sábado, 1 de noviembre de 2008

La isla

No habrá una sola torre en esta isla:
ni la iglesia, ni el faro ni tu alma.
Nada levantará la voz al cielo.
Será la arquitectura de la playa,
la planicie sin fin del mar inmenso,
el horizonte en círculo perfecto
y las luchas de los acantilados
(revolución de espumas y de ahora
que inflama el torbellino de las olas
contra las viejas piedras de los tiempos).
Será la perdición de mi mirada
mi soledad cubierta por el cielo.
No voy a defenderme pero quiero
que me sonrías antes del disparo.

Olga Bernad

37 comentarios:

Juan Manuel Macías dijo...

Da la sensación de que va a suceder algo, pero sin saber muy bien qué. Este sonambulismo lúcido me resulta muy grato, la sensación de drama contenido, de que se nos muestra la moraleja y se nos insinúa apenas la historia. Redondo como ese "horizonte en círculo perfecto". Y qué dos versos iniciales, de antología. De tan intenso que es, da paz. Hermosa isla. Hermosa música. Besos, Olga.

Olga Bernad dijo...

En lo del sonambulismo te tengo que dar la razón, dada la hora:-) Por lo demás, nunca puedo explicarlos del todo. Pero a mí también me ha dejado un poco de paz, sí, me imagino una hermosa isla.
Muchas gracias, Juan Manuel, siempre igual de generoso.
Besos.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Veo este poema como sumision o aceptación de un hecho,pero como dice Juan Manuel no se sabe de que,que aumenta la intriga y tambien se intuye paz,que solo ocurre cuando dejamos fluir las cosas sin enfrentarnos a ellas.
Un beso Olga y gracias por hacernos pensar....

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Me ha resultado muy sugerente lo de hacer del alma una torre, como la de la iglesia o el faro. Lo onírico siemre atrae, y más con un argumento que hay que adivinar. El disparo del final hace que se descubra una elipsis llena de misterio. Enhorabuena.

s dijo...

Redonda isla, Olga. Me ha encantado. Pedazo de poema.

A mi el comienzo (de acuerdo con Juan Manuel, de antología), me ha recordado algo a Martínez Mesanza.

Un saludo.

Olga Bernad dijo...

MªTeresa, como le he dicho a Juan Manuel, no me explico muy bien lo que pasa. Lo que sugiere a los demás me ayuda a entenderlo. Hay algo de autoafirmación y de impotencia en todos los poemas. Y en éste está esa rara paz de los finales. La sonrisa deseada y el disparo presentido. Pero siempre persigo lo mismo: que el poema sea lo mejor que puedo hacer en ese momento.
Un beso, Tere, me ha encantado verte en esta isla.

Olga Bernad dijo...

Antonio, qué alegría. Con las prosas estoy empezando a disfrutar un poco, pero colgar un poema todavía me mata. Lo paso mal para darle a la tecla, pero tengo que preguntar. Muchísimas gracias por responder. Y sí, hay almas que son torres. El disparo como “elipsis llena de misterio” me ha encantado. A veces deseo que las entradas estén a la altura de los comentarios

Olga Bernad dijo...

“Pedazo de poema”, Sergio, cómo resumes.-). Me pongo más contenta que unas castañuelas, la verdad.
Me gusta marcar bien los comienzos y los finales. Qué mas quisiera yo que estar a la altura de tus recuerdos (será por la torre y los endecasílabos, porque luego el disparo y lo demás…).
Un saludo, Sergio, muchísimas gracias.

s dijo...

Los endecasílabos, la torre y, sobre todo, el alma... en esa isla..., como esa isla...

Perdona mi efusividad, pero es que me ha gustado de verdad.

Un saludo

s dijo...

Quizás no haya alma, esa torre, porque se ha confundido con la isla.

Olga Bernad dijo...

Te agradezco tu efusividad, no sólo te la perdono. Ese sencillo " ... pero es que me ha gustado de verdad" me llega al alma (procuraré que no se convierta en torre:-)
Buen sábado, Sergio.

Antonio Azuaga dijo...

Enhorabuena, Olga: estás a más altura que todas las torres porque no necesitas piedras para elevarte sobre la horizontal sosería de las playas. Lo tuyo es el aire y la gaviota, la proximidad del cielo, la estatura en la palabra.
Hermosísimo, Olga; haciendo verdad eso de que “el poema sea lo mejor”... Pues lo es; aunque esto sólo pasa cuando es mejor aún el alma que el poema.
Un beso.

Marta Fernández Olivera dijo...

Me has hecho viajar a mi playa, ponerme delante del mar y escucharle, me has hecho pedirle permiso antes de utilizar sus aguas, y pedirle permiso antes de disparar con mi camara.
Gracias por este regalo
:)

Olga Bernad dijo...

Antonio. Espero tu visita como agua de mayo aunque sea noviembre y siempre me quedo hasta las tantas… pues ayer me dormí. Después de un día tan triste, me ha encantado levantarme pronto y encontrarme contigo, ahora que te prodigas tan poco por la red. Pero para mí esto tendría muy poca gracia sin dos o tres personas que, curiosamente, son las que más se cuestionan su propia palabra. Tu opinión me importa mucho. Y esta vez, un poco más.
Muchísimas gracias, Antonio.
Un beso.

Olga Bernad dijo...

Marta, ese mar está provocando claramente, no le pidas permiso y dispara:-). Muchas gracias, guapa, tú me has hecho releerme mi propio blog, persiguiéndote detrás de tus comentarios. Vaya lo uno por lo otro.
Por cierto, tu serie del mare nostrum es estupenda. Sabes que me encanta. No me prodigo comentando porque a veces se me van las ganas. Te lo digo aquí.

Marta Fernández Olivera dijo...

Gracias a ti Olga...a sido un placer leer tu blog desde el principio, tus comentarios serán bienvenidos pero sólo si te apetece, sé que comentar en todos los blogs quita mucho tiempo y seguro que tu no lo tienes, pero no importa, yo te sigo..y en breve te pondré otra ronda de "mare nostrum"
besikos :)

Olga Bernad dijo...

Eres un encanto, Marta. No es sólo el tiempo. Yo tengo un un par de sitios a los que siempre voy y siempre cuento con ellos. Lo demás lo voy descubriendo y procuro no abusar. Hago como tú, cuando descubro un blog me lo leo entero... o lo miro:-) Hay algunos que me han hecho disfrutar muchísimo.
¡Espero esa ronda de mares! Yo te invito a algún poema que otro:-)

Anónimo dijo...

Cariño, que maravilla de Isla.
"Nada levantará la voz al cielo.", nos quedaremos calladitos leyendo y releyendo tu poema, recreandonos en tus arquitecturas y por supuesto regalandote todas las sonrisas que quieras o necesites.

Mil besitos

Olga Bernad dijo...

¡Hermana! Ya de vuelta de tus viajes, me alegro mucho de que hayas aterrizado en esta isla, y de que te guste... ya sabes que necesito tu objetividad:-) Te llamo esta tarde y me sonríes por teléfono, anda.

fa mayor dijo...

Hola Betty.
Vaya poemazo, jo.
Ay, que siento que tienes tanto, tantas vivencias, tanto sentimiento ahí guardado por tu paso por la vida... y qué suerte que puedas crear tanta belleza con ello.
En enero, este mismo año, estuve en el Algarve e hice una foto (con mi vieja réflex) que tengo enmarcada en casa, con el faro del CAbo San Vicente al fondo, y cuando la contemplo, me invade una sensación de mar, como la que me ha evocado tu poema. Resalta en ella esa "lucha del ahora contra las viejas piedras de los tiempos".
Feliz semana, Betty.
Gracias por publicar.

Anónimo dijo...

Buenos días Olga. Vaya poema! Me encanta cada uno de sus versos. Ya sabes que yo soy más de prosa y en los poemas normalmente siempre hay algún verso que destaca sobre los demás (para mí, claro). Pero es que en este... todos son preciosos. Enhorabuena una vez más. Mira lo que ha salido de esa tristeza que tenías. Una alegría para los demás (y por tanto para tí). Besos y feliz lunes.

Olga Bernad dijo...

Buenos días, Fa. Qué pronto llegas al trabajo, me ganas siempre.-) Es un gustazo empezar el día con tu visita y tu comentario. Sí, los acantilados siempre me han sugerido eso, la espuma del ahora y lo cambiante estrellándose contra lo que no cambia, las piedras impasibles. Pero también puliéndolas, acariciándolas o tal vez destrozándolas lentamente, no sé.
Tengo que ir por esos mundos de Dios, a ver cabos y faros…me gusta mucho el mar en invierno y no lo he visto casi nunca.
Muchas gracias a ti por venir, Manoli.

Olga Bernad dijo...

¡Iseo! Sé que la poesía en general no acaba de ser lo tuyo, por eso me hace aún más ilusión que te guste. Cada uno hace con su alegría y su tristeza lo que puede. Feliz lunes. Calma y control, que queda toda las semana por delante:-)
Besos, guapa.

carmen jiménez dijo...

No es que el poema sea sugerente, es que lo es cada verso. Cada uno de ellos se va llenando de una soledad tan inmensa como el cielo. Tan insoportable...antes del disparo. Y a la vez tan bella frente a ese escenario de olas rompiendo y chocando el aquí y el ahora, con el desde siempre y hasta siempre.
Se me llenó el corazón de mar, de horizonte, de cielo, de paz. Una extraña paz, pero paz al fin y al cabo.
Diferente. Me gustó.
Un placer leerte, como siempre. Te sigo aunque no siempre pueda dejar mis impresiones.

Olga Bernad dijo...

Sugerente es un buen adjetivo, Medialuna,te lo agradezco. Lo que sugieren los versos (si son capaces de hacerlo)es su única defensa. Al final están solos frente al lector. Y en paz:-)

Maria Luisa dijo...

Con tu permiso me adueño de un trocito de tu poesía para mis "tesoros"
Se que me comprendes.
"Será la perdición de mi mirada
mi soledad cubierta por el cielo".

Es un gozo inmenso leerte.
¡GRACIAS

Paco dijo...

yo creo que finalmente no disparo... la victima tenia un telefono móvil conectado con la policia como victima de malos tratos, lo habia accionado hacia rato, y en un corto espacio de tiempo, tan solo lo que habian tardado en triangular su posicion a través de la red de repetidores de su compañía de teléfonos habian conseguido salvarla y localizarla... él está ahora entre rejas y pendiente de lo que dicte el juez.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Llego tarde a esta entrada y observo que ya hay sobrada admiración en tus lectores habituales. Me sumo a los parabienes. También creo que el alma a la par que la torre y el faro es un acierto, evocador del "enhiesto surtidor de sombra y sueño" de Gerardo Diego. Como siempre, un placer.
Besos.

Olga Bernad dijo...

María Luisa, es una alegría que alguien quiera leerles un trocito de mi poema a las personas que quiere… la agradecida soy yo.
Un beso.

Olga Bernad dijo...

¡Paco, qué historia! Me encantan los finales felices. Es curioso, porque aunque la situación que describes es muy distinta a la que yo había imaginado en el poema, casa muy bien con el sentimiento de acoso que sí he sentido alguna vez en mi vida. Quién sabe lo que se escapa por los versos. “Intentar entenderlos es intentar atrapar una realidad a la que siempre llegamos tarde” (el ilustre Juan Manuel Macías dixit:-)
Gracias por ser lector reincidente.

Olga Bernad dijo...

Antonio, tu visita me parece siempre muy bien, sea la primera o la última. Sorprendida estoy con la participación en esta entrada y en alguna otra y, sobre todo, con la fidelidad de algunos pocos, que no sabes cuánto agradezco. Recuerdo muy bien que sin tu intervención y la de Juan Manuel, ni siquiera habría firmado los poemas (me parecía pretencioso, fíjate qué grado de confianza) Tampoco es que os quiera echar la culpa, claro.-) Pero ahora son míos y eso me gusta.
Muchas gracias y un beso.

Anónimo dijo...

Ay Betty, tu isla es bella e inquietante para el espíritu, de hecho creo que sólo existe dentro de él.
El horizonte interminable, los acantilados luchando contra el mar; allí me veo como un ser humano pequeñito, vulnerable, insignificante. Será por eso que me surge el ansia constructora de torres desde donde orientarme, guarecerme o simplemente implorar un poco de compañía humana o divina, aunque solo sea para sonreírle a alguien antes del acto final.
Besos poéticos, Betty O.

Olga Bernad dijo...

Black, decidí colgar esta isla la otra noche, después de tu comentario a la entrada anterior, cuando tu amistad borró de un plumazo unas cuantas tonterías. Ya pensaba que no te había gustado:-)
Sí, cuanto más insignificante se siente uno más grande es la tentación de volverse torre o encerrarse en una. Para mí son un símbolo de orgullo puro, no nos orientan, alejan nuestros pies del suelo pero el cielo sigue igual de inaccesible. Hay que sonreirse (o dispararse, Dios no lo quiera) al nivel del mar:-)
Y yo no sé por qué te sientes tú insignificante. Pues para mí significas mucho.

enrique dijo...

Con lo que me gusta a mí la arquitectura y las altas torres; no las he echado en falta...

Descubro con infinito honor que me tiene usted enlazado. Hago yo lo mismo, si no le importa.
Mil gracias.

Olga Bernad dijo...

Por su sorprendente visita en 600 rojo, descubrí su sorprendente blog, Enrique. Dado que todas las sorpresas en la red no son siempre agradables, no sólo no me importa que me enlace sino que me halaga.
Me alegro mucho de que le guste el poema.
¿Cree que es suficiente para que nos tuteemos?
Un saludo.

Julio Castelló dijo...

"No voy a defenderme pero quiero
que me sonrías antes del disparo".
Cómo crece el poema, cómo trepa la torre en espiral hasta el clímax último. Es de lo más bello que te he leído... y mira que pone 'usted' el listón alto.

Olga Bernad dijo...

Qué alegría, Julio. Creía que sólo te gustaba la prosa y eso me daba tristeza. Me parece que es la primera vez que comentas en un poema, y te agradezco muchísimo lo que dices.
¿Tu también te vas a pasar al "usted"?
Yo, como ustedes quieran:-)