miércoles, 4 de marzo de 2009

Rectas

Contigo solo estaba,
en ti sola creyendo;
pensar tu nombre ahora
envenena mis sueños.

Luis Cernuda


Sólo tú, nadie más, nadie me mira.
Solamente tu nombre me envenena.

Las rectas que imagino se parecen
a los días en los que pienso en ti:
encrucijada de crucifixiones
y delirio de dudas y destinos.
Algo como un dolor de despedida
y un fiero amor; navajas de juguete
en la espina dorsal de los caminos.

La vida es un enorme precipicio,
lo que queda delante de la vista.
Sólo la fe dibuja líneas rectas
y busca rectos versos en sus filos.

Olga Bernad

57 comentarios:

enrique dijo...

Aunque prefiero las curvas, me he deslizado por tus versos rectos y hermosos...

Olga Bernad dijo...

Tengo otro que se titula "Curvas", pero después de la morena me parecía mucha redondez junta.
Y me gustan las rectas, llegan muy lejos.
Buenos días, Enrique, muchas gracias por deslizarse por aquí tan temprano y por sus palabras.

José Miguel Ridao dijo...

A mí las rectas, más que crucifixiones y delirios, me sugieren orden y sosiego. Lo que para ti son rectas son curvas en mi sentir. ¿Seran tus curvas mis rectas? Una cosa es cierta: las rectas llegan al infinito, y las curvas se retuercen y a veces vuelven al punto de origen.

Un beso, una vez más tu poema alimentó mi pensamiento.

Olga Bernad dijo...

Lo curioso es que a mí también, pero la cruz son dos rectas que se cruzan, como dos caminos, como una encrucijada que te lleva a pensar en el destino, en la decisión, en las dudas, en la vida por delante. Alguna fe debe guiarnos, de una manera no siempre explicable, como en un poema.
Un beso, José Miguel.

Anónimo dijo...

Rectos o curvos, tus versos enganchan.
Me encanta, especialemente los últimos dos versos.

Besos

Olga Bernad dijo...

Gracias, Spender.
La encrucijada me engancha a mí,me paraliza. Qué hacer con ella, salvo un poema. Y cómo hacerlo sin ninguna fe.
Un beso.

Fernando dijo...

Serás para la daga el filo del sendero,
cruzado sueño en la piel del que te busca,
entonces, cuando el vaho de su boca te recorra,
y con los ojos cerrados
le abras de nuevo
el paso a tu deseo,
tendrás entre los dedos el hormigueo de la sangre
y creciendo el pláceme y suave deleite de la carne.


besos

f.

Olga Bernad dijo...

Vaya, Fernando, versos para mi entrada.
"Serás para la daga el filo del sendero/cruzado sueño en la piel del que te busca"
Me gusta el tono profético:-)
Con lo formalita que yo estaba, tan seria en la encrucijada, buscando con fe todos los versos rectos...

Marta Fernández Olivera dijo...

La ultima estrofa me traslada al mar y su fina linea de horizonte, a un precipicio de agua salada que se vierte hacia el abismo negro de la fria muerte. Sólo la fe como bien dices nos facilita la vida con finas lineas, aunque las lineas finas son cortantes como el filo de una navaja o un papel.
Besicos

Fernando dijo...

ja,ja,ja...hija es que a veces uno se deja llevar...

s dijo...

Me han encantado estos versos:

"navajas de juguete
en la espina dorsal de los caminos."

"Sólo la fe dibuja líneas rectas
y busca rectos versos en sus filos."

Por cierto, esos versos de Cernuda para mi, casi siempre, son indisolubles de la voz de Paco Ibáñez, por el que los conocí por primera vez.

Abrazos matutinos.

Olga Bernad dijo...

Líneas rectas como filos de navaja o papel, pero también como caminos que marcan direcciones. La encrucijada no marca, interroga, la sensación de incertidumbre no descansa, se hace mucho más patente en algunos puntos. Odio las encrucijadas y, sin embargo, son el momento preciso y precioso en el que aún es posible no equivocarse. Es un punto para poner a prueba cualquier fe.
Besos, guapa, gracias por venir.

Olga Bernad dijo...

Jeje, Fernando, eso de dejarse llevar… ¿no es una solapada manera de tener fe?:-))))

Olga Bernad dijo...

Sergio, muchísimas gracias por lo que dices de mi poema.
En cuanto a los versos de Cernuda,para mí es un misterio. Mi padre tenía el disco del Olympia, y esa canción no estaba. Nunca la oí. Luego vi que era una de las canciones más famosas de ese mismo disco. Supongo que harían distintas ediciones o algo así. La cuestión es que yo leí el poema nuevecito, aunque luego la canción no me disgustó. Prejuicios positivos y negativos aparte, la voz masculina, la seriedad y la sencillez no me parece que le vayan mal a esas palabras.
Abrazos ya casi de la hora del café:-)

Mery dijo...

Veo que las curvas y las rectas nos tienen pensativos a todos.

¿Y qué me decís del veneno, tantas veces relacionado con el amor? Cuando el sólo nombre envenena de tal manera, las espadas están en alto.

Un bello poema de recuerdo a Cernuda, Olga, dá gusto.

Un beso

Juan Manuel Macías dijo...

No hay nada más recto que un verso bien trenzado, tenga las sílabas que tenga, aunque sea alambicadamente peligroso. Ante el moroso tedio de hablar de poesía, nada como la certidumbre y el misterio de un poema como la copla de un pino. "Sólo la fe dibuja líneas rectas/y busca rectos versos en sus filos." ¿cómo decirlo mejor?
Besos, Olga. Una vez más tus versos me han coloreado el pensamiento, y me devuelven a la música, en esta tarde tan tonta de nieve y marzo (¿será posible? :-)

Jesús Cotta Lobato dijo...

Estas últimas entradas son preciosas. Contigo me ocurre que tras la impresión favorable de la primera lectura, hay que leer el poema otra vez y entonces se torna más misterioso, pero uno lo entiende mejor. Lo mejor, las metáforas y las imágenes, que son atrevidas, pero exactas. Un abrazo

Olga Bernad dijo...

Mery, Mery, yo veía la navaja clavada en la espina dorsal de los caminos… pero no la espada en alto. Y el veneno, sí, relacionado con ese fiero amor de poeta exiliado, como un sabor de vino dulce que se ha vuelto amargo. “Cuando el sólo nombre envenena de tal manera, las espadas están en alto” Seguramente sí, a pesar de todas las rendiciones.
Lo que da gusto son tus comentarios. Gracias y un beso.

Olga Bernad dijo...

Juan Manuel, no me acostumbraré. Yo te contesto más o menos cabalmente porque, total, no voy a poder expresar lo que siento ante tus comentarios. “Alambicadamente peligroso”, “la certidumbre y el misterio de un poema como la ¿copla?- tal vez la morena se te ha colado en el subconsciente- de un pino”. Tal vez esa copla intrusa te ha traído la música en esta tarde de nieve y marzo, esa música la oyes tú porque la sientes, la entiendes y la vuelves de verdad.
Si no se puede decir mejor, me daré por satisfecha:-)
Besos, Juan Manuel.

Olga Bernad dijo...

Ay, Jesús, las últimas entradas me dan el mismo miedo que las primeras. Siempre me da un cierto respeto colgar algo nuevo, yo no sé si la gente tiene tantas dudas, estaría bien una entrada para hablar de eso:-)
Qué bueno lo que dices “hay que leer el poema otra vez y entonces se torna más misterioso, pero uno lo entiende mejor”. Me llama la atención porque eso es lo que yo siento a veces como lectora, y son sensaciones difíciles de “cuadrar” en una expresión. Tras el primer impacto, cuando el poema es capaz de volverse misterioso es cuando lo podemos “entender”, sentimos que lo entendemos o algo así.
Un abrazo, Jesús, muchísimas gracias.

Máster en nubes dijo...

A mi me pasa como algún comentarista, veo a menudo misterio en lo que escribes, y me gusta más todavía.

Me producen desazón las encrucijadas, no sé para dónde tirar ;-)

Un abrazo, Olga, siempre me quedo con tu entrada para "pensarla" con tranquilidad y volver sobre ella luego.

Granito dijo...

Pues no se otros pero yo convivo con la duda como puedo, eterna compañera, certeza única. Pero también con la fe, que brota del mismo lugar que la mirada hacia todo lo que existe, mirar y creer ¿no viene a ser lo mismo?.

Gracias, como siempre, por tu -hoy más- hermosa y enigmática mirada.

enrique baltanás dijo...

Yo me quedo con estos dos versos sobre todo: La vida es un enorme precipicio,
lo que queda delante de la vista.
Esperemos que, como en las películas, en el último minuto no no caigamos por el precipicio.
Saludos.

Olga Bernad dijo...

Aurora, quédate con la entrada para lo que gustes, maja, que para eso la he puesto. La encrucijada es un estado permanente, siempre hay que elegir. Es agotador porque, generalmente, elegimos incluso más a ciegas de lo que nos sentimos, que ya es decir.
Me gusta que veas misterio en lo que escribo. Como sé que a veces reflexionas sobre el concepto de piropo, te diré que me parece el piropo más bonito.
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Granito, parece que hoy hay coincidencia en el misterio. “Hermosa y enigmática mirada”. Vaya, mil gracias.
En cuanto a lo que dices, yo no sé si habrá alguien que no conviva con la duda, tendrá que ser muy inconsciente. Pero también echamos mano de la fe, claro que sí. Me gusta eso de “mirar y creer”. No ver para creer, sino ver y creer…

Olga Bernad dijo...

Enrique, son también mis versos preferidos. Eso lo escribí una vez como contestación a un comentario y la frase se me quedó en la cabeza. Claro, eran dos endecasílabos y todos los versos de delante los esperan. Y los dos últimos intentan que, al final, no caigamos por el precipicio, sí;-)
Muchas gracias, Enrique. Bienvenido por aquí.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Bien...bien pero que muy bien....casi puedo asomarme a ese precipicio y sentir vertigo.
Estoy buscando ese pupitre para imortalizarte...pero no es facil,creeme.
Un besico:
Tere

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Tere, y yo casi puedo verte, cámara en ristre, enfocando al precipicio;-)
No te preocupes por lo del pupitre, ya nos apañaremos. Por cierto, pronto habrá nuevo evento cultural. Te informaré debidamente. Cualquier excusa es buena, jeje.
Un besico ya de buenas noches y de rendición total. Qué día.
Menos mal que mañana es fiesta. ¡Viva la cincomarzada! Y pensar que quería hacerle una entrada...

Olga Bernad dijo...

Por cierto, para Sergio (que ya la conocía bien, pero en fin) y por si alguien tiene la curiosidad, he buscado la canción que él ha recordado sobre el poema de Cernuda. A mí me ha gustado oírla.
Pinchen aquí

Buenas noches a todos, si es que hay alguien despierto por ahí.

Andrei Rublev dijo...

Es posible que un día los comentarios de un blog sean un género literario. Por ahora, uno teclea con espontaneidad, demasiada espontaneidad, creo yo, tratándose de eterna escritura.
En todo caso, la naturaleza desconoce la línea recta. Es más bien orgánica, impredecible, fractal... Supongo que como la vida, que en tu poema aparece como abismo, como precipicio. Por ahí andará también el amor, y los venenos, con sus nombres respectivos. La recta es invención, como los versos y los filos, que hieren siempre, como la razón que, como el cuchillo, está hecha para separar.
Se me ocurre, como suelo, dejar de lado la cabeza y quedarme con Bernardo de Claraval: "Amo quia amo, amo ut amem" ("Amo porque amo; amo para amar"). O con Novalis, que llama al amor "el misterio del mundo".
Besos, Olga.

Olga Bernad dijo...

Es posible, Arsenio, algunos comentarios son un género literario. Hay espontaneidades que no están mal;-) La recta será invención pero, como las meigas gallegas, haberlas... Y si no las hay, como si las hubiera: yo quiero verlas y creerlas. La naturaleza es terriblemente curva, llena de personas y bosques y aberraciones y recovecos, como el amor. Las rectas hieren, puede ser, separan y cortan pero ¿no es eso el orden? ,¿no anhelamos alguno? También muestran caminos, guían, unen puntos perdidos. Puedo entender que quieras dejar de lado la cabeza, yo también suelo querer (y no estoy segura de no hacerlo muchas veces) pero eso no está bien, como decía el propio Bernardo de Claraval “la culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento”;-) Nuestra riqueza es mental, no sólo sentimental. “El infierno está lleno de buenas intenciones” ¿Te suena?
Últimamente, les tengo mucho miedo.
Un beso, Arsenio, mil gracias por tu comentario que, como siempre, me hace pensar.

Paco dijo...

es un precipicio al que a veces intentan empujarte... y no nos queda mas remedio que resistir.

saludos

ALEX dijo...

HOLA OLGA..ANTES DE NADA ENCANTADO..HE CONOCIDO TU BLOG A TRAVÉS DE CAROLINA...DESDE LUEGO TE LO TRABAJAS PERFECTAMENTE...HAY GENTE POR AHI QUE TENEIS MUCHO ARTE...ME ENCANTÓ Y POR ESO ME QUEDO SI ME LO PERMITES...uN ABRAZO DESDE EL SUR...Y ME UNO A TU BLOG..SALUDOS

Olga Bernad dijo...

Pues claro que sí Paco, aunque sea agarrándose a una recta ardiendo:-)
Un saludo, malagueño.

Olga Bernad dijo...

Hola, Alex. Muchas gracias por lo que dices. He ido a conocer tu blog y he visto fotografías preciosas, aunque me pasaré más despacio.
Saludos y bienvenido a estas caricias.

Gemma dijo...

Ay, Olga, "sólo la fe dibuja líneas rectas y busca rectos versos en sus filos". De ahí que seamos todos tan curvos (y tan remisos). Tu poema me gustó porque se halla todo él en esa encrucijada que tanto temes. Indeciso tanto de tomar partido como de permanecer sin moverse.

Pura conciencia hecha poema.
Un besazo para ti, poeta de rectos versos

Olga Bernad dijo...

Es que los caminos son una cosa seria, equivocarse no es una tontería.
No creo que sea posible permanecer sin moverse, pero es casi una obligación pararse a pensar.
Luego, una vez tomado el camino, no siempre es posible dar la vuelta. Mejor andar por uno recto, si es que lo vemos.
Un besazo para ti, Mega, muchísimas gracias

s dijo...

Oye, pues me alegra haber escuchado la canción de nuevo (ahora por internet y en el trabajo...) pues no la escuchaba desde hacía tiempo. Gracias, Olga.

Olga Bernad dijo...

De nada, Sergio, a mandar:-)
La verdad es que a mí también me gustó escucharla.
Si queda mucha tarde de trabajo, que se haga corta.
Un saludo.

Antonio Azuaga dijo...

Empieza a darme cierto “corte” meter una palabra. Hace un año (no del todo todavía) me resultaba más fácil. La plantita de entonces se ha hecho un portentoso y cada día más bello árbol. No es sólo cuestión de rectitud, sino de creciente verticalidad. Alguna vez dije (no sólo yo) que escribías como los ángeles. Creo que debo prescindir del “como”, creo que es un ángel quien aquí escribe. Comprende que me dé corte meter baza. Pero, bueno, conste que sigo admirando desde mucho más abajo.

Besos.

Olga Bernad dijo...

Pero eso de dar cierto corte meter una palabra es lo que me pasa a mí, no te puede pasar a ti. Aún recuerdo la vergüenza que pasaba hace un año (de eso sí que lo hace) cuando empecé a comentar en tu anterior blog, y lo mal que lo he pasado a veces por meter directamente la pata en vez de la palabra, pero en fin, si no decimos lo que pensamos y donde queremos decirlo, ¿a qué estamos jugando?, ¿para qué todo esto? Tú haz lo que creas, pero sin ti no sería igual. Me centro en esta temática porque la otra parte del comentario me emociona. Pero no, no soy ningún ángel, aunque lo hago lo mejor que puedo.
Un beso, Antonio, y un abrazo y todas las fórmulas que se te ocurran.
Por cierto, no me has contestado a lo del paraguas;-)

Maria Luisa dijo...

¡PRECIOSO POEMA!

Olga como me gusta leerte sosegada, tranquila, me relaja.
Me quedo como siempre con un trocito de tu poema.

"La vida es un enorme precipicio
lo que queda delante de la vista".

Que verdad más grande.

Un beso y un saludo especial a tu madre. (Por ser rubia)

Olga Bernad dijo...

Yo también salvaría esos dos versos de este poema, se me quedaron como una cantinela y creo que produjeron el resto, como le he dicho a Enrique. Pero aquí cada cual se coge los suyos y punto:-)
Ay, esas madres rubias y guapas como soles... claro que mi madre muy lectora de poesía no es (me temo que no es una afición que me viene de familia)pero le trasmitiré tu saludo.
Ahora está en Escocia, con la sister. Si es que no paráis;-)
Un besazo, el que te guardo siempre.

Anónimo dijo...

"encrucijada de crucifixiones
y delirio de dudas y destinos."
Nunca lo hubiera podido decir asi pero para mi, amante de los circulos, como tu muy bien sabes, esto es exactamente lo que una recta me produce. Imprescindibles rectas del destino.

Cariño, sin duda en este "pequeño poema" hay versos inmortales.

Precioso!

Un saludito from your sister and mother.

Antonio Azuaga dijo...

Tienes razón, Olga, no te contesté. Debió de ser por la precipitación para atenuar la tardanza. Respondo, pues, a tu exhortativo “responde”:

El otro forma parte de otros paraguas. El mundo se parece al cuadro de Renoir. Luego, entre los hombres, está la lluvia en bruto de los hechos que acercan o distancian y de los que ninguno puede protegerse. “Es” lo que es. Así que, debajo de nuestras palabras (o razón) somos como las “mónadas” de Leibniz: reflejo de la totalidad y soledad “sin ventanas”.

Espero haber saldado la deuda de mi distracción.

Olga Bernad dijo...

Gracias, sister, espero que nuestra mother esté avanzando con el inglés, jeje. Por aquí ya le dejan hasta saludos;-)
Tal vez a ti te cuadre más el poema de las curvas, si es que es posible que las curvas cuadren, pero es que tú eres muy especial… te lo mandaré.
“Imprescindibles rectas del destino”, “versos inmortales”, parece que estás recuperando el español, me alegro mucho;-))))
Besos para todas.

Olga Bernad dijo...

Ay, que te me distraes, Antonio. El otro forma parte de otros paraguas. ¿Así de fácil? Me entró la duda al considerar cómo a veces las personas, por buena voluntad que pongamos, parecen ser más bien parte de los elementos que nos afectan, quisiéramos explicarnos y no sabemos; y otras veces, son claramente parte del aguacero más inoportuno que sólo quisieras mantener lejos y es imposible, no hay manera de quitártelo de encima. En el primer caso, bien resuelto, pueden acabar siendo parte de lo que te protege y te ayuda a comprender; en el segundo, supongo que hay que verlas como el que ve llover. Y no perder nuestro paraguas.
Bueno, no tiene que ver con el poema, pero sí, todo tiene que ver con distinguir caminos.
Buen fin de semana, Antonio.

Anónimo dijo...

Yo solo sé decir que lo leo y no sé cómo lo haces.
Es precioso.
Me gustaría saber decirte más.

Olga Bernad dijo...

Angós, tú estás, que es mucho más importante que "decir". Aun así, lo que dices me llega al alma, precisamente porque te conozco. En la blogosfera no suele ser así, sólo contamos con las palabras escritas entre unos y otros, pero no es el caso.
Gracias, me encanta que entres, me gusta tenerte aquí;-)

Anónimo dijo...

Cuando crees trazarte tu destino perfectamente rectilíneo, entonces va el dichoso espacio y se curva al extremo (para regocijo de Einstein).

Siempre creemos ir a hacia algún sitio, pero nunca podemos estar seguros de llegar. Es como la Itaca de Llach y Kavafis, aunque sepas tu destino lo que te enriquece es el camino que recorres para llegar a él.
…has de pregar que el camí sigui llarg

¡¡Bon viatge Olga!!.

Olga Bernad dijo...

Ay, ya lo creo, Blackbird, o se curva al extremo o se te cruza otra recta tan recta como la tuya y te monta una encrucijada de mil pares de … Y nunca podemos estar seguros de haber acertado ni de llegar; yo eso casi lo acepto, no depende de mí, pero lo que no quiero es decidirme a medias, quiero andar con fe y luego que sea lo que Dios quiera. Es una fe sin mucha esperanza, pero con alguna;-) ¿Tú te das cuenta de lo que digo? Si es que no me sé explicar, pero la sensación la tengo muy clara…
Bon viatge, mi Black, es un gustazo haber encontrado por esos caminos a gente como tú. Y a ver si quedamos de una vez esta semana, leñe, que Iseo ya no me habla;-)

Isabel Barceló Chico dijo...

Me estremece la idea de la vida como un precipicio. Acostumbrada a recorrerla cuesta arriba, no me daba cuenta de la sima que hay en realidad... Besitos.

Olga Bernad dijo...

Pues es verdad, siempre la entendemos más bien como cuesta arriba. No sé por qué se me ocurrirían así los versos. Tal vez por esa cercanía peligrosa de los cuarenta, que me traen de calle. Como si desde el mediodía, sólo se pudiera ir hacia el anochecer y, desde la cima, sólo pudiese verse un precipicio. No lo sé. Supongo que ese enorme precipicio puede mostrar en realidad un paisaje inmenso;-)
Que sepamos verlo.
Besitos, Isabel.

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Precioso, aunque no sé yo si la fe es de trayectoria recta.
Un saludo

Olga Bernad dijo...

Ummm. La fe, como convencimiento que nos sostiene y nos impulsa, ve caminos que las dudas borran. Dudar es una actitud sana, pero te paraliza y convierte todo en un maldito círculo. Supongo que sólo la fe puede hacernos salir de él, digo yo:-)
Bienvenido, Antonio, me encanta que venga gente nueva.
Me pasaré a conocer tu blog.

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Con varios días de retraso, mi entusiasmo ante este poema, Olga. Coincido con Erique Baltanás en la gran fuerza del verso del precipicio y el siguiente. Me ha recordado a otros dos versos del gran Cirlot: "Siempre está junto a mí ese precipicio,/ la carencia absoluta de tu ser." Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Siempre me alegra que vengas a leer, Antonio, y mucho más a comentar. Ahí estuvo el origen del poema. No había leído esos versos de Cirlot, pero es un poeta que conozco, (¡menos mal, ya me da vergüenza no conocer casi nunca a los que nombráis!:-) pienso en rimas internas y misterio. Aquí hay alguna rima que no se ha molestado en internarse y ojalá un poco del misterio que yo sentía frente a mí. Son dos versos preciosos los que nos has traído, haces una comparación que es muy generosa conmigo.
Mil gracias y un abrazo.
Voy a buscar ese poema:-)