miércoles, 18 de junio de 2008

Capilla ardiente

Capilla ardiente sin cuerpo presente,
absurdos rezadores de difuntos,
hasta el aire se asfixia en esta tregua
de olor a flor que se marchita y llora.
Sácame de este sueño del incienso.
Que un dulce mar antiguo te despierte
sobre la playa en calma en la que duermes.

Despiértate, despierta la nocturna
libélula que ruge en mi melena
y el tren de sangre ciega que has perdido;
te cambio mar por más, copa por vino
y la luz de matar de tu mirada
por mi vertiginoso deseo de morir.

Déjame pasear en la serena
pradera del después; vuelve del agua
y quítame el collar de conchas muertas
que encierran su lamento y mi rumor:
infernal son del mar metido dentro,
mil tormentas perfectas que guardaba
en la espiral profunda de una oscura
caracola final. Ven donde nunca
tu voz iba a llegar, ven a esta sala
de velas blancas y flores cansadas.

Y llévame a la arena en que dormías.

Olga Bernad

22 comentarios:

Juan Manuel Macías dijo...

Precioso. Qué borrachera de imágenes tan buenas. Y el juego de las asonancias ocasionales, y qué bien medida (¿y simbólica?) la aparición de esos dos endecasílabos de acento en séptima (hoy no se usan casi, por desgracia, pero ya decía Gerardo Diego que, en pequeñas dosis, son deliciosos). Siento ser siempre el primero en comentar, pero últimamente me he convertido en un periférico de mi ordenador. Enhorabuena por estas mil tormentas perfectas. Besos.

Anónimo dijo...

Pues si capilla ardiente, nadie puede negar que es un poema triste o no, no sé. Porque yo leo esa entrada magnífica:

Capilla ardiente sin cuerpo presente,
absurdos rezadores de difuntos,
hasta el aire se asfixia en esta tregua
de olor a flor que se marchita y llora.
Sácame de este sueño del incienso.

y siento muchas cosas pero tristeza no, desde luego. Doy por hecho que estás esperando algo Betty B, y que la atmósfera está cargada y tensa. Más que a Capilla a mí "el aire que se asfixia en esta tregua" me suena a batalla a punto de desencadenarse. Es toda una imagen, "el aire que se asfixia"
Esta es desde luego mi estrofa favorita, no es que desdeñe ni mucho menos ese:

"te cambio mar por más, copa por vino
y la luz de matar de tu mirada"

Pero sino estuviera esa espectacular primera estrofa, que me ha dejado clavado y me ha obligado a releerla antes de seguir adelante, para degustarla con la calma que se merece, como un buen vino que hay que catar antes de beber, sino estuviera digo sin duda me habría quedado con:

"... y quítame el collar de conchas muertas
que encierran su lamento y mi rumor:
infernal son del mar metido dentro,
mil tormentas perfectas que guardaba ... "

Su lamento y mi rumor, sí, este sería sin duda mi verso favorito sino estuviéramos esperando el desencader de la batalla.

Es un poema contradictorio, tan hermoso y con una carga tan profunda de nostalgia y ese algo contenido a punto de explotar. Quizás sí sea triste, o no, no sé.

Olga Bernad dijo...

Juan Manuel, llevo toda la tarde pensando en Gerardo Diego y en la terrible injusticia de que ya casi no se usen endecasílabos de acento en séptima. Como ves, he hecho lo posible por remediarlo, pero en pequeñas dosis y simbólicamente. ¿Con las asonancias te refieres a un fallo?
No me puedo creer la cantidad de cosas en las que pensáis, realmente me haces sentir a ciegas. Solo he sido consciente de que el verso número trece tenía trece sílabas y he decidido dejarlo por estar en la mitad y porque me gustaba.
Yo estoy encantada de que seas el primero, no sé por qué lo sientes, te lo agradezco muchísimo (aunque hoy me dejas muy pensativa…rumor de tormenta perfecta asegurado)
Besos atormentados.

Juan Manuel Macías dijo...

No, por Dios. Con las asonancias me refiero a una virtud de las muchas que tiene este poema. Por ejemplo, los dos versos: tu voz iba a llegar, ven a esta sala/de velas blancas y flores cansadas. Es un eco ocasional, un ritmo felicísimo... Yo soy un fanático de este tipo de asonancias (tambien me recuerdan al gran Gerardo Diego, que las usaba mucho). ¿Las buscabas? Seguro que sí, aunque no conscientemente. El poeta (en este caso tú, Olga) siempre actua por instinto, dejándose llevar por su oído. Un poema precioso, lleno de música. Insisto. Y se te ha olvidado firmarlo :-)

Olga Bernad dijo...

Bueno, Booster, te aseguro que es un poema de amor. Pero tus comentarios me asustan un poco (“o no, no sé”) y me hacen pensar en qué cosas se me convierte ese amor. Reconozco la utilización de la palabra “tregua”, pero...
“Es un poema triste, o no, no sé”. Ni yo.
Parece que te ha gustado mucho, que siempre lees mis poesías con atención y nunca te dejan indiferente, eso me alegra. Te lo agradezco muchísimo.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Lamento discrepar Betty B., pero no has utilizado la palabra tregua, has dicho "el aire que se asfixia en esa tregua", y lo importante para mí, sólo porque lo hayas escrito vas a saber tu mejor que yo lo que querías decir, es el "aire que se asfixia". Y si esa maravillosa contradicción no describe un momento de calma tensa y expectante, entonces que ¿de que estamos hablando?.
Dices que era un poema de amor, yo no soy poeta pero "el tren de sangre ciega que has perdido" me suena más a combate que a palabras de amor susurradas al oído y desde luego "te cambio mar por más, copa por vino" tiene un no sé que de desafío.
Bueno de todas formas no discutamos por esto, dejémoslo en tablas, yo tengo razón en mi interpretación y tú... no sé.

Olga Bernad dijo...

¡Es verdad!, siempre me olvido de mi nombre. Intentaré editar la entrada si Internet Dichoso me lo permite. Gracias, por eso y por todo lo demás, eres un encanto. Mil sonrisas, Juan Manuel (no puedo dibujarlas, imagínatelas).

Olga Bernad dijo...

Qué gracioso, Booster, nadie tiene razón ni deja de tenerla, supongo, me parece bien que cada cual haga suyos los poemas que lee, no me meto más, en serio…
Pero me desconciertas.
Saludos y tranquilidad.

Anónimo dijo...

Es excelente, Olga; de los que obligan las palabras al juego de la imagen. Me parecen espléndidos estos tres versos:

“…te cambio mar por más, copa por vino
y la luz de matar de tu mirada
por mi vertiginoso deseo de morir.”

Y no pasa nada por el alejandrino, porque es alejandrino (acaba en aguda) y no de trece, una leve pausa entre “vertiginoso” y “deseo” (que lo convierte en siete más siet, y en absoluto se rompe la música de los endecasílabos.

En cuanto al final, con ese acento en segunda y sexta, atempera perfectamente el ritmo acomodándolo a su sentido.

Pero, como diría Juan Manuel, no “se hace así” para que “suene así”, sino que “suena así” porque “así nace”. Quiero decir que en los buenos poemas siempre manda el alma sobre la forma; no al revés.

Felicitaciones y besos.

Olga Bernad dijo...

No sabes cuánto me alegro de que te guste y de que no pase nada por haber mantenido el verso de trece, (que además es de catorce, qué suerte). A mí también me gustaba esa parte y, si lo quitaba, se iba entera. También me alegro de que no se haga así para que suene así, en los acentos no puedo pensar (¿alguien lo hace?)… sobre todo me alegro de tener noticias tuyas, entre las asonancias y tu ausencia, en la que no me olvidé, como ves, de tu presencia, me quedé muy preocupada.
Bueno, me imagino que con el final de curso irás muy mal de tiempo. Ya queda menos. Ánimo.
Un saludo y muchas gracias por venir.

Juan Manuel Macías dijo...

El comentario de Antonio me parece precioso y preciso, y tiene más razón que un santo. A un día vista, siento haberte desorientado con mi primer comentario (a veces me sale mi Mr.Hide filólogo), pues siempre he deplorado comentar un poema en términos o "tecnicismos" métricos o prosódicos. Hay una diferencia clarísima entre un versificador y un poeta. El versificador se desvive en contar sílabas y acentos, reduce la poesía a una mera cuestión aritmética. El poeta (tú) no cuenta sílabas; las respira, las siente y las vive, y nos las hace vivir. A este poema no le falta ni le sobra ni una sola sílaba. Tiene ese número sagrado que sólo tú conoces para emocionarnos. Pero eso ya lo sabes :-). Poesía en estado puro. Besos.

Olga Bernad dijo...

Vaya, gracias, Juan Manuel. No creo que me viniera mal repasar la prosodia olvidada y unas cuantas cosas más, pero eso tiene arreglo. Agradezco todos los comentarios, también los de Mr. Hyde Filólogo, pero reconozco que me gusta más éste.
No es fácil distinguir si el número es sagrado o sólo lo aparenta, sé que un exceso de cálculo resulta más bien profano y la emoción se me cae y no quiero que pase. Es como cuando ves un exceso de educación que introduce una parte falsa, y sabes que acabarás pensando “qué pena”. Mi reino por un poco de autenticidad. Ojalá no se pueda engañar con poemas. Huyo de eso y del diablo. Mar de dudas, pero eso ya lo sabes;-).
Besos.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Betty, he estado algo ocupado con la Selectividad, pero al volver encuentro que aquí poco ha cambiado (por fortuna), pues abundan bellos versos. Después de lo dicho por J. M. Macías y A. Azuaga, no añado nada y me limito a disfrutar releyéndolo.

fa mayor dijo...

Betty: qué maravilla. Me asombra cuánta belleza crean algunos con el abecedario. Qué milagro el lenguaje. Qué divina conexión de las letras con la creatividad del pensamiento humano.
Qué arte tienes, hija.
Tus poemas deberían publicarse.
Feliz día.
Fa

Olga Bernad dijo...

Me acordé de ti al publicar la nueva entrada, y me di cuenta de las pocas ganas que tengo de guardarme lo que escribo para nada, sin embargo enseñarlo es como preguntar. Gracias por responder, Antonio.
Un saludo.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, mi Fa Mayor, soñadora nocturna y montañera. Me encanta que, entre cima y cima, te pases por aquí. Ya sabes que ésta es tu casita en medio del monte.
Feliz día.

Anónimo dijo...

Déjame pasear en la serena
pradera del después; vuelve del agua
y quítame el collar de conchas muertas
que encierran su lamento y mi rumor:
infernal son del mar metido dentro,
mil tormentas perfectas que guardaba
en la espiral profunda de una oscura
caracola final. Ven donde nunca
tu voz iba a llegar, ven a esta sala
de velas blancas y flores cansadas.

Y llévame a la arena en que dormías.

Querida hermana escritora y POETA,como de costumbre, no me siento a la altura de hacer comentarios, voy a tener que aprender a contar, primero, entre otras muchas cosas. Pero cariño,en mi humilde opinion, es precioso y esta última estrofa es de las que lees y quieres memorizar y recitar, y poner en un escenario, y ...

Olga Bernad dijo...

Yo también contaré, al menos después, para ver bien lo qué he hecho. Gracias por lo de poeta, aunque... ¿recuerdas la expresión "parece un poeta arruinado"?, tan de nuestra madre, tan realista ella: pelo largo, desesperación y poco dinero. En fin.
Me gusta que la mayoría de los comentarios hayan repetido algunos versos, es como si el poema hubiese estado en el aire; en la memoria, sería estupendo. Tú sobre el escenario eres una diosa (o una diosecita).

ángel dijo...

Un gusto leerte. Me quedo con la contundencia de las once sílabas que cierran y recogen este poema.


Saludos....

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Ángel. Bienvenido. Lamento la tardanza en publicar tu comentario y contestar, pero estoy de vacaciones y sin conexión.
Encantada.

Anónimo dijo...

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