miércoles, 1 de septiembre de 2010

Fanáticos y radicales (Sic transit gloria mundi)


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Aunque el templo y la liturgia sean hermosos, el gesto no arma la doctrina.  Es al revés. Antes fue el corazón, luego el recuerdo, finalmente las formas. Cuando vacíes éstas de todo calor humano, sólo te quedará el ademán de inquisidor, la fría boca, lavando tu conciencia en miedo ajeno si tienes poder para ello, maldiciendo el mundo y sus modernidades si sólo eres uno más –aunque para mí siempre fuiste otras cosas: aquellos caballeros, San Luis muriendo sin parar en un poema; Chateaubriand al final, acorralado por la vulgaridad, el mar de la Bretaña, el tiempo nuevo.

No es extraño que seduzcas así, pues de una manera oscura estás iluminado (por eso arrasas casi cíclicamente conciencias y paisajes).  No es difícil tampoco que el poder te sostenga algunas veces con sus manos de hierro. Pero intentar quererte es como alimentar a un perro peligroso. Morderás al final porque es tu sino. Nosotros lo sabíamos, por eso hicimos cada revolución sobre precisas máquinas que limpiaban las gargantas de toda culpa. Hubiese querido compartir contigo la noche y el momento y, sin embargo, sólo puedo contarte cómo embriaga la sangre y la esperanza, dando a cada cuchilla un brillo de inocencia.

La nueva crueldad te superaba, y el mundo y el poder te traicionaron. Son amantes volubles, nunca serán nosotros.

Hace un año:  Lejos del cielo     Hace dos años:  No volver

Nota: Comenzamos el curso poniendo en pie una vieja idea que aún no sé muy bien cómo se irá desarrollando.   Click aquí.
4 de septiembre: Me entero de que, a principios de junio, un poema mío viajó hasta muy lejos.  Gracias, Miroslav, por incluírme entre tus autores.    

30 comentarios:

Durrell dijo...

Qué bien cabalgan esos caballeros sobre esta prosa poética y qué extrañamente bello es este texto. "Microrrelatos largos y cuentos normales". Hasta la etiqueta se cuestiona el mundo... del relato.

Me sorprendería que no me sorprendieras.
Espléndido.

Olga Bernad dijo...

Ah, los caballeros. Siempre me encantó esa escena, preparándose para la batalla. Un poco como todos, siempre. La etiqueta me ayuda a entender lo que no entiendo, como el relato (que ni yo misma entiendo bien, no te creas:-)
Pero gracias por la fidelidad. Seguro que vos no sóis un amante voluble.

Miguel Estrada Pérez-Carasa dijo...

Precioso texto, Olga.
Yo tampoco sé bien lo que me digo. Pero la belleza tampoco tiene explicación, y eso me basta.
He disfrutado muchísimo. Muchas gracias.
Un abrazo.

Araceli Esteves dijo...

Guau, OLGA, qué bien expresas eso que no se puede expresar.

Juanma dijo...

Sencillamente soberbio el texto, querida Olga.

Besos.

Olga Bernad dijo...

Miguel, es el riesgo de dejarse llevar; tal vez la belleza sí tenga explicación, pero a veces es mejor no darla.

Abrazos.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Araceli. Quiero pensar que, de una manera u otra, todo se puede expresar. Encontrar esa manera ya es bastante batalla...

Olga Bernad dijo...

¡Gracias, Juanma!
Un beso.

Juan Manuel Macías dijo...

Como todo buen poema (como todo poema tuyo, quiero decir), podemos afirmar: no es lo que dice, sino lo que es.
"Antes fue el corazón, luego el recuerdo, finalmente las formas". Qué precisión. Y qué verdad. Pero aquí el corazón es forma y la forma corazón. Esa preciada unidad, a salvo siempre. Un corazón tiernamente matemático y un poema que es como una espada antigua. En esos límites está todo el inmenso corazón del herrero (en este caso, la herrera).

Inmenso, Olga. Enhorabuena, admiración y besos.

P.D.: Llevo un mes de agosto apretadillo, así que he llegado tarde para felicitarte por tu publicación en Rolde. Te voy a acabar pidiendo que me firmes, no ya tus publicaciones, sino mi mesilla de noche, y acabamos antes jeje

Olga Bernad dijo...

Ay, Juan Manuel, creo que ya te conozco bien y no das puntada sin hilo. Tal vez es un poema, sí, incluso aparece (cómo no, si escribo "al dictado";-)la métrica entre líneas. Sea lo que sea, me importan la precisión y la verdad, y también el corazón como motor. El tema me seduce y me apasiona. Fanáticos y radicales de todo pelaje suelen equivocarse siempre, pero creo que, en el origen, les sobra corazón. Su pecado no es al menos la tibieza, la mediocridad ni la corrección interesada. Algo terrible en la vida y aburrido hasta más no poder en la literatura. Aquí pueden cabalgar, ser traicionados, ser olvidados, renacer, matar y morir. Todo.

Venga, traéte la mesilla para Zaragoza y te hago un pirograbado, jeje, que ya te he puesto falta unas cuantas veces;-)
Besos y mil gracias.
Ánimo con todo ese trabajo, merece la pena.

Dyhego dijo...

Siempre he creído que los rituales son necesarios para la cohesión del grupo... pero en cuanto pierden su sentido... ¡a la hoguera! (los ritos, las pesonas no)
Salu2

Olga Bernad dijo...

Los ritos valen lo que vale lo que sostienen. Pero es cierto, lo malo es cuando sólo los sostiene el gesto. Una conocida tuya, Marta, decía que es haber perdido la perla y quedarse con la maldita concha.
Sin embargo, en principio, el rito es nuestra forma de repetir y guardar aquello que nos mueve.
Es un tema para muchas entradas, quizá lo he abordado en forma de relato para ser más libre, no sé, o no tener que responder de lo que digo. No lo sé.
Saludos.

Dyhego dijo...

OLGA:
No tienes que sentirte obligada a responder de lo que digas. Son entradas y temas que pueden ser abordados e interpretados de mil maneras.
Ya me dejas intrigado porque no caigo en quién es Marta.
Ayer pillé in fraganti a mi moza leyendo tu "Andábata".
Salu2.

Olga Bernad dijo...

Eso es cierto. A veces, más que dar explicaciones, lo que pasa es que las buscas escribiendo, leyendo y también hablando con otros.

Entonces pregúntale a tu moza quién es Marta;-))
Oye, espero que le guste.
Un abrazo.

Angós dijo...

Corazón y poemas por un lado y explicaciones por otra. No entiendo mucho, pero mal asunto. Eso me dirías tú.
Es un texto raro, uno piensa qué bonito y qué raro.

Olga Bernad dijo...

Pues sí, seguramente eso te diría yo;-) Sin embargo, antes, durante y después de escribir (como de leer) se busca también -no sé si explicación es la palabra- la extraña coherencia que intuimos en un texto que nos "ocupa", su secreto o algo así, aunque no acertemos a encontrarlo y tal vez tampoco lo deseemos.

Iseo dijo...

"Pero intentar quererte es como alimentar a un perro peligroso. Morderás al final porque es tu sino." Me ha encantado. En tu línea, como siempre. Besos

Olga Bernad dijo...

Iseo, hay cosas irremediables, sí, para qué extenderse más sobre el asunto.
Un beso y muchas gracias.

Isabel Barceló Chico dijo...

Un texto muy sugerente, olga. Y, como siempre, con calado.
Un abrazo muy fuerte y que ese proyecto que llevas entre manos vaya encontrando su camino.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Isabel. Encontrará su camino o caminillo;-) A mí me apetece mucho, aunque me lo voy a tomar con bastante calma, que casi no atiendo bien ni este blog ni los de mis amigos, ay. Esperemos que el curso nos centre.
Un fuerte abrazo.

veridiana dijo...

Ahora que estamos con la película de Lope (por cierto muy bonita),te veo en el Siglo de Oro,con un éxito considerable.

Un beso

Olga Bernad dijo...

Aún no la he visto, pero le tengo ganas, a ver qué han hecho;-)
Pues mira, entre la oscura y bella época medieval y la limpia y dieciochesca guillotina... siempre nos quedará nuestro Siglo de Oro, que en letras lo fue de verdad. Es bueno tener hacia dónde mirar;-)
Un beso, Circe.

Jaimemarlow dijo...

Hace mucho que no entraba por aquí, y me encuentro con una perla. Tendré que entrar más a menudo.

Olga Bernad dijo...

Tampoco ha habido mucho movimiento, Jaime. La verdad es que en verano cogí una pájara de campeonato; es difícil acabar contenta con un texto y colgarlo. No es cada vez más fácil, sino al revés.
Me alegra mucho que te haya gustado.
Por aquí seguiremos, a ver si encuentras más "perlas";-)

Siempre un placer.

gbp dijo...

Ay Olguichu, ese tono de cuento raro me gusta mucho, mucho, mucho. Nunca estás contenta con nada, tiras demasiadas cosas. Al menos este se ha salvado...
Muchos besitos desde el frío.

Olga Bernad dijo...

Es higiene mental, sister. Let it be;-) Cuentos raros sería otra buena etiqueta, sí. Y la salvación tiene que costar para que tenga Gracia.
El final del verano se alarga mucho por aquí; en el fondo, tiene algo de tortura.
Kisses para el frío.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Así estoy hoy preparándome para la batalla,esta noche retomo mis quehaceres laborales.....normalidad.
Es un texto muy rítmico,"conciencias y paisajes"....me encanta como siempre....
Besos

Olga Bernad dijo...

Sí, septiembre es un mes muy de batalla. En tu caso, la vuelta a la normalidad supone ya haber vencido en una. Me alegro un montón (pero cuídate,compa).
El ritmo del texto es el del galope. ¿Has visto como cabalgan, tan serios, tan perfectos, y cómo se vuelve primavera todo lo que tocan? Yo no sé dónde están los caballeros de las películas, pero deberían estar en alguna parte, aunque tengan su lado oscuro;-)
Besos y gracias.

Mery dijo...

Lo bueno de estos relatos un poco confusos es que cada lector le dá su propia luz y lo acomoda a su antojo.
La belleza de la composición es puro arte, que sólo le está permitido al buen escritor. Verbigracia, señorita.
Un abrazo

Olga Bernad dijo...

El texto me preocupa siempre, Mery, en este caso me preocupa un poco más;-)
Pero es cierto, cada cual tiene que poder hacerlo suyo, de lo contrario no es de nadie. Eso está bien si no lo muestras, pero, una vez mostrado, te gusta que otros ojos lo "adopten" de una manera u otra.
Muchas gracias por esas palabras, Mery. Un fuerte abrazo.