lunes, 25 de enero de 2010

Rostros anteriores

I'm looking for the face I had
Before the world was made.

Yeats (The winding stair)


Me desconciertan esos griegos. Te quitan la inocencia. Te hacen comprender que la ilusión de escribir algo nuevo es un espejismo de analfabeto, una egocéntrica tentación imposible. No puede haber en el mundo una conversación nueva, ni un verso que no fuera entonces profetizado, ni un solo pensamiento que no sea eco de alguna intuición pretérita. No importa que, como yo, no los conozcas apenas: ellos supieron de ti desde su lejana perfección incomprensible.

Olga Bernad
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Hace un año: Al borde del invierno y la tristeza
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27 de enero: me avisan de que en la red de bibliotecas de Aragón se encuentran disponibles para préstamo y consulta algunos ejemplares de Caricias Perplejas. (Click para ampliar)

52 comentarios:

Juan Manuel Macías dijo...

Ay, a mí me vienen desconcertando desde que abrí por la primera página la gramática de griego de don Jaime Berenguer Amenós. Ahí estaba todo, finalmente, la atlántida de las flexiones y las declinaciones. Berenguer era tan ordenado en su exposición gramatical, que parecía que los griegos no le desconcertaban en absoluto. Tal vez Berenguer desconcertaba a los griegos. Pero empecé a sentir un gran consuelo cuando un profesor de indoeuropeo (gran indoeuropeista) me dijo que el griego era una lengua sin gramática.

Pero todo está para decirlo nuevamente. Llevo como un clavel en el ojal estos versos de Homero (que también desconcertaba a los griegos un rato, con su filoginia):

τὴν γὰρ ἀοιδὴν μᾶλλον ἐπικλείους’ ἄνθρωποι,
ἥ τις ἀκουόντεσσι νεωτάτη ἀμφιπέληται.

Lo dice Telémaco en el canto I de Odisea al aedo Femio:

"Que los hombres más alaban
un cantar cuando lo escuchan nuevo"

Y ahí está la verdadera vanguardia, ¿no?

Creo que mi escolio es más largo y más pobre que tu precioso y condensado texto. Es el mal de los escoliastas (otro mal griego ;-). El cariño por las palabras que leen les empujaban a envolverlas en un divagar sin orden ni concierto. ¡Como si las palabras no fueran a sobrevivir solas!

Besos, Olga con coletas.

Olga Bernad dijo...

Bueno, yo nunca abrí esa gramática. Los curiosos planes de estudios me hicieron renunciar a la asignatura de griego en el instituto, si no quería abandonar las matemáticas. Y no quería. Luego me licencié en filología sin conocer ni siquiera su alfabeto. Los he ido conociendo poco a poco, a salto de mata y lectura, a golpe de extraños nombres de dioses o mitos. Siempre me dan la sensación de estar esperándome desde el pasado, con algo que ya dijeron y yo todavía no sé, como les pasa a los niños con la historia y la lengua. El mundo ya no es nuevo, estaba escrito desde entonces. No sé si un helenista lo puede entender así, esa sorpresa y ese temor a estar repitiendo de manera imprecisa algo que ni siquiera has oído. Como si sólo pudiésemos hacer versiones imperfectas. Ese desconcierto. Y, a la vez, ese misterio de reconocerte de alguna manera en palabras lejanas y extrañas.
Si es que no lo sé explicar, la entrada no me pedía explicaciones;-)
Besos, helenista. Y gracias.

Fernando dijo...

Fueron los ojos del horizonte...besos.

Olga Bernad dijo...

El horizonte de las islas, que queda al frente y también queda atrás. Puede ser;-)
Un beso, Fernando (ya de buenas noches: me rindo).

Javier Puche dijo...

Cuánta razón tienes. Y qué hermosamente lo expresas.

Olga Bernad dijo...

Herman, esto es para que uno nunca diga que se rinde.
Muchas gracias, has llegado de repente pero me gusta que te guste;-)
Es curioso eso de tener razón.

Gemma dijo...

Una buena lección de vida y de humildad, ésta que nos das tú y nos dan los clásicos.

Ocurre que al que tenga un ego enorme le dolerá descubrirlo, pues suelen ciertos sujetos creer que no hubo vida antes que ellos, pero yo creo más bien que la civilización es precisamente esto: decir de nuevo lo que ya se dijo, aunque de modo distinto.

Y qué graciosa estás con tus dos coletas. También yo las llevé durante un sinfín de años (o eso me pareció). Besazo

Olga Bernad dijo...

Sí, la lección de la historia y la literatura nos acerca a lo que fuimos como hombres, y nos enseña bastante de lo que somos o podemos ser como individuos, pero nunca nos halaga gratuitamente. La civilización es un complejo proceso de encuentros, desencuentros e incluso encontronazos;-)
Ay, las coletas, dónde estará aquél rostro serio e inocente y esa mirada tan fija y atenta...
Besazo, sister2.

Máster en nubes dijo...

Ay, desde luego, pero en fin, escribiremos porque nos gusta, ¿no?, y por poco más. Oye, menudas coletas tenías... qué envidia, a mi me cortaban el pelo a lo chico y lo odiaba...

Izarbe dijo...

¿Cómo que "espejismo de analfabeto"?, eso será en algunos casos, que no el tuyo. Cuánto sabes tú de sentimientos, tanto más que esos griegos de antaño.
Qué mona se te ve, y, sin coletas, tus hijos se me antojan en esa foto.
Un besazo

Olga Bernad dijo...

Hay muchas razones para escribir, tantas como para no hacerlo, tantas como personas. Y encima, las que damos sobran siempre y a veces no son ciertas;-) Qué más da.
Esa foto es de mi primera escolarización en Santo Dominguito de Silos. Tenía tres años y mi pelo siguió creciendo hasta la comunión. Entonces mi madre me hizo una trenza larga y me la cortó de raíz. Aún la guardo. Lo que yo lloré aquel día, no está en los escritos...

Olga Bernad dijo...

Qué gracia, Izarbe. Algo se parecen, sí,aunque son más al rugbylari (de lo que me alegro, chica, la hembra reproductora piensa menos pero tiene las cosas mucho más claras que la poeta, jeje).
Gracias por tu mirada amable, querida Izarbe, pero mejor no ser demasiado complaciente con uno mismo. Me gusta quitarme el sombrero ante lo que leo, sentirlo inalcanzable, quedarme con la boca abierta. Cuando lo merece. Sí.

Dyhego dijo...

¿Esa zagaliquia tan majica eres tú?
No hay nuevo bajo el sol, eso es cierto, pero afortunadamente cambian los tiempos, los contextos, los materiales, las formas de expresión. Ahí está la maestría, que parezca nuevo.
Salu2.
Como dijo el Valéry, "la mer, la mer toujours recommencée".

Olga Bernad dijo...

La misma que viste y calza, Dyhego. Y en esa foto soy (era) muy yo. Ni sonreía si algo no me hacía gracia ni besaba a los parientes, fíjate que maniática;-)Es cierto, la maestría es conseguir, como hizo Valéry, una novedad no exenta de deudas. La mirada es nueva; el mundo, no. Pero a veces es posible "una tarde adornada de palomas sublimes";-)
Saludos, y gracias por traernos todo el mar, siempre recomenzando.

Araceli Esteves dijo...

Justo ayer leía sobre ello. Será verdad pues, que hilos invisibles tienden puentes entre nuestros pensamientos.
El simulacro, la copia. Nada, nunca, puede ser original.Ya no.
Por otro lado, me gusta la metáfora de que la capacidad de desarrollo del hombre se perdió cuando supo que la tierra era redonda. Cualquier movimiento que hace solo le va acercando al punto de origen.

Paloma Corrales dijo...

Así es Olga, a veces leyéndolos tengo la impresión de que existe un sólo Dios de las palabras, único e intemporal y, que de Él fluyeron todas.

Imagino que pasarlas por nuestro propio tamiz, o impregnarlas de nuestros sentimientos es lo que hace que sean un poco diferentes.

Un beso.

Ps. a mí me cortaron el pelo de igual manera y mi abuela se hizo un postizo... ainsssssss ;-)

NINGUNO dijo...

Ahora resulta que yo también soy un "escoliasta" por dedicarme a escoliar más o menos doctamente una obra literaria...
Humildemente, quiero andar por las suelas de los zapatos y de los versos de muchos autores que me han precedido.
Item más abundando en ello, "Puro azar", puedes leer el primer resultado en mi blog.
Un abrazo
Mariano Ibeas

Olga Bernad dijo...

Que casualidad, Araceli;-)
No partimos de cero, lo sepamos o no; a más conocimiento, más capacidad para elegir modelos con consciencia, o al menos caminos a seguir, más generosidad para reconocer deudas. Lo interesante es que muchos hombres recorren caminos parecidos, desde siempre, y las preguntas engendran respuestas de las que aún podemos aprender.
Muy bueno lo de que la tierra es redonda;-) Qué horror, saberse caminando en círculo sobre una tierra que se mueve en círculos alrededor de un sol que también flota en círculos desde siempre y no sabemos hasta cuándo dentro de un inmenso no sabemos qué. Ag. Por Dios.

veridiana dijo...

Todo es circular...ciclíco.
Donde está la sabiduría que perdimos con el conocimiento ?

Siempre me preocupan las fotos de la infancia.¡Esas miradas que no se que comunican...
¡¡ estás muy linda.

Un beso

Olga Bernad dijo...

Paloma, has vuelto a pensar cosas que estaban escritas;-) "Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios”. El tiempo no, no estaba. Ah, se siente. ¿Nos lo inventamos? Ese verbo navegando en el tiempo, igual de ¿perdido? que el sol en el espacio, es el que tenemos para impregnarlo de sentimientos, los nuestros, los suyos.
Me estoy mareando;-)
Ya le vale a tu abuela, qué cosas nos hacen, madre mía, ainssssss, sí;-)
Un beso, chica.

Olga Bernad dijo...

Mariano, querido escoliasta;-)
Gracias. Me siento un poco griega , aunque sea por PURO AZAR.
Es muy bonito. Para el que quiera seguirle hilo, lo dejamos AQUÍ.
Un abrazo

Olga Bernad dijo...

No sé, a pesar de todo, si todo es circular, Veridiana. Pero sí creo que a veces el conocimiento nuevo nos hace perder sabidurías antiguas. Recuperar y perder, agua que se derrama mientras la transportamos. En fin.
Y, sí, esas fotos de la infancia, esos rostros anteriores…
Gracias, guapa;-)

Durrell dijo...

Tocas la perfección y no lo sabes.
Es un placer venir a verlo.
Preciosa.

Jesús Cotta Lobato dijo...

El otro día encontré en Homero una imagen que me pareció muy moderna: "Como el que en sueños es perseguido y el perseguidor no logra darle alcance ni el perseguido huir de aquel, así Aquiles perseguía a Héctor".

enrique dijo...

Yo tampoco tuve la oportunidad de estudiar griego, a pesar de ser de letras purísimas desde poco más de párvulos...
Así que en 3º de BUP tuve que estudiar (es un decir) matemáticas en vez de los majestuosos griegos.
Es una pena que tengo, en fin...

Como dice nuestro sabio primer comentarista: ahí está todo.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Peor eres tu que los griegos que nos desconciertas todos las veces que escribes...incluido en esta.
Besos...

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Olga, una genialidad. Y la comparto.

Un fuerte abrazo.

Olga Bernad dijo...

Durrell. Intento acercarme, pero no. No es que no lo sepa, es que está lejos. Gracias, de todas formas;-)

Olga Bernad dijo...

Jesús, esas palabras no envejecen. Es cierto que esa imagen resulta actual, sí. Tres vueltas alrededor de una muralla (tantas vueltas en estos comentarios;-) Pero, fíjate, estaban condenados a encontrarse: “Así celebraron las honras de Héctor, domador de caballos”. Ese final…

Olga Bernad dijo...

Enrique, yo lo decidí así porque “quise”. Sabía que me gustaban las matemáticas, me empezaron a gustar mucho en segundo de B.U.P., aunque no sabía a lo que estaba renunciando. Pero bueno, aún somos muy jóvenes para leer. Y a lo mejor uno se encuentra con las cosas cuando debe.
Juan Manuel es helenista, son gente muy rara;-)

Olga Bernad dijo...

Jeje, compa. Espero desconcertarte mañana con todo lo que te tengo que contar. Y espero que la exposición esté llenita de fotos tuyas.
Por cierto: Casa de los Morlanes, mañana (hoy ya, que es madrugada;-) a las siete de la tarde, se inaugura exposición del Círculo fotográfico de Aragón. 15 años. Que los que estén por Zaragoza no se la pierdan, hay tiempo hasta marzo;-)
Muchas gracias, Tere. Un beso.

Olga Bernad dijo...

Ay, Javier, tú es que siempre me miras (lees) con cariño;-) Gracias por ver una genialidad donde sólo hay un asombro. Gracias por compartirlo.
Un fuerte abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Olga, agrandar el eco sin saber, es también pertenecer a la montaña. Caminemos, que solo somos el eco de otros ecos que reviven.

Tu mirada sigue fija, tal vez mas nueva.

Abrazos anteriores.
Sergio Astorga

Olga Bernad dijo...

Me has mandado un comentario doble, para esta entrada y la anterior, que parece darse la razón a sí mismo: eco de otros ecos, abrazos anteriores;-)
Pues a seguir rondando la montaña, Sergio, con la mirada fija en todo ese horizonte que se eleva.
Un abrazo que cruce todo el mar;-)

Anabel dijo...

Así es: no hay nada nuevo bajo el sol, ellos ya lo escribieron antes.

Un comentario en un blog me decía que mi historia no era nada nuevo, que él conocía a personas así. Yo le dije que no iba a descubrir la cuadratura del círculo, que mis historias eran tan viejas como la edad del hombre y tan manidas como el amanecer, que sólo aspiraba a contarlas.

A raíz de este hilo, nuestro amigo Mariano Ibeas ha colgado un post en su blog estupendo. La palabras de Rosa Regàs son exactas y maravillosas, no se puede decir mejor.

Un beso a esa niña con coletas,

Anabel, la Cuentista

lolo dijo...

Eres genial, pero creo que son nuevas las cosas. Cada una tiene el sentido del momento en que se da. Como este comentario, que es nuevo ahora y del que a lo mejor me arrepentiré dentro de un rato. No es el mismo que se me ocurrió ayer cuando te leí. Qué ingenuidad, pero es más pequeño todo.

Me veo obligada a comentar las coletas, que son nuevas para mí, aunque sean las mismas que yo llevaba.

Ángeles dijo...

Ya habías comentado alguna otra vez, que todo ya esta escrito y sentido, pero tú eres capaz de darle una vuelta más a la tuerca y que las palabras y su sonido nos parezcan nuevas y nos lleguen dentro muy dentro.
Un poco cursi me ha salido ya me disculparas
Por cierto ayer desde Paniza a Teruel estaba todo nevado, precioso.

Miguel dijo...

Lo mejor de los griegos es el amor antiguo,el que trajo la desgracia a Wilde en su defensa;o la pretensión de Isadora de encender la llama del entusiasmo en el mundo con su danza,etc.
Pero la concisión de tu entrega arrasa cualquier otro nuevo comentario, que no se ajuste a tan pocas palabras para decir algo distinto y tan terminante como el tuyo, que me ha llevado a lo pensado de una manera genial.
Gracias Olga, y salud

Olga Bernad dijo...

Es complicado el asunto de la originalidad, Anabel; no es el tema, ni exactamente el estilo (esto va por épocas e incluso modas, o se puede aprender o se puede imitar), es un no sé qué que algunos tienen y otros no. Para mí como lectora no me presenta ninguna duda. Pero esa seguridad nunca vale para lo propio, salvo para algunos privilegiados o inconscientes. En cualquier caso, de Grecia mana una fuente cuya agua se cuela por cualquier resquicio de nuestra conversación. Aun sin saberlo, hay cosas que hemos conocido a través de otros que, a su vez, ya bebían de antiguos escritores griegos.
Estupenda la entrada en el blog de Mariano y las palabras de Rosa Regás. Gracias;-)
Un beso, cuentista.

Olga Bernad dijo...

Lolo, ¿te has arrepentido?:-)
Claro, la novedad tal vez estribe en que los tiempos cambian mucho más rápidamente que las personas. Por eso todos los que viven mucho acaban sintiéndose un poco ajenos al mundo. Aun es más curioso, por eso mismo, que determinadas cosas sigan vivas en la base de nuestra escritura y nuestro pensamiento. Debe ser que estaban muy bien pensadas;-) Pero novedad, en el sentido en que tú lo dices, la hay, desde luego. Y, si hoy se te ocurre otro comentario distinto, tú me lo dejas, que aquí eres muy bienvenida;-)
Las coletas no son novedad para ninguna de las niñas de nuestra época, las de treintaytodos, jeje.
Benditas coletas, cómo las odiaba. Yo quería ir melena al viento siempre. Ay.

Olga Bernad dijo...

Ángeles, la cursilería casi es para mí una especie de censora, la temo tanto que demasiadas veces soy mucho más brusca de lo que debería, sobre todo en la vida cotidiana; pero no digas eso, eso lo aplico a mis cosas, no a las de los demás (a no ser que el asunto ya se salga de madre, claro;-) No sólo me gusta que su sonido te parezca nuevo y que te llegue muy adentro, sino que es exactamente lo que persigo. Mil gracias, guapa.
¿Andas por esos pueblos nuestros?
Abrígate, que el puerto de Paniza está durísimo, dice mi padre.

Olga Bernad dijo...

Miguel, la concisión de la entrega está chocando con la extensión de los comentarios. Y es que esto es charlar entre amigos (me encanta);lo otro es escribir (también me encanta pero soy partidaria de la mayor economía de medios posible en cada caso, dependiendo de lo que persigas).
Estoy feliz de que te haya gustado.
Salud para ti también, sevillano.

P.S.: Por cierto, ¿qué horas son estas?:-)))

Maria Luisa dijo...

Olga, hace tiempo que no paso por tu blog.
Estoy llena de faena, ya te contaré. Es un acontecimiento alegre se que te hará feliz.

Me alegro que hayas puesto este aviso de la red de bibliotecas de Aragón.
Así es más fácil encontrarte.

Te quiero mucho.

Olga Bernad dijo...

Pero si no faltas nunca, mujer;-) Esa "faena" que te está llenando de alegría... Ojalá tuviese que ver con lo que pienso. En cualquier caso, tú dedícate a lo importante, que a los acontecimientos alegres hay que mimarlos un poco;-)
Lo de las bibliotecas públicas me ha hecho ilusión cuando me he enterado. Yo, que he tenido que usar tanto la de la Universidad, antes de que fuese la María Moliner, la antigua, alojada en la Facultad de Filosofía, no imaginaba que un día alguien podría sentarse en una de ellas a leer un libro mío.
Gracias por ese cariño, que es mutuo.

Mery dijo...

Punto uno: estás para comerte en la foto. Qué inocencia y cuánto por descubrir...

Punto dos: es cierto que todo está dicho antes, escrito, dibujado, musicado, lo que se quiera, pero cada época tiene su propia estética a la hora de sacarlo a la luz, y cada alma le pone su blasón. Si no fuera así, qué absurdo vivir por vivir.

Un abrazo

Olga Bernad dijo...

Cada alma le pone su blasón. Vamos a quedarnos con eso, porque es cierto;-)
Era muy seria y muy mayor yo, por una parte y muy pandillera por otra. Ahí estaba en plan foto oficial, imagínate qué responsabilidad, la primera foto para el cole.

P.S: He visto que has dejado comentario en la siguiente entrada, pero he ido a modificarla y, sin querer, la he eliminado. Dentro de un rato la colgaré otra vez, sobre las doce, que aún no he cenado, jeje. Siempre con nuestros horarios. Intentaré mantener tu comentario, pero no sé si será posible.
Un beso, guapa. Ya echaba de menos darte las buenas noches;-)

Angós dijo...

Pues yo no me quedo sin darle un beso a esa niña, a la que casi conocí.
Tú haces en cada poema un mundo nuevo.

Olga Bernad dijo...

Gracias, querido Angós.
Casi así, sí.
No sé si hago un mundo, pero algunos poemas me cuestan tanto como si lo hiciese;-) No siempre es tan bonito como lo pintan.
Me gusta que hayas venido al final, mucho.

Mery dijo...

Estas brujas, cenando a horas intempestivas ¿preparando alguna pócima con sapos y culebras?
Luego pasa lo que pasa, que se dá a la tecla equivocada.
Buenas noches de nuevo

Olga Bernad dijo...

Las horas son bastante brujas, sí; nosotras... a veces toca ser ángel y a veces demonio. Dignidad, en cualquier caso, morena, nada de sapos y culebras. Palabras y licores que, no creas, también confunden, jeje. Y a veces embrujan.
Ahora sí que sí, juro que me acuesto.
Que duerma usted como un angelito.

gbp dijo...

A mi la que me "desconciertas" eres tú, "asquico da" lo bien que dices las cosas. Sigue repitiendonos todo lo que los griegos ya nos contaron, cariño, que nos gusta.

Besitos retardados.

Ayyy!!, qué majica la foto.

Olga Bernad dijo...

Je,je. Así era cuando tú llegaste al mundo. Qué persona tan seria y responsable te cuidó... y te grapó el dedo, y te estiró mil veces del pelo, y se rompió un diente contra una figurilla de escayola de tu comunión (una que tú me tiraste a la cabeza, huyendo de mí, cobarde;-)
Pues mira, ya los griegos se conocían todo eso. Insoportables;-)
Kisses, sister descastada, que llegas siempre para poner THE END.