domingo, 19 de abril de 2009

En el último mayo en que fui cierta

Las más hermosas juegan,
enredan en los dedos sus cabellos
y yo aprendo a fingir
que me aburro en la clase y que me esperan
mil tiendas, novios, libros,
roperos, minifaldas y una dieta
que subrayó mis ojos de morado
y mató de hambre y celos
al valiente soldado de mi infancia.
(Lo enterré sin más duelos
pues su recuerdo aún estaba cerca).
Perdiendo la inocencia, rizaba mis pestañas.
Dándole cuerda innoble
al reloj que avanzaba contra ellas
y al deseo vulgar de ser queridas,
mis amigas suspiran
y quieren que la clase se termine.
Solamente yo quiero que dure para siempre.
La voz del profesor y su dulzura
me hacen sentir tan sola y tan distante:
“El mar, la mar, como un himen inmenso…”
Recita y mira mis solemnidades
-mucho más inocentes que su orgullo-
y su voz saca brillo al calor ciego
que ya he visto en el centro de mi ombligo.
Pero se ha confundido.
No entiende que él no importa,
no importa el mar, el mundo
como un himen inmenso no me importa.
No sé qué me importaba pero quise
que aquella hora durase para siempre.
Ni el recuerdo la salva, ni el poema:
estar allí de nuevo y todavía,
saber que esos momentos son mi patria,
mi desolada patria estremecida
sin mar y sin nostalgia en la que hundirse;
su ley, su soledad y su costumbre,
mi condena al misterio de las cosas,
mi alma acariciada
por un ángel sin miedo, sin promesas,
sin compasión de mí, sin preguntarme.
Y luego las tareas cotidianas,
(sin su rumor de alas, sin su beso)
ya fueron un exilio permanente,
el triste, el invisible
incluso por los ojos que me miran.
Y yo un torpe naufragio de perplejas
caracolas que invaden las orillas,
un incendio en el pecho y un enjambre
de mares inventados y desiertos
y de estrellas pendientes de las olas
al acecho de luces de palabras;
una princesa inútil, una niña
consciente de sí misma, el monstruo dulce
al que nadie amará si tú no vienes.

Un soldado más vil que el enterrado
en el último mayo en que fui cierta.

Olga Bernad

Nota:

El pasado día 14 decidí cerrar el blog debido a un anónimo. Me desanimó de verdad. Ni siquiera quise decir que estaba recibiendo anónimos, como si yo tuviese la culpa de algo. Sus críticas no eran literarias sino absurdamente personales (y reiteradas).

Ayer por la noche asistí a la lectura de poemas que Miguel Ángel Yusta y Joaquín Sánchez Vallés hicieron en La campana de los perdidos. Hablar con Fernando Sarría, con Marta Navarro, con Luisa Miñana, con otros amigos, pasar una velada agradable alrededor de la poesía, me hizo darme cuenta de las pocas ganas que tengo de dejarlo. Y, como dijo no sé quién, la gana es sagrada.

Contar esta semana con el interés de Javier, Juan Antonio, José Miguel, Fernando, Ángeles, Manuel, Aurora, Sergio, María Luisa, Manoli, mis varios Antonios, Juan Manuel y tantos amigos que me han preguntado por qué paraba, e incluso de desconocidos que no sabía que me leían, me ha hecho ver muy claras tres cosas: me gusta escribir, hay gente a la que le gusta lo que escribo y no voy a pedir perdón por eso.

Y si a alguien le fastidia, que siga chupando su limón amargo.

Siempre he sentido una especie de vergüenza a la hora de dedicar textos, cuando la verdad es que muchas veces he pensado en personas concretas al escribirlos, pero voy a comenzar a hacer excepciones con mi pudorosa contención: le dedico esta entrada y todas las que vengan a ese anónimo o anónima de Madrid que tanta atención me presta y que ha acabado por hacerme ver las cosas tan claras.


Miguel Ángel Yusta en La campana de los perdidos.
Sábado, 18 de abril de 2009



87 comentarios:

Antonio Azuaga dijo...

Fiat lux… Y la luz se hizo.

Gracias, Olga, muchas gracias por el regreso. El poema es inmenso; y perfecta la lección de “sastrería” de la dedicatoria para vestir la insignificancia.

Estamos a casi mayo, y en este casi mayo eres aún más cierta que la de aquél "último". Porque a ésta le faltaba el lujo de la palabra. Ella era vida en pulso inexplicable, encerrado en sí, callado y nuevo; y tú, el tú de este casi mayo, todo eso hecho voz, inconfundible belleza.

Muchas gracias otra vez. Ya sabes tú cuánto me alegro.

Un beso.

Juan Manuel Macías dijo...

¡Qué alegría que vuelvas, Olga! No te vengas nunca abajo por nada, ni menos por un cretino indocumentado y encabronado que no te llega ni a la suela de los zapatos. Como solía deir un viejo amigo mío, esa gente no interesa ni como objeto de estudio. Como otros muchos comentaristas que aquí vienen, puedo decir que aquí tienes un vecino, un amigo y un fan. Gracias por volver. Y de qué forma, y con qué pedazo de poema. En fin, que ahora podría dejar un testamento de los míos, pero sól puedo decir que estoy muy feliz porque estés ahí. No sé cuánto durarán estos juguetitos de los dichosos bloges. Pero vas a hacer un año de blog con una literatura altísima, indudablemente merecedora del honor del libro, una ilusión que se contagia y una humanidad y un alento como la copa de un pino. Y eso es lo que importa. Gracias.
Y besos.

Lola dijo...

Menuda sorpresa verte de nuevo en acción! Nos tenías preocupados.

Te confieso que estoy enganchada a tu blog, me encanta cómo escribes y me daría pena que nos dejaras sin poder disfrutarlo por un cobarde y envidioso anónimo.

Un beso y bienvenida de vuelta.

Lola, la de Ridao

Jesús Cotta Lobato dijo...

"Y yo un torpe naufragio de perplejas
caracolas que invaden las orillas,
un incendio en el pecho y un enjambre
de mares inventados y desiertos
y de estrellas pendientes de las olas."
Precioso.
Ha vuelto la elegancia. Aunque entre tus lectores se nos cuele algún puerco, no por eso dejes de entregarnos tus perlas.
Ab imo pectore, Jesús Cotta

Olga Bernad dijo...

Ay, Antonio, yo estoy contenta. Cómo he podido ser tan idiota y dejar que me afecte tanto. Falta de costumbre, me quedo con la boca abierta con la misma contundencia con la que luego se me cierra. Disfrutar escribiendo la entrada era lo único que me hacía falta; total, ni siquiera ha llegado a afectar el ritmo de las entradas: nada.
Por cierto, la he colgado nada más comer y, luego, tras la sobremesa, he visto que la gente me estaba escribiendo al correo de contacto ¡no había recordado volver a activar la opción de comentarios! Sorry. He tenido que volver a colgarla con la nueva configuración.
Lo importante: el poema. Me hace muy feliz que te guste. En el último mayo en que fui cierta no era tiempo de escribir. Ahora sí. Cada cosa, a su tiempo.
Un beso, mi querido, querido Antonio.

Olga Bernad dijo...

No quería lloriquear, Juan Manuel, no porque no sea llorona, sino porque me parece un poco indigno demostrarlo:-). Lamento haber sido tan terca “quita eso, quita eso, mira lo que haces”. Quería que cuanto tú miraras lo que había hecho, estuviera bien.
No se pueden escribir poemas por venganza, o a mí no me apetece, mejor remontarse a la verdad, y esa es tan simple como que algo que no se bien cómo llamar y solemos denominar poesía me cautivó hace tiempo, aunque cueste decirlo. No lo pienso dejar, ni porque las cosas sean difíciles, ni porque este juguete de los blogs sea nada para tanta gente importante que escribe en sitios importantes, ni por anónimos ni por nada. Que no:-)
Lo que importa es haber encontrado a gente como tú, un amigo y un poeta al que admiro. Ya sabes que necesito admirar, pero tiene que haber motivos:-)
Besos

Olga Bernad dijo...

¡Lola! Para sorpresa, y de las buenas, la mía. Me alegra muchísimo darte la bienvenida por “estos andurriales” y saber que cuento contigo como lectora y ojalá también como comentarista a partir de ahora.
Muchísimas felicidades por el nuevo retoño, un beso a todos y, sobre todo, cuídate tú, cuídate mucho y que te cuiden. Una mujer que ha traído cuatro personitas a este mundo se merece muchos, pero muchos sonetos.
Muchas gracias, Lola.

Olga Bernad dijo...

Jesús, gracias. Me hizo pensar “El silencio de los poetas”. Del equilibrio perfecto entre silencio y voz saldrá algún día algo que merezca la pena, una mezcla de desesperación y de esa terca esperanza a la que ponemos tantos nombres distintos.
Me alegra muchísimo que te guste; sé que, bajo tu criterio, eres exigente. Esos versos ya me suenan mejor, no lo puedo evitar:-)
Adsum, Jesús; gracias a vosotros, que le dais sentido.
Un fuerte abrazo.

Manuel Arribas dijo...

Me alegra que sigas haciendo camino... una piedra sobre el no justifica el abandono... adelante!

Maria Luisa dijo...

¡ ALELUYA! ¡ ALELUYA!

Querida Olga, en la soledad de este domingo he pasado a leerte a pesar de tu despedida. Sabes que me alivia leer y releer tus poemas, tus textos, todo...
Que sorpresa me he llevado más bonita, ahí estás como siempre con tus deliciosos poemas.
Quiero decirte que te quiero, me has alegrado la tarde y los días que van a venir...

Olga te digo bien fuerte:
¡ Viva la madre que te parió!
¡Esta es mi Olga !

(Gracias por tus comentarios en mi blog, lo agradezco enormemente viniendo de mi querida Olga es todo un halago.
¡Gracias!

Te quiero REINA.

s dijo...

Poemón, Olga. Qué alegría. Volveré a leerlo estos días. Un abrazo.

Fernando dijo...

ya sabes que estoy aquí...un beso guapa.

Juan Antonio González Romano dijo...

Una alegría leerte de nuevo, Olga. En cuanto vi que habías publicado, vine de inmediato, pero no estaban habilitados los comentarios. Vuelvo al cabo de las horas y por fin puedo manifestarte mi doble aplauso más sincero: por volver y por el nuevo poema que nos regalas. No dejes que nadie acalle tu voz, Olga, tan cierta. Un abrazo y gracias.

Mery dijo...

Me dejas perpleja, como tus caricias.
No es el primer caso que oigo en que entran a fastidiar al dueño del blog, de forma anónima, claro. Comprendo muy bien que eso llegue a afectarte personalmente, que te haga tambalear hasta el punto de querer aparcar tus escritos...pero ¡faltaría mas! Aquí estamos todos tus lectores para decirte NENA, TU VALES MUCHO.

Gracias por regresar a tus costumbres, bellísimas, como este poema.
Un beso muy fuerte

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Muy lírico Olga, muy lírico.

¿Y esto te tenías guardado?

Y lo que vendrá...

Un placer poder leerte.

sunsi dijo...

Hola,Olga. Vengo a comentar justo en el momento en que retomas el blog. Te sigo, te leo... en casa de Máster, en la de Antonio Azuaga y en la tuya.

Claro que sí. Eres valiente y haces un esuferzo para que te resbale lo que pretende hacerte daño. Porque te compensa mucho más hacer lo que más te gusta: escribir.

¿Ladran? Luego cabalgamos.

Un beso afectuoso y una alegría de que todo vuelva a ser como antes... con una experiencia poco agradable que , en el fondo, no hace más que ayudar a tener los pies en la tierra y acumular experiencia.

Avanti, poetisa

Carlos dijo...

Olga, se te necesita más de lo que puedan atacarte. Gracias por volver.

carmen jiménez dijo...

Es un maravilloso mayo, y estoy segura que serás muchos otros. Es un dulce descanso poder hacer un alto en el camino en un lugar como éste después de haber cruzado tantos desiertos. Te doy las gracias por pensar en todos los que seguimos tu estela y permitirnos acunarnos en ella.
Un verdadeo placer leerte en mitad de la noche.
Un beso Olga

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Suscribo lo dicho en los anteriores comentarios, Olga. Y me apropio de lo que pide el gran Jesús Cotta: que el puerco no nos impida recibir tus perlas. Lo del "anónimo", tú que eres poeta, sabrás transformarlo en "no, ánimo", basta con barajar las letras. Pues eso. Abrazos.

Anónimo dijo...

Ya sabes lo que pienso, Olga, lo hago público, tu vuelta BIEN, BIEN Y BIEN.
Un beso
Ángeles

enrique dijo...

Muchas gracias por este regreso desde las alturas, OlgaB.

El anonimato es refugio de cobardes y miserables.

En cambio, tus poemas son refugio de almas y mentes.
Salve!!

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Querida Olga, sencillamente mándalos a la papelera sin leerlos siquiera. Pero sigue escribiendo para ti y para nosotros. De regreso ya en Cádiz, besos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Cómo me alegro de que vuelvas, Olga. La verdad es que me sorprendió tu cierre inesperado, pero lo tomé como un pequeños descanso, a veces el blog nos absorve tanto tiempo que hay que poner distancia. No tenía ni idea de que te estuviese acosando alguien. Me alegro de que asistieras a esa sesión con Fernando Sarria, Luisa Miñana, y otros amigos, que allí pudieras reconsiderar tu decisión y comprender que tu vida es tuya, y tu pluma es tuya, y que no te las va a dejar arrebatar por nadie, por estúpido que sea.
El poema que has puesto es digno de un regreso tan alegre. Me gusta, me gusta muchísimo tu poesía, ya lo sabes porque te lo digo siempre. Y no perdono al acosador/a por haber tratado de arrebatárnosla. Un abrazo muy fuerte.

Olga Bernad dijo...

Buenos días a todos. Lamento que ayer por la noche no pudiese contestar a vuestros comentarios, pero mi conexión a Internet o yo qué sé es una cosa sin solución;-)
Manuel, tu interés significó mucho para mí. Gracias. Tenemos que inventarnos la ocasión para ese café:-)
Un saludo.

Olga Bernad dijo...

María Luisa, desde que recibí aquella carta allá por octubre, tan entusiasma y un poco temerosa, ya te dije que aquí cabe todo (menos la mala baba y la tontería de algunos;-). Que alguien te lea con placer es un premio, y tú eres un encanto, una abuela que mantiene una curiosidad de niña y a la que le gusta comunicarse. Se puede aprender mucho de ti. No me agradezcas siempre las visitas, cuando puedo ir, es un honor para mí.
Gracias siempre por tus palabras, ya sabes que para mí eres una reina:-)

Olga Bernad dijo...

“Poemón”, Sergio, eso sí que es contundencia. Es lo que me importa, compartir lo escrito. Volver sobre un poema es algo que yo también hago como lectora, esa sensación de que un poema te llama, llama tu atención (“Catch my eyes”, atrapa mis ojos, dicen los ingleses:-)
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Fernando, eres un tío majísimo. Muchas gracias por todo, por tus palabras y por tu amabilidad. Me ha encantado conocerte en una ocasión tan especial como fue la lectura del sábado (para mí la primera lectura a la que acudía, ya sabes, pero no será la última:-)
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Ay, Juan Antonio, ¡que se me olvidó activar la opción de comentarios! Primero no podía recibirlos y luego no podía contestarlos, con lo que me gusta la inmediatez y el diálogo que a veces se da. Muchas gracias por ese aplauso, la verdad es que si todas mis dudas no acallan del todo mi voz, menos va a hacerlo un imbécil. Las dudas no quiero perderlas, que vienen muy bien y, además, son inevitables:-)
Un abrazo y muchas gracias a ti por tu interés y tu comprensión.

Olga Bernad dijo...

Mery, lo que te llega es la mezquindad, las ganas de fastidiar disfrazadas de quién sabe qué, y no entiendes por qué tienes que darle importancia, pero lo cierto es que se la das, negarlo es tontería. Si alguien quiere hacer daño, lo hace. Pero igual de cierto es que se te pasa.
Que le den.
Y cada día disfruto más con los poemas, con las entradas y con los que venís por aquí. Lo único que me da pena es no poder contestar inmediatamente ni visitar siempre a todos, es materialmente imposible, pero te puedes poner al día en algún momento. Hay gente a la que siempre tendré ya en cuenta, como referencia o como puro placer. Cuando se amplía el número de personas, es cuestión de tomárselo con más calma y ya está.
Un besazo, morena:-)

Olga Bernad dijo...

Qué decirte, Javier, has sido generoso y bueno, un amigo.
Pues la intención es seguir, con el mayor acierto que se pueda, disfrutando de algún poema o de otros textos en tan grata compañía.
Un beso y gracias por tu entrada de hoy. Como te dije, qué gente más distinta hay por el mundo…

Olga Bernad dijo...

Hola, Sunsi, es cierto, es como si ya nos conociésemos;-). Ladran, luego cabalgamos, eso está claro, pero me pregunto qué necesidad tendrán algunos de ladrar. De todas formas, si ayuda a tener los pies en la tierra, bienvenido sea. No pasa nada por darse un disgusto de vez en cuando:-)
Eres la sensatez personificada.
Mil gracias y bienvenida a estas caricias.

Olga Bernad dijo...

Loky, uf, qué bien me vendría un blade runner que identificase replicantes de los malos y procediese a su retiro:-) Es que simulan muy bien, quieren parecer profundamente humanos.
Gracias a ti por estar.

Olga Bernad dijo...

Carmen, me acorde de ti:-) Ánimo por esos desiertos y ven por aquí siempre que quieras. Lástima no haber podido contestarte anoche, me gusta pensar que hablamos lo más en directo posible. A veces compartir el momento de un poema vale, luego viene la vida con sus cosas…
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Antonio, me encanta lo de la perla, esa “ocurrencia” de Jesús. En el fondo es lo mismo, un grano de arena, algo ajeno a nosotros que se mete donde no debe, que nos duele y hay que aislar para que no nos haga daño. Y cada cual hace lo que sabe. Ojalá sepa y pueda hacer una perla alrededor de cada grano de arena. Todo puede acabar siendo materia poética, hasta el silencio.
Pero no, ánimo;-) Esto no es nada. Como le he dicho a Juan Manuel, la parte buena es escribir sin pedir permiso a nadie y haber podido conocer a gente como vosotros.
Un fuerte abrazo.

Olga Bernad dijo...

Ángeles, mi “medio compañera”. Lo sé, sé lo que piensas. Y te lo agradezco un montón.
Gracias por todo y un beso.

Pepe López dijo...

Me he acercado a tu blog por mi amistad con Miguel (Sueños de día) y Antonio Rivero, y me alegro de haberte descubierto. Muy bueno lo que escribes! Grcias por compartirlo.

Luisamiñana dijo...

¡Buena decisión, sin duda, la mejor! Es importante ser nuestros propios cómplices. Y si además hay otros tantos como tú tienes, estupendo.
Un abrazo y enhorabuena

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Vaya Olga...pense que era un pequeño parentesis....nunca que recibieras anonimos (que valientes por otro lado)....tienes ya lo sabes mi apoyo,y por favor no nos prives de tu prosa y de tu magnifica poesia.
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Enrique, muchas gracias. No sé si desde las alturas, en todo caso “pedes in terra ad sidera visus” porque si no, el cuello coge muy malas costumbres.
Omnia prospera tibi!

Olga Bernad dijo...

No los mando a la papelera sin leer porque hay comentaristas habituales que usan esa opción, y porque prefiero dar la oportunidad de que opine tanto el que quiera dar su nombre como el que no. Nunca había dejado de publicar un comentario hasta la entrada del mal amor, hace unas semanas. Pero lo haré todas las veces que me parezca oportuno, y a otra cosa.
Felicidades por ese premio y ese estupendo relato, Antonio, sólo es uno de los muchos que vendrán.
Y ya he visto que tu hija está mucho mejor, me alegro de corazón:-)

Olga Bernad dijo...

Yo tampoco perdono los gestos, Isabel, pero dejémoslo. Sí, puede ser bueno tomar una cierta distancia, independientemente de esto; la verdad es que cada entrada me gusta pero también me cuesta, no me apetece colgar cualquier cosa, y siempre dudo de si merece la pena. Creo que es un ejercicio bueno para mí, y es muy gratificante, pero tampoco sería tan raro descansar alguna vez. Lo que procuro es ir ajustando el ritmo a lo que puedo llevar. No me apetece escribir por escribir, pero sí me apetece seguir haciéndolo.
Para mí es una alegría que te gusten mis poemas, lo sabes, es un privilegio muy grande hacer lo que nos gusta y mantener contacto entre nosotras.
Un fuerte abrazo.

Olga Bernad dijo...

Hola, Pepe, pues bienvenido seas! Miguel fue una sorpresa, no le conocía y vi que me había enlazado. Me hizo pensar en toda la gente que viene a leer y nunca comenta, como yo misma tantas veces, pero son tan fieles lectores como los comentaristas habituales. Gracias a ti por venir, espero que te siga gustando y que vuelvas.

Olga Bernad dijo...

Luisa!, bienvenida tú también. Es cierto eso que dices de que es importante ser nuestros propios cómplices. O por lo menos ir viendo lo que queremos y no queremos hacer y, en la medida de lo posible, intentarlo, seguir nuestra senda.
Muchísimas gracias, guapa, por tu cordialidad. Fue un placer conocerte.

Olga Bernad dijo...

Tere, compa. En ti estaba pensando, sabrás de mí(y no es una amenaza:-).
A ver si tengo un rato esta tarde para escribirte y proponerte una cosa.
No comenté nada, pensé al principio que me daba igual, pero estas cosas afectan, te hacen desconfiar y te quitan las ganas.
Un beso y muchas gracias, como siempre.

Fernando Gonzalez Seral. fgseral dijo...

...ya ves que somos más que ese "miserable anónimo".
Ya sabes que tienes todo mi apoyo.
Un beso.

Blackbird dijo...

Magnífico Olga, este es un regreso por todo lo alto. Me encantan las palabras tan dulcemente combinadas, la imagen tan potente que construyes; es Poesía con mayúsculas.

Y sobre lo innombrable te hago una dedicatoria musical. Como me despertaste el gusanillo con “Le métèque” de Moustaqui, aquí me sale traerte este enlace a la gran cantante francesa Edith Piaf con su “Rien de rien” que es un buen canto a la fortaleza

http://www.youtube.com/watch?v=8YGXsw3XK9I&

Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
Ni le bien qu'on m'a fait, ni le mal
Tout ça m'est bien égal
Non, rien de rien
Non, je ne regrette rien
C'est payé, balayé, oublié
Je me fous du passé

No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Ni el bien que me han hecho, ni el mal
Todo eso me da lo mismo
No, nada de nada
No, no me arrepiento de nada
Está pagado, barrido, olvidado
Me da lo mismo el pasado

Olga Bernad dijo...

Pues claro que lo sé, Fernando. Ya no voy a pensar más en ello, de hecho, cuando colgué entrada es porque ya no le daba importancia, no quiero hacer las cosas estando mal.
Un beso y muchas gracias, maestro (en cielos:-)

Olga Bernad dijo...

Black, ¡qué buen final!
Le di bastantes vueltas al poema. Abril es el mes más cruel... porque después viene mayo, tan corto siempre, tan verdad:-)
Ése es el tipo de enredos que quiero, las vueltas del poema y las ganas de hacerlo crecer.
"No, no me arrepiento de nada
Ni el bien que me han hecho, ni el mal
No, no me arrepiento de nada
Está pagado, barrido, olvidado"
Me quedo con eso.
Mil gracias, Black, ya echaba de menos tus bandas sonoras al final de las entradas, que estabas muy poco musical últimamente. Vamos a recuperar buenas costumbres:-)

Granito dijo...

Solo decirte gracias por estar ahí, no te niego que tu blog se ha convertido en un bendito hábito para mi, pero tampoco que me importa mucho más que te sientas bien, hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, antes, ahora y depués.

Solo una cosa más ¿cuántos son ese del que hablas, cuántos somos los demás?, mereces recibir al menos un poco de lo que nos das. Y desdramatizando un poco: dejate querer mujer, dejate querer MUJER. Un muy afectuoso saludo Olga.

Miguel Estrada dijo...

Durante el curso de poesía con Antonio Rivero, del pasado año, me llevé para mi disfrute, un inmenso amor por la poesía aunque yo la entendiera de otra manera. Comencé a leer despacio, a admirar concentrado para que la singularidad del poeta cantara en el mismo ámbito donde yo también quería ser leido, es decir, en el interior...
Todavía no me quedo con "el poema", para serte sincero, sino con algunos versos admirables que no me cansaré jamás de disfrutar, como hago con mis poetas predilectos.
Te felicito por ellos, agradecido a la gracia que te ha tocado, y a la misma cortesía de la vida que nos lo ofrece.
Me gusta mucho también la gente que te rodea, que te comenta.
Me sumo a la gratitud y la alegría general por tu vuelta. Y me alegro también por haberte dejado comentario, como querías.

Alfaraz dijo...

Bueno Olga, si dices que desde Madrid te llegó la inquina, quiero que desde Madrid te lleguen los ánimos.
Ya sabes; el que resiste gana.
Bss.

.

Máster en nubes dijo...

Yo no voy a dedicar ni medio segundo al a. de los c. Sino a ti.

Olga, ya tendrás ánimo y los ojos ahumados, espero ;-). A seguir. Me gustan tus poemas pero Andábata también, vamos a ver si de Madrid algo se pudiera hacer. Escribir es una simple necesidad para algunos y para otros un trabajo tan terminado, tan bien hecho, que nos produce un gran placer a los demás. Yo sigo dándole a otras entradas tuyas, una vez y otra, como me pasa con otras lecturas, me gusta volver a ellas con calma.
Y eso. Que aquí estamos para leerte primero y para lo que Vd. disponga.
Un abrazo
Aurora

Olga Bernad dijo...

Granito, ayer me rendí tras la canción de Black, y eso que suelo quedarme hasta tarde, pero también me gusta mucho esa “mujer cruel”:-) Estoy de acuerdo en que, para hacer cosas que no son obligatorias, hay que sentirse bien, es mejor parar o descansar que colgar cualquier cosa o de cualquier manera, es una manera de respetar al posible lector. Me gusta mucho que tengas esos hábitos, Granito;-) En serio, muchas gracias y un fuerte abrazo.

Olga Bernad dijo...

Miguel, qué suerte tener a Antonio de profesor. Las maneras de entender la poesía pueden ser tan variadas como el mundo, pero yo creo que básicamente se busca lo mismo, aunque no me gusta mucho teorizar al respecto:-)
Lo cierto es que, como lectora, suele pasarme como a ti, suelo quedarme con algunos versos que me atrapan, a veces se me quedan como una cantinela. Ésos me hacen volver sobre el poema y encontrar cosas que en principio no había disfrutado. Es como disfrutar un perfume o un vino, una cosa es el primer golpe y otra las notas posteriores.
Me gusta mucho lo que llevo visto de tu blog; es muy gratificante, ya verás (a pesar de algún mal rollo, pero no es lo habitual:-) Creo que es bueno decir las cosas, aunque a veces yo tampoco lo hago por falta de tiempo, por timidez, por lo que sea, pero cada uno tiene que ir ajustando su manera de actuar a lo que le parece.
Yo te agradezco muchísimo tus palabras y me alegro un montón de tenerte por aquí. Bienvenido.

Olga Bernad dijo...

¡Alfaraz! Qué alegría. Sí, le tengo controlado, es de Madrid. Pero ya es pasado (espero). Yo estoy dispuestísima a olvidarme de él o ella.
Un beso y muchas gracias.

Olga Bernad dijo...

Cuánto sabes, Aurora.
Mis ojos ahumados fueron un éxito, estoy por pintármelos todos los días, aunque sea para trabajar a las ocho de la mañana. Te tengo que mandar una foto, pero eso cuando vuelvas de tu maravilloso viaje, que ya me los pintaré mejor que la propia Bobby Brown:-)
Yo también me leo los blogs hacia atrás, o voy picando de aquí o de allá en cada visita. Las entradas siempre están ahí, esperando. Te lo agradezco mucho.
Andábata for ever, yo soy muy de Andábata, tengo que terminarla como Dios manda; a ver cómo la paseamos, angelica;-)
Un besazo.

Spender dijo...

Siendo un poco egoístas, deberías saber que este blog por el que me paso tan a menudo, me pertenece también un poquito a mí (a todos tus lectores, vamos). Hubiera sido una injusticia enorme dejarse influenciar por algo tan cobarde como el anonimato. Tus poemas son brutales. Tienen algo que te retiene en ellos, que hace que los versos quieran alargarse, afilarse y después dejar huella en el cerebro, que responde con tanto (tantísimo) placer. Menos mal que has vuelto. Un beso.

Olga Bernad dijo...

Mil gracias, Spender. Yo sentí lo mismo cuando me pareció que te tomabas un descanso. Fue una mezcla de cosas lo mío, pero sí que me afectó.
Sé que te gustan mucho mis poemas (siempre estamos con el asunto de "enfrentar" prosa/verso:-) Yo me siento mucho más ansiosa cuando cuelgo un poema, y cuando lo estoy pensando, y cuando lo escribo, y cuando lo rompo... y cuando todo. Me ponen catalítica:-)
Me alegro mucho de no haber cerrado el chiringuito. Me dolería perder el contacto con gente como tú.
Un beso, de corazón.

ONDA dijo...

Haces bien y nada mejor que volver con estos preciosos y serenos versos.

Como yo no soy poeta te mando este inidio del poema de mi abuelo titulado como el primer verso.

"Llegaste en una góndola de niebla,
lenta, como la luna de la tarde;
esbelta morenez de trigo esbelto,
de agua que riega el tallo de la espiga".

Olga Bernad dijo...

Oh.
En medio de la catálisis se produce el calor,la extraña serenidad de los poemas;-)

Tus palabras me producen la misma alegría que cada vez, pero si además me traes versos de Adriano... qué imagen preciosa. Ojalá alguien nos pensase así alguna vez, "llegando en una góndola de niebla,/lenta, como la luna de la tarde".
Me los quedo:-)
Un beso y mil gracias, querido Ignacio.

Anónimo dijo...

Hace un tiempo entré en tu blog por enlace de otro blog y otro. De vez en cuando, si tengo tiempo, los visito porque me gusta leer buenas historias y buena poesía. Hay anónimos a los que nos gusta lo que escribes. Al ver tu entrada, por una vez dejo de ser anónima. No se te ocurra cerrarlo.
Anna

Olga Bernad dijo...

Pues muchas gracias, Anna, me alegro mucho de que te guste. Yo a veces voy picando también y luego no sé cómo he llegado a un sitio, o recuerdo algo que me gustó y no sé volver. Espero que tú sí sepas volver:-)
Eres muy bienvenida.

Andrei Rublev dijo...

Somos legión los anónimos (¿acaso me conoces?¿te conozco acaso?) que nos pirramos por tus versos y tus huesos.
Besos. Como siempre.

Gemma dijo...

Lamento lo que cuentas. A mí me pasó algo parecido, y es que la red tiene eso también: entonces cuesta especialmente mantener las puertas abiertas. Por eso pasé a moderar los comentarios en mi blog, cuando me topé con un caso parecido.

Después de haber andado atareada con mucho trabajo primero y ya luego de viaje, vuelvo por esta casa que nos abres siempre y que confío en poder encontrar así por mucho tiempo.

Del poema: un grito del pasado asoma esta vez sin el sentimiento de nostalgia de la anterior, pero no con menos fuerza y exigencia.

"Y yo un torpe naufragio de perplejas
caracolas que invaden las orillas,
un incendio en el pecho y un enjambre
de mares inventados y desiertos
y de estrellas pendientes de las olas
al acecho de luces de palabras;
una princesa inútil, una niña
consciente de sí misma, el monstruo dulce
al que nadie amará si tú no vienes."

Un abrazo, Olga

Olga Bernad dijo...

Vaya:-) Gracias, Arsenio. Me gusta ir acabando con una sonrisa.
Pero es serio lo que dices.
No es tanto conocerse como reconocerse un poco en otros, reconocerlos también.
No siento eso con un anónimo así, ni él o ella tampoco: seguramente entiende que no es como quisiera. E intenta hacerlo pagar desde el anonimato. Me pregunto qué hará esta gente cuando diga su nombre; tal vez sólo mendigar.
En el fondo es un asunto triste.
Un beso y gracias, otra vez, como siempre;-)

Olga Bernad dijo...

Mega, mucha gente que me ha escrito me ha contado lo mismo. Yo tuve moderación de comentarios desde el principio, supongo que estaba por defecto o algo así, cuando creé el blog no entendía muy bien todas esas pantallitas, estuve meses sin saber ni tan siquiera poner enlaces y sin atreverme a tocar nada de la página principal:-) Pero me parece la mejor opción. Una cosa es tener la puerta abierta y otra ponerle piso a la mala baba de otros, aunque a veces se cuela igual.
El final del poema me hizo cerrar los ojos, cada uno expresa su dolor a su manera. En fin.
Muchas gracias por tu cariñosa lectura, yo también confío en que estés ahí mucho tiempo, con la memoria llena de sueños.
Un fuerte abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Esta vez sí que llego tarde, tanto que iba a comentarte como anónimo, pues me daba vergüenza, pero no está el horno...

Sabía que volverías pronto, por lo que nos dejas ver no eres de las que tiran la toalla, y menos por algo como esto, y menos con tantos amigos como veo ahí arriba. Pero bueno, aquí hemos venido a hablar de tu poema, ¿no? A ver cuándo haces como Umbral y hablas en la tele de tu libro...

Como casi siempre me quedo con el final del poema, la frase rotunda que le da título, y "el monstruo dulce al que nadie amará si tú no vienes" es marca de la casa... Y el resto, pues me gusta mucho también, por algo me has enganchado. Es lo que te puedo decir, ya tienes críticas más ilustradas.

Un fuerte abrazo.

Agustín dijo...

Querida Olga!

Pasaba por aquí... y me encuentro con algo que me suena, que se repite a menudo en la red... yo mismo, cómo no? he sufrido ese anonimato, esas cobardías de quien habla sin ser reconocido, yo mismo he estado tentado de borrar todos mis blogs y desaparecer del mapa... pero, Olga, eso es lo que quieren los necios, que el trabajo bien hecho, la palabra bien escrita y la amistad (de cara) desaparezcan... así que mucho ánimo!!! borra los anónimos sin compasión, no les des ninguna importancia, no son nadie, los anónimos no son nadie y no van a poder con nosotros!

Besos y gracias por seguir

Agustín

gbp dijo...

Cariño, como muy bien decía nuestra querida abuela "no hay mal que por bien no venga". Un gusto verte con las ideas tan claras y a los anónimos chupando limones.

"Ni el recuerdo la salva, ni el poema:
estar allí de nuevo y todavía,
saber que esos momentos son mi patria,
mi desolada patria estremecida
sin mar y sin nostalgia en la que hundirse;
su ley, su soledad y su costumbre,
mi condena al misterio de las cosas,
mi alma acariciada
por un ángel sin miedo, sin promesas,
sin compasión de mí, sin preguntarme."


Me encantaron estos versos, tanto como los poemas que leeras esta noche. Una pena no poder estar allí pero mil besos y "mucha mierda",(ya sabes que yo no puedo decir otra cosa.

Olga Bernad dijo...

Je,je, José Miguel, con las polémicas que hemos tenido con tu nombre, no me vengas de anónimo, hombre por Dios;-)
Estaría bien hacer de Umbral por la tele, pero es que antes cualquier cosa era un escándalo, ahora está muy difícil eso de escandalizar…
Nunca es tarde para ti, puedes venir en presencia o en espíritu, como Dios;-) tienes tus sitio y tus críticas son ilustradas e ilustres. Esos finales quieren ser el tachán de tu admirado Wagner, pero sin ganas de invadir Polonia;-) sólo con vocación de ser recordados o al menos de dejar por un momento en suspenso los ojos del lector. Nada de anticlímax, que son malos para la salud.
Un fuerte abrazo y mil gracias, señor Ridao.

Olga Bernad dijo...

Vaya, Agustín, parece que no se ha librado casi nadie, y que un año era mucho tiempo para no tener ninguno. Sigo sin entenderlo pero ya me da completamente igual. No los publicaré pero, sin embargo, no los he tirado.
Me afectaron a mí también, pero con la misma sinceridad te digo que, cuando me decidí a colgar la entrada, ya se me había pasado. No me gusta escribir cuando estoy mal o con sentimientos que no son míos, con la cabeza sucia de otra gente.
Muchísimas gracias por leer, Agustín, y por hacerme llegar tu apoyo.
P.S.: ¿Sabes que tengo un montón de visitas que vienen de Las Afinidades? Lo he visto en el sitemeter. Se nota que está muy frecuentado;-)

Ángeles dijo...

Olga al final voy

Olga Bernad dijo...

¡¡¡¡Yupiiii!!!!
Casi no veo el mensaje, con eso de que a estas horas no trabajas y no usas tu correo habitual;-)
Oye, pues de 10 a 10,15 allí.
Hasta luego, guapa.

Olga Bernad dijo...

Bueno, Gema, me he esperado a contestarte a la vuelta. Me lo he pasado pipa, he leído cinco poemas (¡cinco!) En el primero me he tenido que parar, pero me han aplaudido igual (¡qué majos!). Ha sido la primera vez que leía poemas en público. A ver si encuentro una foto decente y cuelgo mañana algo sobre la noche blanca de la poesía en la Campana de los perdidos, que sólo tengo el vídeo en el que salgo todo el rato yo y eso sí que no lo cuelgo.

Qué bonito. Qué bien. Qué todo;-)
Me voy a dormir.
Muchos besitos y mil gracias, sister.

Anónimo dijo...

Un saludo

Desde hace unos meses, yo y otros dos amigos, estamos llevando a cabo un proyecto. Dicho proyecto consiste en la elaboración de una comunidad literaria independiente, un rincón en el que cualquiera pueda expresarse y de cualquier forma: relatos, poesía, etc. La idea de la que surgió y de la que aún se sigue sustentando, no es solo esa expresión, anteriormente mencionada, sino el mestizaje: que lo que yo escriba puede servirle a otro de aprendizaje o si más no, pueda aportarle alguna idea y viceversa. Por ello, les invito a todos aquellos que quieran participar en la redacción a que envíen un mail a lagacetademedianoche@gmail.com, citando el correo electrónico de la cuenta blogger, a la que deberá enviarse la invitación.

Atentamente,

El Gato Negro

Paco dijo...

que tengas que dejar tu blog por culpa de un o una lilipuertas no me parece un acierto, sino más bien todo lo contrario, dejandolo solo conseguirias que ese ser envidioso se saliera con la suya... así que con valentia... ¡adelante!

saludos

Víctor González dijo...

Me encuentro con todo éste doloroso tema al entrar en tu blog después de una temporada en la que me ha cundido poco la verdad, aunque una cosilla si que te mandé.
No hay nadie merecedor de que nos abandones, ni nosotros debemos permitirlo. Alguien capaz de escribir así Betty b. querida Olga, es un privilegio para todos.
Besos muchos.

entrenomadas dijo...

Haz favor de seguir, de no hacer caso y de escribir.
Y un beso grandote,

Marta

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Gato negro, interesante iniciativa.
Bienvenido.

Olga Bernad dijo...

Claro que no, Paco, me afectó de momento pero ya se me pasó.
Muchísimas gracias, malagueño.
Tu último mar de invierno es de antología.

Olga Bernad dijo...

Víctor, he pasado una época a tope de trabajo, de comentarios , de correos, de disgustos, de alegrías… me alegré muchísimo de tu éxito con el relato. Es muy elegante, y demuestra que el microrrelato no es más que una elección por tu parte para el blog. Te manejas divinamente en relatos más largos. De todas formas, quería leerlo con más atención y decirte algo por correo privado.
Gracias por tus palabras, como siempre, y por ese regalo.
Un beso, piloto;.)

Olga Bernad dijo...

¡Marta! Te hice caso a ti y me atreví a acercarme el miércoles. A ver si cuelgo algo…
Eres un encanto.
Mil gracias.

Marta Fernández Olivera dijo...

Olga, no sabia que la nota "de cierre" era permanente, yo creí que sólo era un descanso que tomabas para coger aire y ya esta. Me alegro un montón que no te vayas dejando huerfanos a tantos y tantos lectores que hacemos nuestras cada una de tus publicaciones, porque cada cosa tuya que escribes no se queda simplemente en un papel o en este caso en el complejo codigo binario de cada ordenador, estoy segura que regresas mas fuerte que nunca!
Un abrazo!!
:)

Olga Bernad dijo...

Mira, hay veces que entiendes tan poco las cosas que no sabes por dónde agarrarlas para superarlas. El día catorce no es que estuviera convencida de cerrar, es que estuve en un tris de eliminar el blog. No fui capaz (menos mal) yo no quiero hacer eso.
Ya no merece la pena hablar más del tema.
He vuelto como llegué, con ganas de escribir y compartirlo y punto.
Un petó!

Unknown dijo...

Veo que ando un poco atrasado de lecturas. Siento mucho lo de los anónimos, y me alegra de que hayas decidido ignorarlos y continuar con este hermoso cuaderno tuyo. Este medio tiene ese inconveniente: es expuesto. Pero la cobardía se condena por sí misma.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Por cierto, me he dado cuenta de que te leía desde hace tiempo porque iba "pinchando" en tus intervenciones aquí y allá, pero no te tenía enlazada a mi blog. Ya está subsanado.

Olga Bernad dijo...

¡Vaya, qué alegría! Bienvenido. Yo también te leo, ya lo sabes. Te conocí por Antonio Rivero Taravillo, y vuelvo a felicitarte por tu Vacaciones de invierno.
Gracias por el enlace, es un honor.
Si no te importa, hago lo propio, para ir más rápido:-)
Te animo a ponerte al día en las lecturas ¡acabo de colgar poema y estoy de buen humor! (hoy no toca uno de penas, que viene mayo:-)))
Un abrazo, José Manuel.