martes, 21 de febrero de 2012

Miliciana

Fotografía de la miliciana  Marina Jinesta. Tomada de AQUÍ.

Esta Miliciana ha sido, posiblemente, el más compartido de mis poemas.  Desde aquel lejano marzo de 2009, cuando la envié a Las Afinidades Electivas (inéditas aún tanto ella como yo), no dejó de aparecer por unos sitios y por otros: en el blog de Antón Castro, en el tumblr de un amigo secreto que tengo por ahí, en mi primer poemario- Caricias perplejas-, en la Antología YIN publicada por Olifante, en la Antología  Poetas del siglo XXI de  Fernando Sabido Sánchez…  Formará también parte de El mar del otro lado, en la pequeña selección de poemas antiguos que incluimos.  Hoy, Luis Miguel Rabanal la lleva hasta su blog y, además de darle las gracias, aprovecho para traerla por fin al mío.

No sé por qué nunca había llegado aquí, la primera casa de todos mis poemas.  Me alegro de darle por fin su sitio.  Ella, con sus arrebatos incendiarios de índole más sensual que destructiva (pero quién sabe), me acompaña siempre.

MILICIANA

Voy a quemar el pueblo y sus iglesias.
Voy a descerrajar todas las casas,
los cofres, las malditas celosías
por donde llueve luz sobre las celdas.
Y voy a ajusticiar a los soldados:
los pondré de rodillas y de bruces,
los amaré hasta que se acabe el día
y les haré creer nuevas mentiras.

32 comentarios:

Alfaraz dijo...

El éxito de Miliciana lo imagino en esa equilibrada mezcla de piromanía, cerrajería y lubricidad.



.

Olga Bernad dijo...

Equilibrio que me costó algún dolor de cabeza. Al final eso no importa nada, pero era un poema mucho más largo que recorté prácticamente de un hachazo. Y me di cuenta de que así se sentía mejor. Cosas.
(Gracias;-)

Durrell dijo...

Es un poema imponente.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Durrell. Es un poema que ha hecho el camino contrario a los demás: ha ido de la letra impresa al blog. Reconozco tenerle un especial cariño. Creo que la estaba "protegiendo". Y no lo necesitaba.

Jesus Esnaola dijo...

Me gusta mucho este poema que sugiere más que dice, o más exactamente, en el que es más importante lo sugerido que lo dicho. Intuyo que la tijera hizo un excelente trabajo.

Abrazos, Olga

Izarbe dijo...

Bueno, buenísimo y con mucha fuerza, como lo eres tú...
Mis mejores deseos en la presentación de tu nuevo libro: EL MAR DEL OTRO LADO, lo esperamos con la misma ilusión de los anteriores.
Un fuerte abrazo

Olga Bernad dijo...

No hay que tener miedo ni a decir ni a dejar de hacerlo cuando lo consideremos necesario, Jesús. Cada poema nos reclama su auténtica medida y debemos intentar dársela. Reconozco que desconfío de la brevedad cuando me sugiere confusión del concepto "ocurrencia" con el concepto "poesía", pero tampoco me gustan las palabras de más. Es todo muy complicado. Me alegro de que el resultado te convenza;-)
Abrazos.

Olga Bernad dijo...

Gracias, Izarbe. No sé si tengo esa fuerza que tantas veces nombráis. Pero bueno, mejor parecer fuerte que dar penita (digo yo, no sé, tampoco esto lo tengo claro;-)
Uf. Yo también estoy esperando, Izarbe. ¡Os aviso en cuanto esté!

Angós dijo...

Mi favorito.

Olga Bernad dijo...

¿Pero tu favorito no era otro!!!!
Para eso te dediqué yo Belchite, para que ahora te vayas con la miliciana;-)

Angos dijo...

Mi segundo favorito pues.

Olga Bernad dijo...

Ah:-)

Vocal a dijo...

Bella y tremenda! intuyo Barcelona a sus pies... A sus pies me pongo yo, queria Olga!

Besos

Agustín

Olga Bernad dijo...

jejejejej, qué bueno, Agustin. Bonita fotografía, sí.
Y gracias por las palabras y el (inmerecido) gesto!
Un beso.

Ada Red dijo...

Grande, esta miliciana!
Cómo me gusta este poema...

Un beso en pie de guerra
(sólo un poco)

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias, Ada, y bienvenida por aquí. Para que esta miliciana concreta pueda vivir en el poema, muchos demonios y guerras tuvieron que quedar atrás. Espero que su huida no haya sido hacia adelante...
Un beso.

Dyhego dijo...

Olga:
Incendiario y huracanado. Esta moza es de armas tomar, vaya que sí.
Tiene tantas interpretaciones que daría para varios comentarios.
Pero es muy inquietante esas "mentiras" del final.
Saludos iluminados.

Olga Bernad dijo...

¿Iluminados por el incendio? Ojalá;-) El fuego, el que destruye, también ilumina y purifica y limpia. Pero, al final, quizá estemos siempre condenados a un poco de mentira. No lo sé. Incluso queriendo partir de cero. A mí también me inquietan esas mentiras.
Saludos y gracias, mesié.

Iseo dijo...

Bueno ya era hora de que a la Miliciana le llegasen las caricias, o a las caricias la miliciana. Es un poema preciso. Te deseo mucho éxito con tu nuevo libro que espero empezar a leer esta noche!!!!!

Olga Bernad dijo...

Si yo lo tengo en la mano, tú lo tendrás;-)
La Miliciana a las Caricias o las Caricias a la Miliciana, sí, todo tenía que llegar...

Mery dijo...

Una se acuerda de "Las trece Rosas" y casi se echa a temblar.
Pero tus versos son contundentes y armoniosos y me gusta especialmente ese sometimiento masculino final. Esa sí que es una batalla ganada.

Un abrazo, desde estos madriles primaverales.

Olga Bernad dijo...

Cuántas historias tristes.
Intentaremos mantener esa contundencia armónica que ves (y que, sinceramente, no sé cómo se consigue;-)y ganar y perder lo que toque con alguna dignidad.

Buenas noches, Mery morena, gracias por las palabras y la lectura.
Un beso.

antonio dijo...

Felicidades por el revolucionario poema.Vengo por recomendación.

Abrazos y saludos afectuosos!

Ernesto Frattarola dijo...

Grande. Enorme. Como ha dicho Jesús Esnaola, creo que la magia de este poema radica en lo que se sugiere, en todas las puertas que se quedan medio abiertas...

El último verso, memorable.

Un abrazo

Ernesto

Olga Bernad dijo...

Pues muchas gracias, Antonio (a ti y a quien te haya recomendado la visita;-) y muy bienvenido por aquí.
Un abrazo.

Olga Bernad dijo...

Mejor que los poemas abran puertas a que las cierren. Creo que en la capacidad de sugerir cosas (a veces muy distintas) al lector radica la potencia de cualquier poema. Me alegro de que a ti te las sugiera.
Muchísimas gracias por la lectura, Ernesto.
Un abrazo.

MªTeresa Gómez Puertas dijo...

Como se puede tener un poema tuyo solo de favorito....es como ir a una pastelería (los golosos) y no saber cual elegir porque todos te parecen exquisitos....tus poemas son pasteles para mi (que si que soy muy golosa).
Un besico y más éxitos que los mereces sin duda.

Olga Bernad dijo...

Me gusta la imagen, esa foto que nos has dejado como comentario (estoy harta de que me digan que no soy dulce, oye, y sí, tengo mis momentos;-) Te veo apoyada en el cristal, compa.

Un beso y mil gracias.
(Y mucho ánimo con tus cosas)

Unknown dijo...

Vaya, otra vez llego tarde. Comprendo que este poemita haya tenido una buena acogida inmediata, como inmediato es el directo a la conciencia que propina, invirtiendo de golpe y por sorpresa, al final, el sentido de lo que parecía un poema ideológico y militante. Su militancia es otra, en cualquier caso.
Para compensar mi tardanza en descubrirlo, lo he copiado en mi blog, en el espacio dedicado a las citas. Faltaría más.

Un saludo.

Olga Bernad dijo...

Muchísimas gracias, Eduardo. Fue un poema que guardé bastante tiempo. Uno está demasiado al pairo de interpretaciones y yo no tengo ganas de dar explicación alguna sobre determinados puntos. Evidentemente, me equivoqué, no hacía falta tanta prevención. No sé por qué, es un poema que impulsa a los lectores a compartirlo:a ti, a Ada, a otras personas en facebook. Os lo agradezco mucho.
Un saludo.

don Gerardo de Suecia dijo...

Gracias por la poesía!


Un poco de poesía de Suecia (Nils Ferlin)

A las estrellas no les importa

No es posible contarles
leyendas y cosas así...
Dicen que caen estrellas
cada vez que alguien muere.

En el frío de las noches, escuchando
la música helada del viento,
oía los perros aullando
como aúllan por alguien que ha muerto.

A las viudas oía gritando
y a los niños sollozando por pan.
A las estrellas no les importa
si las personas vienen o se van.

Olga Bernad dijo...

Muchas gracias a usted, don Gerardo;-)
Bienvenido por aquí.