jueves, 14 de noviembre de 2013

En la antología NUBE




Hace unos meses Rosarío Troncoso se puso en contacto conmigo para solicitarme algunos poemas. Tenía en mente una obra antológica de poesía femenina que acaba ahora de publicarse en Ediciones en huida.  Se titula NUBE y se presenta mañana, 15 de noviembre, en Sevilla (19h 30, Red House, C/ Amor de Dios, 7).   La selección es de Rosario Troncoso y el prefacio de Antonia Viñez Sánchez.

Las poetisas de la nube son: Amaya Blanco García, Ana Isabel Alvea Sánchez, Ana Pérez Cañamares, Ana Rodríguez Callealta, Carmen Moreno, Inma Calderón Gutiérrez, Isabel De Rueda Rubiales, Isabel Ordaz, Josefa Parra, Julia Conejo, Luisa Futoransky, Olga Bernad, Raquel Lanseros, Rocío Hernández Triano, Rosario Pérez Cabaña, Rosario Troncoso y Sara Castelar Lorca.

Uno de mis poemas aquí recogidos, aquel KING GEORGE que formó parte de Nostalgia armada (Siltolá, 2011):  

No quería decirte cualquier cosa
ni de cualquier manera.
Quería disparar sobre tu frente
para lavar de golpe mi memoria
con un simple y sencillo asesinato.
Ahora muerdo
el polvo de la pólvora quemada
pegado al paladar y a mi saliva.
Yo no te maté apenas, sin embargo
tu frente se ha tragado mis preguntas.
Toda la noche estuve dando vueltas
al rastro de los besos que inventaba
con inquieta nostalgia de novicia
-esa brutal nostalgia de todo lo no sido-
y recuerdo
que al despertar tenía ya en la boca
cobrado mi salario:
el sinsabor exacto de tu nada.

domingo, 10 de noviembre de 2013

El diablo puro

A Antonio Azuaga, amante de los sonetos y los silencios. Porque el deseo de escribir vuelve y toma sus caprichosas o necesarias formas.  Porque la gana es sagrada (Gerardo Diego dixit).

EL DIABLO PURO

Baila en mi corazón un sol helado
-el inocente abril, el diablo puro-
sobre el noviembre de la calle, oscuro
abril sobre mi corazón cansado.

Baila así mi candor, y mi tristeza
cabalga la ceniza del paisaje
lunar de las palabras.  Soy un viaje
de vuelta a la alegría y la pureza.

Caminar sobre el mar, cuidar un fuego
de tiempo inmaculado y de deseo.
Llorar sólo al final.  Vencerán luego

los deberes hambrientos del presente:
nombrar al pan, nombrar a la Justicia,
nombrar a Dios -en vano- entre la gente.  


Nota: Quiero agradecer la atención prestada a Algunos cisnes negros, apenas llegados a las librerías, por parte de Carlos Manzano desde el nº 31 de la revista Narrativas (páginas 133-138)  y a Álvaro Valverde desde su estupendo blog.  Grazie tante.