martes, 30 de marzo de 2010

Historia de "eau"


Voy a dejar de fumar, pero qué importa eso ahora. Ahora mismo, entre el humo y la melancolía, hay una voz que me acompaña, la que vuelve a contarme viejas conversaciones de lolitas que intentaban ser algo perversas con un ducados entre los labios o entre los dientes pequeños y blanquísimos. Los cigarrillos brillaban al final, mantenían su ser en una brasa, como mis ojos en la punta de la mirada, y el pelo de mi amiga  -negro como esos ducados blancos y el futuro que nos contaban en la escuela del barrio- hacía reflejos azules en la almohada; nuestro cuerpo era nuevo y prometía cosas, nuestros pulmones recibían inquietos el golpe de humo y nicotina; la sangre, fuerte pero demasiado limpia, se envenenaba pronto y el mareo se instalaba en un lugar amable de la conciencia. Risas y toses.

El principito aún era nuestro novio, pero los cigarrillos estaban ya dispuestos, como los mecheros robados que acariciábamos dentro del bolsillo y el sondeo de gestos veladamente sensuales, supuestamente espontáneos, que repetiríamos frente a ellos cuando nos atreviésemos. Si ellos eran lo importante, ¿por qué les he olvidado? Y, sin embargo, recuerdo ahora con verdadera nostalgia aquellas tardes de casi embriaguez y olor al inevitable Azur de Puig de cada cumpleaños, esa frescura cotidiana y económica con la que nuestras madres nos bendecían; aunque nosotras, puestas a economizar, preferiríamos luego la chispa de Farala -su olor a limpia y nueva independencia- y soñábamos entonces con ser también, en una versión más dócil, la chica que se vestía de Eau Jeune, “mandarina de Sicilia, palo de rosa y menta”, decía el envase. Un verso libre, poesía pura.

Pero los aromas, ay, son un mundo insaciable; decidido: íbamos a pasarnos a Anaïs Anaïs en cuanto pudiésemos; aunque las propinas llegasen sólo para la versión desodorante comunitario, siempre mucho más económico que el eau de toilette propio. El peso de la porcelana blanca de Cacharel y todas las flores del naranjo, jacinto, madreselva. También en el corazón, jazmín por primera vez (dicen que marroquí pero yo no lo creo, aunque me gustaba creerlo, y no sabía entonces que los sintéticos ya nos habían invadido) ylang-ylang, muguette y flor de Lis; al fondo: cedro, sándalo, ámbar, musgo de roble, incienso, vetiver. Ese salto hacia lo femenino, radicalmente dulce, catalizador del desasosiego materno sobre nuestra ya demasiado dulce piel -aún más dulce ahora, acalorada por los juegos íntimos y el vapor de almendra amarga, levemente hormonal, que emergía de los ángulos del cuerpo- se acompañaba a veces de sofisticados cigarrillos largos y negros. More, decía la cajetilla, decía mi corazón, decía mi amiga, decía el pintalabios; pintura de labios rojos sólo para nosotras, para mirarnos todo el rato fumando con las boquitas pintadas delante del espejo, preciosas entre el humo y las risas y el miedo a que volvieran nuestros padres y a todo lo que iba a empezar a pasar. Un libro de Boris Vian en la mesilla. Me gustó tanto el nombre. Miles de cuentos comenzados. Los feos se morían (Boris, Boris). Llevaba camisetas del Che pero me enamoré de Curzio Malaparte, que entendía cosas. (La piel, siempre la piel).

Corramos un tupido velo. Me reencuentro ya más centrada, con todas las excusas de una universitaria casi formal: estudias, apruebas, que tus padres no te vean borracha y a vivir. Fumaba Lucky, llevaba mucho brillo de labios, vaqueros ajustados, poco escote, morena hasta la médula, largo pelo rizado, rizadísimo, como mis pensamientos y las lecturas mezcladas en una maraña imposible de desenredar. Recias palabras -Calderón, gramática latina, evoluciones fonéticas- todo el teatro del XVII junto al Invierno en Lisboa, la Bella del señor, Juegos de la edad tardía, una jarcha muy triste y Shadows (“mátame tiempo mátame”, etc.). Suaves cremas de coco para pasar los dedos sobre la melena. Y Sunflowers, de Elisabeth Arden, un floral afrutado, más acorde ya con mi personalidad y mi edad. Bergamota y melocotón en las notas de cabeza, pero en las de corazón, adivinen, sí, mi jazmín en el centro, rosas de té y ciclamino. Las notas frutales y el suavísimo jazmín, evidentes para cualquier nariz mínimamente educada. El humo del Lucky recién encendido las hacía brillar. No lo uso desde 1999, y ya aquél fue un momento de nostalgia. Empiezo una novela.

Luego, tranquilidad para todos los días, centrarse una en sus asuntos, no gastar demasiadas fuerzas versus mundum, ni siquiera versus las odiosas (desde el punto de vista filosófico) tendencias unisex, un traje cómodo y agradable entre esa gama: One de Calvin Klein. Ducha, cítricos, a trabajar. Periódicos. Recopilaciones de artículos. Libros de contabilidad. Nobel bajo en nicotina y horarios, horarios, no machacarse demasiado y empezar a administrar la potencia y la nariz para protegerla, para derrocharla en algunos momentos en los que destapar la botella y dejar salir al genio. Del eau de toilette que todo el mundo acepta -ese tributo a la opinión dominante- al eau de parfum salvaje, el que conoces y sueltas sólo en confianza. Alchimie de Rochas, vainilla y notas orientales que pueden resultar demasiado penetrantes de día y maravillosas de noche. Abstenerse pusilánimes adictas a eso que llaman “lo fresquito” y a los jugos de frutas que te sirven en todos los caribes prefabricados. Para paraísos entre cuatro paredes, en pleno desierto monegrino, “desde lugares hoscos donde los hombres…”. Amor real. No usar todos los días, no impregnar jamás la ropa, sólo los puntos donde la sangre se acelera y dejarle hacer. Te entrarán ganas de fumar cosas exóticas y prohibidas y de besar a tu novio, sea quien sea, qué culpa tienes tú. Voy a acabar la novela. Bien, si eres valiente y no tienes que ser fiel, Magia Negra de Lancôme: maderas orientales, excesos deliciosos para gastar entre verdaderos alquimistas y hombres sin nombre. El marqués y yo. La filosofía en el tocador. Puede salir carísimo. Cuídate. Comprendo a todo el mundo.

Y, por fin, pasar de lo que se lleva y encontrar un lugar más o menos propio pero no discordante ni invasivo, sólo se notará si tú lo quieres, sólo quien traspase el círculo de tiza, sólo quien ya sepa quién eres tú. Cerramos amablemente los ojos tantas veces, un poco el corazón, mucho las piernas, muchísimo la puerta por donde se escapan las energías gastadas en batallas inútiles. Y, sin embargo, te inventas una nueva. Voilé de Jasmin de Bulgari y un camel con mezcla turca, poetas y cometas, (pero yo tengo que ser el hilo, el poeta y la cometa) por fin mi primer libro y la capacidad de sonreír a quien impregna el mundo de otros aromas porque, al aire libre, nada huele ni duele del todo y para siempre. Si no es así, ya eres mayor, el médico te dará drogas legales y te escuchará con una rara atención mientras tú le cuentas que estás triste. En la consulta, se extiende muy despacio un aura de perfume no excesivamente caro pero sí inequívocamente femenino. Las notas de cabeza: bergamota y mimosa; jazmín Sambac en el corazón y un fondo algo almizclado; muy al final, como si fuese un símbolo, ese lirio inalcanzable nos espera.

Y lo desconocido: Jasmin Noir. Mañana me lo regalo, que es mi cumple y se acabaron los treinta-y-todos igual que se acabaron las excusas. As time goes by. Borrascosa institutriz (a ti qué te importa). Maldito tiempo, sí, “pero ahora, con la mano en el poema, os lo confieso: he sido siempre yo la que salió ganando en todos nuestros tratos”.

Olga Bernad 


Nota: Los versos entrecomillados pertenecen, por este orden, a Pere Gimferrer, J.A. Labordeta y Miguel D’ors. Los libros citados y sus autorías son reconocibles para cualquiera que oiga la radio. El sintagma “poetas y cometas” es el título de una antigua entrada de J.M. Macías, y de otra (y el posterior diálogo) saqué la idea inicial para esta “Historia de eau”, menos explícita que aquella otra “Historia de O” de Pauline Rèage, pero más mía.
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4 de abril:   Me escribe Javier Sánchez Menéndez -mi editor de poesía, siempre alerta-  desde Londres, y me manda un enlace donde leo que Pedro Gollonet, a quien no conocía, deja una breve y preciosa reseña sobre el poemario Caricias Perplejas desde su tierra extraña.  Gracias, Pedro.

65 comentarios:

Blackbird dijo...

Eau!!!

¿O debería decir ¡Oh! ?

Olga Bernad dijo...

¡Oh! Todavía hay alguien levantado (aparte de moi;-)
Incrédibol.
Gracias, mi Black.

Le poinçonneur dijo...

Estupendo post, sobre el que te agradezco que me recuerdes que tengo pendiente revisitar "Historia de O". Hace muchos años que no veo a Corinne Cléry encadenada, y la tengo por ahí de una colección de cine guarrindongo que dio "El País" hará como un año.

Por cierto, comparto tu filia por "Eau Jeune". Cosa de infancia, en mi caso:

http://lepoinconneur.blogspot.com/2009/04/visteme.html

MUAKS.

Olga Bernad dijo...

O. Yo la vi una madrugada por la tele. Hablaban del escándalo que fue en su momento. Yo soy mas eau que O, pero, claro, tengo mis momentos;-) De todas formas, totalmente de acuerdo en que puede ser más sexy una mujer vistiéndose que desnudándose y en que lo obvio corta las alas a la imaginación. Estuve a punto de poner el mismo vídeo inicial, pero no, que las "Anaises" me encantaban más, je.
Gracias, Lepoin, me alegro mucho de que te haya gustado el post.
Muaks!

Durrell dijo...

La entrada es magnífica, Olga. Espléndida. Tienes una elegancia y un instinto muy especial para evocar la sensualidad.
No me resisto a felicitarte ya, por el texto y por el cumpleaños.
Que seas muy feliz.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Durrell. Mi cumpleaños es mañana (día 31) pero el texto me quemaba las manos;-) Llevo desde ayer dándole vueltas, vueltas, vueltas... Y mañana tengo que buscar el Jasmin Noir.
Te agradezco mucho el comentario y los buenos deseos, con ellos me acuesto, que son casi las 3 de la madrugada y mañana (hoy) algunos aún trabajamos, ag.

Miguel. dijo...

Muchísimas felicidades,Olga,feliz cumpleaños. Hoy, más que otras veces, "buenos días". Aquí va mi comentario... no tengo otro regalo que la intención y parabienes.

Verás. Yo, que ni trabajo ni comparto el gusto por las mujeres,recibo a estas horas de centinela un aluvión de sensualidad y belleza con el que no sé que hacer,pero me niego a pasar por alto. Es Durrell, gracias a Dios, quien me saca del apuro de un silencio que tampoco me permitiría. Ojalá que él acepte compartir conmigo sus palabras, porque no tengo otras que las fieles y siempre oportunas de admiración por las mismas razones que comenta.

Que pases un buen día.Son las 5 y media de la mañana. Estoy en mi pequeño estudio, una habitación reducida para leer, escribir, pintar y escuchar música. Aunque es humilde, soy feliz en esta casa,me da algo más que cobijo.
Al amanecer me iré a la cama, contento de no sufrir tampoco los madrugones, ni el tráfico de los turnos sucesivos hacia el trabajo.
"Confusos privilegios/ acuerdos de una inqietud feliz." Hace tiempo que escribí estos versos...

Mi enhorabuena, Olga.

Carlos dijo...

Feliz pre-cumpleaños, pero en lugar de desearte felicidades, habría que gritar "brava!". Las eaus se merecen su rincón en la literatura, porque son el primer disfraz entre la piel y el mundo, la primera defensa (o línea de ataque) externa. Me parece genial esta idea de recordar los cumpleaños mediante los vestidos que los acompañaron, y verlos cambiando, pero un pensamiento me ha llegado cuando mencionaste Farala, y cuanto más indago en el recuerdo, más se reafirma: ya no se hacen anuncios de perfumes como antaño. Convertían el desfile de fragancias de Navidad en una alocada fiesta. Grande la versión de "many rivers to cross" de Eau Jeune.
Pues eso, muchas felicidades. No conozco Jasmin Noir pero debe ser de vértigo, como una gran mujer. Besos.

enrique dijo...

Muchas y grandes felicidades!!

Es una pena que el tabaco sea malo, porque ver fumar a una mujer me parece extrañamente sensual...

Elsa dijo...

Felicidades, Olga. Un placer el recorrido por tus tiempos y esos aromas.

Que disfrutes tu cumple.

Y que consigas lo del vicio. Yo he andado "desfumada" en algún que otro momento. Pero nada, no hay manera. Siempre vuelvo.

Un abrazo.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

parece que mañana todos estamos de cumpleaños, yo cargaré mi pipa para cuando regrese del cementerio.

Izarbe dijo...

Hoy no escribo para decirte lo que me ha gustado tu entrada, te escribo para recordarte lo bonito que es seguir vivo, que gracias al paso de los años (pocos, por cierto) has visto cumplido uno de tus grandes sueños: ver tus poesías y tu prosa publicadas, tanto en papel como en la web, y que los años dan experiencia y solera (como los buenos vinos). Muchísimas felicidades, que cumplas muchos más (y que yo lo vea, por favor).
Un abrazo muy fuerte
Izarbe

Aurora Pimentel Igea dijo...

Misterios de internet, (que son más insondables que los de Dios ;-), ... por lo visto no te llegó mi comentario anterior.

Te decía, querida Olga, que me lo he pasado genial leyendo esto y que compartimos al menos un 60% de nuestras memorias olfativas, como quien dice sentimentales. Y eso que te llevo un porrón de años...ejem... Lo has clavado, cada recuerdo importante -e importante es lo importante, no hace falta decir más- está ligado a un olor determinado... Ay esas aguas azules o claras de cuando se tienen pocos años, y el O de Lancome aquel, y el de Rochas de algunas madres, y luego, pasada la época del tabaco (a los 40 ni uno más), te haces todavía más aficionada a los buenos olores,al perfume del mejor que haya (si hay dinero, claro) al ámbar, por ejemplo, a rosas buenas como Ombre rose, aquí descatalogada.

Sin falta quedas emplazada a ir a la perfumería Nadia cuando vengas (vuelvas ;-) a Madrid, donde hay perfumes que no se encuentran en ningún otro lado, todo Serge Lutens, el mejor por goleada en mi opinión, inasequible de caro que es, pero pedimos muestras y no pasa nada... Y a lo mejor nos toca la lotería... quién sabe...

Decía también que el perfume es como vestirse y/o desnudarse, según se trate. Y que en fin, que has hecho ambas cosas (parcialmente, claro)escribiendo esto y que gracias a Dios queda el olfato, un sentido estupendo al que no hay que renunciar.

Oleremos juntas un día de estos Un jardín después de monzón, el otro del mediterraneo que huele a higos... ay y el nuevo antiperfume de Lutens, una cosa extraña... pero por qué Dios mío hemos nacido para ricas si luego no hay dinero? ¿por qué?

Felicidades por la entrada y por tu cumpleaños. Iba a decirte que ya sé que regalarte, pero iremos en compañía mejor, porque el perfume, salvo que sea fijo y se sepa, es mejor siempre que la persona regalada lo elija, nada de sorpresas en este sentido que son muy malas.

Todo frasco de perfume siempre roto y derramado, pues eso.

Un abrazo

Olga Bernad dijo...

Miguel, tu intención y tus parabienes son suficiente regalo, como ese rato de tu madrugada que dedicas a pasarte por aquí desde tu cómodo rincón Sevillano. Ojalá ese "aluvión de sensualidad" que has recibido desde mi texto haya hecho tu noche un poco más mágica. Seguro que a Durrell no le importa compartir contigo sus palabras;-)
Esos "confusos privilegios" de tus antiguos versos me suenan a gloria: ni madrugones, ni atascos, ni turnos de trabajo, ayyyy...
Mil gracias, Miguel, y un beso.

Olga Bernad dijo...

¡Gracias, Carlos! Es verdad que los perfumes y la literatura "casan" muy bien. "El primer disfraz entre la piel y el mundo, la primera defensa (o línea de ataque) externa."
Algo de eso tienen y algo de mucho más, el tiempo pasa por nosotros y, al final, los recordamos en aromas, libros, cigarrillos, actitudes. La experiencia es una mezcla de todo eso, con sus notas de cabeza, corazón y fondo.
El "many rivers tu cross" de Eau Jeune se nos quedó a muchos en la memoria, je.
Espero que Jasmin Noir me guste al menos como el Voilé de Jasmin. Me gustan los perfumes de Bulgari, y me gusta tenerte por aquí, Blade runner;-)
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Ay, Enrique, a mí fumar no sólo me parece sensual, es un maldito placer que debería dejar ya, es uno de los capítulos más largos de mis arrepentimientos. Soy una fumadora atormentada (y enganchadísima).
Gracias mil por sus felicitaciones;-)

Olga Bernad dijo...

Gracias, Elsa, me alegra que hayas hecho conmigo el recorrido por tiempos y aromas. Procuraré disfrutar del cumple, seguro que sí.
Ay, el vicio, el vicio, yo también lo dejé una vez durante seis meses y volví a caer. Tengo que intentarlo muy en serio.
Aunqeu me pongo hasta triste sólo de pensarlo, fíjate;-)
Un fuerte abrazo.

veridiana dijo...

Precioso comienzo con esa maravillosa música.
Y tu relato me ha encantado, si lo lee un perfumista te contrata.
El jazmín es símbolo del amor y siempre se ha considerado un potente afrodisiaco.El azahar es símbolo de orgullo, pureza,su aroma genera las mejores vibraciones.

¡Eres Aries!
Yo el día cinco.¡Somos las mejores!jiji
¡¡Disfruta!!

Dejar de fumar...llegará.

Un beso

Fernando Gonzalez Seral. fgseral dijo...

...Querida Olga, Felicidades!

Me ha gustado lo que has escrito, me ha transportado a muchos años atrás, cuando en el "baile", así se llamaba la discoteca en mi pueblo, bailaba con muchas chicas (bueno, no tantas) "agarrado", para eso me tenía que tomar más de un ponche con naranja, si no, no me atrevía, y recuerdo el perfume que llevaban, seguro que de todos que has mencionado, de más de uno me enamoré.

...en fin, que han pasado muchos años.

...muy buena la frase de: " para paraísos entre cuatro paredes, en pleno desierto monegrino".

...que me alargo mucho, perdona.

Un beso, y otra vez, Felicidades.

((Me imagino que te ha llegado el correo con la entrevista))

Olga Bernad dijo...

Gonzalo, me has asustado al principio con lo del cementerio, pero supongo que es una especie de rito;-)
Cargar una pipa es toda una liturgia, dicen. Que disfrutes el día, la pipa, el aroma… y que el cementerio nos espere mucho, mucho tiempo.

Olga Bernad dijo...

Izarbe, tienes toda la razón: gracias al paso de los años (no tan pocos, pero en fin;-) se van viendo realizadas algunas cosas. Los cuarenta han sido los de la publicación: primera plaquette, primer poemario, primera novela, primera revista… y aún tenemos planes. Los años se llevan unas cosas y te dejan otras. Mira, te copio un poco más del poema “As times goes by” de Miguel D’ors del que extraje unos versos para la entrada:

Decir pestes de él tiene, sin duda,
un sólido prestigio literario
-tacharlo de asesino, por ejemplo,
o compararlo con
uno de esos ciclones con nombre de corista
que pasan y que dejan en los telediarios
un paisaje de grandes palmeras derrocadas
y uralitas errantes,
o simplemente lamentarlo a base
de tardes y de otoños en pálidos jardines-,
pero ahora, con la mano en el poema,
os lo confieso: he sido siempre yo
el que salió ganando de todos nuestros tratos.
A cambio de esta luz sabia y serena
con la que la experiencia ilumina las cosas
a mí se me ha llevado
sólo la juventud (…)


Besos y gracias, Izarbe. Que sigamos ganando con sus tratos;-)

Olga Bernad dijo...

Aurora, no sé qué pasa con los coments, hija, lo siento. Me gusta compartir contigo memorias olfativas y sentimentales, pero eso de que a los cuarenta, ni un cigarrillo más, no sé si yo lo voy a cumplir… ¿no podríamos esperar a los 45? Lo de Serge Lutens se nos quedó pendiente, pero la cita junto a Calderón y el caballero y JMM era más importante;-) Lo del dinero no es fundamental para gente como nosotras, que atrapamos olores en palabras, ay, ¿recuerdas Jazmines sobre el mar? Pues eso. Tenía pendiente una continuación de mi pasión por los perfumes y me encanta que me hayas acompañado en este viaje. Es cierto que, en parte, me he vestido y desnudado, pero siempre es literatura, producto de nuestra imaginación. Y a ver quién me lleva la contraria;-))))
Es cierto también que los perfumes visten y desnudan, porque te acompañan pero también hablan de ti. Jardín después del Monzón, Mediterráneo e higos… no me tientes, no seas mala, que son fechas de contención y el perfume desbarata un poco (o un mucho) los sentidos.
Gracias por la felicitación y por la frase final. Todo frasco, roto y derramado, lo demás es tontería.
Un fuerte abrazo.

Olga Bernad dijo...

Veridiana, Circe ariana;-) No hace falta que me contrate ningún perfumista, pero algún descuento que otro no estaría nada mal. Qué mundo éste de los perfumes, un amor por el que hay que pagar, sí. Afortunadamente, otros son gratis, je. Orgullo y pureza en el azahar,qué curioso.
Gracias por la felicitación y la lectura... y te adelanto un besazo para el día cinco de abril, ya que tu no tienes blog. Pero me acordaré de ti.
Muaks.

Mery dijo...

¿Mañana es tu cumpleaños? El 31, como mi madre. Sois buena gente, sin duda. ¡¡Muchísimas felicidades!!
Tu repaso aromático-musical-tabático (vaya palabreja)- me ha fascinado. A parte del tabaco, pues no fumo, he recorrido también el despertar de mi adolescencia, juventud y madurez.
Yo usaba Estivalia (ahora he vuelto a encontrarla) y Charlie.
Leí también La bella del Señor con cierto estupor agradable. Boris Vian fué un descubrimiento maravilloso...
En fin, tantas cosas que has despertado en mi hipocampo mas recóndito...
Por cierto, me ha gustado mucho tu frase "nuestro cuerpo era nuevo y prometía cosas". Es muy cierto, pero no nos dábamos ni cuenta.

Creo que es una de tus mejores entradas, Olga, al menos para mí.
Un besazo y felíz Semana Santa.

Olga Bernad dijo...

¡Fernando! Estaba pensando en escribirte ahora mismo. Acabo de terminar de contestar y me encuentro tu comentario al final. ¡Sí, me llegó! He trabajado hoy y luego he pasado la tarde, adivina, con Tere ¡hemos hecho más de cien fotos! Y eso que sólo necesitaba una;-))))) pero lo que nos hemos reído. Tengo una serie con sombrero vaquero, no te digo más. Te mandaré algunas cuando me lleguen.
Tu comentario me ha encantado, te veo claramente, entre brumas de ponche de naranja, aspirando Eau Jeune (seguro) y tal vez Farala, y tal vez O de Lancome. Lo del paraíso entre cuatro paredes, en pleno desierto monegrino, jeje, comprendo que te llegue. Es que en los Monegros no todo van a ser cielos abiertos. O más bien hay otros cielos;-) La entrada me salió muy larga y colgaré noticiario en la próxima, para no abusar. Me pongo al día con algunos en cuanto cene.
Mil gracias por la felicitación y la historia.
Un besazo, maestro en cielos. A ver si fotografías éstos, anda;-))

Olga Bernad dijo...

Mery, tú me llegas mientras contesto a Fernando. Qué desbarajuste de respuestas;-) Sí, tu madre y yo cumplimos el mismo días, me acuerdo del año pasado. Qué casualidad. No sé si soy buena gente pero intento no ser mala y la entrada, Mery morena, me ha hecho disfrutar como pocas. No sé si disfrutar es la palabra, pero me emborraché con ella y también me llevó lejos, como a ti. Tampoco sé si es mi mejor entrada (no sé nada hoy, ¿has visto?) pero da igual, a veces escribir es llevarte de la mano a alguien hacia el lugar sobre el que has puesto la vista y el corazón. Gracias por venir.
Un beso y muy feliz Semana Santa también para ti.

Araceli Esteves dijo...

TREINTA Y TODOS, CUARENTA Y TODOS...FELICIDADES, OLGA. LOS CAMBIOS DE DÉCADA IMPRESIONAN.¡TE LLEVO DIEZ AÑOS, CASI NÁ! CUANDO NACISTE YO YA TENÍA LA EDAD DE MI HIJA.
PERO SÍ COMPARTIMOS SIGNO DEL ZODÍACO.BESOS

Olga Bernad dijo...

Me llevas nueve, Araceli;-) Yo a los cuarenta los llamé los treintaytodos, jeje. Realmente hoy, dentro de pocas horas,ya que nací más o menos a las cuatro de la mañana, cumplo 41, hija. Y me sigue impresionando;-)
Tú le das la razón al poema. Espero estar tan guapísima como tú cuando llegue a los cuarentaytodos!
Del zodíaco no me fío mucho, pero lo que sí estoy descubriendo es un montón de Aries en la blogosfera.
Muchísimas felicidades también para ti, bella.

Angós dijo...

Felicidades, Olga.
Yo voy para los cuarenta y cinco y ya llevo casi siete sin fumar. A ver si te convences, se puede. El tiempo te hará mejorar pero tienes que ayudarle. No es bueno pasar la barrera de los cuarenta y no soltar los vicios. No creo que me vayas a hacer más caso vía blog que en directo pero yo lo intento.
Muchas felicidades.

Blackbird dijo...

Me dejas sorprendido por lo importante y simbólico que es para ti todo lo relativo a los olores, l’eau de toilette, de parfum… Los chicos hemos sido casi siempre más sosos para eso y en mi caso más todavía. Me encanta ese precioso recorrido que haces por lo que los modernos de hoy llamarían “construcción de género”.

Con la descripción que haces de ti misma, te veo más como Caperucita Roja usando Chanel Nº5, pero claro la economía adolescente no daba para semejantes dispendios.

Incluyes también en ese camino otros olores, como los de tabacos legendarios (More, Camel) que, aunque sin gustarme (como ningún tabaco), sí forman parte de mi pasado olfativo. Por lo demás mi adolescencia no daría ni para escribir una sola línea interesante, cosa para la que, por otra parte, estoy negado.

Pero bueno, ya son las 00:02 horas del día 31 y es oficialmente tu “cumple”, así que te deseo:
¡¡MUCHAS FELICIDADES!!

Y, como es raro en mí, lo hago musicalmente a mi estilo.

Muchísimos besos en tu día Olga.


PD. Y al día siguiente recuerda, como Alicia, celebrar tu día de no cumpleaños, y al siguiente, y al siguiente del siguiente…

Olga Bernad dijo...

Ay, Angós. La primera felicitación en el día de mi cumple! Hala, ya está, ya es treinta y uno, y ya tengo cuarenta y uno, ya soy "cuarenteña" total. No noto nada raro. Salvo que tener gente al lado y lejos que te felicite y te quiera es el mejor regalo.
Ay, los vicios...algunos somos más irrecuperables que otros, uf.
Pero gracias, gracias, gracias.

lolo dijo...

No sé si te ha llegado otro comentario. Ni me acuerdo bien qué te decía. Pero me ha gustado mucho el texto: letra, música y olores, los que me suenan. Tú te los sabes todos, qué gozada.
Y desde luego quería felicitarte. Olga ¡eres una pequeña!

Antonio Azuaga dijo...

Hace apenas cincuenta y cinco minutos que empezó el “día real”. Seguro que alguien se me ha adelantado, pero tampoco importa tanto. Lo importante de verdad es el año que cumples porque ha sido un año grande y fecundo. Como Nietzsche en su “Ecce homo”, podrías dedicarte un prólogo semejante. Tienes razones para sentirte plena, que es lo mejor que se puede sentir un cumpleaños.

Brindo pues por esto y por el lujo que marzo se permitió contigo el último de sus días.

Un beso.

Olga Bernad dijo...

No sé qué está pasando con los comentarios y las contestaciones, aparecen, los contesto, luego desaparecen mis contestaciones... señor, señor, no hay quien se aclare. Si alguien ha mandado comentario y no está, es cosa de blogger. Lo lamento mucho.
A ver si mañana se soluciona y aparecen algunas contestaciones ya hechas, o las repito, o yo no sé... qué gente, no le dejan a uno cumplir años en paz. Jor.
A ver si esto se queda o desaparece. Brrrrrrrr

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Si rotundamente yo era (y soy de Anäis) entonces cuando me la regalaban y ahora cuando me la regalo...los olores nos transportan lejos a tiempos pasados que aunque somos jóvenes aun, ya tenemos una historia por detrás y por delante(espero).
Buenísima entrada.....y feliz cumpleaños....te haré llegar las 100 fotos descuida.
Besitos.

Olga Bernad dijo...

Querido Black, parece que blogger deja ver ya mis contestaciones (la de Araceli y Angós desaparecieron ayer por la noche). Me gusta sorprenderte-¡todavía!- y, sí, los chicos soléis ser más sosos para los olores;-) Alguna vez fui una caperucita roja pero ya no, aunque me sigue gustando el lobo (por Rodríguez de la Fuente, no pienses mal, que lo rehabilitó para nuestra generación;-) El Chanel nº 5 se salía de presupuesto en aquella época, of course. Pero daba igual, mi adolescencia olía de maravilla. No tuve una de esas adolescencias terribles y literarias. Fue para mí una época intensa en muchos aspectos (a veces demasiado) pero brillante. Sin duda, del 82 al 92 fue mi década prodigiosa. De los 13 a los 23. “Hoy ya retirada, sólo robo y mato por necesidad”, jeje, como Sabina . Pero cada época tiene sus encantos. En cualquier caso, la entrada es literatura; el texto me arrastra, ay, como el placer;-))))
A pesar de mandar el mensaje a las 00: 02, se te adelantó Angós con sus buenos consejos. Tengo ahora mismo tu música en el aire. Mil gracias, Black, y muchísimos besos.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Lolo, no me había llegado tu anterior comentario, me ha pasado lo mismo con Aurora y con otros, lo lamento. Me alegro de que hayas disfrutado el texto, no pierdo de vista que –aquí- es lo importante. Te aseguro que el respeto por los comentaristas y lectores me ha llevado siempre a tratar cada entrada con la misma ilusión que si fuese a publicarla en el sitio más importante. Al final, vuestra lectura lo ha hecho importante para mí.
¡Y gracias, sobre todo, por lo de “pequeña”! Besazo.

Olga Bernad dijo...

Querido Antonio, me llevé anoche una alegría enorme cuando vi tu comentario. No pierdo de vista que parte de todo esto es “culpa” tuya y te echo muchísimo de menos en la blogosfera en general y aquí en particular. Sí que ha sido un año grande y fecundo, pero los prólogos de Nietzche me preocupan. Siempre me preocupó ese hombre. Un día, “maestro que habla de Nietzche en primavera”, tienes que explicarme bien a ese señor;-) Sentirse pleno es difícil, aunque me siento razonablemente contenta por haber conseguido alguna victoria parcial: tener valor para hacer lo que quiero y compartirlo con quien lo desee. ¡Y hasta conocerte! Fue un placer. No es poco. E intentar hacer las cosas bien, ay. Marzo es un lujo de mes, lo mejor del año queda por delante, incluida la crueldad de abril;-)
Un beso con muchísimo cariño.

Olga Bernad dijo...

Tere, vaya regalo de cumpleaños me hiciste ayer por adelantado. Pasé una tarde estupenda en el estudio, y eso de tener 100 fotos cuando sólo necesitaba una es muy propio de nosotras;-))))) Mil gracias por tu tiempo y tu compañía y tu talento (que hace falta mucho para sacarme bien, je). Tengo muchísimas ganas de que me las pases, porfa, mándamelas ya. Si eres de Anäis, bueno es saberlo. Y sí, es cierto que somos jóvenes aún, pero ya tenemos una historia. Esperemos que el camino que queda por delante sea tan largo, al menos, como el que queda atrás. Y encantada de encontrar a gente como tú para andarlo.
Besitos, compa.

Sergio Astorga dijo...

Olga, hoy por tus años celebramos el tiempo.
Abrazos nuevos forasteros.
Sergio Astorga

Dyhego dijo...

OLGUITA:
Al final no me he enterado ni de la marca que fumas ni de la colonia que te echas!
Yo me fumaba un paquete diario de Fortuna y la última colonia que estoy usando es Soul. Mi moza me echa una bronca todos los días porque dice que ni las mofetas podrían soportar el rastro que dejo. Pero es que a mí me gusta oler bien, y me gusta sentir la colonia de las mujeres. Es más, no me desagrada oler la colonia de otros tíos. El otro día se lo dije a un compañero: aunque seas un tío, me gusta la colonia que llevas. Y va y me dice que era la del Mercadona.
No sé si apuntarme al gimnasia donde va Marta a ver qué perfume utiliza...
Salu2

Dyhego dijo...

Se me olvidaba: felicidades OLGA.
Muchas felicidades.
Por las fotos, a ti te vendría bien un olor a jazmín o a almizcle.
Y si te pones un clavel rojo reventón, vamos, te eligen la española castiza del milenio.
Salu2, bella dama.
Me ha alegrado saber que te has leído "Bella del señor" (ese fue el libro con el que me partía de risa en el tren. La escena en que el Solán se pone a colgar y descolgar cuadros porque venía a cenar el jefe de la Sociedad de Naciones, o el episodio en que la chica se sube corriendo al último piso porque tenía gases y no quería que el amante la oyese, vamos, vamos, es que me partía de risa).
No te doy más la vara, bella dama.
Salu2.

Manuel Arribas dijo...

Muchas felicidades Olga, que el perfume que más aroma desprenda a tu alrededor se el de tu familia y amigos.
Un abrazo
Manuel

Maria Luisa dijo...

Querida Olga-
Que bonito texto, es verdad que hemos probado fragancias hasta que encuentras la que mejor va con nuestra personalidad.
Probando , probando se van pasando los años...

Te deseo ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Que cumplas muchos, muchos y como se dice: "Y yo que lo vea".

Te quiero. (R.M.)

Olga Bernad dijo...

Sergio, cuánto tiempo, gracias por esos abrazos nuevos desde el otro lado. Da gusto celebrar el tiempo con los demás.
Otro abrazo hasta allí;-)

Olga Bernad dijo...

¡Diego! Preocupada estaba con el asunto de tu furgoneta, ay, qué sustos nos tocan “de pasar”;-)
¿Cómo que no te has enterado de la colonia que me echo? Mira, no me “la echo”, me pongo gotitas de Voilé Jasmin y, para todos los días, me pongo One o alguna similar o incluso mi querida Farala (cuando la encuentro me compro un montón de frascos, ya no está en todas partes). No me he acordado de nombrar Sí Lolita de Lolita Lempicka que, además de venir en un frasco que es una obra de arte (una especie de trébol de cuatro hojas de cristal), es la que me pongo para actos literarios. Me la regaló una amiga cuando iba a presentar las Caricias en Sevilla y ya la uso de talismán.
Jajajajaj, lo de española castiza me parece bien, no huyo de lo que soy pues esa es una de las batallas en las que no gasto energías inútiles, pero no es tan sencillo. Aunque, bien pensado, España es todo menos sencilla, je. Ay, Bella del señor, fue mi lectura estrella del 89. A veces lo releo, pero sin llegar al final, que me mata. Usted nunca da la vara, usted tiene silla aquí, venga cuando quiera y charlaremos de Ariane o de lo que se tercie. Estoy segura de que hueles muy bien;-)
Salu2 y gracias.

Olga Bernad dijo...

Manuel, muchas gracias, sin familia y amigos el perfume no importa. Hay cosas en las que podemos pensar sólo cuando otras están resueltas.
Por eso, a los cercanos y a los virtuales: siempre gracias. No saber valorar esto sería un error imperdonable.
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Qué bueno, Reina Madre, “probando, probando, se van pasando loa años…”
Buscamos sin parar: perfumes, palabras, gentes, paisajes. A veces los encontramos. Con el tiempo, quedarse donde está lo que queremos, disfrutarlo mientras esté, cuidarlo, es la mejor manera de ser sabio. Todo lo demás es otra cosa.
Gracias por tu felicitación… y tú que lo veas, of course;-)
Besazo.

Durrell dijo...

Olga, releo entrada y comentarios y no puedo evitar decirte lo que pienso. Por encima de tu amabilidad, que convierte este blog en un salón cómodo para todo el que viene, lo importante es que de fondo hay siempre una entrada buenísima. Sorprendentemente buena cada vez. Sabes que lo considero un exceso para el medio, pero como lector no puedo sino agradecerlo con justicia. Este texto es de lo mejor que te he leído. Releerlo despacio es una delicia.
Veo que algo has cambiado. Voy a imprirlo otra vez pra llevármelo a la mesilla.

Olga Bernad dijo...

Eso de la justicia me hace pensar. Pero no te diré en qué;-) Bueno, pues muchas gracias, Durrell; la amabilidad me gusta, también la claridad. No suelo evitar una ni otra. En cuanto a las entradas, aquí, son lo importante. Pretender tener un blog literario o como se llamen estas cosas colgando cualquier cosa sería hacer trampa. Desde luego, mi intención es que sean buenas. Es una cuestión de respeto. También lo pido para entrar en el "salón". No hay más complicacion ni más pretensiones.
Gracias por leer y por venir (y por llevarte el texto a la mesilla;-)

Roxana dijo...

Feliz Cumple Olga! aunque sea un poquito retrasad.
Increíble tu escrito, me dejan tu magia.Gracias y felicidades.Besos.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias por la felicitación, Roxana, no pasa nada por el "retraso". Me sorprende que, con las vacaciones y con una entrada tan larga, haya venido a leer tanta gente. Me alegro de que te guste el texto.
Besos.

gbp dijo...

Olguichu, por fin. Felicidades con retraso, cariño, ya sabes que lo intenté en su dia.
Ay! Farala, Eau Jeune, y para mi todo lo que oliera a mandarina, incluso
Chispas. Menos mal que eran baratas porque cada dia saliamos a la calle con medio bote encima. Sun Flowers sigo recordando lo bien que olia en ti, sin embargo sobre mi la fragancia se convertía en empalagoso "chicle de sandia". En fin, la proxima vez que vaya a españa me compro una colección de todas estas memorias.
Precioso el texto y las fotos una maravilla, yo también quiero).

Besitos

Olga Bernad dijo...

Gema, nunca te lo había preguntado ¿no se venden esas marcas en Edimburgo? Creo que Anaïs sí. No sé. Recuerdo que una vez me compré Lou Lou blue de Cacharel allí (otra que no he podido nombrar, oui se moi, etc;-) Lo de Sunflowers era un misterio, a mí se me adaptaba perfectamente, y mezclaba a la perfección con el Lucky, pero alguna amiga se la compró y en ella olía a otra cosa. La base frutal se componía, creo, de melocotón y melón, y eso te la convertía a ti en un "chicle de sandía", jejejeje. Luego se abusó tantísimo de las frutas dulces que llegué a odiar esos aromas. Todo el mundo olía a gominola. Pero la mezcla de Sunflowers era muy buena. Es el único perfume de Elisabeth Arden que he usado. Las imágenes silenciosas de Jasmin Noir me encantan. Huele muy bien.
Tenemos que hacer una recapitulación escrita de todos nuestros perfumes. Para cuando vengas;-)
Muchos besos, sister.

Marta dijo...

Me dejan K.O. tus versos, hija, pero este tipo de reflexiones tuyas no sé si serán incluso mejores.

Los olores. Algunos me traen recuerdos horribles. Por ejemplo, hay una colonia de Massimo Dutti para hombre que siempre me recuerda las semanas que pasó mi abuelo en el hospital antes de morirse. La huelo a veces por la calle, hace unos días en un ascensor, y se me pone un nudo en el estómago. Otras veces huelo algo, el café que hace mi abuela, por ejemplo, el olor a jazmín de la colonia de mi madre, y recuerdo las tardes de verano en el río cuando era niña, mi abuelo y yo de caminata por el monte, mi madre leyéndome cuentos por la noche, cuando era tan pequeña que los pies no me llegaban ni a la mitad de la cama, o las mañanas de los domingos viendo a mi padre dibujar con aquellas manos suyas que obraban milagros sobre una hoja en blanco. Y cada vez que huelo un limón recuerdo la primera vez que hablé con mi marido y se me quedó la respiración olvidada en algún lugar entre las costillas.

Besos.

Olga Bernad dijo...

Ay, Marta, he vuelto esta tarde noche de Teruel (no me funcionaba el internet rural, aigsss) y me ha dado mucha alegría encontrar tu comentario, más bien tu pequeña historia ligada a los olores. Nada nos hace volver a un tiempo como un aroma, para bien y para mal, muy pocas cosas son tan eficaces. Quizá es un sentido que "ataca" a traición, la conciencia siempre se queda atrás con él. Cuando quieres darte cuenta, ya te ha dado el golpe;-) Pero el golpe del limón ("Me tiraste un limón...") es parecido al que yo tengo con el regaliz. Una respiración que se quedó bien adentro. Por eso nuestra historia bien puede rehacerse a través de los olores, también de los perfumes. En los días previos a mi cumpleaños estuve pensando en todo eso... y esto es lo que quedó, también ya para el recuerdo;-)
Un beso y muchísimas gracias.

Iseo dijo...

Aquí estoy, perdona por el retraso pero he llegado antes de que cuelgues nueva entrada. Esta no me la quería perder. Cuando me has dicho de qué iba sabía de antemano que me iba a gustar y así ha sido. Ya sabes que que este tipo de entradas me encantan. Yo también usé Eau Jeune mucho tiempo y cuando la huelo el aroma me transporta directamente a aquéllos tiempos acompañados de amigas y "Fortuna". Hay un día inolvidable en el que una amiga mía se había puesto "Fido Dido", fíjate tú. Ese olor no se me olvidará jamás. El día termino peor que mal. Te lo contaré la próxima vez que quedemos.
Del cumple no te digo nada que ya te felicité por teléfono. Cada año más guapa.
Besos

Olga Bernad dijo...

"Fido Dido", por Dios, cómo querías que acabase la tarde. A la vida hay que ayudarla. Ya me contarás, sí, que hace mucho que no tenemos una larga charla sobre las cosas divinas y humanas. Pasada la Semana Santa y recién estrenado abril, siento una querencia interior -casi espiritual, jeje- por las humanas;-)
Sabía que te iba a gustar, claro: los perfumes, los cigarrillos, las amigas, los libros, el tiempo que se va.
Muchos besos y muchas gracias;-)
P'a guapa, tú. Qué pena que no te hagas un perfil con una foto. Los lectores lo agradecerían...

Anabel dijo...

Menudo recorrido has hecho llevándonos de la mano con cigarrillos, colonias y perfumes -cuando había dinero-.

En el intento de fumar me di cuenta de que era incapaz de echar el humo y hacer nada más. Así que asumí que, como en tantas otra cosas, no encajaba. Pero en colonias adolescentes coincidimos plenamente, sí. Es curioso lo lejos que un aroma te puede transportar...

Ha sido un recorrido muy aromático e interesante. Gracias.

Besos,

Anabel, la Cuentista

Anabel dijo...

Jolín y ¡felicidades!

Besos,

Anabel, la Despistada

Olga Bernad dijo...

¡Gracias, Anabel! Es que en nuestra generación las tendencias marcaban muchísimo. Un anuncio era una cosa importante. Un anuncio en un programa estrella de la primera cadena, por ejemplo, suponía convertir un producto en famoso por decreto. Todo el mundo veía la misma tele. Por eso, hay algunos que han marcado época, no sólo en perfumes. Reconozco que a mí me gustan como género, los encuentro geniales (de hecho, algunos lo son; actualmente forman parte de lo mejor de la tele;-) Entonces pasaban a formar parte de nuestro inconsciente colectivo o como se llamen los recuerdos de fondo comunes a un país en un momento dado. ¿Qué me dices de los anuncios de Belcor baño, bragas princesa, el Almendro, Coca Cola - al mundo entero quiero dar, etc- mantas paduana noches de calooooor? Aquel de Tulipán negro "Caminaba por la Casbah (por Dios, por la Casbah)y, entonces, apareciste tú..."
Esto merece entrada aparte, sí, sin duda;-)
Besos, que me enrollo... y no se trata de escribir la entrada ahora mismo, je.

SQUADRA INFO dijo...

Molto bene

Olga Bernad dijo...

Grazie tante.
Bienvenido;-)

libro dijo...

guaaa!! me ha encantado espero que os guste el mio

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias.
Bienvenida por aquí.