

Olga Bernad dijo...

Amalia, mil perdones, te he contestado en su momento, pero he tenido que borrar la contestación, pues te incluyo un enlace qeu estaba mal puesto. Sorry. Repetimos:-)

Amalia, como eres casi nueva por estos lares y has mostrado tu preferencia por septiembre, te llevo a una anterior noche de otoño que seguramente te perdiste.
Que no se diga que tratamos mal a las rubias;-)
Nombro mucho a los meses del año: hay un "agosto espera", un "pecados de septiembre", un "terco mayo" y otros poemas que nombran las estaciones del año. Vivo arrastrada por el tiempo:-)
Pero no estoy de acuerdo en lo que dices, yo creo que la tierra es mucho más que insolente. Y tal vez deba serlo.
Un beso y mil gracias por tu visita y tus palabras.

Miguel dijo...

No quiero perder la ocasión de comentar tus poemas y prosas de "hace un año". Pensé que eran el único consuelo para la espera de una nueva entrega. Pero, por méritos propios, me he sumergido en la lectura de ellos sin ninguna añoranza. Así que he disfrutado, una vez más, de este raro presente intenporal de lo que escribes,hasta quedar satisfecho.
Bueno, también mente y corazón han dejado hueco para lo que venga sin empacho,temerosos del ayuno si la entrega se retrasa.
Gracias, Olga, por ofrecerme tu casa para la lectura y el comentario que ya no me reservo. Un abrazo, y salud.

Olga Bernad dijo...

Me pareció buena idea estrenar "sección" con la excusa del año de blog. No todos llegamos a la vez a los sitios. A veces me han sorprendido comentarios en alguna entrada meses después de ser publicada; también me han sorprendido lectores que se repasan todo el blog y van comentando. Todo eso mantiene viva la bitácora y le da un aire menos provisional.
Muchas gracias, Miguel.
Gente como tú le da sentido a esto.
Un abrazo.

Eduardo dijo...

Llevaba un tiempillo sin visitarte y he leído las últimas entradas de golpe. Felicidades por el cumple bloquero y otros acontecimientos.
Lo de tu noche de San Juan ha estado tan convincente y bien escrito que por un momento he olvidado que, en la isla donde resido, las estaciones son otra cosa: no están tan diferenciadas y según el día y el lugar de la isla, se toman prestadas unas a otras sus características. Es un clima guasón. Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Hola, Eduardo, bienvenido de nuevo por aquí y muchas gracias por tus felicitaciones.
Es interesante lo que dices. Zaragoza tiene un clima bastante extremo donde otoño y primavera son apenas un maravilloso olor que pronto se convierte en verdadero frío o en calor agobiante. Quizá eso hace que la primavera nos afecte mucho, se disparan las depresiones y los predispuestos nos ponemos melodramáticos en plan serio;-) Un clima más suave debe hacer sentir esa caricia con más calma. Yo a veces necesito una isla, sí, aunque no tenga tesoro;-)
Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

A mí, más que junio lo que me parece terrible es mayo, que es cuando el calor nos da la primera bofetada, al menos aquí en el sur. En junio ya estamos más o menos acostumbrados. Nos has dado un paseo muy dsccriptivo por las estaciones y sus fuerzas telúricas. Un abrazo, Olga.

Olga Bernad dijo...

Pero mayo es sólo el principio; cuando se cogen las cerezas y se siegan los cereales, el calor ya no es una sorpresa agradable... A mí ese principio me gusta mucho: marzo, abril y mayo. El verano también me gusta, pero me produce momentos de tristeza. Agosto me mata, se me escapa (menos mal que suelo ir al mar). Septiembre vuelve a gustarme, octubre me preocupa. Y en noviembre, diciembre, enero y febrero emigraría, en serio, si algún día tengo pasta emigraré a tierras cálidas y pasaré una vida sin inviernos, contraria totalmente a las leyes naturales.
Un abrazo, joven Ridao;-)

Spender dijo...

Debe ser porque hoy es el primer amanecer de verano (o al menos eso hay en el aire), pero pensar en tu texto y mirar por la ventana me ha llevado volando sobre los campos de cereales de Castilla, sobre las hogueras de junio, sobre el mar Cantábrico (deberías ver lo azul que es en esta época del año). Y ha sido, te lo aseguro, un viaje maravilloso.
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Spender, el Cantábrico me mata. El norte es una referencia emocional muy importante en mi vida, como el mar. Hasta el acento vasco me emociona. "Una querencia tengo por tu acento...",jeje.
Me lo voy a imaginar, que es mi manera de solucionar las nostalgias;-)
Me alegro de que hayas volado conmigo sobre esos campos de cereales a punto de ajusticiar.
Un abrazo.

enrique dijo...

Acabo de recordar una canción de mi querido Antonio Vega que se llama "agua de Río".
La letra comienza así:
"Noche oscura, guárdame del temor
que entre mares, agua de río soy.
Laberinto que turba la razón
del que lleva barro y arena en el corazón".

También él tuve una noche oscura...

Olga Bernad dijo...

Llega un momento que el que no lleva barro en el corazón es porque no tiene o ha perdido la memoria.
Noche oscura de Antonio, arrastrado por muchas cosas y, sin embargo, era un privilegiado.
Me encanta que traigas el rumor de esa letra para acompañar mi entrada, enlazo el río, por si alguien quiere bañarse esta mañana;-)

Maria Luisa dijo...

Querida Olga:

¡ Maravillosa prosa!

La leo muchas veces y siempre encuentro una frase, un motivo nuevo...
Me apropio (con tu permiso) de tu delicioso final.

"Junio es una hermosa, terrible, larga y oscura noche de San Juan"

Un besazo.

Olga Bernad dijo...

"La leo muchas veces y siempre encuentro una frase, un motivo nuevo..."
Simplemente gracias, María Luisa.
De corazón.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Olga:
Qué bien escribes. Me ha impactado mucho tu estilo, tu lenguaje. Se ve que tienes una sensibilidad muy especial.
Tadeo

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, José. ¿Cómo has llegado tú aquí? Es que me sigue sorprendiendo siempre gente nueva que yo no he visto en ninguna parte. Una amiga me dijo que, si no te lo decían de motu propio, no era de "buen gusto" preguntar, pero no sé por qué;-) Yo creo que eso nos ayuda a conocer cómo funciona todo esto.
En cualquier caso, encantada de darte la bienvenida.

Antonio Azuaga dijo...

¿Qué podría decir yo que ya no te hayan dicho? ¡Nada…! Salvo agradecer este nuevo regalo para empezar junio con la compañía de tu palabra; para pensar, de nuevo, que el mundo no sería sin sensibilidades tan espléndidas como la tuya que nombran en las cosas y en los hechos las luces que poseen y no saben.

Gracias y un beso.

Olga Bernad dijo...

Antonio, tú aquí siempre podrás decir lo que quieras y cuando quieras. Esa sensibilidad y esa luz es precisamente la que das a cambio de nada, y tal vez por eso la ves.
Gracias a ti, siempre.
Y un beso.
Aquí me quedo, a esperar junio y lo que toque;-)

Juan Manuel Macías dijo...

Pues hago mías las palabras de nuestro querido Antonio Azuaga, no por pereza, sino porque me encanta coincidir con él, todo un gourmette (¿se escribe así) para la buena literatura, la que de verdad nos toca. Siento ser un tardón. Sí, ¿qué puedo decir ya que no se haya escrito aquí, con muy buen tino? A estas alturas sólo puedo venir y acompañar, en esta larga noche de San Juan.
Besos

Olga Bernad dijo...

Pues llegas a punto, queda media hora para que empiece;-)
Te pensaba perdido entre maquetaciones y traducciones de poetas alemanes y líneas coincidentes y esas cosas en las que te pierdes (qué ocurrencia, el alemán:-)
Y te digo lo mismo que a Azuaga: ven cuando quieras y di lo que quieras, que en esta casa tienes cuarto propio.
Y tu compañía será un lujo en junio. Seguro que trae soles hermosos... y ojalá alguna entrada en tus diosas, los seguidores ya estamos preocupados.
Besos, Juan Manuel.
P.S: Lo que traerá seguro es una nueva botella de Laphroaig, ¡viene Gema! Reservaré para unos cuantos brindis;-)

ONDA dijo...

Tan importante son las vivencias como sus esperas o anticipos como las antesalas de los sentimientos.

Mayo, nos decían de pequeños en el pilar mes de María. La Virgen nuestra Madre...

Por esta época, hace ya quince años, dejaba de vivir la mía.

Y se mezclan mis recuerdos de aquellas privameras, donde ya íbamos al colegio con pantalones cortos con los niquis, y con aquellas sandalias azúles y sin calcetines...

Olga Bernad dijo...

Sí, pensar algo es ponerte en guardia pero también esperarlo con ganas. "La antesala de los sentimientos", me gusta;-)
Mayo sigue siendo el mes de María, ella es el mayo suave que también es verdad, tan unida siempre al recuerdo de la madre. Es la nostalgia de nuestro propio paraíso en la tierra, para el que ha sido tan afortunado de poseerlo: una niñez feliz.
Un beso, Ignacio, muchas gracias.

Marta Fernández Olivera dijo...

Perdona Olga, te hice un comentario sin entrar en el blogger, y te saldra anonimo dijo...

:p

Olga Bernad dijo...

No me ha llegado ninguno, y sigo permitiendo la opción de anónimos. Me ha pasado ya con algún que otro comentario. Me dicen que me han mandado y yo no lo he recibido:-(
Ya me dirás si te pasa alguna otra vez.
Besitos.

Marta Fernández Olivera dijo...

Pues te comentaba que este texto me ha parecido una pasada, y este trozo se las trae de lo bueno que es "Pero junio es el sexo puro y duro tras el poético pálpito del corazón y el vientre."
Joer Olga como te pasas eres una Crack aunque no cobres como tal,
;) besos

Olga Bernad dijo...

Desde luego que no cobro como tal, jeje, ni como tal ni como nada; pero, bueno, tengo como pago algunos lectores como tú;-)
Petons.