miércoles, 4 de noviembre de 2009

Perros de noviembre

Será agosto y, en sueños,
vendrán ladrando perros de noviembre.
Y sueño que estoy sola
-sueño muy a menudo que estoy sola-
y el mes terrible en el que nuestro invierno
es más que una amenaza
(son los golpes por estrenar del frío)
el mes que odia mi sangre y mi silencio,
olerá desde lejos mi tristeza.
El mes más vil, el mes de los suicidas,
el que arranco de cuajo en los diarios.

Olga Bernad
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NOTICIERO

9 de noviembre: Ayer me di cuenta de que Mariano Ibeas había dejado este fruto de otoño en su desván. ¡Gracias!
5 de noviembre
:
A pesar de los perros de noviembre, una excelente noticia: he sido seleccionada por Ángel Guinda para formar parte de una ANTOLOGÍA DE POETAS ARAGONESAS (1965-2010) que se publicará en la editorial OLIFANTE en los próximos meses.
4 de noviembre
:
1-Se presenta en Zaragoza la Antología de poetas de la margen izquierda. Ángel Sobreviela nos muestra en su blog el índice completo.
2-El Círculo Fotográfico de Aragón inaugura exposición. Nos pasaremos sin falta.
3-El poeta, narrador y amigo Juan S.-Vico gana el premio Lletres Noves de cuentos para jóvenes.
4-Además, apareció ayer el sexto número de la Revista de Humanidades Kafka. No se la pierdan.
Enhorabuena a todos.

Por cortesía de Alfaraz, les dejo esta curiosidad: una imagen de la primera edición de las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna, en la cual se ha inspirado la colección de poesía Siltolá: ¿les suena?
Algunos lectores siguen preguntándome cómo conseguir Caricias perplejas. Informo de lo que me va llegando: en Zaragoza ya está disponible en Antígona y Cálamo; puede encargarse en La casa del Libro y en Portadores de sueños. En Madrid sé que se encuentra en Hiperión. Por Internet puede comprarse directamente a la editorial, en Beta digital , en Rayuela , en Proteo, en Laie-Barcelona y en Babel.
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Hace un año
La isla
Amores platónicos
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70 comentarios:

gbp dijo...

"el mes que odia mi sangre y mi silencio,
olerá desde lejos mi tristeza."

Cariño, qué aullido de poema. La fuerza de tus poemas cortos siempre me deja sin aliento al leerlos. Precioso;a pesar de que yo adore noviembre).

Mil abrazos cálidos

Olga Bernad dijo...

¡Gema! Creo que es la primera vez que dejas el primer comentario! Chica valiente, se nota que es tu mes. No es el mío, ni noviembre, ni diciembre ni enero... pero noviembre es peor: queda todo por delante. Siempre me pregunto si lo soportaré. La fuerza del poema es esta vez la del aullido.
Al menos en diciembre vienes tú y tu cálida presencia;-)

Izarbe dijo...

He estado a punto de ser la primera,se me ha adelantado Gemma.Siento que has comenzado este mes un tanto triste, o sólo es un poema...
Como sabes, noviembre para mi tiene un sentido especial desde hace ya casi 3 años, antes probablemente estaba contigo en ese sentir, ya no lo recuerdo.
Esa soledad que sueñas, confío en que sea sólo un sueño y despiertes rodeada de los que te quieren.
Un abrazo

Olga Bernad dijo...

¡Izarbe! Está claro que, en noviembre, los últimos serán los primeros;-)
El tiempo me afecta mucho, casi todos los meses aparecen en los poemas. Todos traen consigo cosas buenas y malas, pero noviembre es para mí de lo más duro. De todas formas, a veces los acontecimientos niegan nuestra manera de sentir. Espero un buen noviembre, no tengo remedio;-)
Soy una mezcla rara de pesimista-optimista.
Besos para ti y tus frutos de noviembre, je.

Juan Antonio González Romano dijo...

Muy bueno, Olga, impactante. Acabo de salir de clase y hablar sobre Larra; hemos estado leyendo su "Día de difuntos de 1836". No veas el impacto. Este poema habría sido el colofón a la clase: mañana caerá.
Y gracias por la imagen de las Greguerías.
Besos.

Máster en nubes dijo...

Uf, Olga, que son sueños, nada más, que estás en racha y muy acompañada, me parece. Ay, de verdad, que fuerte, hermana, que es como un puñetazo en los morros este poema, bien ¿eh?, pero es que me has dejado KO. Tengo que recuperarme ahora, perdona, ha sido como un jarro de agua fría, a veces es muy bueno. Un abrazo fuerte y felicidades

Aurora

Olga Bernad dijo...

Juan Antonio, has traído al poema un ilustre suicida romántico que también oyó ladrar a los perros de noviembre en su día de difuntos, allá por 1836. Esos perros son duros de pelar, resisten. Y ladran; a Larra pongo por testigo;-)
Ten piedad de tus alumnos,que son jóvenes e influenciables, los angelicos:-))))
La imagen me la envió Alfaraz por correo, una cortesía de esas que a veces tienen los lectores y que te alegra la mañana. Como tus palabras sobre este poema.
Abrazos.

Olga Bernad dijo...

Aurora, duquesa y hermana bolchevica (sólo en arrebatos:-). Lamento el puñetazo. Frío es lo que sentía al escribirlo. Frío.
Yo estoy bien, pero eso no importa, es curioso entregarse a una sensación así.
Tenemos que hablarlo;-)
Me alegro muchísimo de haberte impactado.
Un abrazo fuerte.

ana dijo...

... Es ya más que una amenaza el invierno, sí... mes de noviembre. Que no se apague del todo la pequeña candela, esa que es una pequeña esperanza que brota del sueño. Del sueño que es siempre el invierno.

Un abrazo.

Y que se nos haga corto...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Un poema muy hermoso, pero los últimos versos son señeros.

Olga Bernad dijo...

Que se nos haga corto. Yo lo arranco directamente del calendario, a los perros de noviembre hay que oírlos como los marineros a las sirenas: no hacer caso, y esperar que se vayan.
Pero se meten en los sueños y en los poemas...
Un abrazo, Anita.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Jesús. Los últimos versos son el gesto de la voluntad; pero en este caso (y mira que es difícil decirlo de un poema propio)mis favoritos son claremente los dos primeros. No sé por qué son los que se me quedaron luego en la cabeza...

Araceli Esteves dijo...

Pasarán los perros de noviembre y vendrán los renos gordos de diciembre, que esos vestiditos de Papa Noel sí que dan grima.
Me gustó el poema.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Recontra....por no decir algo más fuerte...."como me gustan tus poemas",da igual largos que cortos...
que fuerza me invade que hasta yo que no tengo aversión a ningún mes (excepto los de calor) ya no me gusta noviembre.
Besos

Olga Bernad dijo...

Ay, Araceli,como decía Jack el destripador y los Estopa, vayamos por partes. Lo de los renos y Papá Noel para cuando toque;-) No nos agotemos innecesariamente.
Me alegro mucho de que te guste el poema, a mí me has hecho sonreír.

Olga Bernad dijo...

Todas las manías y supersticiones tienen tendencia a contagiarse... tú disfruta de tu invierno y no hagas ni caso;-)
Sé que te gustan mucho mis poemas, lo sé, y eso me sirve de mucho, Tere, una de las más "veteranas" lectoras de esta bitácora. Te lo agradezco muchísimo.
Besazo.

Angós dijo...

No se cómo lo haces. Me sorprendes hasta a mí que tanto te conozco.
Es buenísimo. Y parece tan fácil.

Olga Bernad dijo...

Pues gustarte a ti en esta faceta era mucho más difícil;-)
Gracias, Angós, de verdad.

María dijo...

Tiene mucha, mucha fuerza este poema, Olga. Una fuerza fría como el invierno...

Si yo pudiera arrancar algún mes de la agenda sería alguno de estos de invierno... Odio salir de noche del trabajo!!!

Besos

Olga Bernad dijo...

Fuerza y serenidad es algo que me repiten mucho cuando hablan de mis poemas. Es muy curioso.
Fuerza fría. Me gusta.
¿Y qué me dices de levantarte de noche? Yo creo que levantarte para trabajar cuando hace frío y todo esta oscuro es hasta antinatural;-)
Si algún día tengo pasta, emigraré a un país cálido desde todos los Santos hasta Santa Águeda. Con octubre y febrero y el fresquito de marzo, me sobra para quitarme las ganas de otoño e invierno.
En fuán, que diría Tip. A pasarlo.
Besos, Rocío.

Manuel Arribas dijo...

¿Qué clase de perros serán esos?, me pregunto intrigado.
¿Serán los perros que produjeron los desgarros en lo más querido por nuestro ser, hasta dejarlo tan frío como el más puro invierno?

Un abrazo
Manuel

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¡Qué portada más bonita!

Alejandro Muñoz dijo...

Créeme. Ayer, cuando me hablaste de la tristeza de noviembre, acudí a Caricias Perplejas buscando si había pasado por alto un poema con ese nombre.

En su lugar, encontré recetas para combtir el frío en las noches de otoño.

Me ha gustado el poema, justiciero con el mes más vil.

Olga Bernad dijo...

Perros crueles, desde luego.
Mejor mantenerse a distancia, Manuel. Mordiscos de frío. Yo creo que el frío es incompatible con la vida, siempre se habla de "frío mortal".
Un abrazo cálido.

Olga Bernad dijo...

¿Has visto?
Je;-)
Ha sido un detallazo por parte de Alfaraz.
Abrazos, gaditano.

Olga Bernad dijo...

Desde noviembre del año pasado no publico poemas de Caricias perplejas, salvo colaboraciones con otras bitácoras y excepción hecha del poema "Rectas".
De diciembre a octubre son ya de un nuevo poemario del que tampoco voy a colgar ninguno más.
Ay, aquellas noches de otoño, qué bonitas;-))))) Pero me refería a septiembre, seguro;-)
Un saludo, Alejandro, gracias por tu atenta lectura del libro y del blog.

s dijo...

Maravillosos estos perros del frío que acucian al silencio de la soledad y el miedo: el miedo que crea premoniciones y con el que tenemos que luchar.

Abrazo fuerte.

Olga Bernad dijo...

Sergio, precisamente dudé entre colgar éste u otro titulado "premonición" que a lo mejor dejo para más adelante, ya veremos.
Sí que hay que luchar contra ellos, e ignorarlos, como a las sirenas. Ag.
Me alegro mucho de que el poema te guste. El poema, siempre a salvo;-)
Un beso hasta Algeciras.

Fernando Gonzalez Seral. fgseral dijo...

...me ha gustado tu poema!!!. Pero para mí el mes de noviembre, es de los que más me gusta.
...Siempre hay una cara y una cruz...
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Tú eres como mi hermana, pues;-)
Siempre hay una cara y una cruz. Las cruces vienen solas, a mí hoy me ha llegado una terrible, pero también tenía una alegría guardada: la próxima publicación en OLIFANTE.
Así son las cosas y, entre medias, si aún nos sale algún poema (o alguna foto) nos podemos dar por satisfechos.
Un besazo, maestro en cielos;-)

Miguel dijo...

Mi mejor amigo, que murió de sobredosis,una vez que apuró las reservas de su soledad, estuvo incubando aquel agosto su marcha en las playas de Cadiz sin que yo lo advirtiera. Cualqier aspiración insatisfecha se prolongó hasta novienmbre y ël ya no pudo más. Cuántas cosas me han dicho para aliviar este desconsuelo. También tu poema me ha traido el recuerdo de esta desgracia, aunque el terror y la tragedia que avecina el invierno no las comparto. Me encanta el otoño: al fin, ha refrescado después de unos días casi veraniegos y pocos sevillanos olvidan celebrarlo en sus conversaciones; todos damos gracias. Pero. definitivamente, y aunque no juzgue al cielo, con las nubes de estos primeros días de mes también me dan ganas de arrancar la hoja del almanaque y sonreir a no sé qué estación propicia que hubiera borrado la tristeza de mi amigo. Si fuera posible.
Hermoso poema, Olga. Salud.

enrique dijo...

Como Vos, tampoco es mi mes. Ni los que quedan, hasta allá por mayo.
Meses de cierzos y fríos crueles.
Al menos calientan tus palabras rebeldes los fríos del alma...

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Miguel. Es verdad, perder un amigo es una desgracia como pocas. Cuando la muerte se los lleva, nada podemos hacer; cuando los perdemos irremisiblemente en vida, la tristeza también es inmensa. En ambos casos, noviembre se hace fuerte y los perros se hacen un poco más salvajes, ladran en el alma.
Intenta disfrutar de ese otoño dulce del que hablas, el descanso del calor y la caricia de la ropa de abrigo.
Tu amigo ya no está triste.
Un fuerte abrazo, Miguel.
Salud.

Olga Bernad dijo...

Palabras rebeldes, gestos rebeldes y tan ingénuos como arrancar noviembre del calendario...
Mis meses gloriosos son marzo, abril y mayo.
Dime que volverán, Enrique;-)

Anabel dijo...

Todo pasa, también noviembre y sus perros.

Cuando menos te des cuenta, tendrás a la primavera llamando a la puerta.

Besos,

Anabel, la Cuentista

Olga Bernad dijo...

Así es siempre, nada tiene demasiada importancia, ni siquiera ellos. Tampoco nosotros ni nuestros miedos.

Un beso, Anabel, y muchas gracias.

Blackbird dijo...

El buen o mal tiempo es en definitiva el que pasa en tu alma, y aunque fuera haga frío yo creo que con todo lo sucedido en estos últimos días y meses tendrías que estar muy muy calentita . De verdad Olga ¿hay motivos para odiar estos días? Yo en tu lugar tendría fiebre, y no por la gripe A. Este noviembre no es como otros noviembres

Tu ya no puedes volver atrás…

Siempre adelante y besicos Olga

Olga Bernad dijo...

Black, yo me alegro y comparto la alegría sinceramente. Muchas veces lo has visto. Pero, como decía el torero: "...nadie sabe lo que le pasa a nadie". Lo que pasa en el alma es territorio comanche, en la propia y en la de los demás. A veces no es bueno demostrar tan claramente la alegría, ni la tristeza. Pero las sensaciones vienen así, les presto la voz, hago poemas.
Luego vivo como todos los demás, porque la vida ya nos empuja, como un aullido...
Me conmueve que tú siempre quieras verme feliz. Me hace pensar que a pesar de los pesares, tengo amigos, tengo amor, tengo amigos...
Pero todo esto tan hermoso lo escribió otro suicida, como Larra.
Besicos, Black, nos vemos la semana que viene.

Blackbird dijo...

Ciertamente la alegría ha dado pocas obras maestras a la Literatura, en cambio la tristeza ha llenado las estanterías de las bibliotecas.

¿Que l'imos a fer?

Besicos,

PD. La semana que viene no puede ser, ya te cuento.

Olga Bernad dijo...

Hay un tiempo para todo, hay motivos para todo; de hecho, nos sobran. Pero la literatura parece inclinarse por el conflicto, es cierto. Que l'imos a fer, Black.
Vale, mantenme informada.
Pocon.

Gemma dijo...

Me gusta especiamente esa doble anticipación en la que se instala el poema. Todavía no es ni agosto ni noviembre, pero los meses se suceden arrancándose las horas como verdaderos perros rabiosos.

Un beso (y buen fin de semana)

Olga Bernad dijo...

Siempre me anticipo un poco, es cierto;-) Forma parte de una serie en la que ha ido desapareciendo esa "nostalgia armada" y aparece como tema central la pre-ocupación y la premonición. De hecho, como le he dicho a Sergio, he estado a punto de colgar un poema titulado precisamente "Premonición", pero no lo considero terminado.
Bonita imagen la de los meses como perros rabiosos que se suceden arrancándose las horas...
Un besazo, Gemma, y muy buen fin de semana también para vosotros.

Mery dijo...

Ay, Olga, qué retraso llevo con tu blog y con todos. Estoy teniendo unos días complicados y me va a costar ponerme al día (pero lo haré).
Este poema me ha alborotado el ánimo-en el buen sentido- que estaba yo un poco aplanada. El último verso, chapeau.
Un beso

Olga Bernad dijo...

Mery alborotada, tómatelo con calma;-)
A mí me pasa igual, pero procuro leer con placer y no crear otra obligación, que bastantes tenemos. A veces lamento no poder seguir el ritmo de todos, pero luego me pongo al día.
Tirón de páginas en el calendario, que dejen de ladrar... Un pobre "aquí mando yo", pero en fin;-)
Un beso de antes de comer, hoy me tomo postre (para endulzar noviembre, jeje).

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Olga, en Calamo no queda ningún ejemplar de tu libro me he llevado yo los dos últimos...lo miro y lo remiro y lo abro emocionada....por fin tu libro de poemas en mis manos...es el primero y no sera el último.
Besos

Maria Luisa dijo...

Querida Olga-

Un delicioso y a la vez triste poema...

"- sueño muy a menudo que estoy sola-"
Y no me gusta...

Un abrazo.

veridiana dijo...

Ya he podido disfrutar de tu poesía.
Es de una gran belleza,puedes considerarte de las poetas actuales más importantes.

Un beso

Juanma dijo...

Sensacional esa imagen de los "perros de noviembre"...absolutamente rica la imagen. El mes que huele la tristeza, el sueño frecuente de la soledad...uf. Me ha gustado muchísimo este poema, Olga. Es un poema serio, duro. Es noviembre.

Besos.

Olga Bernad dijo...

Tere, quién nos lo iba a decir a nosotras (al menos a mí, porque tú lo tenías clarísimo.-) cuando nos conocimos en enero y te firme aquel libro de otra hasta que tuviera el mío, jeje. Y ahora tengo uno firmado para ti y tú te dedicas a agotar las existencias de Cálamo;-)))), como no quedemos esta semana me vas a oír, compa.
Un montón de besos.

Olga Bernad dijo...

Ay, Reina Madre, a mí tampoco me gusta soñar eso, también sueño otras cosas como lo del hombre del sótano, etc:-) así que mejor no quejarse. Además, no estoy sola, que es lo importante. Ni tú.
Abrazos, madraza.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Veridiana, me di cuenta por tu comentario en la imaginaria de que ya tenías el libro.
Me hace mucha ilusión que me digas semejante cosa, pero es suficiente con que os guste el libro y con todo lo que está pasando. Además, la poesía es una cosa tan minoritaria que no son importantes ni los que lo son, esa es la verdad, y el que piense otra cosa se equivoca. Qué más da;-)
Besazo.

Olga Bernad dijo...

Es noviembre, Juanma, con su ladrido, con su manera de seguirte el rastro. El que es capaz de oler tu tristeza y atraparte en agosto. Incansable, animal. En el fondo, es un mes muy poético,un poco de dureza tampoco viene mal. Pero aunque en un poema cabe todo, y no tenemos que explicarlo, ojalá en la vida todo fuese tan sencillo como arrancar las páginas del calendario.
Un beso también para ti.

NEVSKY dijo...

Felicidades Olga.

Antonio Azuaga dijo...

El poema es contundente, Olga, vitalmente contundente. No es de extrañar: es lo tuyo. La tristeza que presume, no le arredra; al revés, le da bríos. Y arranca “de cuajo” el mes que la atestigua. No se queja, no se lamenta, no se compadece... ¡Destruye su testimonio! Eso es afirmación vital. Lo tuyo, vamos.

A Nietzsche le hubiera encantado.

A mí, también.

Un beso.

Blackbird dijo...

Esto...
me parece que yo llegué antes que Tere a Cálamo y me lleve el antepenúltimo libro tuyo.

Es que tenía que tenerlo y no me gusta mucho Internet para comprar.

Besicos

Olga Bernad dijo...

¡Gracias Nevsky! Me alegra verte también por aquí porque el feis no me funciona ni desde casa ni desde el trabajo... a ver si me meto a un cíber y echo un vistazo y actualizo;-)
Seguimos en contacto.

Olga Bernad dijo...

Antonio, yo no sé de dónde me sale ni la tristeza, ni la contundencia, ni la extraña serenidad ni la pasión que todo lo envuelve. Pero es así. De no escribir poesía, habría acabado explotando. No quiero perder tiempo ni versos en lamentos, quiero que tú me leas, maestro (que habla de Nietzsche en primavera;-) y encantarte.
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Black, una de las cosas que más ilusión me hacía era ver mi libro en Cálamo, y no he podido ir... y os los habéis llevado todos:-(((((
¿Tú crees que pondrán más?
Yo quiero una foto de las Caricias en Cálamo, ay.
Besicos.

NINGUNO dijo...

Hola, Olga: ya tengo tu libro y lo estoy leyendo con gusto. He tomado de tu blog (con tu permiso) un poema y un comentario. Ayer se hizo la presentación de la antología de los "marginales de la izquierda del Ebro"... buena suerte también con vuestro proyecto.
Un saludo
Mariano Ibeas

Ramiro Rosón dijo...

“El mes más vil, el mes de los suicidas,
el que arranco de cuajo en los diarios”.

Hermosos versos, impregnados de un hondo aliento elegiaco. Están cargados de una furia dramática, una “terribilità”, como dirían los italianos, que les da intensidad y belleza; pero también guardan un trasfondo de melancolía. Ese noviembre, ese mes que has arrancado de cuajo de los diarios, se ha convertido en un poema que concilia dos emociones en apariencia contrarias, pero en el fondo hermanas: la melancolía y la furia.

Por otro lado, esos perros que ladran en tus versos me recuerdan a un poema que yo escribí, hace ya un tiempo, sobre un perro que estuvo ladrando, en los aledaños de mi casa, durante varias noches, quejándose en una continua lamentación desgarradora.

Un fuerte abrazo, Olga.

P.S.: Enhorabuena por la noticia de la antología.

Olga Bernad dijo...

Mariano, no pude ir a la presentación porque mis chicos tuvieron partido de rugby en Tudela; pero me acerqué a la Campana, que era un poco más tarde, y te confieso que esperaba conocerte allí;-( Habrá muchas más ocasiones, seguro.
Gracias por tus ánimos, para mí ya fue increíble que Ángel Guinda me escribiese después de leer la entrevista que me hizo Antón para el Heraldo y mostrase ese entusiasmo por mi poesía.
Y por supuesto que puedes llevar a tu blog lo que quieras, es un honor;-)
Saludos.

Olga Bernad dijo...

Ramiro, es verdad, lo releo y mezcla melancolía y furia, o al menos un gesto violento que tal vez resulte ingenuo por lo inútil, pero que es definitorio. A veces un gesto nos define (para bien y para mal) más que un montón de palabras huecas: la voluntad y la impotencia están ahí, tan ciertas como la tristeza. Quizá igual que mis versos suelen ser serenos y apasionados a la vez. Y al curso que viene intentaremos la cuadratura del círculo;-))))
En fin, veo que esos perros se han colado en tus versos, en la noche de difuntos de Larra, y tal vez me encuentren en el futuro. Que me pillen con el corazón cargado de ganas de defenderme, pero vete tú a saber...
Un abrazo y mil gracias, como siempre, por tu lectura y tu felicitación.

Iseo dijo...

Tu hermana la primera y yo como siempre la última... Pero he venido, y bien temprano (hoy me he caído de la cama como puedes comprobar). Espero que este noviembre, aunque lo hayas empezado con tristeza, termine como si estuviésemos en agosto. Se supone que este mes presentas el libro en Zaragoza. Ya me dirás el día que estoy deseando acompañarte y celebrar contigo todo lo que tenemos pendiente. El poema precioso, como todos. Besos.

Olga Bernad dijo...

Esas jornadas malditas te van a matar..:-) Menos mal que se acaban pronto. Pues fíjate, yo a veces echo de menos la Universidad, aunque aquí estoy bien.
Bueno, pensaba ponerlo en la siguiente entrada, pero como los comentarios a estas alturas ya no se los debe leer nadie, te lo digo públicamente en primicia: Viernes, 27 de noviembre, 8 de la tarde, en la Biblioteca de Aragón.
Besos y gracias (y ánimo:-).

Spender dijo...

No sé que tiene noviembre de mes de transición, o de mirar atrás en las hojas del calendario (diciembre tiene demasiada decoración para planteárselo...).

Ha sido un placer leerte y también, por una vez, verte y escucharte.

Saludos.

lolo dijo...

Pues mira, va, y yo ya me he enterado. El 27 a las 8 será ya Diciembre.

Que nadie huela de lejos esa tristeza; esto ya se acaba, hoy 9 (un tercio, hemos pasado).

Animo y p'alante, Olga.

Olga Bernad dijo...

Spender, el pobre diciembre aguanta una nevada de adornos tan excesiva que no se cómo resiste. Hay que ver lo que hemos hecho con la Navidad. Noviembre va en serio, tal vez por eso decoramos diciembre, para entretener ese tramo largo y frío.
Gracias por venir a leer, a ver y a escuchar. Ya hace casi una año de aquellos "Cisnes negros" y me sigues trayendo un soplo de aire fresco.
Saludos.

Olga Bernad dijo...

Lolo, pues me viene muy bien que el 27 sea ya diciembre;-) Así me lo voy a tomar. Aunque en noviembre también pasan cosas buenas: el año pasado, el día 21, acabé las Caricias. Quién me iba a decir que, un año después, estaría a punto de presentarlo en mi ciudad. Y agotándose en Cálamo;-)
Que los malos no huelan la tristeza, que morderán, sí. Se cuelan por nuestras grietas.
Seguro que tú eres de una pieza.

Anónimo dijo...

Inmenso el último verso, Olga. Remate excelente a un excelente poema. Además, coincidimos en el sentimiento, según puedes leer en mi blog.
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Octavio, ya he visto que noviembre ha podido incluso contigo;-) No, eso no, sólo son momentos de debilidad, no somos de piedra y a cada cual le afectan unas cosas. A mí el tiempo me afecta mucho, demasiado, y va dejando huella en los poemas.
Un beso.