miércoles, 19 de junio de 2013

Borrascosa Institutriz en primavera

09/04/2013 MUNDO INTERIOR  (XIV)
Todos sabemos que lo importante es el interior y bla, bla, bla. Pero un frívolo impenitente y terrible -Oscar Wilde- dijo: "La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación". Y también dijo: "Es triste eso de que el talento dure más que la belleza". El misterioso mundo visible, qué tontamente superficial hay que ser para no darle importancia. Recordé ayer esas frases y, una vez más, sonreí (en mi interior) al recordar la de una amiga: "Es muy triste que te quieran sólo por tu cerebro".

01/06/2013 MALDITOS (XV) 
Llego del teatro. María Confussión adapta Una habitación propia, de Virginia Woolf. "Si te paras a maldecir, estás perdida". Qué gran frase. Pararse. Maldecir. Perdida.

18/06/2013 NIETZSCHE EN PRIMAVERA (XVI)
"Las convicciones son más peligrosos enemigos de la verdad que las mentiras."
La mitad de las personas que conozco negarían esto aunque les pusieses una pistola en la cabeza. Es mi opinión, es mi verdad, te dicen. Y no mienten. Ni yo. Es que uno busca algo que, desde dentro, produzca una sensación de estabilidad, objetividad y realidad mientras rodamos sobre este mundo loco que flota como un diminuto enigma incombustible, dramático y glorioso, en medio de un universo lleno de estrellas y agujeros negros.  Nuestra pequeñez hace posible el espejismo, hormigas que no saben de la ingobernable danza del barco en la tormenta. Esa manera de preguntar ¿me quieres? Nietzsche, qué cruel.

 

 
 QUIMERA adelanta sus contenidos de julio. Me estreno allí con una reseña sobre Los Estratos, de Juan Cárdenas. Apuntadla. Gran número para el largo y (tal vez) cálido verano: clic AQUÍ




EL BUEN AMOR en la Feria del Libro de Zaragoza (Heraldo de Aragón, 06/06/2013, Antón Castro):





14 comentarios:

Dyhego dijo...

Olga:
Más triste es que no te quieran ¿no?
A veces es bueno maldecir y si alguien se lo merece, maldito sea ¿no?
Las convicciones cambian como las modas, incluso en los más testarudas ¿no?
Salu2 ¿sí?

Olga Bernad dijo...

Diego:
Siempre es más triste que no te quieran por nada, sí (si nos ponemos así;-)
Hay situaciones en las que maldecir es gastar energías que están mejor empleadas en hacer que en decir. Pero desahogar, desahoga, no le digo que no. Y el sonido de la frustración es muy atractivo para algunas personas. Así que elija usted; yo ya lo he hecho (Virginia también).
Las convicciones no cambian como las modas, mesié. Hay quien prefiere entregarse (si al error o a la verdad ya sería materia opinable, que es precisamente lo que menos me interesa;-).
Salu2, of course!

Durrell dijo...

Sí.

Olga Bernad dijo...

Ah, entonces perfecto. (¿Pero sí concretamente a qué?:-)

Dyhego dijo...

Olga:
Es cierto que el enfado consume mucha energía. Digamos que diez minutos para soltar todo tipo de improperios y luego, a intentar ser positivo.
En cuanto a las convicciones, yo creo que sí se suelen cambiar con más frecuencia de lo que creemos. Se pasa del odio al amor y viceversa con relativa facilidad. Los principios están para convertirlos en "segundipios" (y los padres suelen tener mucho ejemplos: A mi niño no lo pienso yo perseguir con la cuchara por toda la casa para que coma. ¿Qué? ¿Cómo dice usted? ¿En serio? ¡Sí, sí!

Estoy leyendo tu novela, pero no ando centrado estos días, así que en cuanto me despeje psicológicamente, sigo con ella. LLevo tres capítulos y me está resultando un tanto "sorprendente",ya te lo comentaré.

Salu2.

Olga Bernad dijo...

Pero, ¿no estamos mezclando cosas? Se pasa del amor al odio, etc., pero las convicciones no son sólo emociones, aunque jugamos mucho con ellas cuando decimos "razonar". Optar por no pararte a maldecir tampoco tiene que ver con sentirte enfadado o indignado, sino con estar decidido a que las circunstancias adversas no te marquen la agenda. Ni la gente adversa. Para que "manden" lo menos posible en tu tiempo y en ti, que ya mandan bastante. Y para no perder fuerzas siendo un resentido.
Uf, tan distinto de "Andábata", este Buen Amor. Todo un reto para mí mantener ese tono. No me extraña nada que te sorprenda. Ya me contarás cuando la acabes,-) Salu2, mesié.

Dyhego dijo...

Olga:
Lo mezclo todo, supongo y nunca termino de aclararme.
Estamos rodeados (¡Dios mío! ¿lo seré yo también?) de gente agónica, vampírica y afectada por el virus del victimismo que intenta robar la energía. Conozco varios casos y me ha costado (me cuesta) mucho trabajo que no me afecten sus telas de arañas. Quizás, por eso, creo que viene bien una buena sarta de improperios contra esas personas, ya que no se los puedes decir a la cara. Por lo menos, te quedas relajado, aunque sepas que no ha de servir de nada y que te está quitando aún más tiempo...
En cuanto a las "convicciones" sigo pensado que son cambiantes como el tiempo, aunque parezca lo contrario. Las emociones o los vaivenes de la vida te lo tambalean todo.

El viejete de tu nueva novela me cae bien y mal a la vez. Es un personaje muy arriesgado. En fin, no puedo anticipar nada porque, como te decía, voy por el capítulo tres.

Salu2.

gbp dijo...

Me encanta la Institutriz!!!
Besitos a todos...ya estamos alli, como quien dice!

Olga Bernad dijo...

Todos conocemos casos así, mesié. Creame que, aunque cueste, mejor no liarse con improperios, pues aún se victimizan más. No siempre es posible, pero es mejor desenredarse y seguir. Yo, como usted, no siempre he sido capaz pero tengo muy claro que si te paras a maldecir estás perdida.
Convengo en que la experiencia debéría ir, al menos, puliendo eso que llamamos convicciones.
Víctor fue muy arriesgado para mí, sí. Pero como cuando la escribí no pensaba en publicarla, asumí ese riesgo con alegría. Ahora ya da igual;-)
Salu2 y disculpas por la tardanza en contestar.

Olga Bernad dijo...

Tengo más, pero sólo he recuperado la primavera. Este invierno fue muy duro incluso para ella...
Qué pronto en casa, sí, te la voy a imprimir enterica, ¡y te guardo un Buen amor!;-)
Besos, sister.

Carlos Gamissans dijo...

La vida es una extraña transformación de la materia. Lo única grandeza de que somos capaces es la de reconocer nuestra inmensa pequeñez, y aun esto es una tarea imposible.

Como siempre es un placer leerte. ¡Saludos!

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Carlos. Volveremos por aquí con alguna pequeñez o lo que salga,-)
Saludos y muy buen verano.

veridiana dijo...

La belleza en una persona es un don, como la inteligencia,el ingenio,la simpatía...
Suerte si se posee,es un placer contemplarla.

Un beso.

Olga Bernad dijo...

La belleza siempre es un don. Para el que la posee y para el que la contempla. Para el que la siente. Yo creo que es una gran verdad.
Un beso, Circe.