miércoles, 18 de septiembre de 2013

Edición especial de Andábata en la cárcel de Zuera.



El pasado día diez visité la cárcel de Zuera con mi novela Andábata.  En marzo habíamos estado ya en la de Daroca, de la que guardo un gran recuerdo. La actividad forma parte del mismo convenio entre el Ministerio del Interior y el Gobierno de la Comunidad que, desde la Biblioteca de Aragón, se desarrolla en colaboración con diferentes Centros Penitenciarios.


En este caso, la visita fue al módulo 14, un módulo experimental que reúne a unos internos especiales y especialmente comprometidos con su propia reinserción. El pabellón es incluso mixto (algo que yo no pensaba que existía en el mundo penitenciario).  La experiencia fue impresionante -para mí- y me consta que ellos también disfrutaron mucho de la charla. Además de la reunión por el ciclo de lectura, pude visitar todas las instalaciones del módulo: los talleres, el comedor, el gimnasio, la biblioteca.  También tuve la oportunidad de hablar con algunos de ellos mientras nos fumábamos un cigarrillo en el patio, e incluso de saludar a un interno que había estado en Daroca y se encontraba trasladado allí, aunque a otro módulo.  Me vine con el corazón un poco más lleno, con algunos poemas escritos por uno de ellos y con una preciosa “edición” de Andábata que me regalaron al final.  Un libro- joyero que hicieron en su taller aprovechando Aranzadis obsoletos. Una joya para mí.  Me encanta la ironía del reciclaje.  Andábata hecha de leyes que ya no sirven por presos que aún pueden hacer muchas cosas. La vida es así. Y yo les doy las gracias.  Ex corde.