miércoles, 27 de abril de 2011

La vida extrema /Nostalgia armada en QUÉ LEER

Fotografía de Olga Bernad tomada por Angós en la noche del 19 de enero de 2008

Soñé que un animal me perseguía,
¿Has tropezado en sueños con tu miedo,
con la esquina voraz de tu locura?
Y tal vez has caído
al suelo como yo mientras notabas
ese aliento en tu nuca,
su olor caliente a sexo, a vida extrema
viciada por la muerte. 
¿Has masticado
ese miedo al huír? Me perseguía
un animal aullando.  Yo era ella,
la pequeña que muere,
yo era ella, la del final,
la de los cuentos tristes.
No podía esconderme, soy la sombra
de la luz que él respira. Recordaba
una lucha en el centro de una cama. 
Sobreviví al abrazo, llegué al bosque
para morir corriendo. 
El corazón me ataba la garganta,
metálico sabor de hierro, río
de mi lengua a la tierra, de su boca
caían mis aullidos, sus canciones. 
Grité para no oírlo, tragué sangre
y me paré por fin. Sobre los charcos
vi el horror de verdad.  Me había atrapado
mi memoria borrosa.
Decía que fui yo quien robó algo
esa noche en su cama.
Fui yo quien robó algo; yo, la sombra;
yo, el animal y el luto y el secreto;
y yo, la inexplicable
criatura que lleva entre los dientes
su breve corazón de terciopelo.

Nota:  En el extra de primavera de la revista  QUÉ LEER, que ya está en los quioscos, aparecen recomendados 17 libros de poesía.  Me llevo la sopresa de que  NOSTALGIA ARMADA es uno de ellos. 











48 comentarios:

Cebrián di Fulvio dijo...

Hermoso poema, sí señor. Los últimos cinco versos son magníficos.

Olga Bernad dijo...

Pues muchas gracias, Cebrián, me alegro de que le guste.
Bienvenido por aquí.

enrique dijo...

En mis sueños, cuando soy perseguido, las piernas nunca me responden...

El poema es de "yoismo", pero de estirpe contraria al que padecía don Miguel de Unamuno...

La foto no se bien si es tu aura o el flash....

Olga Bernad dijo...

Sí, el yo de la terrible epifanía.
Yo nado por el aire si me persiguen mucho... cómo me gustaría hacerlo en realidad.
Eso del aura me gusta, Enrique;-)

Durrell dijo...

Hermoso, Olga. Y terrible, sí. Como pez en el agua por los sueños, la sangre y los poemas.
Qué difícil tu perfección natural y equilibrista. Brillante y oscura. Magnífica.

Enhorabuena por la mención en Qué leer, es un merecidísimo logro.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias a ti, Durrell, haces una lecturas muy bonitas de mis poemas. ¡Qué lío con tus tres comentarios! Creo que este es el que querías. No es la primera vez que tengo problemas para publicarlos, o que no me llegan (con Aurora me pasa constantemente)o incluso que luego desaparecen y vuelven a aparecer. Al final hemos encontrado la forma;-)

Araceli Esteves dijo...

Afilados versos, como siempre.
Qué bien reconozcan tu poesía por doquier.

Olga Bernad dijo...

A veces se afilan solos;-)
Gracias, Araceli. Aparecer en el extra de primavera de la revista Qué leer ha sido una alegría enorme!

Anónimo dijo...

La presa que se vuelve contra su depredador: ¡me encanta!

Olga Bernad dijo...

¿O tal vez la presa nunca fue presa? Tal vez el monstruo solo quería recuperar su corazón...

Como yo no lo sé (sólo escribo el poema, nada más;-) me parece una buena lectura. ¡Gracias!

Angós dijo...

Es inquietante. Pero muy bonito, sobre todo el final.
La foto me gusta especialmente, claro.

Juan Manuel Macías dijo...

Es un poema bellísimo. Sobran las palabras.

Felicidades por la mención en Qué Leer.

Besos.

Olga Bernad dijo...

¡No me extraña nada,Angós, la foto te salió tan inquietante como el poema! A mí también me gusta esta foto borrosa y nocturna, como mi memoria, y esa especia de cara de loca. Cada ojo mira a un sitio, y los dos me preocupan...

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Juan Manuel. A veces pocas palabras dicen mucho. La poesía "sabe" de eso.

Y felicidades a ti también, me ha alegrado la coincidencia. Se lo contaremos a nuestros nietos;-)
Besos.

Granito dijo...

Los perseguidores a menudo encuentran lo que buscan: ser presa, del otro y de si mismos.
Mágnifico poema de radical terciopelo.
Saludos.
Pedro

Olga Bernad dijo...

Hasta el terciopelo se me radicaliza, Pedro, no sé si es buena señal... pero, en fin:-)
En cualquier caso, a mí me parece que, en este caso, el perseguidor pudiera no ser el malo, fíjate. No lo sé. Qué más da. Me emborrachó la imagen final.
Me alegra mucho volver a saludarte!

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Me ha gustado mucho el poema maña, va ganando hasta el final magnífico.

Un beso.

Olga Bernad dijo...

Creció por su cuenta, como el sueño. Se paró cuando debía.
Un beso, gaditano, y gracias siempre.

Anónimo dijo...

Éste es un poema que turba el fondo de la conciencia, pero es magnífico, Olga. Tan sólo espero que estas imágenes, tan impecablemente pintadas aquí con tus versos -de lobos y presas, y de presas que de repente se saben lobos- no se me aparezcan en sueños, que yo para estas cosas siempre fui muy impresionable! ;-) Un abrazo y felicidades por esa mención en "Qué leer"

Olga Bernad dijo...

A la conciencia le viene muy bien ser turbada de vez en cuando. Quizá los sueños cumplen esa necesidad. Nada peor que creernos buenas personas, convertirnos en profesionales del buenismo y el juicio al otro, a sus intenciones, a la sociedad, al sistema, al yo qué sé. Cuidado con el animal que todos llevamos dentro.
Espero que hayas tenido muy felices sueños!
Y gracias por la felicitación, la mención en Qué leer me ha alegrado la semana;-)

Máster en nubes dijo...

Y es para alegrarte, Olga, enhorabuena. Del poema me atrae esa sensación que transmite de pesadilla, de miedo, lo sensorial, me recuerda a algunos cuentos. Un abrazo, guapa.

Olga Bernad dijo...

Los cuentos están en el fondo de muchas pesadillas infantiles. Sí, es un cuento raro. Un amigo mío me ha hecho esta mañana una interpretación del sueño completamente sexual; una amiga me ha hecho otra completamente moral. A mí, plin;-) Es lo que hay.
Yo creo que es la dieta...
Un abrazo, duquesa.

ONDA dijo...

Por qué sera tan frecuente los sueños de persecucion que se transforman en pesadillas.?

Olga Bernad dijo...

Ummmm, ¿porque todos nos sentimos perseguidos, o amenazados, literal o figuradamente? Supongo que los sueños nos ayudan a descargar, de una manera muy extraña, las brumas de la realidad.
Y qué alegría volver a verte, Ignacio!

Elsa dijo...

Es bellísimo, Olga. En el sueño despierta lo que en la vigilia acecha, tras las sombras.

A mí también me gusta la fotografía. Yo no te veo con cara de loca. Te veo guapa; borrosa ( no por el humo, imagino... ;-) ) pero guapa.

Abrazos.

Olga Bernad dijo...

Es verdad, Alice, en el sueño despiertan muchas cosas, me gusta tenerlas en cuenta. La foto es un trocito de una más grande y borrosa, algo de raro hay en esos ojos que van cada uno por su cuenta, jejejej. Bizqueo cuando me emociono (dicen;-)aunque generalmente enfoco bastante bien.
Recuperé con este poema el gusto por escribir, que se me había dormido un poco en los últimos meses...
Gracias y un fuerte abrazo.

Dyhego dijo...

OLGA:
Salu2.

Olga Bernad dijo...

Salu2, mesié.
(No me olvido de usted y de nuestra "cosa" pendiente, que conste;-)

Miguel Baquero dijo...

Enhorabuena por lo de Qué leer, pero me alegro más por, como han dicho muchos, esos magníficos versos finales

Olga Bernad dijo...

Es así, Miguel, sin poemas previos no puede haber mención en ninguna parte. Aunque es muy de agradecer, lo más importante son los poemas, ya lo creo. De una manera un poco oscura, este poema me devolvió las ganas, que no es poco;-)
Muchas gracias!

Mery dijo...

Sólo a una criatura como tu se le puede ocurrir el verso final "su breve corazón de terciopelo".
Brillante colofón para un poema excelso.
Y mi enhorabuena por la aparición en Qué leer.
Un beso

Alejandro Muñoz dijo...

Me ha impresionado, Olga. Me parece un sobrecogedor retrato de la locura... rematada por esa criatura del último verso.

Olga Bernad dijo...

Una amiga mía, P. (no quiere salir con su nombre;-) me dijo que en ese verso veía una especie de redención del personaje, en ese reconocimiento del corazón del otro. No sé si la poesía debe juzgarse así, pero, de hacerlo, yo lo dudo. Parece que el reconocimiento no le impidió arrancárselo. Para mí es una imagen final curiosamente cruel. Y yo no soy cruel. No sé. Así salió. Me alegro mucho de que te guste, eso sí;-)
Un beso, Mery, y muchas gracias.

Olga Bernad dijo...

Pues parece que todos estamos sobrecogidos por lo mismo, Alejandro. Yo también soy espectadora de lo que escribo;-)
Ay, esa criatura... creo que ya he dicho más arriba que, frente a los que creen que el infierno son los otros, tal vez el mundo iría mejor si reconociésemos y controlásemos nuestras propias miserias. Al menos, como posibilidad.
De todas formas, creo que el poema es efectivo, y eso me alegra. Nada peor que la corrección que te deja indiferente...

Anónimo dijo...

Muy buen material.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Anónimo (como a todos, te invito a dejar de serlo, si lo deseas;-)
Bienvenido.

gbp dijo...

"El corazón me ataba la garganta,
metálico sabor de hierro, río
de mi lengua a la tierra, de su boca
caían mis aullidos,..."
Creo que Picaso podría hacer otro "Guernica" con las imagenes de este poema.
Maravilloso!

Besitos y dulces sueños para esta noche.

Olga Bernad dijo...

Picasso igual es mucho pedir, pero a mí me gusta dibujar sobre los poemas, o sobre la misma sensación. Tengo muchos poemas con dibujo. Igual me animo a escanear alguno.
Procuraré dormir bien, los sueños suelen ser -a pesar del ejemplo- muy buenos conmigo. La época de las pesadillas hace mucho años que terminó, a Dios gracias;-) ¡Y gracias a ti, también, que me acompañabas!
Muchos besos.

Blackbird dijo...

Yo no estaba allí... o eso creo, pero ahora estoy helado y tengo taquicardia. Me taparé bien y pensaré que los más terribles monstruos salen de día y visten de impecable esmoquin.

Besos y gracias por tus versos

Olga Bernad dijo...

Que tengas dulces sueños, Black, tápate bien y, sí, coge fuerzas para mañana, porque esos otros monstruos tan reales y bienvestidos no tendrán piedad. Tampoco estarán nunca en mis sueños. Ajo y agua para ellos y uvas con queso (que saben a beso) para vos;-)

Dyhego dijo...

OLGA:
Ahora he podido leerlo con más tranquilidad.
Tiene una fuerza tremenda y aunas lo cruel con lo tierno de una forma magistral. Naturaleza desbocada.
Cuando lea el poemario me voy a tener que atar a la silla para que no me lleven los vendavales.
Salu2 oníricos (pero de sueños de esos del niñico Jesús).

Juan Carlos Garrido dijo...

Enhorabuena por la recomendación, sin duda merecida.

Saludos.

Olga Bernad dijo...

Creo que hay una fuerte tensión interior, casi todos mis poemas soportan fuerzas contrarias, las desbocadas, las controladas (o sus intenciones, todas juntas;-) Los sueños multiplican esas corrientes. Sin embargo escribo en una especie de calma. Pero eso da igual, lo importante es lo que a cada uno sugiera...
Saludos oníricos, mesié.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, S.C.; fue toda una alegría ver a la Nostalgia ahí!
Saludos.

NINGUNO dijo...

Yo también me alegro.
Mariano Ibeas

Olga Bernad dijo...

Eso lo tengo clarísimo, Mariano. Gracias por estar ahí;-)

Iseo dijo...

Me ha dejado sin aliento este poema. Me parecen unos versos preciosos, me transmiten dureza, inquietud, miedo, ansiedad y hasta dolor.
No dejas de sorprenderme.
Además estás guapísima en la foto. Y enhorabuena por lo del Qué leer. Besos

Olga Bernad dijo...

Yo creo que sentía todo eso en el sueño, y todo eso cayó al poema. A mí me sorprendió. ¿De dónde vendrá finalmente cada imagen? ¿A dónde querrá ir a parar? Recordé esa foto, la asocié al poema. Ahora ya me recuerdo en el sueño con esa imagen;-) Qué cosas. Cómo se mezcla todo. Sin ese laboratorio, creo que la poesía sería imposible.
Muchas gracias, guapa!