domingo, 26 de febrero de 2012

El mar en la mano



Considero esta entrada un mero apéndice de ESTA OTRA.  Si entonces compartí rápidamente la emoción y la noticia, ahora, con el Mar en la mano, quiero contaros un poco cómo es.  Me doy por suficientemente felicitada (gracias, de corazón, a todos) y os dejo las palabras con las que se abre el Mar:

Cuando Javier Sánchez Menéndez, allá por febrero de 2011, me propuso formar parte de estos Inklings, lo primero que me planteé fue cómo interpretar de manera adecuada la idea que él me transmitía: «una muestra con­creta y exacta del recorrido de tus poemas, del punto en que se encuentran ahora y de tu propia percepción de la poesía». Hablar de poesía y mostrarla, incluir una poética, opinar. Soy reacia a teorizar y, si se trata de poesía propia, mucho más. Creo que es tarea difícil (y frecuentemente in­útil) intentar explicar todo aquello que nuestros poemas no puedan decir por sí mismos. Me pareció que, por mi parte, la mejor manera de mostrar un proceso que era tam­bién para mí un misterio reciente, la única posibilidad de abarcar esa realidad y ese deseo, llegaba a través de los pro­pios poemas.

La estructura de este Mar del otro lado consta de dos partes: La primera -«Sextante»-, es una selección de poemas ya publicados (doce de Caricias perplejas y dieciocho de Nostalgia armada, lo cual supone suficiente representación de lo que ambos libros fueron, si bien, inevitablemente, la unidad de los poemarios se sacrifica para mostrar retazos que espero sean significativos y dejen entrever lo esencial). Más que de mis reflexiones, decidimos acompañarlos de textos escritos por otros autores por considerar que esto ofrecería al lector una visión más caleidoscópica y más rica y, sobre todo, por ser fieles a la idea de «reunión» que la colección Inklings rememora.

Entre las generosas apreciaciones con las que ambos li­bros fueron recibidos, hemos seleccionado textos de Anto­nio Rivero Taravillo, Juan Manuel Macías, Eduardo Moga, Antón Castro, José Manuel Benítez Ariza, Enrique Villa­grasa, Julio Castelló, Antonio Azuaga, Álex Chico, Álvaro Valverde y Ángel Guinda, prácticamente todos publicados en su momento, bien como prólogos a ambos libros, bien como artículos en periódicos y revistas, bien en la red. Sirva esta inclusión de textos ajenos, aunque solo sea una muestra, para reiterar mi agradecimiento a todos aquellos que leyeron estos versos y escribieron sobre ellos.

La segunda parte, titulada «Mirafondo», es una selección de veintidós nuevos poemas. Algunos de ellos han sido ex­traídos de un libro que comencé en julio de 2010 y que hoy se encuentra todavía en periodo de construcción. No sé cuánto durará esta fase ni hacia dónde iré. Creo saber hacia dónde no quiero ir, y no me parece poco.

Estos cincuenta y dos poemas forman, en suma, El mar del otro lado. Intentan traer el rumor de lo que oí, de lo que oigo cuando la realidad se llena de puertas y las abro. Bajo el papel está la playa.

Olga Bernad, 1 de noviembre de 2011




Nota: Me escriben varios amigos para avisarme de que no he activado la opción de comentarios (no sería la primera vez;-) pero, en este caso, era intencionado.  Creo que he demostrado lo que me importan los comentarios y lo que me gusta hablar con vosotros sobre los poemas o las prosas que por aquí voy dejando; sin embargo, hoy solo quería dar algo más de información sobre el libro y, ante todo, agradecer la colaboración de los que me acompañan en él con sus textos. Todos habéis sido ya muy generosos tanto en la entrada que anunciaba la publicación del Mar, como en facebook o a título personal.  Descansamos en esta ocasión y volvemos a hablar en cuanto una prosa o un verso nos den excusa.

27 de febrero: Álvaro Valverde da noticia en su blog de tres de las últimas novedades de Siltolá.  Un trío de  aragoneses en el que tengo la suerte de estar incluida: Fernando Sanmartín y El llanto de los boxeadores en la colección de poesía, Antón Castro y una servidora en la colección Inklings, con Versión original y este Mar.  Gracias, Álvaro, una vez más.

2 de marzo: Novedades en Isla de Elca, el blog de Álex Chico.  Obrigada.

martes, 21 de febrero de 2012

Miliciana

Fotografía de la miliciana  Marina Jinesta. Tomada de AQUÍ.

Esta Miliciana ha sido, posiblemente, el más compartido de mis poemas.  Desde aquel lejano marzo de 2009, cuando la envié a Las Afinidades Electivas (inéditas aún tanto ella como yo), no dejó de aparecer por unos sitios y por otros: en el blog de Antón Castro, en el tumblr de un amigo secreto que tengo por ahí, en mi primer poemario- Caricias perplejas-, en la Antología YIN publicada por Olifante, en la Antología  Poetas del siglo XXI de  Fernando Sabido Sánchez…  Formará también parte de El mar del otro lado, en la pequeña selección de poemas antiguos que incluimos.  Hoy, Luis Miguel Rabanal la lleva hasta su blog y, además de darle las gracias, aprovecho para traerla por fin al mío.

No sé por qué nunca había llegado aquí, la primera casa de todos mis poemas.  Me alegro de darle por fin su sitio.  Ella, con sus arrebatos incendiarios de índole más sensual que destructiva (pero quién sabe), me acompaña siempre.

MILICIANA

Voy a quemar el pueblo y sus iglesias.
Voy a descerrajar todas las casas,
los cofres, las malditas celosías
por donde llueve luz sobre las celdas.
Y voy a ajusticiar a los soldados:
los pondré de rodillas y de bruces,
los amaré hasta que se acabe el día
y les haré creer nuevas mentiras.

jueves, 9 de febrero de 2012

Mi nuevo libro: EL MAR DEL OTRO LADO


Me escribe Javier Sánchez Menéndez hace diez minutos y me dice que ya no ha podido aguantar más y ha dado la primera noticia en el blog de Siltolá.  Todavía está en prensa pero ya está en marcha.  El mar del otro lado.  Ahora sólo quiero compartir la emoción y la alegría.

Es un libro muy especial para mí en el que se muestra una parte de mi trayectoria anterior, algunos textos de otros autores y amigos y 22 poemas nuevos.  Se trata del quinto título de una colección preciosa  llamada Inklings en honor a aquella tertulia de académicos y escritores ingleses, entusiastas de la literatura y defensores de su difusión, que se reunían entre los años 30 y 60 del siglo pasado en las habitaciones de Tangye-Lean en el University College de Oxford.  En esta nueva colección, me acompaña Versión original de mi querido Antón Castro- también en prensa- y nos han precedido sendos títulos de José María Jurado, José Luis García Martín y Antonio Colinas.

Daré más información (cuando la sepa;-) pero de momento podemos confirmar su presentación en La Casa del Libro de Sevilla el próximo 22 de marzo. Planes desde el invierno hacia la primavera.  Ojalá El mar del otro lado encuentre el camino hacia vosotros.

 10 de febrero: El Mar ya está en la sopa (los más rápidos).
 13 de febrero: Un poema del Mar en el blog de Emma Gunst
 14 de febrero: La Intrusa también con los poetes, y la noticia en el desván de Mariano Ibeas. Además, Siltolá publica ya la ficha del libro: AQUÍ.
 17 de febrero: El Mar en Las diosas y las nubes, de Juan Manuel Macías.
 21 de febrero: La Miliciana del mar en el blog de Luis Miguel Rabanal
 Espero tenerlo en la mano muy pronto   
 Gracias a todos, ex corde.
 26 de febrero: ¡EL MAR EN LA MANO!

lunes, 6 de febrero de 2012

Suicidas japoneses

¿De qué estaban cansados esos jóvenes guapos, listos y japoneses que se citaban por Internet para suicidarse? Quizá pensaron que bastaría rendirse para descansar.  Quizá el abismo al que se asomaron les emborrachó.  Quizá el vacío deja de tentarte si te lanzas a él o contra él, o acaso se abrazaron con él.

¿Será el suelo un final o encontraron allí el comienzo de otro mar más profundo?  ¿Hay algo de aventura en ese salto? Ese gesto total que supone mover la rienda para iniciar la última galopada.  ¿Tenemos todos entre las cejas un remoto despeñadero agazapado? ¿Hay alguna grandeza en caer más deprisa y evitarle así al tiempo su tedioso trabajo?

Tal vez los más valientes sepan dar media vuelta, tal vez los cobardes están siempre a salvo del vértigo, distraídos por su miedo.  Tal vez los egoístas sean el triunfo de la creación, perfectamente equipados para la supervivencia.  Creo que me consuela pensar que estaban locos.  Pero eso no es tan raro.  Si sabes que lo estás, aléjate de ahí. Que nadie te dé vela en ese entierro.

Y yo, que no soy al final ni muy valiente ni muy cobarde, ni demasiado loca ni demasiado cuerda, cargo con la melancolía que me ha tocado en suerte, ese trozo de nada que soñaba con todo, y pienso hoy en jóvenes suicidas japoneses. Me pregunto por qué miro un vacío que nunca me ha llamado.  Quizá la terquedad que atrapa mi mirada es la misma que me hace retirarla.  

Nota: Mi agradecimiento a Agustín Calvo Galán y su generosa entrada sobre realidad, poesía, Caricias y Nostalgia.  AQUÍ.