martes, 9 de diciembre de 2008

El cielo para quien sepa tocarlo

A Fernando G. Seral, que mira mucho al cielo...


Casi al final del día
da el águila real la última vuelta
sobre el llano de plata.
Sobre el campo,
la tierra y las razones cartesianas,
linderos y murallas, paredones
que tranquilizan a los propietarios.
Por encima de él,
surcando el infinito mar del aire,
el águila se adueña del misterio;
sus alas reconocen, acarician y marcan,
delimitan
su parcela de cielo insobornable,
la soledad azul que se oscurece.


Olga Bernad

Nota: El autor de la fotografía es Fernando González Seral y fue publicada en su blog Los Monegros el pasado cinco de agosto bajo el título "...cielo"

52 comentarios:

ONDA dijo...

Precioso, querida amiga.

Es un poema con perspectiva de altura.

Gracias.

Olga Bernad dijo...

Mantendremos la intención de no perderla, al menos como perspectiva:-)
Gracias a ti, Ignacio.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Coincido con Ignacio. Precioso. Una lectura además de relajante vuelo. Besos.

Juan Manuel Macías dijo...

Todo poema sirve de poética, siempre digo. Y qué bien, qué preciso "la tierra y las razones cartesianas". Todo poema quiere subir alto e intentar tocar el cielo, más allá de las terrenales (y cartesianas) parcelas y tabiques: "forma y fondo", "lenguaje y pensamiento", y demás fronteras artificiales y estériles. Y qué delicia poder mirar desde la altitud de tu águila esa porción de libre azul (tan solitario) antes de oscurecer. Qué belleza de versos, tan claros, tan verdaderos. Maravilloso poema, Olga. Enhorabuena. Besos admirados.

P.S.: Ah, y felicidades a Fernado G. Seral :-)

carmen jiménez dijo...

¡Quién fuera águila! ¡Quién pudiera surcar el mar del cielo y sentirse su dueño!
Un saludo desde tierra firme.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Antonio. A mí el vuelo del águila me produce tambíén una sensación de calma. Calma y seguridad. Vuela muy en serio.
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Juan Manuel, la imagino desde arriba siguiendo con la vista y la sombra unos interminables trenes sobre el llano:-)
Mil enlaces te voy a poner como mil soles, que para eso sé.
Gracias y un montón de besos.

Olga Bernad dijo...

Sí, Carmen, yo también soy de tierra adentro y me gusta ver el mar en el único sitio que se le parece: el cielo. Y cielo sobre el llano nunca falta:-)
Un saludo, guapa, gracias por venir.

Marta Fernández Olivera dijo...

como otros dicen...quién fuera aguila para surcar estos mares de cielo azul y olas nobulosas de algodon esponjoso y suave, quién fuera aguila real para vigilar esos mares de masjestuosos aires...bello, Olga

Anónimo dijo...

Un binomio que emociona. Saludos.

Olga Bernad dijo...

Bueno, a veces hay que volverse un poco águila y volar por encima de las cosas. O tener la intención.
Con lo de "bello", me dejas contenta:-)
Bon dia, Marta.

Olga Bernad dijo...

Siempre se busca emocionar, hay que reconocerlo, pero sin jugar demasiado. Es como señalar con el dedo algo que has visto. Y hacerlo visible.
Saludos, Spender.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Supongo a Fernando contento por un poema tan bello que viene a definir su foto..."la soledad azul que se oscurece".
Gracias a los dos por hacernos difrutar leyendo y viendo.

Olga Bernad dijo...

Ay, Tere, no le he pedido permiso (como me dio uno general:-) porque quería que fuese una sorpresa. Lo menos que podía hacer, con esas Reglas del desierto acompañando siempre a sus fotos... y que me acordé de él cuando lo escribí, así fue.
Que el "binomio" te guste, ya es una garantía:-)

Isabel Barceló Chico dijo...

Precioso olga. Me ha gustado mucho esa referencia al "cielo insobornable". Ay, sin duda te refieres al cielo como espacio, porque lo que es el cielo como premio mucho me temo que se siga vendiendo al mejor postor. Muy bello. Y la fotografía, magnífica. Saludos cordiales.

Fernando Gonzalez Seral. fgseral dijo...

... esto es una verdadera sorpresa que no esperaba, que me hace sentir encima de esas nubes, como cuando era un crío, ...soñando.
Que te voy a decir de lo que has escrito, pues que me gusta. Además de leerlo, lo veo todo en fotografías que he disparado montones de veces,..."surcando el infinito mar del aire". ¿Cuántas veces he comparado ese cielo con el inmenso mar?, ...muchas veces.

Olga Bernad dijo...

El cielo como premio no se vende al mejor postor, por mucho que monten tienda: ya les gustaría a muchos. El cielo es insobornable, claro que sí. Inmenso y misterioso. Sólo algunos lo surcan, y da gusto mirarlos.
Saludos, Isabel. Muchísimas gracias.

Olga Bernad dijo...

Muchas veces, Fernando,ya me lo imagino; por eso pensé en ti. Aunque me daba un poco de corte, la verdad es que pensé en ti, y dije "¿por qué no, si es la verdad?" Sé que eres más de silencios que de frases, pero un poema se hace también con un silencio previo y todo: el silencio, el poema, esos paisajes y tus pocas palabras, me llevan a lo mismo:
"Tal vez la mano, en sueños,
del sembrador de estrellas,
hizo sonar la música olvidada
como una nota de la lira inmensa,
y la ola humilde a nuestros labios vino
de unas pocas palabras verdaderas."

Antonio Azuaga dijo...

Me sumo a las demás palabras, las de arriba; y ,humildemente (si no se me cuela alguien), añado esta imagen:

“…el águila se adueña del misterio;
sus alas reconocen, acarician y marcan…”

Es bellísima.

Besos.

Olga Bernad dijo...

No se te cuela nadie. Me gusta que cada uno venga y se coja sus versos, está muy bien...
Ay, Antonio, este poema, esa imagen, me limpió el pensamiento. Cada uno hace lo que puede y sabe, "lo que Dios le da a entender" (frase de mi abuela para comentar contigo, sin duda.-)
Un beso y muchas gracias, caballero.

fa mayor dijo...

Qué maravilla!
Qué mirada de águila. Imagino ese viento frío, al oscurecer, y como dices, más allá de los linderos, de los paredones. Por encima.
Soledad azul y majestuosa.
Y ese título que dice tanto...

Un placer leerte, Olga, como siempre.
Besos.
Fa.

Manuel Arribas dijo...

Tocar el cielo no puedo, o quizás si, cuando sueño que vuelo. Quiero que en mi próximo sueño sea el águila de tu poema que surque por los cileos monegrinos del "rey" Fernando.

Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Es atractiva esa majestad natural que tienen algunos animales salvajes, tal vez por eso son símbolos tan recurrentes. Ningún animal salvaje se compadece de sí mismo ni espera aplausos por hacer lo que debe. Para nosotros, eso es tan imposible como volar; a cambio, podemos sonreír y llorar (lo justo, a ser posible)… pensar en las águilas y el cielo. O convertir los sonidos en música y notas con nombre propio, como Fa (Mayor.-)
Besos.

enrique dijo...

Me gusta el azul, aún para la soledad...

Olga Bernad dijo...

Ojalá puediésemos mandar así sobre los sueños:-) Esos cielos monegrinos son una maravilla, sí que es verdad. A través del blog de Fernando, llegó también Tere (todo un descubrimento). Me encanta perderme de vez en cuando por las fotos del Círculo, donde cada uno tiene su "reino" por méritos propios.
Un abrazo, Manuel.

Olga Bernad dijo...

Y a mí, Enrique. La sensación y algunos de sus nombres: azur, cian… y esa tristeza del blue inglés. ¿Conoces la canción de Janis, Little girl blue? Mira, no te la enlazo en el comentario porque, desde que he aprendido, no hago otra cosa:-) Pero te la recomiendo…

Jesús dijo...

Hola, veo que tus poemas vuelan también alto, cada vez más. Este poema me recuerda a Jordi Doce (es un elogio, no una crítica). Me gusta tu sentido del ritmo. Tienes un futuro prometedor, de verdad. Un saludo.

Olga Bernad dijo...

Desde luego que me parece un elogio, Jesús, y muy generoso (lo que ya no sé es lo que le parecería a él)
Somos ¿muy? jóvenes: otra cosa, no lo sé; pero futuro sí tenemos:-)
Muchas gracias, Jesús.

Jesús dijo...

Mira, ni somos muy jóvenes ni tenemos mucho futuro, ni vital ni literario. Como poeta, yo creo que tú, yo y todos los demás correremos la misma suerte que el resto de los que escriben poesía, o sea, pasar sin pena ni gloria. Pero nos gusta escribir, ¿no? Eso es suficiente. La poesía no interesa a nadie, no nos amarguemos. Pero bueno, yo quiero dar ánimos a la gente, leches. Para contar penas o decirle a los pocos que escriben bien que dejen de hacerlo porque no llegarán a nada, prefiero mantenerme en silencio. No seas negativa. Tú eres de las que escribe bien. Luego lo juntas todo y lo mandas a un concursillo de provincias (todos en España lo son), con suerte lo ganas y te publican el libro. ¡A nadie le amarga un dulce! Y así pues el premio te da ánimos para seguir escribiendo hasta que seas viejecita. Y luego ya sabes, nos viene el final, el olvido, nuestros libros inencontrables, que nadie sepa ni se acuerde de nosotros. Pero hemos vivido felices haciendo lo que nos gustaba, escribir. Por eso animo a la gente a que lo haga. Además, quién sabe si un día llega tu hijo (no sé ni me importa si lo tienes) y en vez de jugar a la videoconsola le da por leer y escribir poesía como a su madre. Ya habrás sacado a una persona de la ignorancia, y eso es mucho más valioso de lo que parece en los tiempos que vienen, con planes Bolonia y Universidades controladas por el poder económico. Uf, cómo me enrollo. Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Animar a alguien, Jesús, requiere, como la poesía, la elección de las palabras adecuadas. Sinceramente no creo que el tono de frases como esta “…si un día llega tu hijo (no sé ni me importa si lo tienes)” y demás lindezas sea el más adecuado para “animar” a nadie. A mí no me gusta. Releo la entrada y no recuerdo haber pedido ánimos, pero los necesito como supongo que todos.

No discuto lo que dices, pero ¿para qué lo dices? Es como si vinieses a descubrir la patata. (Y si se puede descubrir en dos líneas, mejor que en cuatro, sí).
Me gusta escribir y también que otros lo lean. Y siempre intento hacerlo lo mejor posible. Es lo único que te puedo decir.

Muchas gracias por tus ánimos.

Anónimo dijo...

"El águila se adueña del misterio"
Como tú.

Juan Manuel Macías dijo...

Con tu permiso, Olga. La buena poesía, Jesús, siempre se abre camino, es eterna, más allá de papiros, libros, revistas de poesía, blogs, premios y demás performances con que nos sorprenda el futuro. De lo que hablas es de simples contingencias. Yo ya estoy un poco agotado del lugar común o cantinela de que "la poesía no interesa a nadie". No es cierto, sencillamente. Dejemos de hacer amargas elucubraciones de posteridades que no veremos y disfrutemos de un muy hermoso poema. Un hermoso poema está hecho para el placer y la memoria. Como dice un buen amigo mío, el mayor enemigo de la poesía es la mala poesía. Al margen de eso, la poesía ("buena" ya sería una tautología) tiene esa rara manía de perdurar en lo que es su razón de ser, el auditorio. Como la poesía de Safo, que brilla aún después de 25 siglos, como Lorca, Neruda y Miguel Hernández, como Quevedo y Góngora y Lope. Como Dante. E tutti cuanti. El resto son palabras que sobran, como éstas mías. Y qué simple lo dijo ya Borges: "Un triste oro, tal es la poesía/ que es inmortal y pobre. La poesía/ Vuelve como la aurora y el ocaso." Y el resto ya es literatura.

Besos, Olga y disculpa mi extensión. Enhorabuena otra vez por tu poema.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Angós.
Cuando vienes, me recuerdas a esas otras personas que se acercan generalmente a leer y no a comentar, pero que también acompañan. Y animan.
Un saludo.

Víctor González dijo...

Dos menciones, la primera a lo inmenso de la figura del mar del aire, eso, y la segunda a la certera sentencia, si tú me lo permites amiga Olga, de Isabel sobre el cielo/premio.
Besos desde el aire del segundo piloto.

Anónimo dijo...

El águila nos mira y nos compadece, tanto nos creemos, y no somos más que puntitos allá abajo, confiados en la certeza de nuestras dimensiones cartesianas cuando ignoramos lo realmente importante.

Más pese a no ser nada, nos queda el alma, y confiamos, como Quevedo, en ser al menos polvo enamorado

Besos Olga y gracias por abrirnos los ojos al horizonte inmenso.

PD. Somos alguien porque no somos nadie.

Olga Bernad dijo...

Tus palabras nunca sobran, Juan Manuel. Ese comentario podía ser una entrada preciosa para un blog tan bueno como el tuyo o un pequeño artículo. Es un lujo siempre contar contigo, en cada entrada, y una razón más para escribir, si es que hubiese que dar alguna.
Como dijo no sé quién, las cosas se pueden decir de muchas maneras, pero no de cualquier manera.
Tú nunca las dices de cualquier manera y eso me enseña más que muchos de los libros de texto ya olvidados.
Tienes razón, pero eso me parece ahora lo de menos. Me haces pensar que hice bien abriendo esta cosa rara del blog, y que hago bien siguiendo aquí. Me gusta escribir y contar con gente como tú. Eso me gusta ahora, en este momento, y los momentos son para disfrutarlos como si fuesen poemas.
Besos.

Olga Bernad dijo...

Víctor, Víctor, el cielo no se vende aunque haya quien crea que se compra... eso es ya un premio. Los paredones, como los castillos, no se sostienen en el aire.
Pero tú vuelas más que yo y seguramente sabes tocarlo. Tócalo un poco por mí:-)
Un beso, piloto.

Olga Bernad dijo...

Black, ese "Más pese a no ser nada, nos queda el alma, y confiamos, como Quevedo, en ser al menos polvo enamorado", es un párrafo para recordar.
A los ojos del águila, no somos nada; mientras escribimos, tampoco. Luego puedes pensar, y es lícito, en muchas cosas: abrir un blog, grabar tus poemas en piedra o tirarlos por la ventana (con piedra incluida.-). Pero, mientras escribimos, no importa. Somos nadie y en ese momento da igual el porvenir. Polvo enamorado.
Otro beso para ti, Blackbird, nombre de pájaro y de canción.

Jesús dijo...

Olga, lamento enormemente que hayas interpretado así mis palabras. Yo no veo nada ofensivo en ellas (sigo sin verlo). Como dices, mejor callar. Disculpas por darte ánimos que no solicitaste, fue muy osado por mi parte. No volverá a ocurrir. Me voy a descubrir la patata a otro sitio; no sé qué significa, pero me gusta cómo suena. Que tengas suerte en todo, aunque no me hayas pedido que te la dé. Ciao.

Olga Bernad dijo...

Si me hubieran parecido ofensivas, te lo habría hecho saber. Ni siquiera cuestiono lo que dices, pero sí la oportunidad y el tono y la relación con la entrada. Supongo que podré. Si tenías ganas de desahogarte, tienes tu propio blog. Creo que te contesté bastante educadamente. Seguramente en otros sitios, hubieran pasado olímpicamente. ¿Qué querías que te contestase?
Descubre la patata donde te parezca. Y vuelve o no vuelvas, haz lo que quieras, pero recuerda que aquí se contesta a todo el mundo.

José Luis Garrido Peña dijo...

Amiga Olga, todo y solo debería ser para quien sabe apreciarlo. El gran arte brota de la necesidad, fíjate que no rompes la causa musical que está en la raiz de tu escritura y te impulsa a expresarte.

Un abrazo

Olga Bernad dijo...

Mil gracias, Luis. Si por mi fuera, todo para todos y gratis, como en la blogosfera. Y que cada cual, simplemente, vaya eligiendo. Hay demasiadas cosas que no puedo comprender, pero procuraré que lo que me impulsa a expresarme no pierda su propia música.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

"...sus alas reconocen, acarician y marcan..."
como tus poemas cariño, nos acarician y nos marcan eternamente.

Precioso!!

Mil besos patatica, me ha gustado más que a ti el azul!

Olga Bernad dijo...

¡Sister!, esos "besos patatica", especialidad de la casa y recuerdo de la infancia, sí que acarician y marcan. Lástima que se hayan marchado tan lejos, pero bueno, la intención es lo que cuenta:-)
El lunes te mando los otros, a ver si te gustan tanto como el azul...

Maria Luisa dijo...

Una delicia leerte.

El águila majestuosa, marcando el territorio y dueña del cielo.

Muchos besos.
(Reina madre).

s dijo...

Me ha encantado, Olga. Sólo puedo decirte gracias por compartir este cielo.

Abrazos.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Reina Madre, me alegro de que Su Majestad disfrute en esta humilde morada;-)
Un beso.

Andrei Rublev dijo...

Aún queda "una parcela de cielo insobornable", pura aspiración de pureza, objetivo último (quién sabe) de cualquier mirada.
Gratificante este oasis tuyo.
Saludos

Olga Bernad dijo...

Sergio, muchísimas gracias a ti. No quiero yo ese cielo para mí sola:-)
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Algo insobornable tiene que quedar; si no, apaga y vámonos.
No conozco tu blog ni sé cómo habras llegado aquí, últimamente me sorprendo mucho con las nuevas incorporaciones. Me alegro mucho de que te parezca un oasis (tenemos mucho desierto y lo adoramos.-)
Bienvenido, Arsenio.

Andrei Rublev dijo...

Descubrí a un chico de Elche, Jesús Bernal, en contacto con Olga (que por cierto también es ¡¡Bernad!!) con una poesía de altos vuelos, como la que modestamente practico. Coincidencias (?).
Mi blog es igualmente humilde, demasiado artesanal, demasiado joven..., pero en todo caso...:
http://www.arseniobernal.blogspot.com

Olga Bernad dijo...

Yo también llevo por aquí cuatro días, un poco sorprendida estoy por todo esto del blog. Sí que es curioso lo del apellido, que no es tan común:-)
Me pasaré a verte, Arsenio. Gracias.