domingo, 4 de julio de 2010

Maldito duende


Venció seis veces.
Del epitafio de un gladiador

Esta guerra sin sangre no es la mía.
Quiero luz derramada a borbotones,
quiero morir después de seis victorias.

Frente al himno y la tierra prometida,
la inmaculada nada, virgen hueca,
y una vieja canción que no viene a los labios
-y no vendrá ya más-, y la sorpresa
del olvido de un nombre que ayer mismo
pronunciabas despacio. Si me niegas
la guerra y la palabra, yo no puedo
volver a imaginarte. Ya no quiero
que no seas verdad. Mi amor es cierto.

Hace un año:  Extra viam   Hace dos años: Mujeres sin corazón, De profundis, No me dejes caer, Jazmines sobre el marAgosto espera

8 de julio:  Diego Morales ha plantado una isla (de Caricias perplejas) en medio de su  "Errante fugacidad".  Gracias, Diego. 
9 de julio: Me encuentro una reseña de Andábata en A mí me gusta leerBreve y dulce como un bombón de licor de los que le gustan a la protagonista, sí;-)  No conocía la página pero me parece muy interesante y la visitaré a menudo.  Gracias a los administradores.
19 de julio: Andábata en la Red de Bibliotecas de Aragón (click sobre imagen)

51 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Me he sentido muy identificado.

Felicidades, y ante todo, poeta.

Gracias.

Olga Bernad dijo...

Jeje, Javier, me ha salido del alma, lo escribí ayer... y qué ganas de volver aquí por la noche;-)
Identificado. Puede ser.
Ese maldito duende y ese amor cierto.
Gracias a ti, como siempre.

Juan Manuel Macías dijo...

Quién le iba a decir a ese anónimo gladiador que la noticia de sus seis victorias, tan sencilla y concisa, lo que resumía toda su vida en su epitafio, lo que realmente importaría referir de él, iba a servir de pórtico a otra nueva victoria (sobre el silencio, por supuesto :-). Porque una victoria, cuando es cierta, no necesita de más enunciado que el sí frente al no. Qué bien esa "inmaculada nada, virgen hueca". Qué hermosa precisión. Descarguemos a la nada de culpas y argumentos: la pobre nada, que no tiene culpa de nada. No, el que tiene todo el derecho a decir algo es el que viene de vencer. "Si me niegas/ la guerra y la palabra, yo no puedo/ volver a imaginarte. Ya no quiero/ que no seas verdad. Mi amor es cierto." Un sí como la copa de un pino, esos versos. Tan palpables, tan reales como la arena de los gladiadores. Para quitarse el sombrero nuevamente. Qué grande!
Besos insomnes.

Olga Bernad dijo...

Leí ese epitafio en un artículo de prensa el fin de semana pasado, se me quedó rondando por la cabeza -quizá por la resaca de Andábata;-) Tenía 22 años y había perdido definitivamente (eso nos pasará a todos)pero venció seis veces, y eso es mucho.
Cada cual tiene sus guerras y, a veces, la mía es un maldito duende. También vino la vieja canción y ese envoltorio me llenó de palabras un poema que quería sencillo y verdadero. Mi amor es cierto, tal vez era exactamente eso lo que quería decir, después de tanta historia. Y el resto de guerras no son mías. Nada más.
Y qué gusto encontraros aún despiertos, hablar de poesía, guerra y amor en una noche de verano y victoria;-)
Gracias por el comentario, Juan Manuel, es precioso; ves cosas que yo no veo y eso me ayuda no sólo como escritora sino también como lectora de otros.
Besos.

Durrell dijo...

Querida Olga, poco que añadir al comentario de Juan Manuel Macías. "Inmaculada nada, virgen hueca" es también un verso que me ha llamado la atención si bien todo el poema es una victoria en su sencillez y en su grandeza, a pesar de Bunbury. Redondo. El duende te adora.
Sé que ha habido otras victorias.
Enhorabuena por este poema y por tu próxima publicación en Rolde.

Olga Bernad dijo...

Durrell, imagino que eres de por aquí y sabes muchas cosas. ¿No te animarías a darte a conocer? Tengo una dirección de contacto en el perfil. Respeto el anonimato si lo prefieres, pero no sé si es necesario, ya que eres un lector habitual.
Gracias, en cualquier caso, por tu presencia, a la que ya me he acostumbrado.
Lo de Rolde ha sido otra de esas alegrías llegadas por sorpresa, estoy encantada de colaborar en una revista con esos veinticinco años de trayectoria, pero hablaré de ello cuando salga;-)
"A pesar de Bunbury", bueno, a veces el éxito se enfrenta a muchos prejuicios, que algo guste a mucha gente nunca me ha parecido suficiente para renunciar a ello, si también me gusta. Y esta canción es buenísima. Forma parte, además, de la banda sonora de mi vida que es, por cierto, bastante ecléctica.
"El duende te adora". Ojalá, porque mi amor es cierto. Yo creo que juega mucho conmigo;-)
Buenos sueños, Durrell, me rindo.

Gemma dijo...

El poema está construido desde la negación de la negación; y ese enfoque tan certero termina por convertir tus palabras en una rabiosa confirmación de amor (pero no sólo).

Misterio de tus versos en estado de gracia.
Besos, sister

Olga Bernad dijo...

Es verdad: "no es la mía", no viene a los labios", "si me niegas", "no puedo", "no quiero que no seas". Pero las estrofas acaban en afirmaciones. Un sí lleva siempre mucho no a la espalda.
Vuestras lecturas me ayudan un poco con ese misterio.
"Estado de gracia", qué bonito, sister. Me llevo el cuaderno a la piscina, por si;-)
Besos.

grande dijo...

grande

samsa777 dijo...

Qué magnífico poema, Olga. Extraordinario.

"Esta guerra sin sangre no es la mía"... Muy, muy hermoso.

Araceli Esteves dijo...

A veces, la certeza de un amor justifica todas las derrotas.

Olga Bernad dijo...

¡Grande! Tiempo y tiempo... me gusta que hayas venido con el duende;-)

Olga Bernad dijo...

Gracias, Francisco, me encanta que te guste a ti, muchísimo;-)

Olga Bernad dijo...

Al final,como mucho, un hermoso epitafio. Pero es verdad, Araceli,la certeza de un amor es lo único que nos salva, aunque sea sólo la certeza de que lo sentimos (que tal vez sea la única que no es un espejismo).

Alfaraz dijo...

Te diré Olga, que empiezas con uno de los mas bellos epitafios que he leído jamás. La tierra le sea leve.

Suelo relativizar la victoria en alguna batalla pensando que la guerra que la acabaré perdiendo.


.

Olga Bernad dijo...

Todos la acabaremos perdiendo y supongo que esa conciencia relativiza las victorias lo suficiente, pero precisamente por eso reconocerlas es valorarlas; en el fondo, jugar limpio. Ese sencillo pero contundente "venció seis veces" qeu me causó la misma impresión que a ti. Que la tierra le sea leve, sí.

Anónimo dijo...

Uf Olga, pero qué fuerza más inmensa tiene tu poesía. Su efecto es puramente catártico - tus poemas me sacuden, para luego sentir una deliciosa calma...Yo diría que es una experiencia muy parecida a lo que a menudo sentimos los habitantes de esta isla al pasar una de esas tempestades fortísimas.
PD: Acabo de regresar de España con tus Caricias Perplejas bajo el brazo. Por fin.

Olga Bernad dijo...

Vaya, muchas gracias, Sara. A mí me encantan las tormentas, me gustan que exploten y nos dejen esa calma de la que hablas, la calma de después (del poema o lo que sea), sí. Nunca he estado en Belfast, aunque conozco Irlanda, pero las tormentas de verano en el secano son lo suficientemente sorprendentes como para que te entienda;-)
No sabes cómo me alegro de que tengas las Caricias. La próxima vez, si no encuentras un libro mío por allí, déjame una dirección en mi contacto y te lo enviaré con mucho gusto.
Un abrazo y buen verano (parece que va caliente por las islas).

Angós dijo...

Desde que leíste el epitafio en el artículo supe que escribirías algo sobre él porque lo nombraste varias veces . Aún así, siempre me sorprendes. Mi opinión no cuenta mucho, pero es de los que más me gustan.
como dice Durrell, el duende te quiere. Menos mal que no existe.

Olga Bernad dijo...

Lo que cuenta o no cuenta aquí lo decido yo. Y "cuenta" mucho que tú también te acerques a leer poemas. Y que te dejen una buena sensación, aunque no sepas por qué, porque el porqué no importa;-)

Y el duende sí existe (eso no te lo consiento;-) pero no te preocupes, que no se casa con nadie.

Isabel Barceló Chico dijo...

Precioso poema, olga. Y muy bonito tu nueva plantilla, queda genial. Besos.

Mery dijo...

Durante 4º de carrera me tocó traducir bastantes escritos latinos, epitafios, acompañados por Sit Tibi Terra Levis. Se encabezaban con "Diis Manibus Sacrum" (Consagrado a los dioses Manes). Qué tiempos aquéllos...

Ahora que lo nombráis aquí, algo se ha alborotado dentro de mí, a la par que con estos versos surgidos en tu anochecer.
El amor cierto no entiende ni quiere ausencias. Qué bien sabes decirlo, querida Olga.
Un beso, como siempre, nocturno.

Miguel dijo...

Precioso poema, Olga. Qué alegría, la de esta nueva entrega. Contaba las monedas, como un mendigo, y de nuevo vuelvo a ser rico
"Solo el misterio nos hace vivir", comentaba Lorca sobre uno de sus dibujos tan lírico.
Has defendido con la tenacidad de una planta que ya se sostiene y cuya existencia es un milagro de hermosas coincidencias, al duende. Me encanta lo inflexible y experta que te has mostrado.
Como siempre, no puedo comentar el poema. De repente, me siento hechizado ("La cantidad hechizada" de Lezama Lima. Una bella metáfora del don de la vida y la poesía.) Siempre el último poema es el mejor.Algún día, si tú también lo quieres, tenemos que hablar porque a veces no sé lo que me digo, pero sí quiero comentar sin balbuceo lo que escribes y compartes con nosotros.
Y bien, me muero de ganas de volver al poema.
Muchas gracias, Olga. Qué alegría me has dado. Besos.
Ah, son las 8 de la mañana.Que tengas un buen día.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Isabel, me alegro de que te guste el poema (y la plantilla nueva;-). Llegó la fiebre de los cambios, aunque yo siempre suelo volver al blanco, lo importante es qeu la entrada se lea bien.
Un besazo y suerte con esa nueva presentación.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Magnifico poema como siempre...me gustan los amores ciertos porque soy casi tan romántica como tú...besos y gracias por hacer más feliz mi convalecencia

Olga Bernad dijo...

Mery, qué pena que ayer me dormí, con lo que me gusta contestar por la noche y en directo a tus mensajes. Me encanta que mis poemas te alboroten;-)
Sit Tibi Terra Levis. Suena mucho mejor en latín...
Pero olvidémonos un poco de epitafios y que el verano nos sea propicio, je.
Un beso desde el sopor de la siesta, esa gran costumbre...

Olga Bernad dijo...

Querido Miguel: "contaba las monedas, como un mendigo, y de nuevo vuelvo a ser rico". No sabes lo que es para mí leer eso, que a alguien se le haya convertido, como a mí, cada entrada de este blog en una costumbre. En cuanto lo escribí, pensé en colgarlo. Ya dije que me lo tomaría con mucha calma, pero que vendría esporádicamente. Sólo cuando haya algo que decir. Ese duende ha traspasado el poema, por eso te ha hechizado. ¿Y cómo es que me has escrito a las ocho? ¿Has madrugado o la madrugada ha sido más larga que de costumbre? "Amanece tan pronto...".
Seguro que ahora estás durmiendo. Felices sueños;-)
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Alejandro y María Teresa, no puedo publicar vuestros comentarios, no sé por qué. Lo sequiré intentando.
Saludos a ambos.

Alejandro Muñoz dijo...

Querida Olga. Si me desvío demasiado del tema o te parece mi comentario poco apropiado no dudes en decírmelo.

Para mí, desgraciadamente, "Maldito duende" no podrá ser jamás la música de una guerra sin sangre. Lo siento así desde que escuché contar a María del Mar, hermana de Miguel Ángel Blanco, que era la canción preferida de su hermano. De hecho, fue la banda sonora de la miniserie sobre su secuestro que emitió Antena 3. Si no recuerdo mal, una de las últimas escenas era la imagen suya (del actor que hacía su papel) sentado en el suelo, desesperado, en el momento en que entendió que poco más podía hacer para tratar de salvar su vida. La cámara nos aproximaba lentamente a su rostro que, conforme se muestra más cercano, se va poblando de lágrimas con esta música de fondo.

Cada vez que escucho esta magnífica canción lo recuerdo.
Mucha luz, derramada a borbotones, es lo que necesitamos.

Olga Bernad dijo...

Tere, por fin van apareciendo los comentarios;-) Me alegro mucho de hacerte un poco más llevadera la convalencencia, muy pronto será todo una anécdota. Pero no te sientes mucho tiempo delante del ordenador, mejor llévate libros a la cama; seguro que eres capaz de sacar buenas fotos hasta del techo;-)
Los amores ciertos, lo único que merece la pena en este mundo tan j...
Un besazo y mucho ánimo.

Olga Bernad dijo...

No tenía ni idea, Alejandro, la verdad es que veo muy poco la tele y no vi la serie, pero es una canción que ha estado en la banda sonora de la vida de muchas personas de generaciones cercanas. No me extraña nada que le gustase y decidieran acompañar su memoria con algo que fuese hermoso para él.

No creo en absoluto que el comentario se desvíe, puesto que las entradas y los poemas remueven en cada uno unos recuerdos, dependiendo de sus vivencias, y todos tienen su sitio en los comentarios, que para eso están. Es precisamente esa conversación, aun con las limitaciones del medio, la que busco.

Fue uno de los episodios más infames de la reciente historia (y mira que, por desgracia, tenemos para elegir). Y es que la sangre, la guerra, la violencia, pueden movernos como metáforas, pero como realidad acaban con todo, con la vida de unos y la decencia de otros. Las personas no son símbolos inmortales, pero las ideologìas no sangran, y se moldean como un chicle, por eso con tanta frecuencia su manipulación ha llevado al simple asesinato confundido con "luchas" y "salvaciones" que apuntan directamente a la cabeza de inocentes.
Merecería entrada aparte todo esto.
Ojalá se derrame cada vez más luz, sí.
Un abrazo.

Iseo dijo...

Ya sabía yo que no ibas a tardar mucho en interrumpir tu descanso estival, y nos regalas este "pedazo" de poema. Si es que todos los versos me gustan, "Quiero luz derramada a borbotones", "Ya no quiero que no seas verdad. Mi amor es cierto".
Gracias por regalarnos tu talento.

Respecto a los Héroes no me han gustado nunca, nada, pero nada. Pero para gustos están los colores, y además a veces no es cuestión de gustos. Las canciones llevan detrás muchos, muchos significados. Yo tengo alguna horrorosa pero que me trae tan gratos recuerdos...
Besos

Olga Bernad dijo...

Bueno, han sido dos semanas que me han venido muy bien pero, como dije, si alguna vez me viene un poema o un texto "llamando a la puerta", sí colgaré entrada, no quiero dejar el blog completamente abandonado. Sólo era un aviso para los lectores más fieles de que, durante el verano, la cita semanal no iba a ser tan puntual como suele.
Me alegro de que te guste el poema aunque no la canción. Es cierto que para mí lleva a cuestas muchos significados pero además es de las que me parecieron objetivamente buenas desde el principio. A mí me gustan mucho los Héroes, y me traen muy, muy buenos recuerdos.
A ver si mañana podemos vernos.
Besotes.

veridiana dijo...

¡ Qué bonito y que bien que estés aquí!

Me ha recordado un epitafio que leí en un sepucro en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.

"Realmente no está en tu mano jamás,evitar que la fortuna experimentar el dolor,motivo de dolor será conocer cuan piadoso joven ha sido entregado a las llamas.
El ahora te pide que digas quien quiera estés presente: Séate la tierra ligera"
¡ Me impresionó!

Un beso

Olga Bernad dijo...

Tengo pendiente Mérida, aunque desde Caesaraugusta también pueden verse numerosísimos restos romanos de aquella ciudad fundada por la IV Macedónica, la VI Victrix y la X Gemina. Das una patada en el centro de la ciudad y aparece un resto romano (para desesperación de los constructores, que vallan rápidamente las obras). Era un mundo apasionante cuyo aliento está todavía vivo, incluso en los epitafios. Nos sigue impresionando, sí, y sigue inspirándonos.
Un beso, guapa, pasaré por aquí alguna noche más durante el verano, claro que sí.

Blackbird dijo...

Nunca has sido tú de hacer las cosas sin hacerlas, de empezar batallas florales…
Así me gustan tus versos.
Besos Olga.

PD. Como Iseo, y a pesar de que yo también soy muy ecléctico, no me van mucho los Héroes. La única vez que pisé su bar-refugio fue cuando una prima mía se plantó en Zaragoza, y me citó allí.

Olga Bernad dijo...

Yo sí que iba a veces por la Estación del silencio, hace mil años, madre mía.
Qué tiempos, ay.
Estos días estoy recordando el primer disco, aquel "El mar no cesa": fuente esperanza, agosto, Héroe de leyenda... a mí cada vez me gustan más. Y el siguiente fue muy bueno también, aquel "Senderos de traición".
En fin, lo importante es que te guste el poema.
Las guerras florales son muy complicadas, Black, y agotadoras. Hay que valer.
Que sigan viniendo versos que te gusten.
Muaks.

Antonio Azuaga dijo...

Bienaventurado el que tuvo “seis victorias.” O cinco… O una, simplemente. Porque una sola victoria explica todo lo que la precede y justifica todo lo que la sigue. No hay arrepentimiento que valga: un momento de altura es consecuencia y causa de todos los demás momentos en apariencia prescindibles. Quien ama la vida, el punto de esplendor de la vida, o ama todo lo que la sostiene y derriba al cabo, o es un cobarde.

Algo parecido habría dicho Nietzsche –mucho mejor, naturalmente–. Yo sólo doy vueltas y más vueltas para decir algo tan fácil –y habitual en tu caso– como esto: ¡…qué perfecto poema!

Un beso.

Olga Bernad dijo...

No es bueno perder siempre, aunque sea tan literario que hasta los que no pierden nunca abusen de la ética y la estética del perdedor, yo creo que no es bueno perder siempre ni hacer que alguien pierda siempre. Encuentro una grandeza humilde en reconocer la victoria y celebrarla (la ajena y la propia, aunque no demasiado, como decía Arquíloco, "comprende el ritmo que sujeta al hombre"). Pero ante la tumba, escribir "venció seis veces" es de una dignidad sencilla y contundente.
Necesito un maestro que me hable seriamente de Nietzsche, aunque ya no sea primavera. Sabes que ese hombre me preocupa.
¿Perfecto? Eso será el siguiente, Antonio, algún día tendré una pequeña victoria;-)
Un beso y mil gracias.

Miguel dijo...

Eran las 8 de la mañana de una madrugada prolongada... bueno. Te comenté el poema sin razones concretas para ello, sin otro referente que el misterio hechizado del que ya hemos hablado. Pero creo que no fué suficiente, porque durante la segunda lectura hice un inmersión (un buceo) tan literal como hermoso de tus ansias de verdad y certeza; esta vez,de la mano del propio amor que ha conquistado tu interior con la certeza de que la verdad está para ser sentida. Y me encanta que repitas, en otra hermosura de poema, lo que sólo hace unos meses era mera incertidumbre y desasosiego. "Mi amor es cierto"
No sabes cuántas vece observo mi corazón, cada día, para aclarar la maleza y las costumbres de otros sentimientos menores que me enredan, que dan la batalla al gran amor (No soy un místico) Resalto este aspecto trascendente de tu poesía, porque además de ser reiterado o recurrente,es la piedra angular del contenido de muchos de tus poemas, de gran belleza. No sé si estás de acuerdo conmigo.
Muchas gracias, Olga. Estás dichosamente imparable.
Besos.

Mon dijo...

Pufff...siempre que necesito un poema vengo aquí, y siempre siempre, lo encuentro.

La palabra justa, justa la que necesito.

Eres increíble.

Gracias

Olga Bernad dijo...

Miguel, he pasado el finde bastante atareada y casi sin conexión, así que no he podido contestar antes. No es necesario tener exactamente "motivos" para comentar un poema. Basta con la apetencia y las ganas, este es uno de los pocos lugares en los que podemos hacer lo que queramos;-) Si quieres que te diga la verdad, yo también me enredo en sentimientos "menores", de los que sólo acarician o, en el peor de los casos, ofuscan y hasta manchan. Pero bueno, lo importante es dejarles un hueco, a ser posible en forma de poema, a los amores ciertos. Puede ser una forma de misticismo, sí, no lo sé, es confuso;-)))
Un beso y muchas gracias.

Olga Bernad dijo...

Pues me alegro mucho, Mon, de que te hayas decidido a comentar, si sueles venir por aquí en busca de poemas. Y también de que encuentres lo que buscas. Intentaré que siga siendo así.
Bienvenido (o bienvenida;-)

gbp dijo...

"sencillo y verdadero",
perfección para mi cuando esto consigue.

Precioso, cariño, emociona.

Mil besos que ya casi te tocan:)

Olga Bernad dijo...

Sister, sister, ando tan desconectada que casi se me queda ahí tu comenario. "Sencillo y verdadero", thank you kindly; casi resultó un epinicio premonitorio a la victoria en los mundiales, oeee, oeeeee;-)
Tengo muchas ganas de qeu lleguéis.
Kisses.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

bendicions, gladiadora.

Olga Bernad dijo...

Ay, Gonzalo, no tengo de gladiadora más que la intención (a veces,-)
Pero se agradece mucho una bendición desde tan lejos.
Lo mismo le digo, caballero.

Anabel dijo...

Me ausento unos días y me redecoras el comedor.

Me alegro muchísimo de que tu Andábata dé tanto que hablar. No merece otra cosa.

Fantástico poema. Sorprendente el epitafio y lo que encierra detrás. ¿Cuántas victorias podría yo poner en el mío a mis años? No sé si tantas.


Un beso y prometo no tardar tanto,

Anabel, la Cuentista

Olga Bernad dijo...

Lo bueno que tiene alejarse un poco es el gusto que da volver;-)) Yo tengo ganas de volver a leer y escribir con una cierta normalidad pero, además del verano, acaban de llegar mi hermana, mis sobrinas, mi cuñao australiano y sus padres, y aún no he cogido vacaciones, así que no sé cuando tendré tiempo para leer con calma y escribir algo. Me encanta volver a saludarte y que el poema te haya gustado. Yo tampoco sé cuántas victorias podría contar, no quiero pensar, pero Andábata es una, está ahí, en pie, y algunos lectores (como tú) se han hecho amigos suyos. A mí eso me da muchísima alegría, que no es poco.
Un fuerte abrazo, Anabel, y ya sabes que la casa está abierta a cualquier hora;-)

Dyhego dijo...

Cierta es nuestra admiración por ti, OLGA.
Salu2.

Olga Bernad dijo...

...y cierto mi agradecimiento, Diego, ante tu lectura siempre generosa.
Un beso.