Las noches de abril son apropiadas para leer libros de alguna filosofía estricta que entretenga el rumor de las venas con el consuelo de vislumbrar esquemas bajo las letras serias y formales de la edición más sobria. Pero no lo soportaré, lo sé; sé que tiraré el libro otra vez por la ventana y, cuando todos estén dormidos, iré a mirar la luna con la misma impaciencia de otros años.
No tengo mal de amores, tengo algo parecido al hambre y no sirvo para ninguna filosofía; sirvo para las noches, noches para el descuido en las que el hambre se convierte en sed, la dueña tenaz que te secuestra y no sabes si sí -considerémoslo una cuestión natural- o si no, ésta es mi sed: nada poético, una querencia de voz animal que me obliga a gastar el tiempo haciendo algo parecido a saciarla. No lo sé.
Pero sed de qué, si nunca nada ha sido suficiente.
No sé si esto es glorioso. Sé que estoy viva. No sé lo que espero; sin embargo, en abril, siempre tengo la sensación de que se acerca.
Olga Bernad
Olga Bernad
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Hace un año: El fuego que nos mira, Andábata: la luz y yo
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NOTICIAS VARIAS: Las vacaciones y la extensión de la entrada anterior dejaron el noticiario vacío. Han pasado muchas cosas:
Sergio Berrocal, amigo y antiguo comentarista de esta bitácora, publica su primer libro, "Pequeña oración"; también Aurora Pimentel tiene a punto su libro (¡qué ganas tenía ya de verlo, duquesa!); la revista Artes y Letras recibió un más que merecido premio al mejor espacio de promoción del arte aragonés contemporáneo; nuestro fotógrafo de los Monegros, Fernando González Seral, fue entrevistado por Miguel Mena en la radio. Ahora mismo vuelvo de la presentación en el Teatro Principal de Zaragoza del estupendo libro de Antón Castro, "Vivir del aire", que tuve el honor de conocer antes de publicarse... y el sábado, en la Campana de los perdidos, nos leen sus poemas Marta Navarro y Luisa Miñana (olvídense del Barça- Madrid, no hay color;-)
Recibo esta mañana "A la vendimia en Portugal", el nuevo poemario de Agustín Calvo Galán, artífice -entre otras muchas cosas- de Las afinidades electivas. De sus racimos se ha ocupado la última firma invitada de DVD Ediciones. ¡Gracias, Agustín!
Sergio Berrocal, amigo y antiguo comentarista de esta bitácora, publica su primer libro, "Pequeña oración"; también Aurora Pimentel tiene a punto su libro (¡qué ganas tenía ya de verlo, duquesa!); la revista Artes y Letras recibió un más que merecido premio al mejor espacio de promoción del arte aragonés contemporáneo; nuestro fotógrafo de los Monegros, Fernando González Seral, fue entrevistado por Miguel Mena en la radio. Ahora mismo vuelvo de la presentación en el Teatro Principal de Zaragoza del estupendo libro de Antón Castro, "Vivir del aire", que tuve el honor de conocer antes de publicarse... y el sábado, en la Campana de los perdidos, nos leen sus poemas Marta Navarro y Luisa Miñana (olvídense del Barça- Madrid, no hay color;-)
Recibo esta mañana "A la vendimia en Portugal", el nuevo poemario de Agustín Calvo Galán, artífice -entre otras muchas cosas- de Las afinidades electivas. De sus racimos se ha ocupado la última firma invitada de DVD Ediciones. ¡Gracias, Agustín!
Enhorabuena a todos. Da gusto contar estas cosas.
9 de abril: En la presentación del libro de Antón Castro, coincidí con Manuel Arribas, con su cámara al hombro, fotografiando el evento. A la luz de la cafetería del Teatro Principal me hizo una foto (no lo pueden evitar, los fotógrafos son así;-). Hoy cuelga una bonita entrada, un retrato exterior que completa otro interior hecho hace tiempo. Muchas gracias, Manuel.
9 de abril: En la presentación del libro de Antón Castro, coincidí con Manuel Arribas, con su cámara al hombro, fotografiando el evento. A la luz de la cafetería del Teatro Principal me hizo una foto (no lo pueden evitar, los fotógrafos son así;-). Hoy cuelga una bonita entrada, un retrato exterior que completa otro interior hecho hace tiempo. Muchas gracias, Manuel.
56 comentarios:
Abril es muy abrileño y pasan cosas buenas y malas, y claro que se te acerca algo, pero vamos, a pasos agigantados. Lleva tiempo acercándose, que te ronda, una racha buena, muy buena.
Un abrazo, yo debería estar durmiendo y soñando en inglés que mañana tengo clase en dicha lengua, ay, Dios.Y aquí me tienes, en tu blogs, anda que...
PS: Suena Abril de Maria Dolores Pradera en la radio, luego la gente no cree en la magia...
Dios, no sé lo que se acerca, pero necesito dormir;-)
Abril es mes de terremotos internos y mareas que se desperezan. Y esa extraña sed (no sé cómo nombrarla). Venga lo que venga, me pillará en la ventana mirando la luna. Y mira que quiero ser estricta y leer cosas serias... pero se me escapa el espíritu como se van los gatos, me emborracha la noche, je. Pero basta, que el despertador sigue sonando a las siete y ya casi es la una y media. Ag. Soy un poco como el doctor Jekyll y mister Hyde, soy tan buena por las mañanas;-)
Suerte con el inglés y ¡mucha magia!
A mí abril, en general, no sé... Pero en este en concreto me solidarizo a mí modo con esa inminencia de la que hablas. A decir verdad, y viéndolo en perspectiva, creo que es una sensción que he tenido de forma intermitente desde hace ya algunos ¿años...? Y claro, a uno que le cuesta apreciar lo bueno porque lo cata poco, esa sensación de que hay algo más allá, se le antoja tan extraordinaria como pudiera serlo la esperanza. No sé si tu texto va por ahí, pero que conste que igualmente me vale...
Un abrazo.
D.
Sé cómo te sientes. He sentido algo parecido pero para mí no tiene por qué ser abril, da igual el mes. Una sed que puede llegar a ahogarte, qué contradicción. Con esta entrada no podemos dejar de nombrar el poema "Todo" uno de mis preferidos. En cuanto al último párrafo "No sé lo que espero..." ya irá viniendo, deja que la vida siga sorprendiéndote.
Besos y buen día (pensaré en lo de abri el perfil, qué gracia me ha hecho). Besicos.
Magnífica prosa, como siempre, Olga. Sabes que no acostumbro a comentar tus narraciones, pero hoy tenía que hacerlo, más por un interés egocéntrico (¡dios mío, he salido en "Caricias perplejas" y no como comentarista!) que por ser un digno lector de tus palabras, pues si no te lo he dicho antes, me parece que tu prosa es equiparable en calidad a tu poesía (aunque eso ya lo saben tus lectores), que es lo que a mi más me interesa por una sed parecida a la que muestras en esta entrada, esa obsesión o drogadicción que nos embarga a los lectores de poesía. Yo también prefiero la luna a Heidegger, por ejemplo.
En fin, tanta palabra, inusual en mi, para darte las gracias por tu generosidad: me encanta salir en tus "Noticias", y más la categoría que me das de "amigo".
Abrazos sureños.
Puedo decirlo más alto, pero no más claro: la filosofía está sobrevalorada desde tiempos inmemoriales.
Brindo por tu sed.
Besos.
Repetición corregida (désolé).
Tu dibujo ilustra con mucho acierto lo que el escrito ha querido expresar: veo en esa maraña hilada y ennegrecida la manifestación de una filosofía de raciocinio estricto, intransigente con la llamada de la vida. (Pero dime: ¿quién iba a poder resistirse ante una luna encendida como ésta? ;-P)
Besos, Olga
Una economía de medios admirable para transmitir una sed -o tal vez una esperanza- inagotable. Unirla a abril es aceptar al animal que todos llevamos dentro, pues abril es abril. Tu sed me llega al corazón. Como tu Andábata, hablas desde el alma y desde el cuerpo, y ambos se me antojan hermosos y especiales.
Una vez más, mi admiración.
Abril. O mayo. O junio. A mi todas las noches me cogen desprevenida, despistada de mis propósitos de enmienda, con la mesa llena de libros abiertos y la mirada perdida en una línea del horizonte que parece acercarse a velocidad cero.
Pero se acerca.
Estupendo post, intimista y sincero. Un regalo.
Besos,
Anabel, la Cuentista
PD: Y Battiato, genialmente adecuado.
Eso que a vos te "agarra" en abril, a mí me sucede en los agostos, no se bien el porqué, pero así es :)
Saludos
Sandra
Tal vez nuestra naturaleza siente el cambio de las estaciones, lo notamos hasta en nuestro temperamento.Un beso Olga y bellas palabras las tuyas.
Sí, se acerca.
Un abrazo, querida amiga.
D., me gusta esa sensación que has recibido y que también identificas como tuya, “esa sensación de que hay algo más allá”. Los que no podemos llamarla certeza la llamamos “sensación”, y hacemos con nuestra sed lo que podemos. Mi texto iba totalmente por ahí, acertaste de pleno. Del todo porque, aunque no hubiese sido así, si a ti te servía, no hay nada más que hablar. Si un texto no multiplica sus propias intenciones, algo le falla;-)
Un fuerte abrazo.
Iseo, es cierto que la sed existe en todo momento, pero en abril, por la noche, mientras mayo y sus cosas son una perspectiva y la sangre despierta tras su largo invierno… el “todo” es mucho más “todo”, me gustaría que fuese algo que se pudiese beber. Irá viniendo, como siempre, parte de lo esperado y mucho de lo inesperado… y a todo nos tendremos que plegar, para bien y para mal.
Y sí, ábrete ese perfil ya, que quiero tener por aquí tu foto;-))
Besicos.
Gracias, Sergio, sé que tú sueles comentar más los poemas, pero me gusta que también vengas a las prosas. Tu “interés egocéntrico” me parece muy bien, no publica uno todos los días y hay que celebrarlo. Me alegro muchísimo por lo de tu libro y ya estoy deseando que me llegue. La luna y Hedidegger pueden ser caras distintas de eso que acertamos a llamar poesía y que es, sobre todo, una forma distinta de sentir, de mirar y, sobre todo, de contarlo. Pero hay momentos en que la luna tiende al secuestro, sí;-)
Abrazos norteños.
¡Muy bueno, Lepoin! Está sobrevaloradísima;-) Tenemos un lector habitual que es profesor de Filosofía (menos mal que últimamente anda algo retirado de la red y tal vez nos pase por alto la blasfemia;-)
Lo de brindar por la sed es un hallazgo, me encanta.
Salud! Y un beso.
El dibujo me atrapó como la luna, Gemma, me iba metiendo cada vez más en los colores, dando vueltas cada vez más rápidas a esa luna blanca. Lleva muchísimas capas distintas hasta llegar al final; y la maraña del suelo, negra y pesada, es como una alfombra de ideas intransigentes y enredadas que en el fondo quieren aclararse tocando el blanco de la luna, es verdad. No lo había pensado. Nadie puede resistirse a la luz de un incendio lunar. Y si puede, tal vez sea digno de lástima.
Besos, sister, y mil gracias.
Durrell, es verdad, la esperanza y la sed se parecen (como ha apuntado D.) Tal vez la esperanza es la parte más espiritual del deseo y el rumor de la sangre que se despereza sea la parte más animal. Nos agarramos a la filosofía para conocer y comprender ese desbarajuste interno, pero la espera tiene algo de rezo. Tal vez yo rezo así, suspirando a la luna (por resumir;-)
Gracias por la admiración inmerecida y el comentario, que es precioso (una vez más;-)
Ay, Anabel, me nombras al horizonte “que parece acercarse a velocidad cero”. Pero se acerca. Algo se acerca en abril, es cierto. Si realmente llega, ¿estaremos a la altura? Pero me temo que ésa es otra entrada;-)
Me alegro muchísimo de que te haya gustado el texto, y muchas gracias por venir a contármelo, cuentista.
Besos.
Sandra, creo que eres del otro lado. “Eso que a vos te agarra en abril…” Pues sí, me agarra, muy bien dicho;-) Bienvenida por aquí.
Agosto como abril, qué cosas tiene el mundo…
Roxana, las estaciones, nosotros, el mar, las placas tectónicas, la propia luna… me mareo;-) Todo está flotando en un increíble barullo ordenadísimo de fuerzas, una especie de baile universal que no podemos abarcar pero nos afecta. Salirse de él es imposible. Mirar la luna es aceptar el baile; tener esperanza, también. Algo así;-)
Un beso.
Claro que se acerca, Isabel, tiene que ser verdad;-)
Un fuerte abrazo, Romana.
Hace mucho que no miro la luna. Supongo que eso tiene que ser malo. Y delito, viviendo --como uno vive-- lejos de la contaminación eléctrica. Pero atesoro, como sabes, unas cuantas etimologías absurdas. Los filósofos, e incluso los tipógrafos, tienen desde antiguo un tremendo problema: que la luna nunca fue una circunferencia de compás. Es más bien un acto de fe, como abril y sus noches. Trazarla a tientas es aceptar el abismo. Un texto maravilloso, como la sorpresa de una etimología. Maravilloso como el de la anterior entrada. Siento llegar tarde. Y, aunque ya te felicité por privado, te felicito, tarde, en público.
Besos.
No mirar la luna es delito seguro, Juan Manuel, y mucho más viviendo en la sierra. Recuerdo aquel texto, uno de los primeros que te leí (hace mil años;-) en el que decías que la luna nos duele cíclicamente y que es inútil esconderse. Yo, culpable de tantas cosas, no sólo no me escondo sino que salgo a su encuentro. No creas, también esos peajes tienen precio y, también cíclicamente, la luna o lo que sea se los cobra.
La trazamos siempre a tientas, la queremos igual. No sabe uno muy bien cómo. Por eso es el símbolo perfecto de nuestra especie de amor por ¿la belleza?, no sé, por algo más, por mucho más, eso que nos nace en la sangre y sopla nuestro espíritu. Eso que sabría recibir a lo que se acerca, si realmente viniera.
Me gusta que te guste, me gusta escucharte. A estas horas, es como oír un saxo en un bar muy oscuro.
Gracias.
Besos.
"No me esperen en abril", decía Bryce Echenique, uno de mis preferidos.
Salu2 filosóficos.
Todas las personas decentes estamos muy ocupadas en abril, debe ser eso;-)
Ay, la filosofía...
Salu2 nocturnos y abrileños, mesié.
Esa sed, hasta que la sacies, no dejará de molestarte. La esperanza, su sombra curativa, solo sirve para navegar entre escollos.Y he oido decir que la existencia es compasiva, pero la vida no.La oportunidad sería un rio que sale al paso. No creo que esta sed sólo sea una mera aspiración insatisfecha; cualquiera puede reconocerla, incluso de una manera tan cruda y descuidada de "otros primores" o poesía, como tú dices.
Ay, Olga. Sabía que algun día me llevarías a este desasosiego.
A mi no me importa naufragar en circustancias desgraciadas, ni ser cenizo a esta hora de la madrugada. Tu entrada ha sido valiente, que es lo que se espera de una escritora de raza, tan indómita como humana. Y creo, por último, que la sed no se explica, impele a buscar el agua de ese río que nunca ha buscado a los sedientos.No podemos evitarlo...
Besos.
Tienes razón Olga, se nota en la sangre abril, las noches son más cortas pero más hermosas, como tus palabras.
Un beso
...ya es abril!, y hay que mirar a la luna, y leer libros, (ahora estoy con el tuyo) y ... todo, ... podemos todo.
...Esa sed, me parece que siempre estará...
Un beso.
Ay, Miguel, me temo que esa sed no se sacia. Y no es molestar exactamente lo que hace. Se parece al sufrimiento y, de una manera rara, también al placer y a la esperanza. No, la vida no es compasiva, aunque sí ofrece –de vez en cuando- eso que tú llamas “ríos que nos salen al paso”, oportunidades de beber. Tal vez sólo sean paliativos. Da igual, la sed no busca ser explicada. Yo no sé bien lo que busco, pero es algo más, algo que tal vez llegue. Tal vez sí, este abril;-) “Buscar el agua de ese río que nunca ha buscado a los sedientos”. El agua nos ignora, pero qué más da. No podemos evitarla;-)
Un beso.
¡Ángeles, qué alegría! Me preguntaba esta Semana Santa si habrías estado por nuestros pueblos;-)
Sí que son hermosas las noches de abril, las cosas como son. Mejor no guardarles rencor…
Besazo.
Claro que siempre estará, Fernando, y nosotros hablaremos de ella, que se parece a calmarla;-)
Haces muy bien en leer esos libros tan estupendos, jeje. Ya me contarás cuando te lo acabes, estoy recibiendo muchas cartas de lectores y eso me encanta, me parece un lujo la oportunidad de comentar personalmente las impresiones del libro. Algo me has dicho ya, pero hay que hablarlo pausadamente;-))
Un fuerte abrazo.
Jolín! He estado paseando un poquico por tu blog. Creo que he sentido algo parecido a cuando entras en La Seo por primera vez, que se te van los ojos detrás de todo, todo lo quieres ver, todo te parece una maravilla y hay tanto que ver! que no me quiero perder nada.
Una maravilla para los sentidos.
Gracias.
Un saludo.
Menuda primera frase, OlgaB!!
Qué hermosa contundencia literaria!!
Que tome nota Javier Marías, que siempre comienza sus libros con frases inagotables. Pero que se quedan solo en eso.
Y felicitaciones a Aurora Pimentel, que me debe varias fotos...
Marocha, bienvenida. Comparar este blog con La Seo sólo se le podía ocurrir a una zaragozana;-)))
Mil gracias, es de lo más bonito que me han dicho en mi vida, te lo prometo.
Esta es tu casa, pasa hasta el fondo, y muchísimas gracias por la visita y la lectura.
Vaya, Enrique, qué generosos este viernes;-) Es importante empezar bien, seguir igual y acabar mucho mejor. Nada más.
Esa Aurora está feliz con su libro, que es precioso, pero nos está fallando con su blackberry y su cable perdido (y mi cámara primero olvidada y luego rota,jor) no tenemos fotos madrileñas, con lo guapos que estábamos en el café Gijón...
Antonio me mandó un par de la tarde, pero no tengo ni una más.
En cuanto tenga algo, te lo paso.
Un abrazo.
Qué bien tener sed, ansiar, notar que viene, esperarlo.
Como son mejores las vísperas que los acontecimientos.
Disfruta de este abril, Olga.
Sí, en las visperas, aún, todo es posible.
Los acontecimientos son inamovibles (y a veces ni siquiera son).
Procuraremos disfrutar de este abril... y a ver qué nos trae mayo.
Muchas gracias, Lolo, de momento: buen finde;-)
Yo creo que esa sed son ganas de vivir. Y que el texto es precioso, como siempre.
La foto de Manuel es muy curiosa, estás algo rara pero es verdad, miras así.
Tú miras bien, Angós, eso está claro, a mí, a mis textos, a mi esperanza y a todas las cosas;-)
Mil gracias.
Estás gatuna...
Es la influecia de Aries...
Ya tengo encargado tu libro, espero con ilusión recibirlo.
Un beso
Sera la lectura ( o la no lectura ) de esos libros la que te vuelve insaciable?...lo bueno es que te hace crear...y bien como siempre.
Besos.
Mira por donde, he empleado las primeras noches de abril en terminar Andábata. De vacaciones y relajado, que es cuando más me gustar leer novelas. Y no sé si sirves para la filosofía, pero alguna filosofía transmitirán tus escritos.
El mar sigue ahí: lo vi (aunque cada día más escondido por el hormigón). Y hasta la luna pasó desapercibida por el derroche de luz halógena. Me alegra que, a ella, sí la hayas visto.
Besicos Olga.
Marta, Marta, andas preocupada y agitada por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria.
Siempre estoy gatuna, Veridiana. Si es la influencia de Aries... cualquier día nos encontramos por los tejados! Sería bonito, no me digas, charlar de literatura o vete a saber recostadas sobre las tejas viejas de alguna catedral bien alta;-)
Espero que pasases un buen día de cumple, Circe, y ya me contarás sobre Andábata.
Un beso.
Ay, compa, yo no sé qué es lo que es, pero es;-) A veces escribir es como llorar, igual que las lágrimas se te salen de los ojos, las palabras se te escapan por el lápiz.
Y que estés ahí, siempre dispuesta a leerlas, hace que las palabras, como las lágrimas, no sean del todo inútiles.
Besos, Tere, y muchas gracias.
Veo que la que realmente se va por los tejados este abril es Andábata. Cada vez que alguien la lee le da vida. De vacaciones y relajado me parece una forma ideal. Espero transmitir alguna filosofía, desde luego, pero no aburrir. Soy tan chulica que pretendo entretener, sí, y no participar en esa especie de competición silenciosa de "a ver quién escribe la novela más peñazo, no vaya a ser que a alguien le resulte agradable leerla y se nos considere comerciales o algo así".
Sí, pobre Marta, cuántas preocupaciones se le juntan en abril... pero da igual, seguirá esperando mayo;-)
Muchos besos, mi Black.
¡¡Hummm! !Por los tejados...Un sitio fascinante para un encuentro,y hablar de las tonterías de los humanos...
Yo pisé los tejados,de la obra maestra, de la Catedral de Milán,y como dicen los chavale:¡es guay!jaja.
Algún día te compraré un dibujo.
Un beso
Qué menos que la Catedral de Milán, Circe, las tontería de los humanos deben parecer desde allí mucho más pequeñas...
Te regalo un dibujo cuando quieras, jamás hubiera tenido la ocurrencia de venderlos. Los hago para mis hijos y, si quieres, para ti;-)
Bueno, un beso, que me voy de piscolabis, je.
Gracias,eres muy generosa;y gracias también por mi felicitación de cumpleaños.
Si quieres regalarte un libro este mes, te recomiendo uno de un amigo de Vigo: Ojos de agua- de Domingo Villar.
Creo te gustará.
Pues lo buscaré...
La primavera trae estos desajustes anímicos. Abril suele ser un mes convulso: entre buenas temperaturas y lluvias nos recuerda lo que vamos dejando atrás y nos anuncia cambios, esperas desconocidas, encuentros...
Seguro que algo bueno se avecina para tí, no lo dudes.
Y, por cierto, buenísima elección la de Battiato. Es un autor d elo mas interesante.
Un abrazo
Sí, abril es lo nuevo, la sangre en movimiento, tiene algo de temblor.
De momento, esta tarde ha sido una de las mejores de los últimos tiempos. He ido como invitada a un curso que Antón Castro impartía en la Casa de la Mujer de Zaragoza sobre escritoras aragonesas, y charlar con las mujeres sobre mis textos ha sido increíble para mí. Vengo en una nube.
Me gusta estar así, dura tan poco;-)
Que abril te sea también propicio, Mery morena. Un fuerte abrazo.
LLevo días para escribirte, pero surgen mil cosas que no me dejan hacerlo. Tarde, pero me ha gustado mucho este texto sobre el mes de abril, que por cierto también he utilizado para acabar ANDÁBATA (aplausos), ¿para cuándo una segunda parte?, esta chica, Marta, tiene mucho que contar y aquí no se quedará la historia, tiene que crecer, sufrir, ser madre y seguir en su lucha y seguro que muchos esperamos que nos la cuentes.
"Nunca nada ha sido suficiente",me gusta....
Un abrazo tardío
Ay, qué gracia, la pobre Marta en su second part. No quiero ni pensarlo;-))))
Me alegro tanto de que te haya gustado, Izarbe, me está dando muchísimas satisfacciones, y eso que ni siquiera la hemos presentado aún.
En fin, pero sí, hay una cosa parecida al hambre, a la sed, a la ansiedad, que es del cuerpo y del espíritu, que no se calma con nada y despierta mucho en abril.
Pero lo echaré de menos si un día dejo de sentirlo...
Abrazo nocturno.
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