jueves, 14 de enero de 2010

Puro azar

Enredado en azar llegó tu nombre.
Nunca quise curarme esas heridas.
El dolor ciego calma la sed de mi memoria
o hace que no me importe: yo la olvido.

Tu nombre sacia la ansiedad que muerde
y el dolor es un río de agua limpia
sobre el sucio salitre que ha dejado
sus marcas en mi piel.

Allí donde latió el orgullo late
una serena lágrima despierta,
se escurrió entre los dedos la antigua vida mía
y no habrá vuelta atrás.

Yo me descubro
lavada por la sangre que ha perdido
mi nuevo corazón . Tal vez por eso
no me quedaré a ver esta victoria.

Olga Bernad
__________________________________________________________________________________________________
Hace un año: Andábata XVII: Mariposas a sus órdenes
__________________________________________________________________________________________________


48 comentarios:

Maria Luisa dijo...

Querida Olga-

En esta tarde ventosa, no hay nada mejor que leer tu poesía, sabes que la leo en voz alta, me escucho, y me gusta lo que escucho.

¡Genial como siempre!

Muchos besos

Juanma dijo...

Qué bueno es leerte. "Enredado en azar llegó tu nombre" es un verso fantástico. ¡¡Madre mía, todo lo que ya se dice sólo ahí!!

Y los cuatro versos finales son para releerlos casi solos, para aprender de ellos, para echar mano de esos versos en tantas ocasiones como nos hacen falta.

Gracias. Besos.

Máster en nubes dijo...

Creo que... en fin, lo voy a imprimir. Me gusta lo de que no hay que quedarse a ver victorias. El tiempo es la mejor victoria habitualmente creo, acaba por colocar casi todo, o no, pero vamos, que ayuda, creo. Lo veremos. Lo verás.

Olga Bernad dijo...

María Luisa. "Me escucho y me gusta lo que escucho". Ese "sí" es importante. Pero tú eres generosa por naturaleza, esa es la verdad. Sin embargo, me alegra mucho que el poema te acompañe un poco en una tarde ventosa.
Muchas gracias.

Olga Bernad dijo...

Juanma, para aprender, no. Ya me gustaría. Pero que te guste leerlo me hace sentir bien, eso sí; a veces, algunos versos (siempre de otros, los nuestros no nos sirven;-) han sido la frase a la que me he agarrado en malos tiempos, dejándola en mi cabeza como una cantinela. Me gusta hacer eso;-)
Un beso y gracias a ti.

Olga Bernad dijo...

Ah, Aurora, fíjate que no dice de quién es la victoria. De hecho, el final era distinto:

"mi nuevo corazón y, sin embargo,
no me quedaré a ver esta derrota".

A la postre da igual, es el tiempo el que vence a todos y, mientras tanto, mejor echarle un vistazo a Arquíloco, que de ése sí se aprende.
Lo importante: la verdad y la belleza.
Pero gracias por imprimírtelo, es su manera de irse de casa;-)

Olga Bernad dijo...

Muy bueno, Rafael, al hilo de las dos versiones del poema y tal vez al de Arquíloco:-)
Al menos, la rendición a la belleza es dulce, pero también es verdad que no es tan fácil de encontrar.

Juan Manuel Macías dijo...

La victorias nos llenan de extrañeza, y el placer, como quería Byron (lord) es el mejor moralista. Y el azar, tal vez, sea lo más puro (qué título tan preciso, oye), por libre, por no estar sujeto a voluntades, querencias ni intereses. Tal vez el azar sea el nombre que damos a lo que nunca comprendemos. Tal vez la poesía sea una forma de pastorear los azares que nos sujetan como un estraño ritmo. Qué pensaría un poeta mercenario griego (que tampoco, seguro, se quedaría a ver las victorias) del azar que llevaría, a la vuelta del tiempo, a una poeta de Zaragoza a tenderle una inesperada mano cómplice. Si el tiempo no es sólo sucesión, si hay un lugar mágico en que todo sucede a la vez, un bar arrabalero con Albert Einstein en la barra, tal vez Arquíloco te está leyendo ahora, y se emociona con esa inmensa "serena lágrima despierta". Y su humilde traductor al tiempo, también resultado del azar.
Pedazo de poema y que Albert (que decía que Dios no juega a los dados) empiece a servir los whiskys.
Besos, pastora y poeta.

Juan Manuel Macías dijo...

P.D.: Fe de erratas. Quise decir "e-x-traño ritmo". Bueno, en mi disculpa diré que en ese bar arrabalero, además de Einstein y Arquíloco, también estaba Juan Ramón de maitre :-)

Más besos

Olga Bernad dijo...

Es verdad que el azar puede ser lo más puro, tal ve el azar no existe y bajo esa palabra arropamos el exuberante ramo de razones que escapan a nuestro control. Quizá por eso permanecen limpias, pero siguen sujetándonos con ese extraño ritmo. Es una frecuencia que hay que oír por encima o por debajo de tantas otras que casi siempre se pierde. Atraparlo (por algo parecido a sí mismo, es decir, por azar;-) en algún verso parece posible, yo lo he visto hacer. Pastorearlo implica mucho dominio, yo no siento que lo tengo. Busco pequeñas victorias: reconocer la belleza y atraparla, aunque sea a través del dolor.
Estaría bien que existiese ese lugar mágico donde, por azar o capricho de los dioses- aunque nunca jueguen a los dados- se pudiese coincidir con Arquíloco y su escudo abandonado, con su serena tristeza, con Albert Einstein y con vos, con otros poetas muertos, con nuestro propio ritmo. De momento, por aquí andamos, y tus visitas son siempre como ese río que limpia el salitre: agua fresca. Ya sabes que el whisky era esa Uisgue beata, el agua de vida de los escoceses;-) Sláinte!
Bueno, muchas gracias, Juan Manuel, y besos.

Iseo dijo...

Qué bonito Olga! Y el primer verso... "Enredado en azar llegó tu nombre" lo guardaré en mi memoria para siempre. Besos.

Olga Bernad dijo...

Chica, qué sorpresa;-) Cómo me alegro de verte por tu antigua casa. Black viene el lunes. Te esperamos.
Pues eso es lo bonito, guardar en la memoria y, si es posible, en el corazón!
Buen finde, problemática Iseo;-)

lolo dijo...

Sigues componiendo; me ha salido "componiendo", como si fuera música...

"Yo me descubro
lavada por la sangre que ha perdido mi nuevo corazón..." Vendré a leerlo más veces. Gracias, Olga.

ana dijo...

La derrota del tiempo quizá tenga su reverso, su otro lado... quizá una lágrima sea el inicio de algo. Algo que sólo vino a ser, después de la derrota.

Emocionantes palabras.

Gracias.

Olga Bernad dijo...

Bueno, la derrota del tiempo es cosa segura;-) Y después...tal vez haya algo más que puro azar o lágrimas. Lo que está claro es que, de momento, no hay que entregarse demasiado ni a las derrotas ni a las victorias.
Gracias por compartir la emoción, Ana.

Olga Bernad dijo...

Lolo, perdón por el salto, he borrado tu contestación, ag.
"Componer" es un verbo muy usado para la creación literaria también, da un matiz hermoso, un eco musical. La música y la poesía van muy juntas (sobre todo para los que escribimos "de oído":-) Aunque ahora recuerdo que en la presentación de Zaragoza, un experto en esto me dijo que eso me parecía a mí, que era de oído. Me dijo que había interiorizado muchas cosas y no era consciente de todas, pero que todas esas cosas estaban ahí. Que sigan estando, que vengan más... si eso hace que vuelvas a leer;-)
Muchísimas gracias, Lolo.

Durrell dijo...

Espléndido.
Mis respetos.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Durrell.

Anabel dijo...

El primer verso ya es estupendo. Así se puede abrir cualquier poema.

Estupendo.

Un besico,

Anabel, la Cuentista

Olga Bernad dijo...

Gracias, cuentista, es una tensión increíble y, a la vez, una especie de calma. Buscas que no falle nada, ni el principio, ni lo siguiente ni el final;-)
Me alegro mucho de que te guste.
Un besico.

Alejandro Muñoz dijo...

Te dejo hoy una crónica numérica del poema:

- 6 o 7 lecturas.
- 4 estrofas.
- 4 versos.
- 3 saltos hacia delante emparejando los primeros versos de cada estrofa.
- 3 saltos hacia detrás con los segundos...

... hasta que admito mi derrota.

Me marcho sin resolver la incógnita. Pura geometría... como le he dicho alguna vez a tu amigo Antonio.

Un abrazo y buen finde.

Antonio Azuaga dijo...

Bellísimo poema, Olga, en el que conduces magistralmente del “azar a la necesidad”; no a lo Monod, vitalmente biológico, sino a lo tú, humanamente vital. Qué humana verdad ese “nombre que sacia”; qué humildad tan envidiable ese “orgullo” que desemboca en “serena lágrima despierta”; que modesta grandeza no quedarse “a ver esta victoria”… Y todo como una “necesidad” deliciosamente hilvanada desde el “azar” de un nombre.

No quiero ponerme “espeso”, que tengo tendencia a hacerlo. Lo dejo pues en el aplauso, aquí siempre obligado, y el beso, siempre aquí inevitable.

Olga Bernad dijo...

Ay, Alejandro, las matemáticas y la poesía tienen también muchísima relación: ordenan el mundo o nos permiten perdernos en su infinito fondo al que sólo sabemos llamar caos, como el que producen dos espejos enfrentados;-)
(Por cierto, estoy ordenando mis ideas sobre esto, a raíz de algunos de vuestros comentarios y espero que algún día produzcan un texto más o menos coherente).

Me ha encantado tu crónica.
Mil gracias y un abrazo.

veridiana dijo...

Paul Eluard te diria:
Mi presencia no está aquí
Estoy vestido de mi mismo
No hay más planeta que el tuyo
la claridad existe sin mí.


Y yo te digo, que eres poeta de nacimiento,y por ello, todo lo que escribes. Te sale hermoso.

Un beso

enrique dijo...

¡Qué importante es el azar en la vida humana!

Olga Bernad dijo...

Antonio, que tú me digas “bellísimo poema” es suficiente, pero además sonrío ante ese “…a lo tú”;-) Del azar a la necesidad y, después, a la única cosa que podemos elegir: cómo tomarnos lo que venga, sea victoria o derrota (al fin y al cabo ambas son sólo son burdas respuestas de la realidad). Lo importante es encontrar alguna vez un nombre que nos sacie, y también cambiar orgullo por lucidez, aunque sea acompañado de tristeza. Y esa extraña serenidad que es como un premio. ¿Lo merecemos? Posiblemente, no. Tal vez es puro azar.
Gracias por el aplauso y por el beso. Va de vuelta. Que siga siendo inevitable;-)

Olga Bernad dijo...

Veridiana, Circe, esa generosidad de personas que no conozco, que no tienen un blog, que no esperan nada, me llega especialmente. Es una de las razones por las que no cierro la opción de anónimos, aunque eso abra la puerta a otras cosas. Suelo acabar conociéndoles, de todas formas, o teniendo pistas. A ti te veo por sitios muy agradables y me encanta saber que estás ahí leyendo y que siempre traigas palabras tan amables. Sale todo "como Dios me da a entender", pero en fin;-))
Un beso y gracias.

Olga Bernad dijo...

Ah, ya lo creo, Enrique, incluso aunque no exista, hay que tenerlo en cuenta;-)

veridiana dijo...

Tengo una amiga "de siempre" en Zaragoza, si voy algún dia te llamo.
Tú si eres importante, y me caes fenomenal, sin conocerte.

Gracias por tus palabras.

Olga Bernad dijo...

Ya me comentaste una vez que tenías cierta relación con Zaragoza. Vale, si vienes por aquí, dame un toque en el correo de contacto.
Será un placer;-)

Blackbird dijo...

El azar nos acosa y nos acaba encontrando. Esta mañana, a las 13:30 en la sección infantil de una biblioteca pública de Zaragoza, tomo en mis manos un libro, que ya te había recomendado alguna vez para el rugbylari. Es el Libro de las Preguntas de Pablo Neruda, ilustrado por Isidro Ferrer, editorial Media Vaca. Leo al azar varias páginas… versos sueltos:

XXVII

Murieron tal vez de vergüenza
estos trenes que se extraviaron?

Quién ha visto nunca el acíbar?

Dónde se plantaron los ojos
del camarada Paul Éluard?

Hay sitio para unas espinas?
le preguntaron al rosal.


A las 17:45 del mismo día me encuentro, repasando los comentarios de esta entrada, con una intervención “al azar” de la bloguera Viridiana que transcribe un poema de Paul Éluard. Y yo, incultura más que azar, jamás había leído nada de Paul Éluard. C’est la vie.

Besicos, Olga.

Olga Bernad dijo...

Mil cosas me hace pensar tu comentario. Te diré algunas, ahora que no nos oye nadie;-)
No sé qué pensará el rugbylari de que le cuadren tan bien los libros de la sección infantil, que es muy brutico;-))) Esa edición es una delicia, para adultos y niños. Y luego el nombre y la palabra camarada. Ay. Como cada vez que digo lo que pienso me acaban "acusando" de ser de izquierdas o de ser de derechas --te juro que una vez me "acusaron" de ser de la teología de la liberación(?),otra de bolchevika(??), otra de estar en contra de la memoria histórica(???) y otra de franquista(¡¡¡????)por estar en contra de que prohibiesen un homenaje a Foxá; anda y aguanta, oye;-)-- me encanta que gente como tú traiga por aquí simplemente los versos que conoce, los que ha disfrutado personalmente, para que acompañen a los míos. Con Neruda (el pobre, tan imitado sin gracia, tan denostado sin razón, tan alabado por lo que no siempre me importa literariamente) la entrada es mejor, igual que con tu compañía. Por azar tal vez, yo tampoco he leído nada de Paul Éluard, por azar ha llegado aquí el camarada de vuestra mano y voy a buscarlo.
Gracias siempre, Black, besicos.

Miguel dijo...

Que bonito poema, Olga, y que hermosos comentarios ha tenido; cuánto entusiasmo se ha puesto en cada palabra para celebrarlo. Uno cree haber pensado en todo, y luego se sorprende de que lo que está vivo es lo más importante: el poeta, el poema; incluso la vida póstuma que, según Keats, era ya su propia vida.
No sé que añadir a la apreciación de los demás... que me ha encantado, junto a la Andábata que parece glosarlo. Es como el que no sólo tiene barba, sino que se la adorna (que decía Lao Tsé impresionado por su apreciación, posiblemente porque hablaba de si mismo)
"La ansiedad que muerde" me va tener despierto un buen rato. Enhorabuena, Olga. Como siempre te digo, me despido a medias porque me quedo con la relectura de tu poesía. Gracias. Y salud.

gbp dijo...

Me ha encantado Olga. Vengo de recuperarme del "sofocon" de los ultimos capitulos de Andabata, (cada dia se hace mas dura la espera de su publicacion) y me encuentro con "Puro azar", me encanta el titulo, como a Juan Manuel, y estos versos especialmente:

"Allí donde latió el orgullo late
una serena lágrima despierta,
se escurrió entre los dedos la antigua vida mía
y no habrá vuelta atrás."

Besicos

Gemma dijo...

"Nunca quise curarme esas heridas.
El dolor ciego calma la sed de mi memoria". Esa apuesta por la sabiduría y la belleza, aun a riesgo de que vaya ligada al dolor del recuerdo, me parecen fundamentales en tu poesía.

Precioso.
Un beso

Olga Bernad dijo...

Miguel, el lector de madrugada;-) A veces, cuando me quedo muy tarde, me imagino que estarás por ahí leyendo, pero nunca hemos coincidido. Creo que aún no he podido contestarte "en directo". Me gustan mucho tus visitas nocturnas a esta casa abierta y sí, lo importante es siempre el poema. Cuando leo lo tengo clarísimo; cuando escribo, mucho más.
Que esa ansiedad que muerde te haya dejado por fin dormir como los angelitos;-) Buen día, Miguel.
Y muchas gracias.
Salud.

Olga Bernad dijo...

¡Sister! Me alegro de que con tu vuelta a Edimburgo hayas solucionado otra vez esos problemas de conexión. Veo que sólo te funcionan los acentos en el copia y pega, jorrr. ¿Y las eñes?
El final te sofoca porque tú eres muy sofocable, sé lo que te puso triste, supongo que el penúltimo, ay. Anda, que no te has pasado años diciéndome que intentase publicarla. Hala, ya queda menos. El primer ejemplar que toque, for you.
Me gusta que elijas versos, que cada cual se coja "los suyos";-)
Kisses, sister, I miss you.

Olga Bernad dijo...

Vaya, Gemma, seguidas esta vez mi sister y mi hermana virtual;-) Indudablemente, escribir es apostar pues es elegir (entre palabras), y algún riesgo se corre. El azar, ese capricho de los dioses, también forma parte del juego. Aunque, en el fondo, yo no creo en el azar, fíjate;-) Creo que hay hilos que no podemos seguir conscientemente, eso sí.
Muchas gracias, malabarista, y un besazo.

Angos dijo...

De acuerdo con ambas Gemas, es precioso.
Por mi parte no creo mucho en el azar, creo que eso funciona una vez, dos... pienso más lo que dice Juan Manuel, que tú lo "pastoreas".

Olga Bernad dijo...

No lo sé, yo no siento que tenga tanto control sobre lo que escribo, hay un resquicio para eso que no entiendo y que he dado, seguro que con mal criterio, en llamar azar.
No lo controlo del todo, pero le dejo un sitio, lo admito, lo "acaricio", le dejo entrar.
Que te parezca precioso, (¡a ti!), me gusta cada vez más.

Ángeles dijo...

Me extremece el dolor y la sangre, pero el poema me gusta.
Un beso

Olga Bernad dijo...

Ay, Ángeles, a mí no me gusta el dolor, pero quizá tratarlo de una manera más dulce me parezca que es jugar con los sentimientos. No tiene por qué ser así, desde luego. Pero demasiadas veces lo es. Lo releo y me parece un dolor sereno que no se quiere traicionar. Pero qué más da, si lo que yo diga de mis poemas no tiene importancia;-)
Un beso.

Izarbe dijo...

Todo el mundo te dice "su frase favorita", pues la mía es:
"Allí donde latió el orgullo late
una serena lágrima despierta".
Muy profundo Olga, como siempre.
Me alegro tanto de que todo vaya tan bien, la Andábata, artículos sobre ti en revistas, periódicos, páginas web...
Un abrazo sincero

Olga Bernad dijo...

Es que hay mucha gente muy generosa, ya lo creo. Tu "frase" favorita es casi también la mía. El orgullo late pero acaba haciendo daño y, demasiadas veces, no tiene nada que ver con la dignidad.
Muchas gracias, Izarbe, por esa sinceridad y esa compañía.
Un abrazo.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Siento comentarte tan tarde....te mereces más atención de mi parte...la excusa del tiempo que se escapa y siempre falta....
"el dolor es un río de agua limpia" como siempre me haces pensar,el agua limpia,fluye no se estanca...¿el dolor puede ser inagotable y renovable?
Otro poema magnifico..como siempre Olga.
Un beso muy fuerte.

Olga Bernad dijo...

Anda, anda, la que traes es suficiente, es mucha y muy fiel. Tu atención es otro río de agua limpia.
El dolor puede ser muchas cosas. Prefiero un dolor que merezca la pena a una alegría absurda o una risa resentida.
Gracias, compa.
Un besazo.

ángel dijo...

Gracias por este poema.

Saludos...

Olga Bernad dijo...

Gracias a ti, Ángel, por venir a leerlo.
Saludos.