viernes, 29 de enero de 2010

Invierno del escriba


Que sean verdad las luces,
que promulguen
al viento sur su abierto acantilado.
Que los hombres no callen cuando digan
y que no digan nada
cuando sus ojos mienten.
Que el temblor de algún cielo nos perdone,
y, después de juzgarnos, nos devuelva
con limpia crueldad al mar inexplicable.

(La nieve se caía de mi alma
y tú seguiste andando. Yo sabía
que en cada soledad hay un destierro,
una genuflexión frente a la lámpara,
un amor al papel sobre el que escribes.
Nieva mentiras el abecedario,
nieva miel lenta mientras miente el mundo,
y rompe sal y nieve con sucia voz de mieles,
y nieva tanta sal
con indecente y dulce voz de azúcar
quien mendiga el salario del amor y la pena…
que yo agradezco al cielo tu existencia,
tu misterio blanquísimo:
frente a la falsa, estúpida belleza
del predecible encanto de un culto repetido,
de la impaciente urgencia
de sus canciones huérfanas
de valor y de fe, de alma, de todo,
yo elegiré acabarme sobre un poema tuyo).

Que algo más sea cierto,
no sólo la plegaria de esta caligrafía
con la que olvido apenas
el mar de los veranos y las copas
colmadas del espíritu del vino.
Ya son insectos muertos
las dolientes, inútiles luciérnagas.
No me calentará cualquier hoguera
que secuestre ojos ciegos.
Pero estoy atrapada a ras de frío.
Mírame, luz de otoño,
en Europa es invierno para siempre.

Olga Bernad

67 comentarios:

Dyhego dijo...

"La nieve se caía de mi alma"
¡Qué verso más triste y más bonito!
Salu2

Mery dijo...

Iba a caer en mi manía de elegir un verso y comentarlo, pero me ha sido difícil y realmente no quiero hacerlo, no quiero desglosar ni desmenuzar este poema. ¿A qué desvirtuar su redondez?
Un beso nocturno, como siempre.

Olga Bernad dijo...

Es que la nieve se caía de mi alma, Dyhego;-)
Gracias por venir a verla. Es bonito ver nevar por la noche. Pero el invierno es crudo. Y muy largo.
Salu2

Olga Bernad dijo...

Me parece muy bien, Mery, yo hice lo mismo al escribirlo. Actue como escriba, de un tirón, sin pararme a analizar ningún verso concreto y sin plantearme a dónde llegaríamos. Ellos saben acabarse solos; si lo fuerzas, tal vez desvirtuas eso que tú has llamado "redondez".
Beso nocturnísimo, morena;-)

FRANK RUFFINO dijo...

Olga:

De casualidad, como andar por una gran ciudad (bloguesfera)y trasponer la puerta de un establecimiento y encontrar un buen artículo de utilidad, así mi paso por tu blog y tus poemas.

Un saludo fraterno,
Frank.

Olga Bernad dijo...

Pues así ha ido llegando todo el mundo por aquí, Frank. Bienvenido. La puerta está abierta, acércate al fuego;-)
Un saludo.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

hay nieve incluso en este verano tan incierto.

Miguel dijo...

Olga,creo que nunca me acostaré a la hora que Dios manda. Cuestión de confusos privilegios que algún día te contaré.
El poema me ha gustado muchísimo.No sé cómo lo has escrito de un tirón, es admirable.Es como la composición de una melodía, o sale o divagas entre acordes y notas dispersas sin remedio. Alguna vez he improvisado alguna y me ha parecido un milagro; también esto te lo contaré algún día.
Muchas gracias, Olga, y que estas entregas tan frecuentes no paren. Haces un gran esfuerzo y mereces toda nuestra gratitud. Mil gracias.

P. Son las 4´30 de la mañana. Todavía me quedo un rato de imaginaria. Lo malo es que ceno dos veces y engordo,jajaja. Un abrazo muy fuerte.

Miguel dijo...

Buenos días, Olga. Ya ves que repito y a qué horas. Todavía no ha amanecido, pero el tráfico está colapsado y rugiendo. Vivo junto a una gran avenida, qué gran error...
En fin dos cosas: Me dices que lo que más te gusta es conversar con tus amigos. Lo segundo, decirte que tu dibujo es encantador.Ambas cosas me han animado a un nuevo comentario.
Bueno, que tengas un buen día. No sé que albergará tu corazón, pero me animas a confiar en el mio.A veces me acompaña esta comprensión. Con razón dice el poeta que el dolor es una fractura del entendimiento. A veces parece que uno ya ha pensado en todo.Pero, en fin, a ver que me dicen los sueños tras esta vigilia; cuaquier disparate después de mezclar rabanos con zanahorias.
Un beso,olga. De nuevo, ¡feliz día!

s dijo...

Sólo darte mis aplausos y mis gracias por publicar estas cosas tuyas. Hay algunos versos antológicos, pero me quedo con el poema entero y esa música tuya, esa voz irrepetible. ¡Pedazo de poemón, joder! Volvere sobre él, como te he dicho en alguna otra ocasión.

Abrazo.

Máster en nubes dijo...

No me calentará cualquier hoguera
que secuestre ojos ciegos

Me quedo hoy con esos versos, aunque me los llevaría todos de paseo hoy ;-)... eres, en fin, Olga, telita, guapa...

Y Battiato no me puede gustar más... La letra, vaya letra, por Dios, si es que mira que se pueden contar cosas en una canción...

Un abrazo y buen fin de semana.

Aurora

enrique dijo...

Olga Bernad, que escribes versos platerescos, yo te saludo.
Salve!!

Durrell dijo...

Coincido con Sergio. Estoy cada vez más sorprendido, ¿estás segura de que es bueno para ti dejar esto por aquí?
Yo limitaría lo que muestras.
Tienes muchísimo talento.

Olga Bernad dijo...

Gonzalo, veo que eres del otro lado… me gusta que se sume gente que no conozco, y no saber cómo ha podido llegar tan lejos esta nieve que se caía de mi alma.
Bienvenido.

Olga Bernad dijo...

Miguel, ángel de la guarda;-) Hoy visita doble: no me abandones ni de noche ni de día, etc;-) Me preocupan tus horarios, son incluso pero que los míos. Yo hoy descanso, aquí es fiesta, es San Valero. Por eso colgué entrada anoche, para atenderla con un poco menos de agobio. Es verdad que me gusta hablar con mis amigos, me gusta contestar como una forma de corresponder al tiempo que le dedicáis a leer esto, y porque aprendo mucho y de muchas maneras, escuchando palabras (y silencios) desde lejos. Mi corazón alberga muchas cosas, a veces, una nevada impresionantemente blanca, fría; otras, una hoguera de las de verdad;-) Pero nada de eso es excusa para que los poemas sean buenos o malos: yo quiero que se tengan de pie. Sí que es un esfuerzo, te lo confieso, y a veces duele. Lo de los dibujos es otra cosa, una especie de torpe forma de curarme el horror vacui que el invierno engrandece. Gracias por venir y volver, (como hacen las melodías en la memoria) a escuchar un poco cada noche.
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Sergio, ese “¡pedazo de poemón, joder!”, me llega al alma, porque te sale directamente de la tuya. Muy expresivo, para esto está el lenguaje, para usarlo como Dios manda;-) No me agradezcas el publicar estas cosas, lo hago porque quiero, ni salvamos a la humanidad ni nada. Soy yo la que agradezco que vengáis a leerlas.
Abrazo.

Olga Bernad dijo...

Aurora, no me calentará cualquier hoguera. Si es que es así, no lo puedo evitar. Para qué explicar lo evidente, me canso y me distrae de lo importante. Y, a veces, hasta me pongo triste. Battiato y sus metrallas de nieve limpian un poco el mundo en este invierno largo. Como algunos versos. Pero algunos, no todos.
Un abrazo y muy buen fin de semana también para ti, duquesa.

Olga Bernad dijo...

Enrique, caballero barroco, lector de caderas y versos. Ese saludo no sé si me lo merezco, la verdad, pero el invierno y la escriba te lo agradecen como si así fuera;-)
Omnia prospera tibi.

Olga Bernad dijo...

Durrell. No sé quién eres, pero tal vez no sabes que comencé el blog incluso sin firmar los poemas. Lo de que escribimos por amor o algo así hay que demostrarlo, no contarlo. Sé que se renuncia a cosas al colgar aquí poemas, ¿y qué? Cuando yo empecé, nadie me leía, si no hubiese colgado muchos de ellos, sería como si nunca los hubiese escrito. Al final, incluso se han publicado (cosa que he celebrado y celebraré porque me alegra infinitamente). Tal vez renuncio a la posibilidad de presentarlos a algún premio (aunque eso es discutible) pero, si de verdad hay talento, éste es gratis, no lo tiene siempre quien lo merece. Empecé por aquí porque creo que, lo que hemos recibido gratis, también puede a veces ofrecerse gratis, sin esperar que nos hagan una estatua por eso. Igual estoy equivocada. No lo sé.
Muchas gracias, de todas formas.

Durrell dijo...

Te honra lo que dices, Olga. Pero tu talento es también tu responsabilidad y creo que debes buscarle el sitio que merece. Tus poemas son tuyos, desde luego.
Yo no estoy lejos, de momento estoy mirando.

Olga Bernad dijo...

Misterioso Durrell, te aseguro que me haces pensar...
Gracias.

lolo dijo...

Pero qué barbaridad, Olga, qué barbaridad. Mira el invierno y tus palabras lo que nos han traído.
Estoy emocionada. Gracias.

Olga Bernad dijo...

Gracias por la emoción, Lolo. Con eso mismo lo escribí. Y eso mismo es lo que me hizo colgarlo. A pesar de que Durrell tenga razón, es impagable conectar en directo tu emoción con otras.

Fernando Gonzalez Seral. fgseral dijo...

...me parece muy bonito,... un poco triste,... pero muy bonito.

Un beso.

(Desapareciste en la exposición.)

Álex Chico dijo...

Olga, mi más sincera enhorabuena por el poema. Sí señora.

Abrazos.

Olga Bernad dijo...

Tenía que irme. Pero dije que me despidieran de vosotros, que conste.
La exposición es preciosa, quiero ir con Antonio más despacio.
El invierno me pone un poco triste, Fernando, ya vendrá mayo con sus flores;-)
Un beso, maestro en cielos.

Olga Bernad dijo...

¡Gracias, Álex! Qué sorpresa.
Cuando un poema gusta a alguien que admiro, me parece que el esfuerzo compensa muchas cosas.
Abrazos.

Antonio Azuaga dijo...

El poema es grande, Olga, muy grande, como una sinfonía del alma (Miguel ya lo ha dicho) que empezara con un instrumento único; con un violín, por ejemplo. Notas como plegarias o, al revés, plegarias como notas; una pluralidad de singulares que pide (o exige) verdad a “las luces”, veracidad a “los hombres”, misericordia a “algún cielo”. Luego, la nieve hace entrar el piano y el contrabajo; la mentira, la flauta; la sal, la tuba… Y, poco a poco, la pluralidad de singulares se va generalizando, totalizando, armonizando. La multitud –los “veranos”, las “copas”, los “insectos muertos”, las “inútiles luciérnagas”– se hace al final unidad esplendorosa (ya no son “luces”, ya es “luz”):

“Mírame, luz de otoño,
en Europa es invierno para siempre.”

Y yo, claro está, que estoy en el patio de butacas, aplaudo, me pongo de pie y grito: ¡bravo!

Un beso.

Blackbird dijo...

¡Bendita sea la tristeza cuando alumbra tanta belleza!

Disculpa este expresión tan repipi que parece un ripio, además sé que no es tan “de la tierra” como la de Sergio. Pero algo así tenía que decir. Vamos, que con tu permiso (y tu perdón), voy a pedir que el invierno se prolongue un poco más, a ver si caen unos cuantos poemas como éste.

En serio, para mí, este poema es magnífico, de lo mejorcito que has escrito y de eso ya tienes opiniones más cualificadas que la mía.

Besos.

Olga Bernad dijo...

Querido Antonio. Tu comentario es tan bonito que casi me hace daño. ¿Sabes por qué? Porque siento Orgullo. Con mayúscula. Ya se me pasará, te lo aseguro, en cuanto vuelvan las dudas;-) Pero ese aplauso tuyo no va repartiéndose por ahí mendigando palabras amables. Tú estás donde estabas, donde te encontré hace casi dos años, ladrando en la noche de tu imaginaria porque te da la gana y sin deberle ni pedirle nada a nadie. Por eso tampoco te han dolido nunca prendas a la hora de aplaudir lo que te place, ni te ha faltado generosidad a la hora de reconocerlo, ni te he visto nunca aplaudir porque sí en ninguna parte. En eso, como en otras muchas cosas, he procurado aprender de ti. Oírte (porque te oigo) decir eso, me hace sentir orgullosa. Y eso es malo, lo sé. Pero ahora mismo, me voy a beber este trago dulce con una sonrisa de oreja a oreja, porque me gusta que te guste, es la pura verdad. Y te agradezco en el alma ese aplauso y esa lectura.
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Black, tú eres amigo y me miras bien;-) Pero creo que mostrar esta faceta nos ha acercado mucho más. Es una forma de relación, esto de leerse por la noche cada uno en su casa, muy distinta de la que se puede tener en el trabajo. Es otro mundo, y me gusta que estés en él, que te acerques a leer y que veas la evolución de lo que escribo casi a la vez que yo misma, porque no me he guardado nada. No tenía ningún sitio para el que guardármelo.
Este invierno me está haciendo muy feliz, quién iba a decirlo;-)
Pero lo mejor, Black, siempre espero que esté por escribir.
Un besazo.

Gemma dijo...

Pues yo me quedo con ese conjunto bellísimo de versos musicales:

Nieva mentiras el abecedario,
nieva miel lenta mientras miente el mundo,
y rompe sal y nieve con sucia voz de mieles,
y nieva tanta sal
con indecente y dulce voz de azúcar
quien mendiga el salario del amor y la pena…
que yo agradezco al cielo tu existencia,
tu misterio blanquísimo.

Con ese arrebato tan justo de tus versos ácidos. Un beso

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

No me cansare de aplaudirte..como besas el alma con estos poemas...tampoco yo voy a extraer frases, yo como tu lo quiero todo.
Un beso muy fuerte.

Olga Bernad dijo...

Gemma, me hace gracia que te quedes con el "arrebato", yo creo que en estos poemas largos escritos de un tirón, hay un momento en que se ve claramente que el pensamiento "mete el turbo", y luego se calma, y luego se para. Aún estoy viéndole cosas al poema, eso que siempre se hace después, esa parte de lo que escribimos que ya no importa, puesto que, como un amigo mío dice, "a explicar un poema siempre se llega tarde". Pero se aprende mucho de uno mismo. Y con los demás, sobre todo si los demás son como tú, se aprende mucho más fácilmente.
Un beso y mil gracias, sister2;-)

Olga Bernad dijo...

Tere, compa, quererlo todo se paga caro y, además, nos condena al fracaso. Menos en los poemas, claro;-)
Quédatelo todo, es un honor (y pásatelo a la libreta, anda, que sin que lo escribas no es lo mismo).
Besazo.

Alejandro Muñoz dijo...

Me quedo con tu forma de cerrar el paréntesis. Éste es capaz de cerrar una vida, Olga.

Buen finde, que todavía queda.

Olga Bernad dijo...

Yo creo que, dentro de esa aceleración que lleva el poema buscando unas palabras concretas pero desconocidas, es a partir de ahí cuando se calma. Quizá porque ya las ha encontrado en otra parte.
Buen finde también para ti, Alejandro. Queda poco, pero queda;-)

Angós dijo...

Ya sabes que me cuesta mucho expresar lo que pienso de tus poemas. Pero Sergio me lo ha puesto fácil: ¡Pedazo de poemón, joder!

Olga Bernad dijo...

Ja, ja. Gracias, Angos. Sergio ha sido muy expresivo, sí;-)

Agustín dijo...

Siempre es un placer pasear por aquí, desde este otro invierno hacía tu calidad/calidez, Olga, siempre con estupendísimos post!
Agustín

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Agustín. A ver si el frío no me atrapa del todo y de verdad no es invierno para siempre.
Se me avecinan meses muy complicados laboralmente, y estoy un poco cansada, la verdad. Pero ojalá pueda mantener el ritmo y contar con vuestras lecturas y vuestras escrituras;-)

Iseo dijo...

Una vez más, enhorabuena por este gran poema. No dejas de sorprenderme. Me alegro tanto de que por fin hayas mostrado ese talento que tenías tan guardadito..., de que la gente lo vea, lo reconozca. Perdona por no venir más a menudo. A veces me paseo pero no te dejo comment (ya sabes que me cuesta)

Olga Bernad dijo...

No te preocupes, que mañana te echo la bronca como Dios manda;-)
Gracias, Iseo, ya me lo dices in person, que sienta muy bien. Aunque tus comentarios siempre son bienvenidos, al fin y al cabo fuiste de las primeras y únicas en saber esto del blog. Y la madre de la pantoja en todos los "eventos".
Nadie te va a quitar ese título, vengas o no a dejar comentario;-)
See you later.

ana dijo...

Me resulta muy difícil comentar tus palabras... por el nudo que me han dejado.

La nieve se caía de mi alma
y tú seguiste andando... (nieve, frío, despedida y alma) ... estoy atrapada a ras de frío.
Mírame, luz de otoño,
en Europa es invierno para siempre.


Cada vez me resultan más duros los inviernos. Menos mal que ya se van notando los días más largos, y las horas... con más sol.

Saludos.

veridiana dijo...

Más que un violín, como dice Antonio,en violonchelo( el que toco),más grave,melódico,más misterioso...¡Precioso poema!

Y el cuadro:Tranquilo, ingenuo,parece arte Naif.¡ Me encanta!

Un beso.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Ana. A mí también me resultan lo que son: largos, fríos, con esa pinta de interminables.
A veces el frío se mete más allá de los huesos. Realmente, atrapa.
Y paraliza.
Pero tendremos que movernos, no queda otra. Aunque en Europa sea invierno para siempre.
Saludos.

Olga Bernad dijo...

Veridiana, ¿el violonchelo? ¿Tocas el violonchelo? Eres una cajita de sorpresas.
A mí me encanta ese sonido, o más bien esa voz, porque parece un instrumento con voz. Un solo de violonchelo hubiese acompañado muy bien a este poema, aunque Battiato no lo hace mal, el hombre;-)
Y el dibujo, pues bueno, es casi una manía. No paro de dibujar.
Muchas gracias, Circe;-)
Un beso.

veridiana dijo...

Sí, una voz humana...bueno estudio y aprendo, siempre me ha encantado, aunque lo mío son Las Bellas Artes.
Coincidimos en algo.

ana dijo...

Dibujas???
Son tus dibujos Olga???

Acompañan en perfecta armonía a tus palabras.

:))

Olga Bernad dijo...

Pues a Zaragoza te vienes con el violonchelo, nos ponemos en el Paseo de la Independencia y a ver qué pasa, jeje. Yo puedo tocar las castañuelas o la pandereta y sonreír a la gente (para que luego me diga Aurora que no soy simpática;-) a más no llego, hija.
Pero lo dejaremos para el verano...
Buenas noches, Circe.

Olga Bernad dijo...

Dibujo por compulsión, debe ser una enfermedad como otra cualquiera (seguro que está estudiada y tiene nombre, pero yo no me lo sé). Yo creo que el toque naif de la última temporada es por hacerles dibujos a mis hijos. Pero gracias, me alegro de que te gusten.
Buenas noches a ti también, Ana.
Me rindo por hoy.

Izarbe dijo...

Yo también te elijo otro verso precioso de este poema "enorme":
Que los hombres no callen cuando digan
y que no digan nada
cuando sus ojos mienten.
Una sensibilidad especial, como la de la autora de estos versos, un abrazo

veridiana dijo...

jajaja ¡ Eres genial!

gbp dijo...

Cariño, so far... mi preferido.

Besitos retrasados y arrepentidos.

Juan Carlos Garrido dijo...

Con tanto frío, uno no acaba de de tener claro si los versos son dulces o amargos, mas, sin duda, conmoverores.

Precioso poema.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Izarbe. Que aquí cada uno coja lo que más le guste;-) Si tan fácil fuese...
Cuando alguien los elije, los versos me parecen más bonitos. Qué cosas.
Un abrazo y hasta pronto.

Olga Bernad dijo...

Anda, Circe con violonchelo, tú que me miras bien;-)

Olga Bernad dijo...

Bueno, sister, a ver si el siguiente vuelve a ser so far... tu favorito.
Kisses para la hermana pródiga;-)

Olga Bernad dijo...

Al escribirlos, eran un poco dulces a veces, bastante amargos otras, y blancos como la nieve y el agua sobre una explanada enorme, grande, inacabable. Tenía frío, y un poco de pena.
Que conmuevan al que lee es lo único que importa. Muchísimas gracias por la lectura, S.C.

Juan Manuel Macías dijo...

Es un poema bellísimo, como todos los tuyos. Llevo unos días fatal, saliendo de una gripe muy mala. Pero no quería dejar de sumarme a los aplausos, aunque tarde. Lo siento.
Besos

Olga Bernad dijo...

Cuídate, que es lo importante. Yo no me cuidé nada cuando la cogí y ahora tengo una tos crónica encantadora a lo Margarita Gautier que a ti no te quedaría nada bien;-)
Gracias siempre, Juan Manuel.
Siempre cuento con tu lectura, y eso es un honor y también una responsabilidad.
Besos.

Bárbara dijo...

Con lo poco que me gusta el invierno y lo mucho que me ha gustado este frío tuyo. Claro que el mejor verano es el imaginado en la nieve, el que habita en el corazón del invierno.
Un saludo.

Olga Bernad dijo...

Sí, no hay verano más hermoso que el que vemos en nuestro deseo durante el invierno, ni mar más azul que el que los de tierra adentro soñamos en enero, siempre cálido y festivo, siempre aguardándonos. Es verdad.
Así somos;-)
Aunque yo, de vez en cuando, necesito una dosis de realidad...
Un saludo, Bárbara.

Maria Luisa dijo...

Querida Olga-

Precioso poema como es normal en ti.
(Con tu permiso me apropio de un trocito)
"No me calentará cualquier hoguera
que secuestre ojos ciegos"

Un placer leerte.

Mucos besos

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Reina.
No me calentará cualquier hoguera, es una mezcla de propósito de nuevo año y también una fatalidad.
El placer, tu visita;-)
Besazo.

Julio Castelló dijo...

Caen tus palabras como un yo interior o su hoja en blanco y negro echa trizas. O copos.
He rememorado The dead: http://www.youtube.com/watch?v=mvNRFfVelt4.
(Por cierto, precioso el dibujo. Precioso.)

Olga Bernad dijo...

Hecho trizas en forma de blancos copos e intentando sobrevivir al invierno.
No he podido acceder a la dirección, no me sale the dead, pero espero que sea buena señal;-)
Muchas gracias, Julio.