viernes, 9 de enero de 2009

Otra vuelta de página y derrota

Otra vuelta de página y derrota.
De la victoria alada hasta ese gesto
nos separa la caricia discreta,
sentencia displicente y delicada
de una pluma invisible y categórica
sobre la piel del alma y la tristeza.

El latido más frágil de un pájaro asustado,
pequeño pájaro nervioso y débil
atrapado en la mano, y el recuerdo insistente
del momento preciso
en el que todavía podíamos matarlo
con sólo convertir la mano en puño.

Miro la palma de mi mano a veces,
noto un temblor de vida entre mis dedos,
la visita del pulso de mi sangre
o un misterioso adiós definitivo.
Pequeño baile de fantasmas y alas,
el beso alegre y cierto de la nada.
Pájaros que solté y tal vez han muerto.

Olga Bernad


Actualización del 12/01/09
He empezado el día con la sorpresa de que Luis Spencer ha colgado este poema como entrada en su blog.
Mil gracias, Luis, por ese honor y esa alegría.

69 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces odio los ordenadores. Llevo un buen rato intentando escribir este comentario.
No estoy completamente segura pero me temo que las cosas no han salido como nos habrían gustado ¿me equivoco?, lo hemos deducido leyendo esta preciosa y triste entrada de hoy.
Sé que mi retraso en tu lectura es imperdonable, ya sabes como ando de tiempo, pero hoy no he podido dejar pasar el momento para decirte ¡animo, tú vales mucho nena! y ya sabes que tienes mucha gente a tu alrededor que siempre te será fiel. Sigue luchando y no dejes que te tiemble la mano jamás para continuar.
Un beso

Andrei Rublev dijo...

La vida es un continuo soltar, un dejarse ir, permanentemente, pues nada se retiene. Nunca. Creo que, en última instancia, es la esencia de todo. Somos un leve pasar, como un río. Cuánta sabiduría en los poetas chinos y japoneses. En Hokusai. O en Andrés Trapiello:

"Al levantar tu cuerpo daba miedo
lo poco que pesabas habiendo sido tanto,
menos que plumas sólo,
menos que nada
y esa nada también, mas de otro modo,
me ha quemado las manos.
Ay, mi pobre pardal, dime tú ahora
en este desamparo
qué hará con tales manos tu poeta,
que ni siquiera a él le sirven ya
para pedir limosna".

Nuestro drama, o nuestra verdadera grandeza, es que sólo contamos con el presente (?):

"El agua
y su vivísima
memoria
del presente"

(Lorenzo Oliván, "Hilo de nadie")
Besos

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Izarbe.
La colgué anoche, la descolgué, la he vuelto a colgar por la mañana. Cualquier pequeña derrota nos hunde en la miseria,qué vergüenza, pero el poema también habla de lo que dejamos marchar voluntariamente, el pájaro que soltamos en vez de apretar. La posibilidad de hacer daño o no y algo en el pulso de la sangre que agradece lo correcto. La única victoria. Algo así.
Un beso, Izarbe.

Andrei Rublev dijo...

Otro de Oliván (del mismo libro):

"No sé nunca quién llama
desde detrás del pulso

Pero levanto
mi ardiente piel expuesta
a todo
sólo sobre su son

Vivo abierto en el aire
sobre la lejanía
de un ritmo que se basta
a sí mismo
a sí mismo

que desemboca en mí
o en el que desemboco

Lato
leve
en su voz"

Olga Bernad dijo...

Arsenio, estaba contestando a Izarbe mientras llegaba tu comentario y sí, la vida es soltar, dejarse ir y dejar ir pues, como dices, “nada se retiene”.
Me ha impresionado el poema de Andrés Trapiello, no lo conocía pero es un autor que ya me ha sorprendido otras veces “…y esa nada también, mas de otro modo/me ha quemado las manos”. Tal vez en este desamparo me quede leer, que es una de las cosas más enriquecedoras y consoladoras de la vida, esa mirada dirigida hacia los otros.
En este momento exacto del presente, tu comentario me ha hecho sentir bien.
Gracias.

Olga Bernad dijo...

Creo que me voy a dedicar a ese libro de Oliván el fin de semana, y ya escribiremos cuando haya tiempo:-)
"No sé nunca quién llama
desde detrás del pulso"
Qué parecida sensación.
Mil gracias, Arsenio.

s dijo...

De la primera estrofa me quedo con el juego de antítesis y el conceptismo. Qué inicio: como se suele decir, tienes buen saque...(risas).

La segunda estrofa es maravillosa, qué imagen esa del pajarillo en la mano que podríais haber matado...el recuerdo recurrente del peligro...

Y la melancolía final, con ese verso inmenso y último.

Me encanta la estructura del poema. Tienes poderío.

Abrazos.

Olga Bernad dijo...

Para poderío el tuyo, Sergio, que me haces reír en medio de una mañana tan fría para mí en muchos sentidos.
Sí, el peligro siempre presente, el de equivocarnos porque podemos.
Y el único consuelo final, notar la vida entre los dedos, aquella con la que no acabamos nosotros sino el tiempo.
Me gusta empezar bien (para que sigáis leyendo), continuar bien (para no decepcionar) y, sobre todo,terminar bien (para que tengáis ganas de volver a leer:-)
Un abrazo, Sergio. Y un beso y una sonrisa, hombre.

Máster en nubes dijo...

Yo no sé de poesía, no puedo escribirla tampoco, ni analizarla, ni tampoco comentar, Pero me gusta mucho cómo escribes. Mucho.

Te mando un par de pájaros, las alas dan alegría a veces.

Olga Bernad dijo...

Bueno, lo de analizarla nunca me ha convencido mucho, no te creas:-)
Muchas gracias por ese par de pájaros de alas alegres y por tu visita, Máster en Nubes(¡eso sí que debe ser difícil!, me acercaré a verlo). Muy bienvenida y espero que vuelvas.

Anónimo dijo...

Cariño, si de mis derrotas nacieran poesias tan bellas como esta merecería la pena estar triste muy amenudo.
Sin dudas, para mi eres la mejor.

Muchos besos

Olga Bernad dijo...

Nada como una hermana, hermana.
Gracias de verdad y muchos besos para ti.
Nieva en Zaragoza, ahora mismo caen copos grandes y lentos.
Wish you were here, como todos los que quiero.

samsa777 dijo...

Magnífico, Olga. Me quedo, sobre todo, con los versos de inicio y de cierre.
Un abrazo,

Francisco

Olga Bernad dijo...

Gracias, Francisco, me gusta tanto que vengas como antes. Tu opinión me ayuda mucho, ya lo sabes. Principios que enganchen, finales que "maten":-)
Un abrazo.

samsa777 dijo...

Sí, siempre es así. E insisto: todo el poema es redondo.

Más abrazos nevados.

Olga Bernad dijo...

Se agradece la insistencia, y esa intuición para usarla. Y los abrazos:-)
Supongo que también nieva en Madrid...

Víctor González dijo...

Con sólo convertir la mano en puño.

Sólo ese verso es de orejas y rabo. Con el resto ta sacaría en hombros.
Beso torero.

Olga Bernad dijo...

Qué fácil es a veces convertir la mano en puño. Es mucho más difícil abrirla y quedarte con la soledad y la nada. A veces me da miedo lo que escribo.
Mil gracias, Víctor, lástima que esta tarde no sea de gloria...
Un beso.

Marta dijo...

Me encanta, Olga. El último verso es precioso, un colofón estupendo.

Olga Bernad dijo...

Lo curioso es que los últimos versos no los pienso como tales; cuando llego a ellos, sé que se acabó el poema. Y nunca me planteo hacerlo largo o corto, aunque como lectora suelen gustarme mucho los poemas largos (los que me gustan, claro.-)
No sé más. Lo que sé es que siempre estás incluida en el wish you were here. También sé que siempre estás como lectora. Y eso te lo agradezco de corazón, Marta.

Juan Manuel Macías dijo...

Ya sabes que pienso que la poesía (la buena poesía, se entiende) es rigurosamente impermeable a cualquier tipo de escolástica y al escrutinio conceptual. Gamoneda dice que, en poesía, la palabra es anterior al pensamiento y no al revés. ¿Poesía es comunicación o conocimiento? Yo creo que ni una cosa ni otra y todo a la vez. En tu poema, antes de que llegue la rueca del pensamiento, llega la música, que es lo que verdaderamente importa. la música que hace que el pensamiento se convierta en sentimiento y emoción. ¿Qué puedo decirte? No me cabe más poema que el tuyo en mi comentario, y sólo puedo responder con un admirativo (y placentero) "oh". El resto ya es literatura. Vengo de mis tribulaciones técnicas con internet y me encuentro este regalo en tu casa. Un poema sublime. Y no tengo más que añadir. Besos, Olga.

Olga Bernad dijo...

Pues lo que usted diga (y siga diciendo y escribiendo cosas así, por favor.-) Izarbe ha empezado el día diciendo que a veces odia los ordenadores, tiene mucha razón ella también. Y el wish you were here. Y Gamoneda, con su palabra anterior al pensamiento. Me recuerda a algo que dijo una vez otro ilustre comentarista: “las palabras, cuando quieren ser, son”. Me alegro, porque explicar las cosas es difícil y frecuentemente bastante inútil. Pero conseguir que “el pensamiento se convierta en sentimiento y emoción” me parece una manera perfecta de poner en palabras lo que persigo cuando escribo y cuando leo. Otra cosa es que lo vea tan difícil que posiblemente yo nunca me hubiera atrevido a decirlo. Pero es verdad, la intención está ahí, entre la música y el escrutinio conceptual.
“Oh”, Juan Manuel, es el comentario que siempre te dejaría. Eso y besos. Pero me da no sé qué y me esfuerzo en poner más cosas.
Besos:-)

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Suscribo el OH de J. M. Macías y añado: ¡qué versos finales, qué labrado vuelo poético!
Besos.

Olga Bernad dijo...

Es una fortuna comenzar el día con ese "Oh" y con usted. Lo único que puedo hacer con cada derrota es convertirla en un pequeño triunfo:-)
Mil gracias, Antonio, y un beso.

Anónimo dijo...

Tus derrotas acaban siempre en victorias. Lo sé y lo sé.

Olga Bernad dijo...

De momento, las convierto en poema, o tiro piedras a los charcos. Mis venganzas son terribles..:-)
Gracias, Angós, tus frases tienen algo de victoria.

José Luis Garrido Peña dijo...

Insistiendo en lo que dice Juan Manuel recordando a Gamoneda; la causa musical, que ya te señalé en otro comentario. Siempre interesante tu escritura.

Un abrazo.

Antonio Azuaga dijo...

“Otra vuelta de página…” y otro bello poema. ¡Qué poco común es esto de que se haga costumbre la belleza o que sea belleza la costumbre! Caricias, pájaros, ternura… ¿Es así la venganza?... Entonces, habrá que corregir los diccionarios.

Un beso.

Olga Bernad dijo...

Recuerdo que me aconsejabas tener cuidado para que nada rompiera esa "causa musical" que me empujaba a escribir. Procuro limpiar de ruidos las palabras antes de soltarlas.
Mil gracias por venir a escuchar.
Un abrazo, Luis.

Olga Bernad dijo...

Siempre he pensado, Antonio, que pocas cosas definen con tanta exactitud y veracidad a una persona como lo que hace con su frustración. No somos libres para decidir que no nos hagan daño, pero sí para convertir eso, sin negarlo, en lo que esté en nuestra mano.
A mí me pueden hacer daño muchas cosas y muchas personas (supongo que como a todo el mundo)pero prefiero soltarlas en vez de machacarlas y machacarme con sandeces.
Hago poemas. Y cuento con tu generosidad:-)
Un beso agradecido.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

No te sientas derrotada....triunfas abriendo la mano y dejando escapar ese pajaro...a veces,es mejor dejar marchar a pesar de la sensción de derrota.
Estas "inmensa" como siempre.
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Claro que sí, Tere, y harían falta muchas derrotas para vencernos.
Hacer lo correcto y confiar y, al rato, hasta sonreír.
Gracias por ese "inmensa", compa... y hasta el lunes(¡me hace más ilusión verte a ti que a "ella":-)

Maria Luisa dijo...

¡Cuantas veces nos sentimos así...!

"Otra vuelta de página y derrota"

Es un placer leerte en esta noche tan fría, tan derrotada y leyéndote sentirme tan bien.
¡Que paradoja...!
Un abrazo mi querida Olga.
Gracias.

Olga Bernad dijo...

Pues hacer sentir bien a otro, aunque sea paradójicamente, no es poca cosa:-) Lo curioso es que, ahora, cuando lo leo, también a mí me transmite una especie de paz, algo que me hace sentir bien.
Un abrazo muy cariñoso para ti, María Luisa, tan parecida a todas las abuelas y tan especial.

Anónimo dijo...

Paz de nieve, como ayer, como nunca.

No te apenes mucho con los reveses. Ahí está el “abuelo” Labordeta, siempre cantando depresivo a la derrota y que, sin embargo, es de los seres más queridos que conozco.

Vuelve ya la página, la historia no se detiene jamás (olvida a Fukuyama), no mires atrás, no te conviertas en estatua de sal. Hoy sólo nos queda (o nos quedaba) una efímera y fina capa de nieve con la que refrescarnos las mejillas. ¡Entaban!

Besicos

Olga Bernad dijo...

Es que los reveses curten pero también suavizan y hay que volverlos poesía y, sí, la izquierda aragonesa sabe de eso y es "depresiva", yo creo que también la derecha. Es un sentimiento poético-melancólico compartido y constante por estas tierras, quizá por la dureza de la vida en la mayor parte del territorio, y se extiende a la política y a todo. Prefiero recordar al querido Labordeta que a Fukuyama, la verdad, ese último hombre me pone los pelos de punta.
Sé que puedo volverme sal, la misma que derrite la poca nieve que queda en las cunetas. Entaban, Blackbird, el pájaro que suelto y vuelve siempre (esos son los únicos verdaderamente nuestros.-)
Besicos.

Anónimo dijo...

Es un poema de hielo, un beso y un escalofrío. Me encanta. Sigo pensando que ganas en verso.

Besos.

Olga Bernad dijo...

Jeje, es que me da tanto miedo (y asco)la cursilería que me inclino hacia el frío. Prefiero un escalofrío a un empacho de azúcar.
Muchas gracias, ya que mi amiga Iseo parece decantarse por las prosas... así tenemos de todo:-)
Un beso, Spender.

Julio Castelló dijo...

Compartimos latido.
"Pájaros que solté y tal vez han muerto".
No se puede decir mejor.

Olga Bernad dijo...

¿No se puede decir mejor?
Pues entonces, lo consideraremos suficiente:-)
Muchas gracias, Julio.
Esa sensación de compartir latido me gusta. Es rara y es verdad.

victor Rocco dijo...

"Las musas cuando duermen despiertan la pluma de quienes las dibujan con palabras y las aman en el papel"
"SUEÑO DE MUSA"

VICTOR ROCCO

TIERRA DE LETRAS SUR

Olga Bernad dijo...

Es una frase muy bonita, Víctor.
Tampoco conozco tu bitácora, pero me pasaré a leer esa tierra de letras.
Muchas gracias y bienvenido.

ONDA dijo...

O quizás aquellos pájaros han vuelto para que tú:

"les cures la herida con sal y vinagre..."

Muy tierno querida amiga y reconfortante.

Olga Bernad dijo...

Quizás.
Lo que es seguro es que cada cosa que leemos sólo puede mover en nosotros sentimientos que somos capaces de tener. Por eso a cada persona le sugieren cosas tan distintas.
Tu comentario te retrata, Ignacio, seguramente más que la foto.
Un beso.

Anónimo dijo...

Feliicidades Olga, por tu bello poema, un placer visitar tus páginas.

Anónimo dijo...

Felicidades Olga, si Luis te ha dedicado la entrada, aparte de su atención y generosidad, es porque lo vales, yo me fio muchísimo de el. Lo dicho, encantado de conocer este blog tan interesante. Volveré con mas detenimiento.

Olga Bernad dijo...

Jesús, no te conozco y no puedo devolverte las visitas, ya que no tienes blog. Pero tu aparición en la entrada del Cierzo, recomendándome el espacio de Spencer, es algo que siempre te agradeceré.
Gracias por "reincidir" y por tus palabras.

Anónimo dijo...

Hello Olga, I blog Luis Spencer, within my knowledge of Castilian, I liked your poem.

Congratulations.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Antonio. La generosidad y la atención hacia las palabras de los demás, igual que la falta de ella, nos definen más y mejor de lo que nosotros querríamos a veces. Pone en evidencia muchas cosas.
Luis es generoso y atento, eso está claro. Ojalá mi poema esté a la altura.
Bienvenido y espero que vuelvas.

Anónimo dijo...

Felicidades por este precioso regalo desde Sevilla.

Olga Bernad dijo...

Thank you kindly, Fulker. Sometimes, when I read a poem in English, I try to listen the music of the words (because muy english is not enough to do much more, as you can see:-)But it is enough to understand something dificult to explain.
Your visit makes me feel very happy.
Welcome.

Olga Bernad dijo...

Y bienvenido tú también, anónimo sevillano. Gracias:-)

Marta Fernández Olivera dijo...

Que fragil es la vida, como la de un pajarillo en nuestras manos, a veces en la silenciosa noche siento como cuenta mi corazon cada latido, siento la sangre correr por mi cuerpo y le digo a mi corazon que todavia no pare, que no deje de latir, porque me quedan muchas cosas que quiero vivir y sentir...un latido a "destiempo", un latido que no sucede dejara marchar nuestra vida sin más, nuestra ultima caricia a la vida, y un último puñado de oxigeno.
Gnial, Olga

Besicos

Anónimo dijo...

Delicado y emocionante texto, todo un acierto, te felicito sinceramente.

Anónimo dijo...

Sencillas y emocionantes palabras, un placer haber visitado tu blog.

Anónimo dijo...

Mi amgio Luis cada vez me sorprende más, hoy lo ha hecho con este hermosísimo poema de una arogonesa que escribe muy bien

Felicidades

Olga Bernad dijo...

Pues sí, Marta, la vida es frágil, depende de un latido que a veces está en las manos de otro. Vivir y dejar vivir, y que el corazón aguante hasta que pueda.
A veces yo también siento la sangre correr por mi cuerpo, y es como tomar conciencia de que de ese frágil circuito ciego depende todo.
Besos, fotógrafa.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Enrique, la emoción es siempre un asunto delicado y a la vez contundente, innegable. No sé si eres mi Enrique habitual, el que va por grandes caminos o un Enrique nuevo. Bienvenido, por si acaso:-)

Olga Bernad dijo...

Hola, Ana, bienvenida tú también. El placer es mío al recibir tantas visitas nuevas hoy, fruto, seguro, de la inclusión de mi poema en la bitácora de Luis.
Emocionar con palabras sencillas es lo que me gustaría. Espero que las sigas encontrando por aquí.

Olga Bernad dijo...

Jaime, nuestro amigo Luis me ha dado una sorpresa tremenda hoy a mí también, igual que vuestras visitas. “Hermosísimo poema”. Gracias, de verdad.

Miguel Ángel Yusta. dijo...

Ojalá nunca pudiéramos convertir en puño nuestras manos...Precioso poema, Olga. Besos.

Olga Bernad dijo...

Poder hacerlo y decidir no hacerlo tampoco estaría mal de vez en cuando :-)
Muchísimas gracias, Miguel Ángel. Conozco tu blog y algo de tu obra (aunque me queda por recorrer ese "rincón de coplas")y estoy muy contenta de tu visita a estas caricias.
Bienvenido.

Anónimo dijo...

Es bueno caer, porque cuando te levantas siempre es con impulso y unas ganas inmensas de seguir respirando.Me vuelve loca como escribes Olga.Prosa, verso, lo que sea todo lo deboro,porque las cosas que siento cuando te leo,hacen que me transporte a un mundo paralelo.besos.

Olga Bernad dijo...

Vaya, gracias, Selena, tú eres muy expresiva:-)
No sé yo, el mito ese de que te levantas siempre, siempre, con nuevos bríos. Te levantas, sí, pero te vas cansando:-) Supongo que al final, las derrotas desgastan.
Bienvenida.

Navegante dijo...

Me ha seducido tu poema, y he quedado conmovido por lo contundente de esta frase: "El latido más frágil de un pájaro asustado".
Agradezco la profundidad de tus escritos, te sigo leyendo...

Gemma dijo...

Miro la palma de mi mano a veces,
noto un temblor de vida entre mis dedos,
la visita del pulso de mi sangre
o un misterioso adiós definitivo.
Pequeño baile de fantasmas y alas,
el beso alegre y cierto de la nada.
Pájaros que solté y tal vez han muerto.

No me cansaría de leer estos versos finales. (Espléndido todo el poema).
Un abrazo, Olga

Olga Bernad dijo...

Navegante, disculpas por la tardanza, pero se me quedó el comentario ahí agazapado y lo he visto ahora, al llegar el de Mega. Bienvenido a este blog (cuánta gente nueva y no conocida ha venido a esta entrada, me sorprende muchísimo)y muchas gracias por tus palabras.

Olga Bernad dijo...

Muchísimas gracias. No sabes lo que siento cuando alquien me dice que quiere releer un poema mío. Es que es lo que yo siento cuando leo algunos versos que me gustan. A veces se me enredan en la memoria y los llevo de cantinela tiempo y tiempo. Yo siempre soy feliz siendo lectora:-)
Un abrazo, Gema.

Anónimo dijo...

Precioso poema, así es, lo que se siente cuando alguien dice que quiere..

Johnny Guitar