La fotografía es de María Teresa Gómez Puertas |
Lo normal es leer hacia delante, pero con Olga Bernad voy hacia atrás. Quiero decir que, tras la sorpresa de Nostalgia armada, acabo de leer Caricias perplejas, su primer libro, publicado, como aquél, en La Isla de Siltolá.
Ya no era Bernad una de esas jovencitas digna de alardes antológicos cuando apareció. Y eso se nota. Del mismo modo que se aprecia a la filóloga que está detrás. Esto no es óbice para que el lector no reconozca la pasión, la claridad de ideas, el arrebato incluso, con el que está escrito. Y todo por culpa de la perplejidad, gracias al asombro que atraviesa cualquier vida de verdad vivida, más allá de las caricias y de los títulos.
He leído Caricias perplejas con una sensación de velocidad que atribuyo a su ritmo poderoso, a una manera de decir atenta, ante todo, a la necesidad de expresar lo que nos pasa. Son versos inspirados sujetos a una música que se presume anterior a las palabras. Dan fe de esa "fatalidad" de la poesía a la que alude el prologuista, Juan Manuel Macías. Hay algo que decir. Y se dice. Lo que no podemos afirmar de todos los poemas, de todos los libros de poesía. (Que se lo digan a uno, que anda entre los originales de un premio para noveles.)
Prima aquí lo amoroso y la línea es clara. Pero no hay escuela, hay voz. La que, más atemperada, serena y madura, ya escuchó uno entre los versos de Nostalgia armada.
Doy por hecho que Olga Bernad lee muy bien sus poemas. Parecen escritos para ser leídos en voz alta. Vamos, que soportarían esa prueba sin mayores problemas. Se mezclan en ellos la elegía y el canto, la inevitable soledad y la más dulce compañía, la tristeza y la felicidad, frágil y transitoria siempre.
Escrito en unos pocos meses, Bernad define su obra como la "crónica de un asombro". De él, gustosamente, damos cuenta. Como si hiciera falta.
He leído Caricias perplejas con una sensación de velocidad que atribuyo a su ritmo poderoso, a una manera de decir atenta, ante todo, a la necesidad de expresar lo que nos pasa. Son versos inspirados sujetos a una música que se presume anterior a las palabras. Dan fe de esa "fatalidad" de la poesía a la que alude el prologuista, Juan Manuel Macías. Hay algo que decir. Y se dice. Lo que no podemos afirmar de todos los poemas, de todos los libros de poesía. (Que se lo digan a uno, que anda entre los originales de un premio para noveles.)
Prima aquí lo amoroso y la línea es clara. Pero no hay escuela, hay voz. La que, más atemperada, serena y madura, ya escuchó uno entre los versos de Nostalgia armada.
Doy por hecho que Olga Bernad lee muy bien sus poemas. Parecen escritos para ser leídos en voz alta. Vamos, que soportarían esa prueba sin mayores problemas. Se mezclan en ellos la elegía y el canto, la inevitable soledad y la más dulce compañía, la tristeza y la felicidad, frágil y transitoria siempre.
Escrito en unos pocos meses, Bernad define su obra como la "crónica de un asombro". De él, gustosamente, damos cuenta. Como si hiciera falta.
Nota: Ayer falleció en Madrid el escritor aragonés FÉLIX ROMEO (1968-2011)
. Que la tierra le sea leve. Descanse en paz.
28 comentarios:
Enhorabuena, Olga. Merecidas palabras. ¿A qué decir más?
Besos
Gracias, capitán. "Celebraré el primero tu alegria". ¿Te suena?
Claro que te suena.
Quizá la muerte tan temprana del escritor Félix Romeo me hace pensar ahora en las pocas cosas que merecen la pena en esta vida. La poesía y la amistad son dos de ellas. Tú eres las dos.
Besos.
No el primero pero siempre aquí desde que descubrí este sorprendente blog. Tus Caricias y tu Nostalgia están vivas. Tanto como ese don que te ha costado aceptar.
Mis felicitaciones y mi admiración, siempre.
A veces cuesta decir sí, Durrell. No es ningún juego, es más bien una (bendita) maldición. Pero mi sí es sí.
Mil gracias, siempre.
Sus escritos están marcados por un estilo muy alto. Y por un sentido del orden que hablan tanto del estudio como de la poesía. Dicen muchas cosas en tan pocas palabras que tiene uno que callar y pensar. Al menos así me ocurre a mí.
Reciba mis saludos.
A mí sí que me hacen pensar vuestros comentarios, GdL, y algunas reseñas. Sentido del orden y serenidad es algo que casi siempre se repite. Tal vez tenga un íntimo sentido del orden y una extraña serenidad de fondo (no sé si es algo profundo o algo que está simplemente muy al fondo;-) pero yo me siento más bien entre un remolino de pasión y caos. Aunque sea tranquilamente. Algo así.
Pero mil gracias por su lectura, por pensar...y por sus palabras.
Saludos.
Enhorabuena, cariño. Preciosa y merecidísima reseña "Leyendo a Bernad". Y es que tu voz no deja impasible a nadie.
Terriblemente sorprendida por la noticia de la muerte de Félix Romeo. Tuve el placer de conocerlo en los ya lejanos años de Instituto y colaborar en un par de ejemplares de la revista de alumnos de Grande Covián, que por supuesto Félix organizaba. Una gran pérdida.
Descanse en paz.
¡Hombre, la hermana pródiga! ¿Ha sido el Pilar lo que te ha hecho sentir morriña esta mañana? Gracias por las foticos (qué fea estoy;-) y por volver a "casa". Lamento que no pudieras ir el viernes a la charla de Antonio (le dije que irías) me hubiese gustado mucho que os conocierais en Edimburgo.
Sí que ha sido una sorpresa la muerte de Félix. Me acuerdo de cuando lo veíamos en La Mandrágora, aún las dos en nuestra casa en Zaragoza, y de las cosas que me contabas del instituto. Qué triste.
Cuídate mucho, sister.
Olga, me alegra saber que la presentación resultase un éxito. Ya nos mostrarás imágenes del evento.
Saludos atareados.
Fue todo estupendo, Diego, las fotos las tiene Javier pero son de una calidad pésima;-) Antes de la presentación estuvimos en la radio y en la tele (fue un día muy intenso). Lo que sí iremos colgando serán esos archivos cuando estén disponibles.
Saludos, y descanse usted, hombre!
Ya tengo yo ganas de ver y oír esos archivos, aunque la presentación sí la vi!
Felicidades, Olga, por la reseña y por todo. Y más cosas que vendrán.
Bueno, te perdonaré la culpabilidad por esas pésimas fotografías;-)))
Yo no sé lo que vendrá, pero lo disfrutaré como mejor pueda. La noticia de la muerte de Félix, un escritor tan joven, una muerte tan temprana e inesperada, aún me hace pensar con más convicción que las cosas hay que hacerlas con toda la intensidad posible, pues no sabemos qué pasará mañana.
Gracias por estar.
Cumplí un deseo: te conocí en Madrid y disfruté de lo lindo con el recital. Y qué decir de tus versos... los voy divulgando entre madre, tías, amigas...
Un beso y enhorabuena,
Arancha
Lo de Madrid también fue estupendo. Parece que unas cosas empujan a otras y todas van quedando atrás demasiado deprisa. No sé si Álvaro seguiría pensando que leo bien mis poemas de haber estado allí, jejejej (algo nerviosa me puse). Me encantó también conocerte, Arancha.
¡Y muchas gracias por esa acción "divulgadora"! Es el mejor premio, si hay alguno.
Un beso.
Y creo que dentro de poco de nuevo por aquí. Yo fui más ordenado: de Caricias a Nostalgia... con parada en Andábata.
Un beso y hasta pronto, querida Olga.
Alejandro, me haces pensar en el hecho de que ya somos unos cuantos los que hemos coincidido aquí y en vuestros blogs desde hace tiempo, y hemos compartido (ordenadamente;-) un recorrido. Y que hay por igual gente de Sevilla, Barcelona o Madrid, casi la misma que de Zaragoza. Qué cosas.
Creo que será en marzo cuando vuelva otra vez a Sevilla, sí, con un montón de ganas!
Un beso y hasta pronto.
Algo tendrá el vino cuando tanto lo bendicen.
Saludos y enhorabuena.
Lo del vino es indiscutible... todo lo demás, depende;-)
Pero gracias, S.C. La verdad es que son cosas que alientan.
Un abrazo.
Magistrales palabras para definir un poemario que se lee,se relee y se disfruta siempre....Una gran perdida la de Felix,hermano por otra parte de un compañero de Victor.
Gracias, Tere, esas lecturas tuyas y alguna otra, aunque no sepa de ella, son como un soplo de aliento. Ya lo sabes.
Una muerte, la de Félix, demasiado injusta y temprana. Ha estremecido a todo el mundo...
Qué excelente reseña y qué mala noticia
Y tanto. La realidad va por su cuenta y mezcla muchos colores.
Mi querida Olga, es verdad que tus poemas tienen música y como siempre te digo, cuando siento mi alma ausente, te leo y siempre en voz alta, escucho en tus poemas melodías, vida, dolor, y sobre todo:¡ AMOR, SENTIMIENTOS!
Te recuerdo y aun que parece "cursi", te llevo en el corazón
Te quiero
¡Ya se me habían olvidado tus cariñosos excesos! Un poco de sonrojo me da, pero tú eres así: quieres a todo el mundo.
Te deseo de corazón que todo te esté yendo muy bien, María Luisa, ya has pasado con creces tu cupo de sufrimiento en esta vida.
Un abrazo bien fuerte.
Si es que es verdad lo que dice, Olga, tu ritmo es poderoso.
En el Cielo andarán revueltos con el torrente del sr. Romeo.
Fue una alegrón leer la reseña, Mery. Me avisaron varios amigos y estuve flotando toda la mañana, jejejej. Simplona que soy;-)
Era torrencial Felix Romeo, eso dicen los que lo conocían, y eso pensamos los que lo leíamos: torrente de lecturas, valentía, claridad, talento... Te recomiendo Amarillo, si no lo has leído. La entrevista que enlazo trata de él.
Un abrazo.
No he leído Amarillo y todo el mundo lo recomienda, así que no me queda mas remedio que ir por él.
Que pases buena noche.
Un abrazo
No te defraudará. Leído ahora es todavía más impresionante.
Buenas noches, Mery morena.
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